Reseñas: Capitán América: Marvel Gold: «Shock del Futuro» (1983-1984)

Poco ha durado la estabilidad en lo que se refiere al equipo creativo «oficial» de esta etapa del título del Capitán América, el formado por J. M. DeMatteis y Mike Zeck. Tras el anterior tomo en el que, al fin, todos los episodios estaban firmados por ambos autores, en esta nueva entrega volvemos a las andadas y Mike Zeck no participa en los dos primeros números incluidos. En su lugar lo hace Sal Buscema, que hace un buen trabajo, sin más. Por fortuna, DeMatteis sí que se mantiene estable en el material incluido, con la única excepción del anual de turno.

Estos dos primeros episodios, por mucho que Zeck no tenga participación, al estar guionizados por DeMatteis no son números de relleno o independientes respecto a la continuidad que marca el guionista. El primero toca hueso social al tratar el desequilibrio mental de un pobre diablo convertido a maltratador doméstico a causa de su desesperada situación laboral, mientras que el segundo enfrenta al Capitán América a un renovado Puercoespín. Dos números que vienen a confirmar el tono un tanto sentimental de DeMatteis. En el segundo de ellos, no por la trama referente al Puercoespín, sino por la que sirve de fondo del episodio, la muerte de Jeff Mace, el que fuera el Patriota y, posteriormente, el tercer hombre en vestir el uniforme del Capitán América. Mace, en su lecho de muerte, tiene un último deseo: que el hombre que inspiró su carrera, Steve Rogers, esté a su lado.

La reaparición de Jeff Mace confirma otra de las tendencias de DeMatteis, la de dar alguna salida a las antiguas versiones tanto del Capitán América como de Bucky. La reaparición de Jack Monroe en el anterior tomo entra dentro de esta determinación. Monroe, que tomó la identidad de Bucky en los 50, es ahora el nuevo Nómada, el nuevo acompañante del Capitán América por mucho que el joven no se muestre demasiado convencido al respecto.

El anual número 7 de la colección interrumpe momentáneamente el hilo de continuidad de J. M. DeMatteis. Se trata de un nuevo capítulo en la saga del Cubo Cósmico, guionizado para la ocasión por Peter Gillis y dibujado por Brian Postman. Básicamente, un team-up entre el Capitán América y el Acuariano (antes Wundarr), flojo en su desarrollo, tanto a nivel gráfico como escrito, que, sin embargo, desemboca en un final de lo más inesperado. La historia narra como la organización IMA roba el Cubo Cósmico de las instalaciones del Proyecto PEGASO. Hasta que entra en escena el Conformador de Mundos para certificar que toda la trama era una excusa para llegar a la exposición final. Resulta que el Cubo Cósmico es, en realidad, una entidad viva. Pero no sólo eso, sino que, además, existen dos cubos cósmicos, uno skrull, que no es otro que el propio Conformador de Mundos, y otro kree, el Cubo Cósmico que ya conocíamos. Este último no es más que un embrión de una forma de vida que todavía desconocemos qué aspecto tendrá. Una historia rocambolesca que pone patas arriba todo lo vivido hasta ahora referente al Cubo Cósmico. En cualquier caso, habrá que ver si la ocurrencia origina algo positivo en el futuro.

DeMatteis regresa, esta vez junto a Mike Zeck y al entintador John Beatty, para la saga que ocupa la segunda mitad del tomo. Una saga que significa la despedida definitiva de la colección para el dibujante.

El guionista decide traerse a estas páginas un ciclo argumental del que pocos se acordaban a estas alturas, el de la inconclusa colección de Deathlok, que había sido cancelada abruptamente hacía ya bastantes años, dejando unos cuantos cabos sueltos.

El cíborg, que llevaba ya un tiempo en nuestro tiempo, logra deshacerse del control de la corporación Brand y regresar a su época inicial, a 1991. El Capitán América aprovecha la ocasión para colarse en el viaje al futuro junto a Deathlok, un futuro donde les espera Godwulf, una especie de líder de la resistencia del mañana postapocalíptico que le depara a la Tierra. Un futuro en el que los cíborgs, liderados por el perverso Hellinger, toman el control tras un exitoso proyecto de purga de todos los superhéroes. Hellinger, que en realidad fue quien creó al propio Deathlok, es un personaje ya presentado en el viejo serial de Deathlok en Astonishing Tales, lo mismo que Godwulf.

DeMatteis otorga un rol concreto a estos dos personajes, que arrastraban un currículum bastante confuso, dando como resultado una estupenda aventura de ciencia ficción bélica en futuro postapocalíptico. Pero la vuelta de tuerca definitiva está cuando Godwulf señala el año 1983 como fecha de inicio de la purga de los superhéroes, justo el año actual de publicación de esta saga. De este modo, el Capitán América, en su regreso a su/nuestro presente, llega con el tiempo justo para detener la primera fase de la masacre superheroica. Una acción que lleva a cabo el Comando Enésimo, otra delegación de la petrolera Roxxon, como la Brand. El Comando Enésimo, que fue presentado en la saga del Proyecto PEGASO en Marvel Two-in-One, cobra así un nuevo y oportuno sentido por obra y gracia del poder imaginativo del señor DeMatteis. Sin lugar a duda, una saga que pasa a ser lo mejor que nos deja este tomo.

No me olvido del contenido referente a la otra mitad de nuestro protagonista, la correspondiente a Steve Rogers. La relación entre Steve y Bernie Rosenthal definitivamente ha tomado un nuevo rumbo después de que la joven atara cabos en el tomo precedente respecto a la identidad de Rogers como Capitán América. Ya libre de obstáculos, Steve se lanza a ello, pero las cosas no acaban de ir por los derroteros que ella desearía cuando comprueba como su amado se ausenta repetidamente a causa de sus obligaciones como Capitán América. Pero si algo caracteriza a esta etapa es el sentimiento positivista y la tendencia al final feliz que imprime DeMatteis, de modo que, en un epílogo de lo más divertido, vemos a Bernie contentarse tras vivir un sueño en el que intercambia su posición con Rogers, vistiendo ella el uniforme mientras él la espera pacientemente en casa.

Ya de cara al próximo tomo, también vivimos la apertura de un nuevo hilo argumental. En una breve escena, vemos al Nómada caer en la trama de una misteriosa mujer que responde al nombre de Scarlet. En la siguiente entrega, más.

Conclusión.

Otro muy buen tomo correspondiente a la etapa guionizada por J. M. DeMatteis y, en buena parte, dibujada por Mike Zeck.

La saga de Deathlok hace que este tomo sea casi tan recomendable como el precedente.

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rockomic
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