Reseñas: Morbius: Omnibus Limited Edition: «Morbius… El Vampiro Viviente» (1973-1976)

Michael Morbius fue creado en la colección de Spiderman como supervillano del personaje titular. Aunque en realidad se trata de un villano que no lo es tanto. Uno de esos que agreden o atentan contra el prójimo porque de ello depende su subsistencia, no por gusto.

La cuestión es que tal condición fue suficiente para brindar al personaje una carrera en solitario. Sobre todo, aprovechando el auge de personajes de género terrorífico.

El presente volumen recoge todas y cada una de las apariciones de Morbius en la Marvel de los 70, ya sea en las colecciones que protagoniza como en las que participa como invitado. Esta reseña analiza tan sólo las aventuras bajo cabecera del propio personaje. Es decir, los dos seriales incluidos en Adventure into Fear y en el magazine Vampire Tales, más el único número aparecido en Marvel Preview. El resto de material ya queda analizado en las reseñas de los correspondientes tomos de los personajes titulares.

Etapa Steve Gerber.

La primera historieta de Morbius que nos encontramos corresponde al primer número de Vampire Tales. Revista de cómic en blanco y negro de temática vampírica, que acostumbraba a incluir una historia protagonizada por nuestro vampiro.

Steve Gerber y Pablo Marcos son los encargados de iniciar el hilo de la aventura solista de Morbius.

Ya de entrada, hacen hincapié en el calvario que vive el protagonista por ser quien es y tener que matar para subsistir. Un drama personal sobre el que se edificarán las sucesivas líneas argumentales.

Ante su soledad, el primer cometido de Morbius es el de buscar a Martine, su amada antes de convertirse en el monstruo que es.

Tras este primer relato se sitúa la primera línea argumental de la serie en color, la de Adventure into Fear, puesto que tiene cierta continuidad respecto al primer relato de Vampire Tales.

Mike Friedrich y Paul Gulacy se encargan del primer número, para luego recoger el testigo de nuevo Steve Gerber, que guioniza los siguientes.

El apartado gráfico de la etapa Gerber se lo reparten Gil Kane, Rich Buckler y Craig Russell.

Friedrich nos presenta a uno de los principales antagonistas de la serie, el Reverendo Daemond. Pero no un reverendo al uso sino un practicante del culto satánico, que domina las artes ocultas.

También nos presenta a una inocente niña llamada Tara, que no es lo que parece. Tara también posee poderes casi ilimitados en las artes místicas y tiene la capacidad de transformarse en ella misma tal como será en el futuro.

En todo caso, un número de presentación que no está mal, intentando mezclar terror y ocultismo, pero no especialmente original.

Ya con Steve Gerber a la batuta, la colección empieza a tomar otro semblante y, desde luego, lejos de cualquier convencionalismo.

De entrada, Gerber nos presenta a los Custodios. Se trata de tres tipos de un mundo lejano, llegados a la tierra en los tiempos en que los homínidos empezaban a bajar de los árboles. Tienen una edad, vamos.

Los Custodios resulta que fueron, por aquel entonces, los guías de nuestros ancestros en su evolución y aprendizaje, enseñándoles cómo hacer fuego y demás avances de la época.

Pero como la vida de los Custodios está llegando a su fin, preparan su relevo, rollo atado y bien atado. La cosa consiste en crear una nueva raza de tres superhombres, a quienes llaman los Hijos del Cometa. Estos futuros seres, que tienen metidos en una especie de tubos-incubadora, vendrán a sustituir a los Custodios en su cometido.

Aquí, Gerber vuelve a echar mano de un principio que ya usó en la colección del Hijo de Satán, en la saga de Kometes. Morbius les suelta a los Custodios que el hombre debe ganarse el derecho a existir por sus propios medios, sin nadie que mueva sus hilos. Tal cual lo que expone el Hijo de Satán en su serie.

Así que, tenemos a Daemond por un lado, a los Custodios en el opuesto, y Morbius en medio de ellos. Pero la fiesta de Steve Gerber no ha hecho más que empezar.

En su segundo capítulo, el guionista se inventa la Tierra del Medio. Un mundo situado en un lugar indeterminado, en el que reside una raza de felinos evolucionados.

Atención a la historia. Estos felinos avanzados fueron creados por los Hechiceros, como es el caso de Daemond, como mascotas. Pero la cosa se les fue de las manos cuando los felinos evolucionaron hacia seres inteligentes (¿referencia al Planeta de los Simios?), así que no tuvieron más remedio que desterrarlos a esta especie de prisión.

