Reseñas: Hulk: tomo 4 (pendiente) (1971-1973)

Esta reseña corresponde a lo que probablemente será el futuro cuarto Omnigold de Hulk, teniendo en cuenta que incluiría por entero los Marvel Masterworks 8 y 9.

Los números USA incluidos son: Incredible Hulk 145-170.

Seguimos con la etapa de la colección del piel verde, tercer tomo ya, en la que el dibujo de Herb Trimpe aparece como único componente persistente.

Afortunadamente, la parte escrita, pese a no gozar de ningún autor continuado durante largo tiempo, viene fraccionada en tramos lo suficientemente extensos para el adecuado desarrollo de líneas argumentales.

En el primer tramo de este hipotético tomo reseñado, Roy Thomas sigue siendo el guionista titular, pese a recibir puntuales ayudas por parte de Gerry Conway y Len Wein.

Desde mi punto de vista, esta etapa reseñada empieza fuerte con una de las historias más entretenidas de la colección. Se trata de los Hijos de los Dioses, una raza extraterrestre cuyos componentes son la viva imagen de los dioses del antiguo Egipto. Una historia muy loca que sirve para que Trimpe despliegue todo su potencial narrativo. Mítica es la pelea contra el Coloso de Rodas.

Al tiempo que Trueno Ross ya prepara su nuevo plan: el Proyecto Piel Verde.

Lo mismo puedo decir de la pequeña historia del espejismo. Un breve relato de fantasía que me parece mágico. Con un Hulk desamparado por el que resulta difícil no sentir cariño. Además, aquí entra John Severin como entintador fijo de Trimpe, lo que supone una importante mejora en los acabados de su brillante narrativa.

El arco que sigue, con el Líder de nuevo haciendo de las suyas, no le va a la zaga. El plan del Líder me parece muy bien ideado y desarrollado, reemplazando personalidades por androides. Como colofón, la carrera de Doc Samson como superhéroe llega a su fin… Aparentemente.

Archie Goodwin y el Proyecto Piel Verde.

En pleno Proyecto Piel Verde, Archie Goodwin se pone al mando de la labor argumental en una larga serie de números.

El plan tiene por objeto capturar a Hulk y retenerlo hasta encontrar una cura para Banner. Claramente un proyecto con dos caras opuestas. Una positiva en la esperanza de dar al fin con el tratamiento que elimine a Hulk del cuerpo de Bruce Banner. Y una negativa que condena a Bruce a vivir atrapado permanentemente en una prisión de la que no puede escapar.

El inicio de la etapa de Archie Goodwin es un tanto renqueante. El primer arco mezcla la cura de Banner con una nueva aparición de Jarella, que viene en busca de Hulk para salvar a su micromundo. Peca de falta de desarrollo al ocurrir demasiadas cosas en 20 páginas, pero no negaré que tiene su encanto.

Atención a los efectos del tratamiento para Banner, que se vale de los rayos solares. Resulta que acaba provocando perturbaciones en el Sol que ponen en peligro la existencia del propio planeta. Esto son efectos secundarios y lo demás son tonterías.

En la parte gráfica, quizás aquí el trabajo de Trimpe ha decrecido en espectacularidad y en creatividad, en cuanto a composición de viñetas y trucos propios del artista. Pero por otro lado, el embellecido de John Severin hacen que sus lápices luzcan mejor, y creo que como narrador Herb sigue consumando un trabajo más que bueno.

En cuanto a los guiones, Goodwin le toma rápido el pulso a la colección y comprende que lo que mejor le sienta a las aventuras del gigante esmeralda es la fantasía y la ciencia ficción.

Dejando de lado el número coprotagonizado por los Hombres-X Kaos y Polaris, para mí prescindible, entramos en una serie de relatos de Ciencia Ficción entre lo inexplicable y enigmático, que le sientan como un guante a nuestro querido monstruo. Seguramente muy influenciados por el cómic americano de los 50.

Números como el de la masa que se arrastra en la que se convierte un senador o el de Hulk empequeñecido batallando contra ratas. Y especialmente el del mundo subatómico en el que se encuentra cara a cara con el Conformador, un extraño ser con aspecto de skrull que es capaz de hacer realidad cualquier sueño. Se trata de una historia de lo más loca sobre un nazi, también menguado desde el mundo que conocemos, que pide al Conformador hacer realidad su sueño: derrotar a las fuerzas aliadas en una recreación de la Segunda Guerra Mundial.

