Conan el Bárbaro de Roy Thomas

Portada Conan the Barbarian #1

Portada Conan the Barbarian #1

La Fantasía Heroica es un género que se basa en cierta medida en la Edad Media, aunque la magia le añade  algo de irrealidad y las grotescas criaturas que aparecen en sus relatos, implican cierta influencia del género de terror. Toda esta amalgama de elementos conformaría el estilo llamado popularmente como “espada y brujería”, donde uno de sus máximos exponentes es Conan.

Conan es un rudo y fornido hombre del norte, concretamente de Cimmeria, un pueblo de montañeses con diferentes clanes, cuyas vidas se encuentran alejadas de la civilización en un mundo llamado la Edad Hiboria, creado por Robert E. Howard. Un escritor tejano cuya vocación como escritor no fue muy apoyada por sus padres, aunque eso no le detuvo para mandar sus relatos a la revista Weird Tales. Allí comenzaría la andadura de un personaje que a pesar del tiempo transcurrido se mantiene vivo, compitiendo con la tan traída Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martín, cuya serie de televisión ha devuelto a la cresta de la ola, o con la incombustible, a la par que clásica, Tierra Media de Tolkien.

Un personaje nacido en las revistas pulp de los años 30 y que en 1982 tuvo su salto al cine, con la famosa película protagonizada, por el más tarde, gobernador Arnold Schwarzenegger. Aunque prácticamente diez años antes llegaría al medio sobre el que centraremos nuestra atención, el comic.

El aterrizaje del cimmerio en las viñetas llegaría de la mano de la editorial Marvel y de una colección que da título a este humilde comentario. El encargado de escribir la serie sería Roy Thomas. Un autor que se podría considerar el sucesor natural de Stan Lee, un aficionado a los comics que acabó trabajando en el medio que tanto le había hecho disfrutar de niño y cuya estancia en la colección abarcó los 115 primeros números de la serie y varios anuales. Aunque posteriormente volvería con el personaje, pero nos centraremos en esta etapa en concreto.

Portada Conan the Barbarian #24

Portada Conan the Barbarian #24

Roy Thomas acometió la titánica tarea en Conan the Barbarian de establecer una cronología del personaje, aunque debería lidiar tanto con los herederos de Howard, quienes habían cedido los derechos del personaje, como con el Comics Code. Esa organización cuya arma era la censura, bajo la excusa de que protegían la inocencia de los jóvenes que leían comics en aquella época, tendría mucho que decir en historias donde sus protagonistas mataban sin compasión  y sus bellas mujeres, aunque los hombres también, iban ligeritas de ropa.

Sin embargo, el autor no se amilano y comenzó una serie que trasladaría perfectamente la esencia de la edad Hiboria. Es más, Thomas en la mayoría de los números utilizaría como base relatos escritos por Howard o de algunos escritores que posteriormente narrarían historias de Conan, como L. Sprange de Camp entre otros.

En los 24 primeros números de la serie contaría con los dibujos de Barry Windsor-Smith, cuyo estilo inicial en Marvel recuerda poderosamente a Jack Kirby, pero en esta ocasión vemos el comienzo de la personalización de su estilo. Quizá su Conan se aleja de todos los cánones, porque es una figura estilizada, casi atlética, acompañada de un yelmo con cuernos. También es cierto que tuvo una evolución a lo largo de su estancia en la serie donde vemos que su calidad inicial va en aumento y su última historia con el personaje es una autentica maravilla aclamada por el público y la crítica: “Clavos Rojos”,  una historia que aunque no pertenece a la serie regular es una parte intrínseca de ella.

Conan pos Barry Windsor Smith

Conan pos Barry Windsor Smith

El tándem Thomas/Smith nos deja historias como “La Torre del Elefante”, “La hija del Gigante de Hielo”, “Villanos en la casa” o “La hija de Zukala”, entre otras que figuran como obras de arte en sí mismas. No solo por el mimo con el que el guionista las adapta, sino por el arte desplegado por el inglés, que a pesar de las dudas que pudiera suscitar al principio, nos deja con la boca abierta, literalmente.

