Reseñas: Iron Man: Omnigold 4: «¡El Nacimiento del Poder!» (1970-1972)

Vamos con una nueva entrega de las aventuras clásicas de Iron Man. Un cuarto volumen donde seguimos con la etapa guionizada por Archie Goodwin. Una tapa que, por el momento, nos dejó algunos buenos resultados en el anterior volumen. Un nuevo volumen que devuelve a Don Heck a su puesto de dibujante a lápiz, al menos durante el primer tramo del mismo.

Entrando en materia, el tomo empieza con un buen puñado de números autoconclusivos que apenas suponen un avance en la evolución de la colección. De todos ellos, el único relato que me parece destacable es el nuevo enfrentamiento con el Controlador. Una historia que aporta buenas dosis de intriga, además de un argumento bien desarrollado.

Porque lo que es el número de la Dimensión Oscura y la Espada Solar adolece de un tono demasiado infantil. Por su parte, los conflictos sociales de barrio y corruptelas políticas prevalecen en el número de presentación de Tizón, un insólito villano antisistema. En cualquier caso, un episodio aceptable, sin más.

La marcha de Archie Goodwin trae consigo cierto grado de inestabilidad en la parte escrita. En primera instancia, Michael Gold se hace cargo de una ñoña historia sobre un pueblo gobernado dictatorialmente por una máquina y, todo seguido, entra Allyn Brodsky para encargarse de varios números, sin demasiada suerte.

Brodsky empieza con una historia en Japón muy tópica y manida, con cierto homenaje a los kaiju, para luego regresar a la temática social y a la acción urbana en dos historias que parecen más propias del pulp. Especialmente la segunda, que se inicia formando tres líneas argumentales diferentes que acaban confluyendo. En la otra, un agitador de masas se rebela contra el progreso. Brodsky acaba mezclando máquinas con contaminación y se queda tan ancho, como si progreso equivaliera a degradación ambiental. La cosa se le va de las manos al guionista hasta el previsible final. Impagable Iron Man haciendo de Sherlock Holmes.

El caso es que tenemos un primer tramo de tomo a base de números, en general, flojetes y de nula relevancia. Algunos de ellos quizás en otro contexto tuvieran su lugar, pero creo que en un tebeo de genero superheroico no terminan de funcionar. El único elemento que permanece más allá de este tramo es la figura de un nuevo personaje secundario. Se trata de Kevin O’Brien, un joven impulsivo que pasa a trabajar como empleado de Tony Stark.

Gerry Conway coge el timón.

La despedida de Allyn Brodsky coincide con la primera línea argumental extensa del presente tomo. Indudablemente nos encontramos ante una historia más propia de las andanzas de Iron Man que las anteriores, pero eso no significa necesariamente que vaya a ser mejor.

Inicialmente es el Maestro Espía, en la que es su primera aparición en el Universo Marvel, y sus secuaces, los villanos de turno que pretenden apoderarse de Industrias Stark. Sin embargo, pronto entra Gerry Conway como guionista estable y aparecen piezas hasta de debajo de las piedras. Resulta que el Maestro Espía y su Élite del Espionaje trabajan codo a codo con la organización criminal del Zodíaco, de modo que la cosa termina mezclando la trama con la de la llave de Escorpio, retomando el hilo empezado en la serie de Nick Furia. También entra Daredevil (incluido crossover con la colección del Cuernecitos), Madame Máscara y el propio Nick Furia. Tampoco falta Jasper Sitwell, que aquí sigue, en su rol de personaje de apoyo. Sitwell se lleva la peor parte al ser herido de gravedad y quedar al borde de la muerte. En conclusión, demasiada concentración de lances, personajes y giros, quedando un resultado que deja bastante que desear.

Pero eso no es todo porque, para rematar la faena, resulta que el Zodíaco y la Élite del Espionaje no eran más que peones de una fuerza superior. Así que, borrón y cuenta nueva, quedando todo lo vivido hasta ahora obsoleto. Conway se inventa una historia sobre una arcaica hermandad que tuvo posesión de la dichosa llave durante eones. El supuesto y caprichoso portavoz de la hermandad obliga a una pelea de patio de colegio entre buenos y malos, bajo amenazas y pretextos francamente lamentables.

