El alter ego de Peter Parker, conocido mundialmente como Spiderman, es sin lugar a dudas el buque insignia de Marvel de todos los tiempos, con lo que es muy difícil decir algo que no hayamos leído una y mil veces, sobre todo si nos gusta un poco el personaje, o leímos una parte de las historias que recopila este tomo allá por la época en la que Bruguera tenía los derechos de publicación de Marvel, como es mi caso.
Así que dejaremos a un lado aquella supuesta identificación del lector con el personaje y su posterior evolución similar a la de cualquier joven, para centrarnos un poco en los contenidos y sus autores, entre otras cosas, aunque como digo seguramente no consiga aportar nada nuevo.
La editorial italiana aprovecha lo que el querido y conocido editor llamaría sinergias para incluir al amistoso vecino en la línea editorial Marvel Gold, conocida cariñosamente en el foro de esta web como Omnigold, una línea que tras la extinción de la, querida por unos y odiada por otros, Línea Excelsior, ha devuelto los ánimos y la ilusión a una parte de los aficionados por un resurgir del material, en su mayoría, de los años 60.
Una de las tan traídas sinergias es la proximidad del 50 aniversario de la creación del personaje, o por lo menos de la fecha que indica la portada de Amazing Fantasy nº 15, ya que muchos sabrán que suele ir con unos meses de desfase con respecto a la fecha real en la que se pone a la venta.
Nada más y nada menos que 50 años, ¡cómo pasa el tiempo!, 50 años donde el personaje ha pasado por multitud de aventuras y experiencias personales, aunque Mefisto se encargo de “arreglarle” un poco la vida personal a Peter.
La otra sinergia es la proximidad en el tiempo, casualidades de la vida, de un estreno cinematográfico que pretende remodelar la franquicia arácnida, como si de Mefisto se tratara, tras la marcha de Sam Raimi y compañía tras la trilogía que consiguió hacernos ver un Spiderman más cercano al de las viñetas lejos de aquella horrenda visión que se nos presentó allá por lo años 70.
Con toda esta panoplia de acontecimiento surge este tomo, que se espera que no sea más que el primero de muchos más, donde la editorial repite algo que hiciera en el pasado la editorial Planeta, cuya división de cómics era conocida como Forum, en la ya comentada Línea Excelsior, empezar por el momento en el que aterriza uno de los dibujantes cuyo nombre, y el de su vástago, es inevitable asociar con el personaje. Por si alguien no sabe de quién hablo, aunque lo dudo mucho, ese es John Romita padre.
Romita, un maestro de maestros, cuyo pasado pre-Marvel está asociado a las historias románticas de la época, algo de lo que los lectores saldrían beneficiados, vamos que les tocaría la lotería. El dibujante tuvo su primer contacto con Spiderman en la serie de Daredevil, aunque también participaría en la serie del Capitán América. Sin embargo, solo aquí echaría raíces, de forma que cuando no aportó los lápices, entintó los de otro dibujante dando una estética tan particular y consistente, que visto desde la perspectiva del tiempo pocos han sabido igualar, convirtiendo esta etapa en una de las mejores de toda la historia del personaje.
Pero la llegada de Romita no estaría exenta de polémica, ya que el anterior dibujante de la serie, Steve Ditko, se marchó por unas desavenencias con Stan “El Hombre” Lee, cuya fama casi igual a a la de sus personajes. Al parecer todo estaba relacionado con la identidad del Duende Verde, personaje tan de moda últimamente y que dudo mucho que en aquella época se imaginara por un momento que llegaría a donde ha llegado.
Stan Lee quería desvelarla y al parecer Ditko no, además parece que el personaje que tenía en mente no era el mismo que Stan, así que al final Ditko se marchó. Sinceramente y a pesar de que me encantan los dibujos de Ditko, creo que salimos ganando, pero quizá a toro pasado todo es más sencillo. Lo cierto y la verdad es que con el relevo consumado, Stan Lee haría realidad sus planes sobre el Duende Verde y tampoco perdió mucho tiempo para revelar otro de los secretos que la serie mantuvo durante episodios anteriores.
Gracias a Romita tendríamos un amor a primera vista cuando llegó el momento de la tan ansiada cita a ciegas que organizarían Tía May y su amiga la señora Watson, convirtiéndose en un momento icónico, a pesar de que la etapa solo acaba de empezar, donde conocería a Mary Jane Watson.
Los enemigos de Spiderman tiene una característica principal, sobre todo en aquella época, provenían del reino animal o su entrono, como es el caso de Kraven. Es algo que podemos constatar en los primeros compases de la serie y que continúa a lo largo de este voluminoso tomo, de esa forma asistimos a la primera aparición de uno de los que posteriormente formaría parte de la clásica galería de villanos de nuestro trepamuros favorito. Hablamos del Rino, un personaje cuya piel irrompible lo pondrá a la altura de Hulk y a pesar de su interés villanesco no será más que una victima de un traje, que lo aprisionará durante mucho tiempo.
