Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.
Tomo número 6 de la Biblioteca Marvel correspondiente a Hulk. Un tomo que significa el final de la etapa guionizada por Stan Lee y dibujada por Marie Severin.
Al final del anterior volumen se iniciaba un arco argumental, el de Asgard, que obtiene su desarrollo y desenlace en el primer episodio de este nuevo tomo. Una historia que inició Stan Lee, pero termina Gary Friedrich, que entra como nuevo guionista de la colección. Si en el episodio inicial Loki usaba sus poderes para trasladar a Hulk a Asgard con el fin de sembrar el caos en el Reino Dorado, en este episodio final entran en escena la Encantadora y el Verdugo, que ven una oportunidad de utilizar a Bruce Banner para sus fines. Bruce/Hulk recibe finalmente ayuda de los Tres Guerreros y de Odín. Una aventura mágica y llena de encanto.
El siguiente paso, ya con Hulk de regreso a nuestro planeta, enfrenta a nuestro verdoso protagonista a un alienígena, el Parásito del Espacio. Otro capítulo de acción titánica narrada con solvencia por Marie Severin.
Luego está el número en el que Hulk se enfrenta al Rino, el villano de Spiderman que se estrena en el título de Hulk, colección en la que encaja bastante mejor como titán descerebrado que es. En cualquier caso, una historia lo suficientemente sólida que da paso al arco de presentación del Eslabón Perdido, que creo que es uno de los destacados de esta etapa. Un formato de relato, en base a un monstruo que arrastra una triste historia detrás, muy característico de esta etapa de la colección. Una historia con componente emotivo, pero especialmente rica en escenas de acción del tipo choque de titanes, más el habitual componente de género bélico aportado por Trueno Ross y su ejército.
La naturaleza de la colección sigue sin demasiados cambios respecto a anteriores tomos, sólo que ahora ya tiene muy claro hacia donde quiere ir. Todo gira en torno al drama de Bruce Banner y el del propio Hulk, en cuanto a monstruo incomprendido y odiado, y, por extensión, los de Betty Ross como enamorada de Banner, de Rick Jones como amigo y hasta de Glenn Talbot como pretendiente de Betty. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de la persecución obsesiva de Thaddeus Ross, en un retrato del militar inflexible y autoritario, que no deja en muy buen lugar a los altos mandos del ejército americano.
Incluso buena parte de los villanos viven su drama personal, caso del Eslabón Perdido, el Parásito del Espacio o incluso el Rino. Un drama personal que, puesto en contraste con el caso particular de Hulk, muchas veces sirve de sustento a la trama de turno.
Buena prueba del tono esencialmente dramático en el que se apoya la colección es que apenas hay lugar para la comedia. Sin embargo, eso no impide que el terreno en el que discurre la serie esté más relacionado con la aventura que con otros géneros. Desde el punto de vista de Bruce Banner se podría decir que la colección consiste en un constante viaje aleatorio, porque siempre se despierta en el lugar más insospechado al que le ha llevado caprichosamente su parte monstruosa.
Por otro lado, Marie Severin, pese a no estar entre los grandes dibujantes de la época, es una buena artesana que siempre cumple bien. Sus figuras tienen un curioso aire barroco, como poses exageradas, y su narrativa gráfica es notable. La única pega estaría en el entintado de George Tuska en algunos números.
Volviendo al arco argumental del Eslabón Perdido, en esta ocasión no es Gary Friedrich quien está a la máquina de escribir, sino que el guion y diálogos están escritos entre Roy Thomas, Bill Everett y Archie Goodwin. Pero la incorporación más importante sucede en el apartado gráfico, porque en el segundo de los números de esta historia hace su entrada Herb Trimpe, de momento dibujando sobre los bocetos de Marie Severin.
A estas alturas ya ha quedado manifiesta la condición de Hulk de alma solitaria. Un ser que busca incansablemente un amigo sin encontrarlo y se entristece cuando se siente traicionado por Rick o Betty, a quienes consideraba sus únicos amigos. Siempre desde el ingenuo y volátil convencimiento de un monstruo con la mente de un niño.
Hulk tan sólo quiere que le dejen en paz, pero irónicamente no causa otra cosa que temor, tomando así como modelo el clásico argumento de la reacción humana del miedo y destrucción hacia lo desconocido. Y todo ello a pesar de que, de forma repetida, Hulk no hace más que salvar a la humanidad de su aniquilación, ya sea causada por misiles nucleares o por invasiones extraterrestres.
Es en el siguiente número de la colección, el que cierra el tomo, cuando Trimpe pasa a ocuparse del dibujo a lápiz al completo, iniciando así una larguísima trayectoria como dibujante de Hulk. Un número que, además, significa la despedida definitiva de Gary Friedrich de la colección. Se trata de un arco argumental que verá su finalización en el próximo volumen de esta Biblioteca Marvel, en el que Hulk se las ve con el Mandarín por primera vez. El villano de Iron Man quizás queda algo desubicado como enemigo de Hulk, pero no está mal esta historia, que también inserta algunas dosis de espionaje con la participación de Nick Furia y su homónimo soviético, Yuri Brevlov. Además, Trimpe está todavía en fase de rodaje y no empezará a brillar hasta el próximo volumen.
Conclusión.
Otro volumen fácilmente recomendable de las aventuras de Hulk, en conjunto quizás algo por encima del anterior. En el siguiente, más y mejor con el regreso de Stan Lee y un Herb Trimpe a pleno rendimiento.
Enlace a la ficha:
- Reseñas: Biblioteca Marvel 92: Thor 11 (1968) - 19 June, 2025
- Reseñas: Biblioteca Marvel 91: El Increíble Hulk 6 (1968) - 19 June, 2025
- Reseñas: Biblioteca Marvel 90: Los Cuatro Fantásticos 15 (1968) - 19 June, 2025