Tras la saga del Zodíaco y compañía nos encontramos otra historia cuyo argumento podría valer para una de las historias cortas de los 50. Una raza de alienígenas pretende desalojar la tierra para entregarla a otra raza necesitada de hogar, puesto que los humanos no son merecedores de ella. Poquita cosa.

Es entonces cuando ocurre un hecho de cierta relevancia que marca el tramo de la colección que viene a continuación. Stark sufre un ataque al corazón dentro de su armadura, de forma que se ve obligado a confesar a O’Brien que él y el vengador dorado son la misma persona.

George Tuska, por su parte, regresa al puesto de dibujante estable para largo tiempo. Cuando a Tuska lo entinta Jim Mooney sus defectos quedan bastante disimulados, pero no es así en el caso de otros entintadores. Sin embargo, el trabajo narrativo de Tuska creo que es más que correcto. Sabe imprimir dinamismo cuando se esfuerza, y en general así ocurre.

Aquí no puedo pasar por alto uno de esos momentos risibles que nos brinda esta colección de tanto en tanto. Pero de los antológicos. En una nueva escena de Iron Man en su papel de ángel de la guarda, esta vez como protector de un hombre llamado Frankie Majors, Stark recibe un balazo en el hombro, lo que le obliga a llevar un cabestrillo. El caso es que, un poco más adelante, Tony vuelve a vestir la armadura de Iron Man ¡colocándose el cabestrillo con la armadura puesta! Para más inri, aparece así delante del propio Majors, a serio riesgo de que interprete que Stark y el superhéroe acorazado son la misma persona.

La colección sigue su descenso a los infiernos en uno de los peores arcos del volumen. Una línea argumental sobre un tipo llamado el Dragón Blanco y su pueblo, que no se sabe muy bien de donde salen ni qué pretenden. La historia cuenta con un Herb Trimpe bastante desganado en uno de los números.

La saga del Guardián… y los Friedrich que se lo guisan.

Y así, llegamos a la primera gran saga de esta etapa recogida en este hipotético volumen. Aunque quizás podríamos hablar de dos sagas interconectadas. La trama inicial trae consigo a un misterioso personaje a quien no le vemos la cara, llamado Señor Kline, que se vale de diferentes peones con el objetivo de destruir a Tony Stark. A su vez, Kline parece obedecer a una fuerza superior, que se nos presenta en poco más que bocadillos de texto. El Acuchillador, Demitrius, Mikas o un androide con la apariencia del Fantasma Nocturno, son los nombres que intentan llevar a cabo los planes de Kline respecto a Stark.

Además de la intriga por el misterioso villano en la sombra, el interés también reside en un Stark más atormentado que nunca. Tony vive su drama particular y cierto sentido de culpabilidad por el coma que sufre Jasper Sitwell. Un Sitwell que, sin embargo, durante el transcurso de la línea argumental logra salir del coma y recuperarse milagrosamente.

Por otro lado, Tony luce una nueva pareja sentimental, Marianne Rodgers, que había aparecido de la nada unos pocos números atrás. Una Marianne que tampoco se librará de contrariedades al descubrir que es poseedora de poderes mentales. De esta forma tenemos que el plantel de secundarios ha sufrido una revolución en último tramo de la serie. Ahora son Kevin O’Brien y Marianne los titulares en la alineación.

El caso es que la saga avanza hasta acabar derivando en otra línea argumental aún más interesante, la llamada saga del Guardián. Aquí es donde el apartado creativo escrito empieza a sufrir cambios. Gerry Conway sale a media saga tomando su sitio, primero, Robert Kanigher y, posteriormente, Gary Friedrich. A pesar de ello, el trabajo argumental no se resiente en ningún momento.

Kevin es el alma de la historia. O’Brien es un joven mentalmente inestable e influenciable, algo que se presumía ya desde su primera aparición, pero condición que aquí se va acentuando página a página. Su perturbada mente lo arrastra a cotas de ambición enfermizas, hasta el punto de creerse que Marianne es suya y que Tony se la ha robado. De este modo, el joven se enfunda en la armadura que habían estado preparando y así nace el Guardián. Mientras tanto, Marianne suma dos y dos y confiesa a Tony el descubrimiento de su secreto como Iron Man.

