Reseñas: Peter Parker, el Espectacular Spiderman: Marvel Héroes 2: “Punto de Ruptura” (1984-1986)

Una vez finalizada la segunda estancia de Bill Mantlo en el apartado escrito del título arácnido que nos ocupa, etapa que viene recogida en el tomo que precede a éste, es el turno para un nuevo guionista. El elegido es precisamente quien se estaba ocupando del dibujo a lápiz en la segunda mitad de la mencionada etapa, Al Milgrom. De este modo, Milgrom pasa a tomar todo el control creativo de Peter Parker el Espectacular Spiderman, con la única salvedad del entintado, que sigue en manos del eficiente Jim Mooney.

Tal y como ocurre con el tomo recopilatorio correspondiente a Amazing Spider-Man que coincide cronológicamente con éste, el primer número de esta nueva entrega de Peter Parker the Spectacular Spider-Man se sitúa justo tras la misteriosa desaparición de Spiderman (y de la mayoría de superhéroes) de camino a las Secret Wars. Sin embargo, y a diferencia de Amazing, para el presente caso Milgrom deja la reaparición de Spiderman, ya con su nuevo traje negro, para la última viñeta del número. Me imagino que el plan de la editorial fue dejar el plato fuerte de la escena de regreso de Spiderman vestido de negro –portada incluida– para Amazing, mientras que Spectacular debía conformarse con un relato de transición. El caso es que Al Milgrom dedica el número entero a la Gata Negra. Felicia se pasa el episodio visitando todo el entorno del desaparecido Peter Parker, ante la sorpresa de sus amigos, de la redacción del Bugle al completo y de la Tía May, que se preguntan qué hace alguien como la Gata preguntando por Peter Parker. Un número que enseña las cartas de por dónde irán los tiros en los guiones de Milgrom. Una etapa cuyo eje argumental consistirá en la relación entre Spidey y la Gata. Una relación marcada por las continuas muestras de inmadurez de ella, empezando por la imprudencia cometida al final del anterior volumen. Me refiero al pacto firmado con Kingpin por el cual proporcionó superpoderes a la Gata a cambio de ésta prestarle sus servicios cuando el mafioso lo requiera.

Unos poderes y un pacto con Kingpin de los que Peter no sabe nada, pero de lo que sí se entera es de la ocurrencia de su novia de darse a conocer en todo su entorno. Una maniobra irresponsable a riesgo de que alguien sume dos más dos y descubra su identidad secreta como Spiderman.

En cuanto a los dichosos nuevos poderes de la Gata, pronto obtenemos buena muestra de sus posibilidades, empezando por un enfrentamiento de la pareja de héroes de negro contra la Mole, el clásico oponente de la Patrulla-X. Un poder, que provoca mala suerte en sus oponentes, que difícilmente puede ser más inverosímil, pero que al menos es una fuente inagotable de humor slapstick.

Esta etapa de Al Milgrom como autor completo es de clara continuidad respecto a la inmediatamente anterior de Bill Mantlo.

Milgrom apenas incorpora nuevas piezas y se limita a aprovechar a los mismos protagonistas que en la anterior.

La Gata Negra prácticamente se eleva a la categoría de coprotagonista. Es, como ya ocurría con Mantlo, el personaje secundario más representativo de Peter Parker the Spectacular Spider-Man, la pieza que más marca la diferencia con respecto a Amazing Spider-Man. Y es que en el título que está a cargo de Tom DeFalco en ese mismo momento, Felicia Hardy pasa prácticamente a un plano secundario en favor de la recién recuperada Mary Jane Watson.

Y si a este lado de la crónica arácnida el coprotagonismo sigue recayendo en la Gata, el villano que está en todos los fregados vuelve a ser Kingpin y los héroes invitados recurrentes (antihéroes, siendo más precisos) no son otros que Capa y Puñal, omnipresentes en el anterior volumen. Es decir, los mismos pilares, junto al propio Spiderman, sobre los que se levantaban la mayoría de las líneas argumentales en la última etapa Mantlo.

Pero eso no es todo, porque otro que regresa es Cabello de Plata, y en la versión robótica de Mantlo. Kingpin lo devuelve a la vida para reciclarlo como sicario en sus feos asuntos, hasta que acaba perdiendo el control sobre él. De hecho, todo el ciclo argumental acaba bailando al son de la amenaza del que fuera gran capo del crimen, así como también del papel jugado por Puñal.

Con estos ingredientes en la coctelera, Milgrom se atreve a desarrollar una saga que se alarga más de la mitad de su etapa, una etapa relativamente corta cuya totalidad ocupa la primera mitad del presente volumen.