¿Y qué pinta Morbius en todo esto? Pues los felinos se lo llevan a su mundo a través de un portal interdimensional, para que les resuelva un problemilla, la superpoblación. Claro, como no dejan de ser gatos, se reproducen en camadas, con el resultado de que ha acabado habiendo más felinos que espacio disponible.

Está claro que pasamos de una cosa a otra en un pestañeo, pero el factor imaginativo del guionista salva la papeleta sin problemas.

Como no hay dos sin tres, tercer episodio de Gerber y tercer mundo o concepto que sale de su ilimitada bolsa de trucos.

Esta vez, tras una surrealista evasión del mundo felino, Morbius aparece por arte de magia en un lugar llamado el Pueblo de Arturo, todavía más alucinógeno que el anterior.

Arturo resulta ser el mundo de donde provenían los Custodios, justo antes de partir hacia la tierra. Pero actualmente está poblado por seres de lo más grotesco, donde no hay dos iguales, que resultan ser producto de los experimentos de la raza de los Custodios. Experimentos como los que, precisamente, están llevando a cabo en la Tierra en el presente. No es fácil de entender, pero a grosso modo sería esto.

Así que, Morbius ya tiene ocupación en su regreso a la Tierra. Detener a los Custodios.

La casualidad hace que la nave en la que Morbius viaja de regreso, aterrice delante de las narices de Blade, el cazavampiros.

Con el inevitable enfrentamiento entre Morbius y Blade, termina Gerber su andadura por la colección.

Etapa Don Mcgregor.

Volvemos a Vampire Tales, donde el guionista Don Mcgregor inaugura su propio serial.

El apartado gráfico sigue estando muy repartido. Muy buen trabajo de Rich Buckler y Tom Sutton, que se van alternando, más un número final por parte de Mike Vosburg.

El estilo literario de Mcgregor le sienta muy bien a la colección, especialmente en los bocadillos de narración, narrados en segunda persona.

El guionista desarrolla una línea argumental fraccionada en relatos, que podríamos clasificar como terror gótico de la vertiente satánica.

Básicamente, todo gira en torno a la protección que Morbius presta a una joven, Amanda Saint, frente a la corte de demonios al servicio del Demonio del Fuego. Protección que representa la resistencia de Michael respecto a su maldición. Una victoria simbólica en su lucha interna por no dañar a nadie.

De esta forma, Morbius debe hacer frente a diferentes cultos y rituales satánicos, o a los deformes habitantes de una localidad ballenera, que parecen sacados de la Matanza de Texas.

Algunos episodios ambientados en pueblos del antiguo oeste americano, y hasta pequeñas incursiones en política. Y gran variedad de desafiantes, casi todos adoradores del Demonio del Fuego. Nombres tan seductores como Marea de Sangre, Alondra Venenosa o Llama Mortal.

Números bastante locos y densos, fieles al estilo sobrecargado de Mcgregor. Trabajo loable, pero personalmente la etapa se me acaba haciendo cuesta arriba.

Etapa Doug Moench y Bill Mantlo.

Volvemos de nuevo al serial de Adventure into Fear, donde Doug Moench toma el relevo de Steve Gerber.

La trama sobre los Custodios y Daemond sigue abierta, así que Moench pone hilo a la aguja. Y lo hace acompañado por Frank Robbins a los lápices.

Moench rescata a la poderosa niña Tara y la convierte en uno de los principales centros de atención. Pero la trama deriva en un producto de acción primaria de índole más convencional. Nada que ver con la clase y creatividad de Gerber.

Un final en el que Moench lo implosiona todo dándole la vuelta a varios personajes. Da la sensación de que el guionista quería quitarse la rémora de encima, viendo la celeridad con la que termina todo.

Lo cierto es que la nueva línea argumental es un partir de cero.

Moench empieza a cocinar la nueva trama en el cuarto Giant-Size de la colección del Hombre Lobo. Número que cabe mencionar porque significa el regreso a escena de su amada Martine.

A partir de aquí, Doug Moench y Frank Robbins empiezan a desarrollar una suerte de relato de intriga policíaca y acción dinámica, donde toma especial protagonismo un agente llamado Stroud, que quiere dar caza a Morbius. Algo así como un Drácula contra Van Helsing moderno. De hecho, la mansión que alquila Martine como residencia junto su amado Michael, parece claramente inspirada en el castillo de Drácula.

Pero no parece que Moench se sienta satisfecho con lo que nos está contando, porque a las primeras de cambio le da un vuelco total al guion y se pone a emular a Steve Gerber.