Incluso hay lugar para la fantasía heroica en un nuevo capítulo de Hulk en el mundo de Jarella.

El apartado relativo a los personajes secundarios y sus vivencias, en esta etapa siempre queda en un segundo plano, pero no por ello deja de ser interesante.

Por un lado, se forma un triángulo amoroso entre Bruce, Betty y Jarella, cuyo atractivo reside en el hecho de que Bruce no está seguro de si sus sentimientos hacia Jarella son propios o son un residuo en su mente influenciado por su alter ego.

La cosa acaba con un acercamiento de Betty a Glenn Talbot, que termina en el feliz enlace matrimonial unos números más tarde.

El General Ross, por su parte, ha ido creciendo como personaje. Ya no estamos ante el simple militar sin escrúpulos ni apenas matices.

Y finalmente Jim Wilson juega muy bien su papel de amigo fiel de Hulk, distanciándose así del resto de personajes.

Entre todos estos viajes a lo desconocido de nuestra querida Masa, se abre un pequeño paréntesis en forma de línea argumental más convencional y realista. Incluso hay una suplencia en los autores. Gary Friedrich y Dick Ayers son los encargados de darle forma.

Como si de un número Anual se tratara, durante dos números podemos gozar de la participación de casi todos los superhéroes de la casa. La historia va de juzgar a Hulk por todo lo ocasionado.

Quizás rompe la línea seguida por el tándem Goodwin/Trimpe, pero la verdad es que, pese al flojo dibujo de Dick Ayers, el arco está muy bien resuelto, es creíble y se hace un buen uso de la mayoría de héroes invitados. Hasta el juicio resulta divertido.

Ya en el número ambientado en el mundo de Jarella había hecho su entrada Sal Trapani como sustituto de John Severin. En un principio su trabajo sobre los lápices de Trimpe es un poco gris pero pronto logra dar en la tecla. A mí personalmente me acaba resultando adecuado como entintador de Trimpe. Por suerte, porque Trapani se queda durante una temporadita.

Los últimos números de Archie Goodwin en la colección nos traen un nuevo enfrentamiento con el Rino, esta vez controlado mentalmente por un incapacitado Líder.

Y un desenlace de lo más entretenido que traslada a los dos titanes a la Contratierra. En el mundo clonado de la Tierra por el Alto Evolucionador, Hulk se encuentra con versiones alternativas de los habituales secundarios de la serie, descubriendo sorpresivamente que Hulk no existe en ese planeta, pero sí Bruce Banner.

El turno ahora es para Steve Englehart.

Mal empieza la etapa del viejo Steve.

De entrada, el pacto entre el General Ross y la Abominación resulta bastante inocentón. Siguiendo con el número en que interviene el Tiburón Tigre, el enemigo de Namor, que aparece sin más y origina una pelea sin venir a cuento.

Eso sin dejar de lado lo ‘infantiles» que resultan los diálogos al lado de lo que dejamos atrás.

En lo que respecta a la breve estancia en Canadá del gigante esmeralda, tampoco se puede sacar demasiado. El número en que se enfrenta a la Bestia y al Mímico es bastante flojo, mientras que el de Wendigo por lo menos tiene su punto entrañable. Por cierto, qué mal le queda a Trimpe la Bestia.

Creo que, en estos primeros compases, Englehart se ve estrechamente ligado al pasado, buscando acomodo en la acción pura y dura y en la naturaleza más simplista de la pasada década. Ciertamente, que el autor no dé demasiadas explicaciones y que las tramas y motivaciones aparezcan sin ton ni son forma parte de la esencia del guionista, que aquí todavía se le ve muy verde.

Incluso recupera aquella amenaza soviética, tan fundacional de los primeros tiempos de Marvel, en el arco protagonizado por el Gremlin. El villano no es más que el hijo de aquel lejanísimo personaje llamado la Gárgola, aparecido en el histórico primer número de Hulk. Pese a todo, el número no está mal.

Lo bueno empieza con el viaje al Inframundo del Capitán Omen. Una historia sobre una especie de Capitán Nemo y su deforme tripulación que vive atrapada bajo las profundidades del océano. Magnífico relato y un Herb Trimpe que demuestra estar en gran forma.

