Reseñas: Howard el Pato: Marvel Limited Edition 2: «Metamorfosis» (1977-1986)

Segundo y último tomo dedicado a recopilar la colección clásica del personaje más insólito del Universo Marvel de los setenta.

Las aventuras del pato parlante siguen su curso en nuestro mundo, tras aquel bendito aterrizaje desde su dimensión natal.

El salto entre tomos no trae consigo ningún cambio en el equipo de autores, el clásico, el formado por Steve Gerber, padre indiscutible del protagonista, y Gene Colan. De hecho, la etapa realizada por ambos acapara, por fortuna, la mayor parte del recorrido de la colección.

El único cambio lo tenemos en el entintado, ahora en manos de Klaus Janson, que ya sustituyó a Steve Leialoha al final del primer tomo.

Desde luego, Janson hace un muy buen trabajo, como siempre, pero considero que a Colan le sienta mejor un trazo más delicado y que no tape tanto su dibujo. Sea como fuere, el arte sigue siendo mayúsculo en estos cómics.

Terminábamos el anterior volumen con la recién creada «familia» en torno a Howard, con Beverly Switzler y Paul Same como padres adoptivos de la inocente Winda Wester y del propio Howard.

El presente tomo da inicio con una saga que se alargará durante bastantes números. Es el ciclo argumental en el que Gerber y Colan nos presentan al que podríamos llamar como archienemigo del pato.

El Doctor Bong, que viste una campana por cabeza, es un tipo que vive en una isla y juega a evolucionar animales en humanos y viceversa, cosa que, al menos a mí, me trae al recuerdo La Isla del Doctor Moreau, el clásico de H. G. Wells.

Pero antes de seguir con el arco en cuestión toca hablar de uno de los números más extraños que nos podemos encontrar en la Marvel clásica.

La imposibilidad de entregar el guion del número 16, el que continuaba con la saga del Doctor Bong, a tiempo para que lo narrara Colan, llevó a Gerber a una ocurrencia de las suyas. En lugar de optar por la habitual reedición de un número antiguo, el guionista se inventó un comic-book entero sin viñetas, bocadillos de diálogo, ni argumento. Sobre ilustraciones a toda página a cargo de diferentes dibujantes, Gerber escribe textos en los que simula una conversación entre Howard y él mismo, en la que da explicación precisamente a eso mismo, a sus dificultades para completar los guiones, y de paso lanza alguna puya al sistema editorial. Un striptease emocional en el que Gerber se sincera ante los lectores.

Siguiendo con la trama interrumpida, Gerber interioriza en su nueva creación, el Doctor Bong, un personaje especialmente complejo e ingenioso. Maltratado cuando era niño, Bong resultó en una especie de criminal de las palabras, usando como arma el sensacionalismo gracias a su hábil inventiva para las noticias disparatadas.

El caso es que Bong transforma a Howard en la peor pesadilla posible para el ánade, un humano. El nuevo pato con cuerpo de hombre debe ir al rescate de Bev, secuestrada por Bong, pero no mucho, y obligada a casarse con él, pero no mucho.

Entre delirantes conversaciones con su conciencia patuna, Howard se va encontrando con todo tipo de personajes no menos delirantes. Una genialidad que da para que Gerber se burle de las relaciones humanas y dejar las contradicciones de nuestra sociedad en paños menores.

La saga la termina Carmine Infantino en el puesto de dibujante, iniciando una dinámica de idas y venidas de Gene Colan ya hasta el final de la serie.

Argumentalmente nada cambia. Ahí está esa brigada de limpieza que llevan por cabeza lo que hoy entenderíamos como emoticonos, cuya función es limpiar la ciudad de moralidad impura. Mientras entra en juego un nuevo personaje, Lee Switzler, tío de Beverly.

En la parte gráfica lo cierto es que Klaus Janson obra milagros con el dibujo de Infantino.

El siguiente paso nos trae de vuelta dos viejos elementos. En primer lugar, Gerber decide rescatar a la cuadrilla de la que originalmente formó parte el pato en la etapa del guionista en la serie del Hombre-Cosa, la formada por el mago Dakihm, el Hombre-Cosa, Jennifer Kale, Korrek el bárbaro y el propio Howard. En segundo lugar, qué mejor que traerse al dibujante de aquella etapa y creador gráfico de Howard, Val Mayerik.

El arco en cuestión deriva en una surrealista aventura en la que el Universo entero corre peligro por la amenaza de criaturas de lo más loco, desembocando en una divertidísima parodia de Star Wars.

Mayerik realiza un buen trabajo, como es habitual en él.