El argumento contiene notable componente social y político. Están los, paradójicamente, violentos estudiantes pacifistas cuyo blanco es Industrias Stark y, en frente, Simon Gilbert, un despiadado miembro de la junta que organiza un motín para usurpar la presidencia al propio Stark.

El coctel de ingredientes es realmente explosivo y, como se veía venir, termina en tragedia, con un Kevin ya totalmente fuera de sí, en un lance que no tiene más remedio que provocar Iron Man. Es la crónica del descenso a los infiernos de un hombre mentalmente enfermo. Muy buena saga, en definitiva.

La saga da paso a un número especial realizado por Roy Thomas y Barry Smith. Un remake del origen del personaje muy oportuno, puesto que existe en la memoria de Stark como otro de esos momentos en qué alguien tuvo que morir por la existencia de Iron Man.

El otro Friedrich, Mike, se hace cargo a partir de este momento de los guiones. No hay cambios en la parte gráfica, que sigue a cargo de George Tuska, pero por desgracia su trabajo va desmejorando cosa mala. Seguramente también gracias a la colaboración de Vince Colletta, que empobrece los lápices de Tuska.

Los guiones de Mike Friedrich ya empiezan a flojear con los números en que el vengador dorado se enfrenta a Tizón y al Adaptoide. Ya en el primero, por cierto, Friedrich aprovecha para sacarse de encima a Simon Gilbert, que muere estúpidamente al meterse en medio de la batalla.

Pero peor aún es el número de la Princesa Pitón, un personaje que cae aquí tan bajo que se dedica a pedir rescate por un Tony Stark a quien ha secuestrado. La misma fatal consideración merece la historia de los dos primos, provenientes de un mundo microscópico, que pretenden obtener energía del mundo exterior por medio de un feo cíborg.

Mientras tanto, la relación entre Tony y Marianne pasa a modo de culebrón venezolano de golpe y porrazo hasta que, para sorpresa de propios y extraños, rompen por motivos de patio de colegio. Ni que decir tiene que aquí la serie toca fondo.

El volumen cierra con un arco argumental sobre una secta de chiflados comandada por un tal Raga. Un Raga que resulta ser un pupilo de un misterioso y místico personaje llamado el Lama Negro. No tan horrendo como los anteriores, pero un episodio igualmente flojo.

Conclusión.

El tomo se resume rápido. Lo correspondiente a la saga del Guardián, que ocupa bastantes números, está bastante bien. Mientras que lo anterior a dicha saga flojea por los cuatro costados, y lo posterior es directamente muy malo.

Enlace a la ficha:

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rockomic
21 comments to “Reseñas: Iron Man: Omnigold 4: «¡El Nacimiento del Poder!» (1970-1972)”
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  1. Buen trabajo con esta arqueología imaginaria de la reedición de la distante y renuente reedición de algunos clásicos Marvel por parte de Panini España, Rockomic, malvado, ja.😈 …Ay, lástima de Don Heck. El Iron Man de George Tuska todavía tiene sus partidarios …pero el de Don Heck (más dotado para las historias románticas … aunque en los cincuenta también había hecho algunas historias de terror resultonas o medio resultonas) es bastante difícil de defender.

    • Me lo pillaría pero solo por inercia es un HEROE que en solitario para mi pierde mucho interés.

      Siempre es lo mismo que si las mujeres la bebida su empresa ,los guiones no me convencen .

      Eso si en vengadores me encanta «que cosas» será por que ¡no! se relata todo el tiempo su vida privada😂😂😂

      Buena reseña ROCKOMIC.

      Te recomiendo que hagas una reseña de LOPEZ ESPI y nos metas algunas portadas «triunfaras» jajaja 😂😂😂

  2. Bueno, el progreso tecnológico es el causante de la degradación ambiental hace muuuuucho tiempo (ya se considera que el actual cambio climático comenzó con la primera revolución industrial), ja. Claro que una ciudad medieval era la cosa más insalubre que te puedas imaginar, a su lado …con los romanos se vivía mejor!

    • El ya desaparecido Allyn Burt Brodsky, también escritor de SciFi, también hizo algunas historias de terror para Marvel (Tower of Shadows …título frecuentado también por Don Heck) y aportó al menos un argumento a los team-up de Spidey.