Al mismo tiempo, el General Ross vive sus propios problemas al haber sido capturado por los soviéticos. Los americanos preparan una operación de rescate que termina en aparente tragedia en la figura de Glenn Talbot. Definitivamente la colección se ha vuelto a poner muy interesante.

El número de presentación de Zzax, el monstruo compuesto por electricidad, está bastante bien, por lo menos a nivel de acción. Aunque la participación de Ojo de Halcón se la podrían haber ahorrado.

Los últimos números incluidos en esta etapa reseñada nos traen la mala noticia del cambio en el entintado. Jack Abel es de lo más flojo en cuanto a entintadores de aquella época, pero al menos su trazo grueso no “mancha” tanto el arte de Trimpe como, por ejemplo, el de Gene Colan.

En un arco más extenso, MODOK prepara un siniestro plan que incluye a Betty Ross. Una Betty trastornada después de conocer la muerte de su marido. Pese al acabado no especialmente agraciado, hay que decir que las imágenes de una Betty desequilibrada mentalmente son muy expresivas y realistas.

De aquí nace la Arpía, al tiempo que Ross es relevado del Proyecto Piel Verde. Y ya con un Englehart desbocado, la historia termina en una ciudad entre las nubes, donde reside un nuevo villano monstruoso, la Bi-Bestia.

A estos cómics se les puede achacar un desarrollo un tanto pueril, o que Englegart va metiendo ideas casi sin venir a cuento, o que sus diálogos son simplistas. Pero oye, son cómics que se leen solos. Son tan entretenidos que no podemos apartar nuestra mirada de sus viñetas.

El último número incluido lleva a Hulk y a Betty, ya curada, a aterrizar en una isla perdida donde el gigante protagonista la protegerá de unos monstruos gigantes. Diría que una trama con cierta inspiración en la de King-Kong.

Conclusión.

Quizás ésta sea la colección que mejor conserva la sencillez y espontaneidad del Marvel de los 60. Pero al mismo tiempo habiendo crecido y madurado, dejando atrás buena parte de la ingenuidad de antaño.

De los tomos o hipotéticos tomos de Hulk reseñados hasta ahora, quizás éste cuarto sea el más regular de todos.

Quitando el inicio de la etapa Englehart, el resto, que es como decir casi todo, me parece altamente recomendable. Marvel en estado puro y toneladas de entretenimiento.

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rockomic

27 Comments

on “Reseñas: Hulk: tomo 4 (pendiente) (1971-1973)
27 Comments on “Reseñas: Hulk: tomo 4 (pendiente) (1971-1973)
  1. Buen análisis. La verdad es que Trimpe no lo tragaba cuando era pequeño y leía los números de Bruguera, pero he de reconocer que poco a poco le fui pillando el punto y la verdad es que ahora me gusta. Prefiero a Sal Buscema mil veces, pero también disfruto a Trimpe.
    A ver si el año que viene sacan nuevo tomo de La Masa, porque me parece que este año ná de ná

  2. Pocos artistas resisten la comparación con Don Silvio, está claro. Historias como dice Roc muy sencillas, pero que al fiel seguidor del verdoso, pues nos siguen cautivando. Me encanta el personaje de Jim Wilson ( estoy empezando a pensar que lo mío con los afros que se apellidan Wilson es algo casi fetichista, jaja ). Un tomo que cuando salga ( QUE SALDRÁ, ¿VERDAD ? ) cae sí o también.
    Trimpe, bueno…con la lejanía del tiempo yo, particularmente, lo miro con cierta simpatía ( o nostalgia ) . Que no será el mejor dibujante de La Masa ni de lejos, pero tuvo el mérito de que su estilo sigue estando ligada al bueno de Hulk. Por algo será .

    • Es que luego en el crossover entre Hulk y el Capi (Corporación mediante) nos aclaraban que Jim era el sobrino (vale, un tanto rebuscado, pero siendo el universo Marvel no podía ser casual, tenían que buscar una conexión) de Sam Wilson.

      • En todo caso Jim Wilson fue un buen nuevo Rick Jones para tiempos más diversos y socialmente concienciados. Mucho después, hacia mediados de los noventa (se le había perdido la pista en el cambio de década de los setenta a los ochenta), Peter David le convertiría en víctima del SIDA.

  3. Por cierto ya mismo saldrá la etapa de PETER DAVID, otro que dejó su sello.
    A mi el HULK de David me encantó.

    Pero lo mismo,me quedó con el de SAL BUSCEMA.