La cuestión es que dentro de la mansión resulta haber un portal a otra dimensión, que acaba cruzando Morbius y más tarde su perseguidor, Stroud.

Al otro lado reside un ser llamado Ojos Infernales, cubierto todo él de ojos que no son otra cosa que portales a alguno de los mil infiernos existentes.

Una buena flipada, que cuenta con la inestimable ayuda de Frank Robbins para acabar de enrarecer el ambiente. Para nada es mal dibujante, Robbins, pero no me acaba de encajar en este tipo de historias.

Lo mejor de todo es que, después de haber puesto patas arriba el devenir de la serie, Moench deja la colección siendo sustituido por Bill Mantlo.

El bueno de Mantlo se encuentra con el marronazo de una línea argumental en su germen, así que es normal que el guionista no supiera ni donde estaba.

Bill se queda en los tres números restantes hasta que la serie llega a su fin, y ciertamente la cosa decae bastante. Tampoco es que ayuden los dibujantes que le acompañan. Don Heck, George Evans y de nuevo Frank Robbins.

La secuencia en el infierno del mar de sangre es bastante mala, con detalles sonrojantes como los cangrejos cantarines. O la calidad de los diálogos, bastante infantiles.

Se trata del número que cierra lo iniciado por Moench en la dimensión de Ojos Infernales. Un arco al que Mantlo aplica la misma medicina que Moench usó con el arco final de Gerber. Ventilárselo por la vía rápida para empezar de nuevo.

Ya de vuelta a la realidad, Morbius y Stroud, al más puro estilo buddy comedy, se enfrentan a una legión de vampiros. Siguiendo la línea iniciada por Moench antes del alucinógeno viaje a los infiernos, el dúo intenta averiguar de donde ha salido tanto vampiro. El arco, en la misma línea de suspense y acción, es bastante discretito.

Para terminar, tan solo nos queda la otra etapa, breve, guionizada por Doug Moench. La que sirve para cerrar el ciclo de Vampire Tales, más el añadido del único relato incluido en otro magazine en blanco y negro, Marvel Preview, bajo la cabecera Legión de Monstruos.

En los tres relatos, Moench cuenta con los dibujos de Sonny Trinidad, para completar un buen trabajo conjunto. Son tres historias autoconclusivas, muy del estilo de los habituales relatos incluidos en los magazines de terror.

Tenemos un conflicto en la América rural, entre una solidaria joven y unos mineros codiciosos, en el que se ve envuelto Morbius. En lo que termina siendo una historia de venganza que está muy bien narrada.

Luego otro relato, quizás aún mejor, en el que Morbius, con la ayuda de una escultural mujer que se presenta como cazavampiros, tendrá que desmantelar una hermandad de vampiros que quieren asumir el control del país. Historia de misterio que está muy bien.

Y para acabar, un relato de terror, con licántropo incluido y sorpresa final.

Conclusión.

Si vale la pena este volumen sería por la etapa de Steve Gerber. Aunque es bastante corta. Gerber pone la carne en el asador con una de sus alucinadas argumentales, al estilo de las del Hijo de Satán o el Hombre-Cosa.

Del resto, también hay que valorar la parte de Doug Moench en Vampire Tales, y poco más. Quizás los números de Don Mcgregor también gusten a sus fans.

Enlace a la ficha:

Loading

rockomic

20 Comments

on “Reseñas: Morbius: Omnibus Limited Edition: «Morbius… El Vampiro Viviente» (1973-1976)
20 Comments on “Reseñas: Morbius: Omnibus Limited Edition: «Morbius… El Vampiro Viviente» (1973-1976)
  1. Buen comic pero no para tirar cohetes,yo en su día no lo pille por su precio , me pareció en su día una barbaridad, pero últimamente los precios de PANINI y la política especulativa del el tito va a resultar una ganga este comic
    Buena reseña ROCKOMIC

    • Tomo recomendable para los que no tenga lo que ya está en los MLE anteriores y en los Omnigold. Que para esos ya sería muy mal negocio, claro. Y sí, lo mejor es lo de Gerber y lo de Moench (dos guionistas que además eran de los que salían más baratos a Marvel en aquellos años, ja). Yo, por mis siniestras lecturas de infancia (Lovecraft, Poe, Stoker, Le Fanu, William Hope Hodgson, Arthur Machen,…y las series de terror de Vértice, incluidos estos magazines) le tengo un especial cariño a lo de Vampire Tales.