Por otro lado tendríamos el regreso del Buitre, aunque en esta ocasión vendría acompañado, el del Lagarto y casi al final el Doctor Octopus, quien comenzará a sentir un interés por cierta tía desvalida, sin llegar a sospechar que su sobrino es su mortal enemigo.
Pero si hay alguien que no puede faltar, es sin duda el jovial Jameson, editor del Daily Bugle, periódico de gran importancia en la gran manzana y jefe de Peter Parker, el fotógrafo especialista en Spiderman con el que sueña cualquier editor de periódicos, a pesar de que Jonah jamás será capaz de reconocerlo.
En este tomo asistiremos a dos momentos de especial interés en esta tormentosa relación, en uno de ellos el hijo de Jonah, John Jameson adquirirá poderes especiales en uno de sus viajes al espacio, algo por lo cual deberá ser enfundado en un traje especial. El editor de Bugle no dejará escapar esta oportunidad, para enfrentar a su hijo a la amenaza arácnida más famosa de Nueva York, a pesar de que en una ocasión Spiderman le salvó la vida a John, en lo que sería uno más de los muchos planes para eliminar a la amenaza enmascarada que solo él veía.
Curiosamente en el siguiente punto de esta relación la situación sería algo más complicada, ya que sus vidas corrían peligro y estaban encadenados juntos, aunque no sería la primera vez. Pero sería casi al final del tomo donde tendríamos uno de los ejemplos de la obsesión de Jonah por acabar con Spiderman y que durante la serie daría algún que otro villano, el mata-arañas.
También tendremos otra primera aparición, nada más y nada menos que el Kingpin, un señor del crimen que con el tiempo iría evolucionando y que Miller en su etapa en Daredevil lo hizo suyo, aunque fue durante mucho tiempo un habitual de esta serie. Aquí tendremos su versión inicial en la que a pesar de ser un señor del crimen no permanecerá en la sombra, sino que en ningún momento dudará en intercambiar golpes con Spiderman y el que sea necesario, además sus adversarios nunca esperan que alguien de esa complexión luche de esa manera.
Pero además de su vida pública, Peter tiene una privada y su “trabajo nocturno” no se lo pondrá nada fácil. Esto propiciará algo que será la marca identificativa del personaje y que se resumirá en una sola frase, “Un gran poder conlleva a una gran responsabilidad”. Evidentemente no será un camino de rosas y como cualquier humano en más de una ocasión tirará la toalla, algo de lo que seremos espectadores y que obtendrá una portada donde se refleja uno de esos momentos en el número 50 de la colección.
Como cualquier edición de lujo que se precie en este tomo tendremos algunos “extras”, aunque casi no se podrían considerar como tal, si hablamos de los anuales correspondientes a esta época o incluso el Marvel Super-Heroes #14 USA, que sería la toma de contacto de Ross Andru con el personaje, autor que en el futuro también tendría su importancia en la serie.
Pero a pesar de la inclusión de Not Brand Echh #6 USA, cómic en clave de humor donde se caricaturizaba a los personajes de la editorial y posiblemente inédito hasta el momento, el de mayor importancia sea The Spectacular Spider-Man #1 USA. No solo por el título, que formaría parte de la tercera colección regular del personaje, sino por el formato elegido en aquella época, el Magazine, tamaño superior al del comic habitual y en blanco y negro, que contaría una historia de tintes políticos. Como curiosidad hay que decir que por problemas con las distribuidoras el “invento” no llegó a suficientes puntos de venta, lo que supuso un fracaso en las ventas. Para terminar con las curiosidades, la historia sería coloreada y reutilizada dentro de la serie regular posteriormente.
Para terminar hay que decir que estos cómics tuvieron la suerte de publicarse en la Línea Excelsior en color y a tamaño original, aunque en grapa, no como el resto de tomos de esta línea en tapa dura. Es posible que esto sea motivo de crítica por algunos, ya que preferirían ver publicado otro material que no tuvo esa suerte y solo salió en las entrañables Bibliotecas Marvel, aunque esta serie también tuvo una, pero debo reconocer que es un buen momento para devolver al mercado unos cómics que siempre deberían estar ahí y que quizá algún niño o joven, como me pasó a mi, pueda llegar a disfrutar de nuestro amistoso vecino y estos tebeos le marquen para siempre. Eso sí, tendrá que dejar al lado el videojuego de este mes y zambullirse en un mudo totalmente diferente, donde quizá pueda vivir sensaciones nuevas, aunque tenga que ahorrar un poquito para ello.
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Excelente reseña de una de mis etapas favoritas del personaje. ¡Enhorabuena por el artículo!
Pedazo de reseña, espectacular!
Estos comics de spiderman son una maravilla y coincido contigo: salimos ganando cuando se marchó Ditko y vino Romita.
La unica pega de este tomo es su precio y su formato son tan gordos que son muy incomodos para disfrutar de su lectura.