Deadpool 2

La primera película del Mercenario Bocazas fue toda una sorpresa en el panorama superheroico. Un proyecto que pareció nacer muerto y salió a la luz gracias al empeño de Ryan Reynolds (quien demostró que a la tercera va la vencida) y a la «filtración» del test de prueba de la película se convirtió en un gran éxito de crítica y taquilla con su humor ácido, ultraviolencia y con una mirada satírica al género de los pijamas.

Pasada la sorpresa inicial, el gran reto era ver qué podía aportar una secuela a la fórmula, esta vez con un nuevo director a los mandos, David Letich. Y parece que han seguido la máxima de que si algo no está roto, no lo arregles. Deadpool 2 es una versión hipervitaminada de todo lo que gustó en la primera parte.

En su camino para tratar de convertirse en un X-Men bajo la tutela de Coloso (Stefan Kapičić), Wade Willson cruza sus caminos con un problematico niño mutante, Russel Collins alias Puño de Fuego (Julian Dennison). Y cuando Cable (Josh Brolin), un mercenario venido del futuro aparezca decidido a matar a Russel, Wade hará todo lo posible por protegerlo.

Con esta premisa la película encadena la cascada de bromas, rupturas de la cuarta pared y violentas secuencias de acción que cabría esperar de esta secuela. Aunque tiene unas raíces algo más comiqueras que la anterior (conseguidas tanto con la presencia de Cable tanto como con la de la Dominó de Zarie Beetz), sigue manteniendo su tono gamberro y no se corta desde el primer minuto en reconocer lo que está parodiando.

La trama es una mera excusa para encadenar los gags y las set-pieces y como tal tiene una estructura aún más difusa que la de la primera entrega. Es una pena porque con los mimbres presentados se podría haber conseguido algo destacable, pero eso no quita que el resultado final sea tremendamente disfrutable.

Al humor zafio se le añaden las referencias al género de los superhéroes y incluso a la primera Deadpool. Ryan Reynolds vuelve a demostrar que ha nacido para encarnar al Mercenario Bocazas y la sequedad y extremismo noventero del Cable de Brolin resultan un contrapunto perfecto a su humor. En cuanto a las secuencias de acción, no escatiman ni un ápice en la violencia, y además añaden un punto de espectacularidad gracias a los poderes de manipulación de la suerte de Dominó.

Respecto al resto de secundarios, del lado de los superhéroes junto a Coloso encontramos a Cabeza Negasonica Nuclear Negasónica Adolescente (Brianna Hilderbrand) junto a su novia Yukio (Shioli Kutsuna), en un rol igual de secundario que el de la primera entrega. De los secundarios habituales de Wade también vuelven T.J Miller como Comadreja, Leslie Uggam como Al la Ciega y Karan Soni como el taxista Dopinder. Todos estos personajes añaden su granito de arena a la comedia aunque sea Reynolds el rey de la función.

En el terreno de las referencias comiqueras, tenemos ni más ni menos que a una encarnación de X-Force formada por Deadpool, que bebe tanto de la encarnación inicial de Liefeld como de la versión X-Statix de Milligan y Allred. Así pues además de Deadpool y Dominó en ella militan Bedlam (Terry Crews), Estrella Rota (Lewis Tan), Desvanecedor y Peter, un humano sin poderes interpretado por Rob Delaney. La función de este equipo en la trama es simplemente desternillante. Por lo demás, las referencias al Universo Cinematográfico de Marvel, a DC y a la propia franquicia mutante de Fox corren por doquier y la película aún se guarda algún que otro personaje oculto que resulta una agradable sorpresa.

Deadpool 2 podría haber conseguido muchos más logros en lo narrativo si tuviera una trama algo más centrada y sacase algo más de lustro a sus secundarios (principalmente Cable y Dominó), pero no se puede negar que se trata de una película divertida y frenética a la altura de su primera entrega. Porque a veces, basta con una dosis mayor de lo que y funcionaba para triunfar.

 

 

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