      • Buen tebeo sobretodo el vampire tales en buen papel pero no se puede comprar todo me falta un número de vertice y con eso me apaño que también les tengo cariño
        Estoy leyendo otras cosas pero recuerdo haber leído algún cuento de Machen realmente bueno parece ser que con el empezó todo

  2. Gracias, amigos!

    Creo que éste es uno de los pocos tomos con material que casi nadie ha leído. Lo digo por la serie de Adventure into Fear, que nunca antes había sido editada aquí hasta ahora. Estaba la edición en inglés, eso sí.

  3. Aunque no hay mucha homogeneidad gráfica (algo por otra parte habitual en las recopilaciones setenteras, no digamos ya si cubren más de una cabecera), no nos podemos quejar de los resultados con Pablo Marcos, Paul Gulacy, Gil Kane, PC Russell, Tom Sutton, Frank Robbins y Sonny Trinidad. A mí me encanta Robbins (vale que los superhéroes y el terror no sería precisamente para lo que lo escogería, ja) pero me parece que del lote me quedo con el peruano y el filipino que se movían bien entre vampiros, zombis, demonios y bárbaros. George Evans, dibujante notable en sus años mozos (cuando en EC Comics se lo podía ver en Tales from the Crypt, Haunt of Fear, Crime Suspenstories, Shock o los títulos bélicos, entre otras), poco destacable hizo para Marvel (creo recordar que andaba también por Super-Villain Team-Up) y DC, algo más se esforzó para las revistas de la Warren (Creepy), pero sus días de gloria ya habían pasado y ya no estaba para mucho Blazing Combat (tampoco era viejo todavía, cosecha del ’20, pero tuvo que vivir muchas).

  4. «(…) Morbius… Una de las primeras historias en dos partes estaba dibujada por Tom Sutton, que creo que hizo un trabajo estupendo.» (Don McGregor).

  5. «Tuve mala suerte, porque en las dos ocasiones en las que Tom dibujó algo para Morbius, nunca pudo ponerle punto final. Hizo una historia que era un western que se llamaba «Where’s gallows bend and what the hell am i doing there?», en dos partes. Tom dibujó la primera y Mike Vosburg la segunda. Me hubiese gustado que Tom hubiese hecho la segunda parte, porque siempre conseguía una buena ambientación y una gran sensualidad y perversidad en los personajes. El trabajo de Mike era mucho más limpio, pero Tom conseguía poner en un primer plano la atmósfera necesaria y una especie de clima grotesco que era exactamente lo que yo había planeado.» (Don McGregor).

  6. «Al principio hicimos juntos una historia de Morbius que se titulaba «Lighthouse of the possessed», aunque en realidad esa la había escrito para la serie de Vampirella. La gente de la Warren me ofreció Vampirella y esa historia que posteriormente reescribí para Morbius era como una especie de entrenamiento. Tenía cierto trasfondo político, porque trataba de un candidato que se presentaba a un cargo, y el eslogan de campaña que quería utilizar en la versión de Vampirella era «No chicanery with Mannery» («Con Mannery no hay engaños»). Me parece que esa era la sinopsis principal. Revisé todas las historias que Archie Goodwin había guionizado en Vampirella (la única vez que lo hice) y fui quedándome con viñetas concretas donde aparecía la historia de Vampi y algunos otros elementos que me parecieron pertinentes para hacer mi versión. Redacté un pequeño libro de notas a modo de «biblia» del personaje para poder utilizarlo en las escenas más relevantes y saber cómo era su pasado y su actitud en ciertos temas. Pero cuando envié el guion (en ese punto no recuerdo si ya lo había terminado del todo) el editor no quiso usar la palabra «chicanery». Creo que la habíamos incluido en parte del diálogo. Así que terminé el guion y eliminé la palabra de todos los diálogos de la trama, pero en las instrucciones que le envié a Tom le indiqué una escena en la que Vampi y sus colegas iban caminando justo al lado de una pared en la que se veía un póster de la campaña política. No recuerdo si la palabra censurada llegaba a verse del todo o no. Puede que Tom dibujara las cabezas tapando la palabra, o igual sólo podía verse en parte. Quizá aparecía al completo. Pero sé que solo aparecía en uno de los fondos. Aún así el editor se puso hecho un basilisco. Así que me impidió guionizar la serie de Vampirella. (Risas). Porque no le había obedecido y había incluido una palabra prohibida en la primera historia. Este tipo de cosas suelen ser arbitrarias y subjetivas… este mismo editor escribió una vez una historia titulada «The disenfranchised» (el privado del derecho al voto)…y la usaron en una de las portadas! Era la historia principal que se solía utilizar para vender la revista. Yo solo usé una palabra en un póster que se veía en uno de los fondos. En Warren consideraban que «chicanery» le resultaría bastante difícil al lector medio de la editorial, pero les parecía que la palabra «disenfranchised» quedaba mejor en portada, aunque en realidad todo esto trata sobre quién tiene y quién no tiene poder. A menudo solo se trata sobre eso.» (Don McGregor, 2005).