Ya con Gene Colan de nuevo al lápiz, Paul Same y Winda Wester vuelven a la primera línea y de paso se suma un nuevo personaje, la millonaria Iris Raritan. Aquí cambia un poco el tono con la irrupción del Circo del Crimen, como siempre encabezados por el Jefe de Pista. Quizás sea por la incorporación, por primera vez, de un grupo de villanos clásico del Universo Marvel, pero Gerber vira un tanto hacia el heroísmo e incluso el thriller. Otra notable línea argumental con la que Steve Gerber prácticamente se despide de su colección.

Dos fill-in prescindibles nos ponen en alerta de que esto se termina.

El primero a cargo de Marv Wolfman y Carmine Infantino, y el segundo, no mucho mejor, en el que Steve Gerber hace su último trabajo para la serie. Gerber se ocupa del guion, pero no del argumento, que va a cuenta de Mark Evanier, mientras que Will Meugniot baja el nivel gráfico con su antiestético dibujo.

El nuevo guionista, Bill Mantlo, tan sólo tiene tiempo para dos números, pero afortunadamente cuenta con el segundo regreso de Gene Colan. Este retorno, sumado al de la trama referente al Doctor Bong y Beverly, nos mete de nuevo en la colección, aunque más en apariencia que en el fondo.

No lo hace mal Mantlo, pero esto ya es una aventura en clave de humor disparatado, a cierta distancia del componente más surrealista y del humor corrosivo de Gerber.

Entre otras cosas, nos es presentado Claude Starkowski, mecánico chapucero experto en armaduras y tío de Tony Stark, que le fabrica una armadura a Howard con la que enfrentarse a Bong. Nace, como no, el Iron Pato.

La colección Howard the Duck terminó, en teoría aquí, en su número 31, pero 6 años más tarde, de forma realmente inusual, se retomó su numeración para añadir dos números más al título.

Dos números que también vienen incluidos en el tomo, tras un episodio de Marvel Team-Up en el que Spiderman comparte protagonismo con nuestro ánade.

De nuevo, absoluta disparidad de autores en este par de números. Steve Grant y Christopher Stager son los guionistas mientras que Paul Smith y Val Mayerik se ocupan del dibujo a lápiz.

Dos historias independientes y distintas entre sí, en las que los guionistas intentan seguir la estela de lo hecho por Steve Gerber. Pero el humor que imprimen creo que es de otra índole y al final pasan con más pena que gloria dentro de la cronología del pato Howard.

Conclusión.

El primer tomo queda cojo sin el resto de la etapa de Gerber, que se completa en este segundo volumen.

Un tramo prácticamente igual de recomendable que lo vivido en el primer recopilatorio. Poco pueden importar los prescindibles fill-in y la innecesaria prolongación en los 80.

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rockomic

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on “Reseñas: Howard el Pato: Marvel Limited Edition 2: «Metamorfosis» (1977-1986)
27 Comments on “Reseñas: Howard el Pato: Marvel Limited Edition 2: «Metamorfosis» (1977-1986)
  1. Increible el trabajo de Gerber con este pato fumador de puros anti-sistema, malhumorado y sumamente genial. A ver si un día Clemente se anima y saca en MLE los magazines que no están nada mal y de paso las strips.

  2. Lo de los magazines al menos lo tiene fácil (lo malo es que no quiere sacarlas). Lo de las comic-strips ya requeriría currar (que ya no gusta tanto pasar el «laburo» que pasan los de Dolmen), pero me encantaría que se recuperase al menos las iniciales de Gerber & Colan.

    • Colan fue el hombre que mejor supo dibujar el universo del Pato (curiosamente a Pasqual Ferry no se le daba mal dibujar al ánade …pero eso es una curiosidad…y a tratar otro día).

      • Klaus Janson contribuía a darle un acabado más «sucio» que no le sentaba mal (aunque hoy hubiese votado porque se reprodujesen directamente los lápices de Colan con el color encima …y lo mismo las planchas de su adaptación al cómic de la película Meteor, aquella de Sean Connery y su mostacho contra un meteorito apocalíptico que desafiaba incluso el poder nuclear conjunto de EEUU y la URSS…bueno, ese cómic ya lo habría reproducido yo directamente a lápiz y sin él añadido de color, llámenme anticomercial😈).

  3. Sorprendentemente es recogido (con detallada página doble … gráficamente detallada, valga por una vez la redundancia) en la Enciclopedia Marvel lo de la armadura de Howard, ja.