La única pieza de nueva creación es un lacayo que trabaja para Kingpin que se hace llamar la Respuesta. El tipo ostenta unos superpoderes de naturaleza parecida a los de la Gata, en el sentido de su poca credibilidad. Peores incluso, porque su supuesto poder consiste simplemente en tener solución para todo, o como su nombre indica, obtener respuesta a cada pregunta, sea la que sea. De hecho, más adelante nos enteramos de que tanto sus capacidades como las de Gata son una creación del mismo científico a sueldo de Kingpin. Digamos que la Respuesta y sus poderes son el típico comodín, un poco tramposo, que te puede tapar cualquier agujero de guion a falta de mayor inspiración. Tampoco ayuda el poco agraciado diseño de Milgrom. Un Milgrom cuyo trabajo narrativo ha bajado muchos enteros respecto a su etapa a las órdenes de Mantlo. Estamos ya ante el Al Milgrom más plano e inexpresivo, parejo al de los Vengadores en esta misma época.

Quizás lo más interesante de la saga ocurre a partir de la entrada en escena de Capa y Puñal. Concretamente Puñal acaba siendo objeto de deseo de todos al ser la pieza clave que puede detener al descontrolado Cabello de Plata. No en vano, en la anterior ocasión el villano fue derrotado cuando Puñal absorbió su fuerza vital.

Llega un momento que a la pobre chiquilla se la disputan todos los elementos en juego. Spiderman y la Gata la necesitan como única opción para parar a Cabello de Plata, su compañero Capa para protegerla, el propio Cabello de Plata para recuperar de ella su fuerza vital, la Respuesta porque ha deducido que la luz que irradia Puñal será la curación para Vanessa Fisk, la esposa de Kingpin que yace gravemente enferma, y finalmente la Rosa y sus secuaces quieren a Puñal para hacerse con el control de Cabello de Plata. Porque el servidor de Kingpin llamado la Rosa interviene en un pequeño papel en consonancia a su importante rol en Amazing Spider-Man.

Sin embargo, la saga está lejos de lo realizado por Mantlo en el anterior volumen. Además de caer en la repetición de ideas, creo que avanza un tanto insegura. Tampoco es que sea una mala historia, no le faltan momentos de tensión, pero a estas alturas, y en comparación a lo que se venía haciendo con el Lanzarredes en sus diferentes títulos, sabe a poco.

Tampoco ayuda el trato dado por Milgrom a la relación entre Spidey y la Gata. El guionista insiste en dar demasiadas vueltas sobre lo mismo, un constante tira y afloja que ya sabemos cómo va a terminar. Milgrom potencia la personalidad de cría inconsciente de Felicia que, entre otras cosas, sigue detestando a la mitad civil de su amante y no logra entender por qué razón Peter no quiere ser Spiderman las 24 horas del día. Todo ello desdibuja la imagen de sensualidad de la chica que había labrado Mantlo y la vuelve más irritante a ojos de los lectores. También es cierto que es la mejor forma de preparar el terreno para la esperada ruptura, de modo que no la echemos demasiado en falta.

Eso sí, la relación con la Gata nos deja el traje negro de Spiderman. Sí, el traje de verdad, no el simbionte, porque Felicia es quien confecciona el nuevo traje a Spiderman una vez éste ha podido ya librarse del alienígena.

La ruptura tiene lugar en la última línea argumental de la etapa, coincidiendo con la despedida de Al Milgrom de la colección, casualmente en el número 100, un especial de doble grosor.

En los tres números anteriores a éste, por cierto, Milgrom cede el lápiz a Herb Trimpe. Entre ellos, un episodio autoconclusivo en el que Spiderman tiene que salvar el culo a un pobre diablo del que se aprovechan los mafiosos de la ciudad por su increíble talento para los negocios.

Como era previsible, una de las razones del definitivo distanciamiento de la pareja es el conocimiento por parte de Spidey de los poderes de la Gata conseguidos tras un acuerdo con Kingpin, pero no el único, porque Peter ya tenía en mente poner fin a la relación.

Este último arco argumental consiste en el asalto de Spiderman y la Gata –no necesariamente juntos– a la torre de Kingpin buscando esclarecer la verdadera naturaleza del compromiso al que sometió a la felina a cambio de sus poderes. Unos poderes en los que Kingpin escondía una última carta, un as en la manga que provoca un giro final para mí innecesario y que no aporta nada, teniendo en cuenta la decisión ya tomada por Spiderman.

La nota de color en este último arco la pone un nuevo supervillano salido de los laboratorios de Kingpin. Se trata de Mancha, un oponente dotado de un interesante superpoder que bien podría haber sido una creación de Steve Ditko en su gloriosa etapa. Es más, Trimpe imita, con toda la intención, el estilo narrativo y la estética de Ditko en las escenas de lucha de Mancha. Lástima que Milgrom haga caer en ridículo al personaje con la caracterización que hace de su personalidad.

En definitiva, un arco final de etapa que propone alguna buena idea, pero que en conjunto no pasa de aceptable.

A lo largo de su etapa como guionista, Al Milgrom no se olvida de echar el ojo a lo que viene ocurriendo en el otro título arácnido que, como he señalado más arriba, estaba siendo escrito por Tom DeFalco. Por supuesto, Milgrom no podía dejar a los lectores huérfanos de la bomba lanzada por Mary Jane, que revelaba cómo hacía un tiempo que conocía el secreto de Peter como Spiderman.