      • Personajes: Cefalo el cazador (o el cazador de Zeus), Kevin O’Brien, el androide Ariete, la Élite del Espionaje, Espía Maestro (Ted Calloway) y el Mecanoide.

  3. Ya te digo los orinales se tiraban por la ventana al grito de «agua va».
    Si te pillaba en ese momento estabas perdido🥳😂😂😂😂😂😂😂
    ¡Que asco por dios ! Mira que eran cerdos
    Hay una película de JEAN RENO que describen perfectamente los modales de aquella época «LOS VISITANTES »

    Un saludo krack

      • Y no olvides las secuelas: Los visitantes no nacieron ayer (para algunos incluso la mejor), Los visitantes regresan a través del túnel del tiempo y Los visitantes la lian. Por el caballero Godofredo (y Delcojón)!

        • Aquí me lié (la memoria a veces traiciona): Los visitantes no nacieron ayer fue el título que dieron acá en su día a la peli original Los visitantes (Les visiteurs). Y a Los visitantes 2: Los visitantes regresan por el túnel del tiempo. La trilogía se completó tardíamente con la revolucionaria Los visitantes la lian.

  4. Gracias una vez más, amigos. 😃

    Un tebeo plenamente de López Espí estaría bien chulo. Pero ignoro si hizo algo con guiones propios.

    La degradación ambiental está provocada principalmente por la industrialización, claro. Pero eso no significa que todo el progreso tecnológico conlleve contaminación. Hay mucha tecnología que lo que hace es todo lo contrario, sustituir técnicas contaminantes por otras más limpias. No sé, cuando he leído el argumento del viejo charlatán, me ha parecido un pelín demagógico. 😅

      • Brodsky (no confundir con Sol Brodsky, con mayor relevancia en la historia de la Era Marvel, y padre de la colorista Janice Cohen) no tuvo un gran historial en Marvel Comics: media docena (o poco más) de números de Iron Man, un DD, varias historias en las cabeceras de terror (Tower of Shadows, Monsters of the Prowl, Fear), un Marvel Team-Up, un Marvel Two-In-One, un par de Western Gunfighters y un Comandos Aulladores.

  5. Este cuarto tomo supone un retroceso respecto al tercero en cuanto a calidad. Iron Man era el patito feo de las series principales del universo Marvel en aquel momento. Pero cuando uno se acerca a tocar fondo ya le cuesta descender más, difícilmente no remonta (salvo que se estanque). Aún con Michelinie y Layton muy lejos (y sus días espirituosos), esperaban mejores días al «latas» a la vuelta de la esquina.

  6. Hombre, si nos ponemos exquisitos, con un integral de la etapa Goodwin, otro de la etapa Mantlo, otro de la etapa Michelinie & Layton y otro de la etapa O’Neil ya nos apañamos (y todavía cargamos con algún número malo y un buen puñado de regularcillos, que no es una serie sobrada de grandes momentos) …le hacemos la puñeta a los completistas, pero esta es una serie en la que es muy sufrido el serlo, a no ser que te guste mucho el Toño Stark.😈

    • Se podría recopilar también lo de Bob Kanigher y Gary Friedrich, pero no nos engañemos, si cosas como la saga del Guardián destacan tanto (y lo mismo vale para la etapa Goodwin) es porque no solo son decentes sino también (muy especialmente) porque están rodeadas de morralla. Es que guionistas decentes como Lee, Thomas, Conway o Mike Friedrich son infumables en Iron Man.

  7. Supongo que los fans de Iron Man tienen que consolarse con lo que hay, ja. Ya lo decía Quincy Jones: «(…) mi abuela sabía cocinarla muy bien.» (Sobre los platillos de rata frita que les preparaba la buena señora de críos …y es que a buen hambre…)

  8. Pues sí, decepcionante bajón de calidad en este potencial OG. Tanto batiburrillo de guioniestas, dibujantes…El caso es que tampoco es culpa del personaje si los que por allí aparecen ( entre ellos mi Santísima Trinidad de mediocridades Marvel: Tuska-Heck- Colletta ) le ponen la misma gana que yo los lunes al ir a trabajar. Total que vemos a un Stark más oxidado que nunca.
    Iron Man es un clásico de Marvel y merecía mejor nivel e interés por parte de los editores.

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