  4. Cierto, Rockomic, lo que no es de Gerber es prescindible. Y eso de Stager queda feo como colofón a un tomo de Gerber (y en un personaje TAN personal además …no lo olvidéis, el Pato era un álter ego sin filtros del propio Gerber, algo así como dar páginas y voz a su superego), lo suyo habría sido ignorar esa mediocridad y publicar como colofón en todo caso la miniserie MAX escrita por el propio Gerber (publicada en rústica por Planeta, pero necesitada de reedición …como las dos miniseries western de Ostrander & Manco).

  5. Si eres un amante del eclecticismo y la locura editorial de la Marvel setentera necesitas estos dos tomos de Howard (si lo que te gustaban de los setenta eran solo sus súperhéroes pues pasa de ellos …y del Hombre-Cosa, Shang-Chi Maestro del Kung-Fu, La Tumba de Drácula, Conan el Bárbaro y todos los magazines Curtis).

  6. El Doctor Bong, algo así como el «archienemigo» de Howard (y algo así como un cruce paródico entre el Doctor Doom y un villano de película Bond pasado por la mente de Gerber en estado febril😈), todavía décadas después obsesionado con Beverly …y con el odiado Pato.

  7. Siempre me alegra el día que alguien vuelva a usar a Jennifer Kale (o a Namorita), si es además con el bikini metálico y con gracia, miel sobre hojuelas.😅😉

  8. Paul Same y Linda Wester eran reflejos de Gene Colan y señora, de la misma forma que el Pato y Beverly lo eran de Steve Gerber y su colaboradora intima Mary Skrenes.

  9. Will Meugniot era buen dibujante (lamentablemente aquí era todavía poco más que un fan todavia …muy novato, y muy apurado por las fechas de entrega, que esto se lo encargaron a última hora y para ayer, por fallo del titular, todavía Colan), como demostró de sobra en D.N.Agents (y aún se la podría tildar de serie algo primeriza) y en sus trabajos posteriores como ilustrador. En los noventa se pasaría del todo a la animación, lamentablemente (puedes rastrearlo por series como Jonny Quest, Bucky O’Hare, Defenders of the Earth, The Real Ghostbusters o Captain Planet and the Planeteers).

  10. Bill Mantlo, como casi siempre, estuvo digno. Y ya es mucho (y difícil) en una serie tan personal. No me habría importado leer algún número más suyo (mucho mejor que otras cosas, ejem), más acompañándolo Colan …pero lo suyo, aún despidiéndolo, habría sido dejar cerrar a Gerber (siendo algo tan suyo …lo mismo valía para Moench en el cierre Shang-Chi Maestro del Kung-Fu por los mismos motivos).

      • Bueno, Moench hacia méritos para que lo despidiesen, se tomó como una cruzada personar el hacerle la guerra a Shooter dentro de la editorial (y nadie podría acusar al «Largo» de ser hombre que aguantase tonterías durante mucho tiempo 😈😂) …Como lectores lo lamentamos, claro, pero lo de Moench sólo podía acabar de una forma, y empezó como cerrazón del propio Moench, que no podía aceptar que las cosas tenían que cambiar, que la situación, ya con tanta serie se estaba volviendo ingobernable si se dejaba ir a su aire a cada guionista y editor. Él, Thomas y Colan siguieron a Wein y Wolfman, que ya se habían ido antes a DC, igual que Conway. Bueno, lo de Moench y O’Neil fueron despidos fulminantes porque estaban actuando de forma errática, poco profesional (en el caso de Moench porque se había empeñado en no perder ocasión de poder joder a Shooter y sus políticas editoriales …y en el caso del pobre O’Neil a caso de su alcoholismo (…y de una de las idas de ollas de Byrne, que después de que esté le rechazará el número de Hulk a base de splash-pages llamó furibundo esa noche al presidente de Marvel exigiendo el despido inmediato de Shooter, que ni sabía nada del tema de ese cómic, que a su vez un temeroso O’Neil rechazó convencido de que Shooter iba a odiar la idea…a la mañana siguiente el «presi» llamó furioso a Shooter exigiéndole que se asegurase de que»esa gente» no le volviese a llamar nunca🧐). Los despidos de Gerber y de McGregor ya fueron por ser más fieles a sus principios. De hecho, en vendetta por no querer firmar los nuevos contratos de obra (con mejores condiciones de regalías pero a cambio renuncia expresa a cualquier derecho de autor presente o futuro y a hacer reclamaciones futuras) le «robaron» una historia (la del detective Hodiah Twist dibujada por Colan, que acreditaron en el magazine al editor, pero que había escrito McGregor…para más inquina, ese sosias de Sherlock Holmes era una creación del propio McGregor, obsesionado con el de Baker Street, pues que recuerde creó al menos otros dos o tres sosias de Sherlock para otras editoriales) …por supuesto, la represalia vino de arriba (ordenada por el propio Shooter por no firmar …como también orden suya fue que se hiciesen correcciones en ilustraciones de Howard Chaykin en los propios originales del autor en vez de en las habituales plantillas de separación, en represalia por negarse a hacer las «correcciones», porque no estaba de acuerdo con ellas y le gustaba como quedaba el dibujo …también influyó que Shooter nunca tragó mucho a Chaykin…era mutuo, Chaykin se llevó un buen rebote, y tras una discusión épica dejó Marvel una temporada, centrándose en la ilustración y pasando luego de nuevo a DC …y a First, que aunque hoy no se recuerde así porque pocos de ahora se la han leído, American Flagg! fue uno de los cómics más influyentes de los ochenta, más todavía entre los autores con ganas de hacer cosas nuevas que entre el fandom, que recibió bien las primeras entregas pero luego lo fue abandonando por ser un cómic demasiado exigente con el lector para la época (también declinaría tras su primer año y pico …y con el paso de otros autores, como pasó también con Nexus), Moore y Veitch adoraban esos primeros números (y se vieron muy influenciados por ellos y por esa crudeza y ambientación …y su metalenguaje), también Miller (que tomó de ahí la narrativa a través de noticiarios para sus Dark Knight y Robocop).