Pero como ya todos sabemos, nada dura eternamente y tras la marcha de Barry había que buscar un sustituto. El elegido sería John Buscema, cuyos trabajos anteriores y posteriores hacen que su presentación sea innecesaria. La calidad del dibujante es incuestionable, pero debo reconocer que, exceptuando la serie de Estela Plateada con Stan Lee y sus Vengadores, también con Thomas, y posteriormente con Roger Stern, su trabajo aquí está un peldaño por encima de los demás en mi humilde opinión. Por si fuera poco su visión de Conan es la que podríamos llamar definitiva, ya que a día de hoy es el modelo de cualquier artista, algo que se puede apreciar en la imagen del Conan de Dark Horse, cuyas similitudes se ven a simple vista.

Afortunadamente para los seguidores de la colección, “Big” Buscema permanecería en la serie mucho tiempo, incluso un poco más que Thomas, salvo algunas excepciones, pero realmente serían pocas. Y si se encargaba Gil Kane, cuyas portadas eran una autentica maravilla mes tras mes, no se notaba demasiado.

Conan

Conan

Buscema también tendría un tiempo de aclimatación, aunque realmente el problema de este autor serían los entintadores. Sus bocetos estaban poco definidos y Ernie Chan sería el autor que mejor se acoplase a su sistema de trabajo y con el que se apreciarían mejores resultados. Aunque no sería el único, podríamos mencionar a algunos como Alfredo Alcalá o Tony DeZúñiga, aunque ellos serían más pródigos en el magazine en blanco y negro de La Espada Salvaje de Conan.

Sería muy complicado en una etapa tan buena, a la par que larga, mencionar alguna historia en concreto, yo al menos soy incapaz, sobre todo por que veo dicha etapa en su conjunto. Sin embargo tengo my gratos recuerdos sobre la etapa en la que Conan acompaña a Bêlit por la Costa Negra, cuya culminación es uno de los momentos más dramáticos del personaje y supone la llegada al centenar de números de la colección.

En esta etapa se encuentran historias que a mí personalmente me encantaron y con las que disfruté muchísimo, seguramente la nostalgia juegue un papel importante, pero visto con perspectiva es el punto álgido de Thomas en la colección, lo que vendría detrás seguiría teniendo calidad, pero prácticamente significaría un epílogo.

Conan y Bêlit

Conan y Bêlit

El éxito de la serie propició la salida de otras series protagonizadas por el cimmerio y todas y cada una de ellas tendría un denominador común con  la primera, Roy Thomas. Y es que el conocimiento de este autor sobre la creación de Howard no tuvo rival en Marvel y su nombre acabó asociado al personaje, incluso participó en la películas, de tal forma que escribió series como Conan ReyConan el Aventurero o La Espada salvaje de Conan.

Salvo en la segunda, John Buscema estaría en todas, aunque también podríamos disfrutar de Gil Kane entre otros muchos autores, que en cierta forma continuaron la senda del hermano mayor de los Buscema.

Con esto último queda patente la importancia de esta etapa y cómo sus autores marcaron un hito en la historia, tanto en la suya como en la del personaje, dejando para el recuerdo una de las etapas que sirven de ejemplo para el género. Curiosamente, unos 30 años después, tras la pérdida de los derechos del personaje por parte de Marvel, en Dark Horse han hecho algo similar, que aunque devuelve la atención sobre Conan y tiene mucha calidad, no ha durado ni siquiera 100 números.

Está claro que las cosas no son como antes, pero también está meridianamente claro que Roy Thomas será recordado como el segundo padre de Conan, algo así como el de acogida, que consiguió hacerlo más accesible al resto del mundo y cuya etapa es una de esas obras que hay que leer antes de morir, aunque sea prestada.

Conan por John Buscema

Conan por John Buscema

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