  7. «Así que la historia que escribí para la versión de Marvel estaba compuesta en su mayor parte por el material que me habían rechazado en Vampi. Creo que llegaron a hacer algunos cambios para que se pudiese adecuar al personaje de Morbius y sus secundarios y listo. Me parece que a los lectores les gustó bastante. La versión Marvel también generó cierta controversia. La gente se pensó que la escena final en la que le volaban la cabeza al chico idealista e ingenuo estaba dibujada de una forma demasiado gráfica.» (Don McGregor).

  8. «Por extraño que parezca, a veces me han criticado más mis cómics en blanco y negro que los que he escrito para que fuesen editados en color. La primera historia que hice para Morbius incluía una escena en la que unos policías encontraban algunas drogas en cierto sitio por el que acababa de pasar un chaval que era inocente. Los policías lo arrestaban de forma equivocada y empezaban a golpearlo. Al mismo tiempo que me encontraba escribiendo esa escena estábamos sufriendo una calurosa noche de julio en el Bronx, donde me encontraba viviendo en esa época. Ni siquiera teníamos aire acondicionado. En ese momento estaba trabajando a solas. Solía escribir por la noche, y creo que puede que fuese medianoche o incluso más tarde. Yo solo estaba vestido con una camiseta y unos calzoncillos. Pues bien, mientras estaba escribiendo una escena en la que los policías empezaban a apalear a ese chico, de repente sonó el timbre de la puerta. Yo creía que era Alex Simonson, que venía de visita para pasar la noche o algo así. No me molesté en vestirme. Me acerqué a la puerta …y cuando abrí allí estaba la policía! No sé por qué, pero cuando no estás vestido te sientes mucho más indefenso. Y yo estaba escribiendo una escena en la que unos policías pegaban de hostias a un tío y de repente la policía cogió e hizo aparición en mi puerta de forma imprevista! Lo primero que pensé fue: «Cómo lo han sabido? Quien sabe!» Creo que ni siquiera la gente de Marvel Comics podía saber sobre qué trataba esa historia, porque todavía no se la había enviado! Me gritaron: «Abra usted la puerta! Abra la puerta ahora mismo!» Y yo les grité: «Esperad! Dejad que me ponga los pantalones!» (Risas). En realidad se habían presentado en el apartamento equivocado. Aparentemente les habían llamado por un caso de violencia doméstica que se había producido en alguno de los pisos de abajo, pero creyeron que había sido en mi apartamento. Cuando se dieron cuenta de que yo estaba solo y de que no había nadie más en el apartamento se dieron media vuelta. Puede que solo sea una anécdota estrafalaria, pero me quedé bastante aterrizado. Fue algo espeluznante que tan sólo duró unos cinco minutos! Me quedé atrapado en medio de una horrorosa historia real.» (Don McGregor).

  9. «Cuando le entregué la historia al editor me insistió para que añadirse algunas frases más. Me dijo que no podía resolver de una forma tan cruda la escena de la redada porque estaba protagonizada por un chaval inocente que pagaba un precio demasiado alto (la historia parecía real porque se basaba en una situación auténtica que una vez había vivido un amigo mío, por lo que era potencialmente peligrosa). Era muy emocional y realista …y creo que realmente causaba el impacto que yo buscaba provocar con ella! Bueno, eso y que también quería contar una condenada historia de terror. Marvel quería que escribiera algún tipo de justificación que explicase la actitud de los policías. Tuve que añadir algunas frases que atemperasen la historia como fuese. He olvidado qué fue lo que añadí, pero siempre le he dado vueltas a lo extraño que parecía que todos estos problemas aparecieran mucho más a menudo en mis trabajos para las revistas en blanco y negro en lugar de las de color. Por ejemplo, nadie me dijo nada sobre los cuatro números de Killraven donde hacía aparición Death-Birth, una de las pocas veces en las que realmente me he inspirado en La Guerra de los Mundos de H.G. Wells. En esa historia los Marcianos se dedicaban a criar humanos para cenarse a los bebés como si fuesen un manjar. Es raro que no me dijeran nada! No crees?» (Don McGregor, 2005).

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.