  11. Te puedes creer que esos dos números americanos añadidos tardíamente fue lo único que pude conseguir en americano (por algo estaban baratos, claro) sin que me pidiesen una pasta tras leer el tomito en rústica de Forum? Ya te imaginas el tamaño de mi decepción, claro.🧐

      • Howard (pero lo mismo me hubiese valido …de hecho también me hice con el último número americano de Master of Kung-Fu en su edición original, y pese a mi amor por la serie, tampoco me lo quedé …si conservé más tiempo algún Secret Origins flojo de DC😂).

        • La buena noticia fue que luego alguien de Barcelona se los llevó pagándolos (otro pobre desgraciado que como yo compró sin fijarse en los autores de esos números, solo en la mítica cabecera…estas cosas hoy día ya apenas pasan …eran otros tiempos 😁).

  12. Lo dicho, deberían haber dejado al menos cerrar la serie a Gerber (pero no, se la quitaron, pese a que luego no les quedó otra que cerrarla sin él, porque nadie podía hacerla …y le quitaron también la comic-strip, que pronto languideció sin él y Colan). Y en vez de cerrar este tomo con el miniserial del ’86 debería haberse usado la miniserie de la línea MAX (de Gerber & Winslade).

    • Los magazines de Marvel de los setenta y ochenta todos están bien (si la revista Epic Illustrated casi era lo más flojo …y había cosas estupendas allí).

  13. Gracias, compañeros.

    Pues oye, cuanta autoparodia! Lo de Gerber y el Pato está claro, pero mola mucho que los demás también se apuntaran a reírse de ellos mismos. 👏

    Lo de la continuacion por otros autores, esta claro que es prescindible, pero quieras o no formaron parte de la colección y está correcto que se haya publicado completa.
    Y bueno, también está curioso ver lo que podían hacer otros autores con un proyecto ajeno.
    También me hubiera gustado ver como evolucionaba Mantlo.

    • A Beverly la escribían a medias entre Mary y Steve (algunos diálogos son solo de ella), aparte de estar inspirada en personalidad en Mary. Según su señora contó a McGregor, cuando trabajaba con un guionista que le gustaba, Gene se negaba a hacer una lectura previa del guion para planificar la estructura del cómic y dividir los actos, en esos casos iba leyendo según iba dibujando para que la historia le sorprendiese, como si él fuese un lector más (no quería spoilers, especialmente con géneros amados por él como el criminal y el terror), aunque eso le obligase luego a perder tiempo cambiando cosas.

      • Lo del ’86 ni es siquiera parte de la serie (y ya lo del ’80 es un pegote antinatural …y realizado por motivos ajenos a los propios cómics, cuestión de licencias), aunque sí de la historia editorial del personaje.

  14. No sorprende que repitiese tanto con Marv Wolfman, Steve Gerber y Don McGregor (y en menor medida Archie Goodwin, gran guionista, editor y persona …que parecía un alfeñique, pero era todo un vigoréxico que te hacía en unos minutos unas repeticiones que te dejaban alucinado) …o que pese a poder ganar más en las majors, siguiese a McGregor y a Gerber a proyectos en las independientes para poder hacer esas historias de género.

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