    Que arte dibujando HULK, para mi el que mejor lo dibujo.

  4. La figura de Hulk de Sal Buscema para mí es la que ha quedado como imagen icónica del personaje. Como el Peter Parker de Romita.

    En cuanto a etapas, quizás me quedo antes con la de Trimpe que con la de Buscema. La de Sal Buscema tenía mejores acabados mientras que la de Trimpe era más dinámica. Y quizás la de Trimpe tiene más historias míticas.

  5. Hulk y Rockomic desatados, hermanos de tinta!😈 Recuperando el tiempo perdido en plan berserkers de buen fondo, ya podrían aprender en Panini, ya, ja. Bravo.

    • Buen material, sin duda. Roy Thomas, Len Wein, Gerry Conway, Archie Goodwin, Gary Friedrich, Steve Englehart, Herb Trimpe (que tenía un gran éxito entre las señoras y señoritas del Bullpen en esos años en que la oficina era mayoritariamente femenina y Herb prefería trabajar allí, como su gran amiga Marie Severin, no como en cambio John Romita, que iba porque no le quedaba otra, al estar en plantilla le obligaban a ir a la oficina, pero Romita prefería trabajar en casa), los Severin,…semejante pléyade solo fallaba muy de cuando en cuando…y aquí están bastante bien la mayoría.

  6. En cuanto a lo del aspecto skrull del Conformador, Rockomic, bueno, recuerda que el Conformador de Mundos era originalmente el cubo cósmico skrull, que se hizo autoconsciente y evolucionó. Santa suspensión de credibilidad, Batman!😈😎

  7. El matrimonio entre el gafado militar (Talbot, que como Ross era un militar que pese a excusar todos sus malos actos en el deber castrense y la obediencia debida, luego, cuando le interesaba, se los pasaba por el forro, ya fuese para actuar noblemente o como un miserable, en todo caso ambos oficiales negligentes y desobedientes, merecedores de unos cuantos consejos de guerra y ya como personas de lo más tóxicas …y anticuadas ya para la época, aunque eso iba un poco con el cargo) y la joven Ross (sobrina nieta de la Betty Ross del FBI que se arrimaba al Capi en los cuarenta …y luego se casó con uno de sus sustitutos: Jeff Mace aka El Patriota, según nos contaría Karl Kesel) pronto sería cualquier cosa menos feliz. Ese enlace también estaba gafado. Vale que lo mismo puede decirse del noviazgo entre Hulk (y Banner, triángulo amoroso consigo mismo, ja) y Jarella …o del muy posterior enlace entre Banner y Betty.

    • Es que su debut fue aquí, en Increíble Hulk, a comienzos de los setenta, de la mano de Goodwin & Trimpe. No se entró en detalles con sus orígenes hasta una década después, a comienzos de los ochenta (en un Anual del Capi?), pero ya se le había identificado como el Cubo Cósmico Skrull. Con esas pintas, por muy albino que fuese estaba claro que era skrull sí o sí, ja. Su aprendiz, Glorian, acabaría bastante mal, como vimos en Aniquilación.

  8. «(…) Wolverine y querían que apareciera en la serie de Hulk. Me dijeron que el personaje se llamaba Wolverine, así que inmediatamente cogí la enciclopedia, miré qué decía sobre Wolverine y vi una foto del animal. Es un pequeño animal muy voraz con enormes garras. Es implacable, rápido. Utilicé todos esos elementos, como las garras y la fiereza, en el traje. El animal tiene un toque felino, un aspecto de gato maltés, pero creo que es un animal canino.» (John Romita).

    • El glotón o carcayú (Gulo gulo), no lobezno (nada de Lobezno), es un mustélido, como las nutrias. Un mamífero carnívoro mustélido polígamo (la verdad, define bastante bien a Logan, ja), único en su género (aunque más parecido a un oso enano bizarro y feo que a otros mustélidos). Un bicho fuerte y fiero (caza a animales mucho mayores si es necesario), celoso de su espacio personal y con muy mal genio.🧐😉😎

    • Sí le dio él también en su diseño un aspecto ligeramente felino. También en su aparición en Hulk intentarían tirar por ahí, algo que ya no pasaría con Cockrum en los X-Men …o se iría perdiendo rápido tras el Giant Size …o al menos eso me ha parecido siempre a mí.

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