También seguimos puntualmente todo lo relativo al traje alienígena, cómo Spidey logra librarse de él en el cuartel de los Cuatro Fantásticos, cómo se ve obligado a volver a vestir su clásico uniforme rojo y azul, y cómo el traje-simbionte logra escapar de su encarcelamiento. De hecho, la trama relativa al Simbionte acaba pasando por delante de Amazing y desembocando en su desenlace. Un desenlace que se produce en el primer número de la flamante tercera colección del Lanzarredes, Web of Spider-Man, número que también viene incluido en este volumen. Se puede decir que estamos ante la primera ocasión en que Spiderman y el Simbionte se enfrentan por primera vez, aunque también es cierto que todavía no queda claro por dónde van los tiros en el alienígena.

Ya fuera del universo arácnido, en uno de los números también se hacen notar los efectos del gran acontecimiento que estaba teniendo lugar en el Universo Marvel en aquellos momentos, la Saga de Surtur. Una monumental epopeya desarrollada dentro de la colección de Thor, que, entre otras cosas, estaba provocando circunstanciales cambios en el clima.

En otro orden de cosas, el inacabable culebrón entre Spidey y la Gata deja poco espacio para el trato de otros asuntos cotidianos. Los únicos que reciben atención son Flash y Sha Shan, que de golpe y porrazo pasan a ser una pareja muy distanciada, más la suma de Betty Brant que también pasa por problemas matrimoniales y que Milgrom decide convertir en la tercera pieza de un triángulo amoroso. Pero lo cierto es que toda esta cuestión termina por no ir a ningún lado.

También nos encontramos con la presentación de tres nuevas vecinas de Peter con ganas de ligoteo, Bambi Modica, Randi Cooper y Candi Muggins, que apuntan a elemento decorativo más que otra cosa.

Antes de pasar a la siguiente etapa de la colección no puedo olvidarme de un episodio que queda insertado en medio de toda la crónica desarrollada por Al Milgrom. Me refiero al anual número 4 de la colección, un episodio guionizado por Bill Mantlo y dibujado por Kerry Gammill y Sal Buscema. Se trata de una historia muy especial centrada en la Tía May sobre un antiguo e inadecuado amor de juventud que, tras largo tiempo, regresa a la vida de la anciana. Un relato que rezuma nostalgia, de una belleza sin igual, narrado en dos espacios de tiempo en paralelo, el actual y el recuerdo que revive en la mente de May. Un episodio que, además, cuenta con un trabajo gráfico de primera, sobre todo la parte realizada por Kerry Gammill. Una pequeña joya de Bill Mantlo que en unas pocas páginas da sopas con ondas a todo lo realizado por Al Milgrom, y se convierte prácticamente en lo mejor de este tomo, con permiso de la saga que lo cierra.

En anual también incluye un pequeño relato de complemento protagonizado por la Gata Negra. Nada que ver, una historia inofensiva y prescindible escrita por Bob DeNatale y dibujada por Ron Randall sobre un incidente doméstico que altera una feliz velada con su amante.

Entra Peter David y adiós a nuestra Capitana favorita.

La salida de Al Milgrom significa la entrada de un nuevo y flamante guionista, pero antes hay que ocuparse de un par de episodios de transición escritos por Cary Burkett. En el primero, dibujado por el desconocido Juan Alcántara en el que es su único trabajo para Marvel, un encontronazo de Spiderman con Látigo Negro es la excusa para que Spidey reviva la muerte de su añorada Gwen Stacy.

El segundo, en cambio, cuenta con uno de los lápices veteranos del sector, Larry Lieber, hermano de Stan Lee. Una historia que narra una carrera contra reloj para salvar la vida de una mujer, mientras un malentendido mete a la Urraca Asesina en el camino de Spiderman. Dos números, en resumen, perfectamente prescindibles.

Peter David prácticamente estaba debutando como escritor de cómics cuando se incorporó como guionista de Peter Parker the Spectacular Spider-Man. De hecho, éste es su primer trabajo continuado para Marvel. Una apuesta arriesgada que no sólo salió bien, sino que descubrió a uno de los guionistas más reverenciados de toda una era en el Universo Marvel.

David imprime su estilo desde el primer número. Una forma de relatar historias desde lo más realista y terrenal, haciendo uso de personajes de carne y hueso, evitando lo sobrenatural, y haciendo gala, al mismo tiempo, de un buen sentido del humor. Tampoco es que la temática sea especialmente diferente a lo que se estaba haciendo con Spiderman últimamente, que tenía en el crimen y el hampa escenarios habituales de sus aventuras, pero Peter David fue mucho más allá convirtiendo a Spiderman en un héroe urbano más que nunca. De hecho, las historias aquí relatadas se sitúan en el género policíaco, o de investigación criminal, sin que necesariamente quien investiga sea un inspector de policía.

El trabajo de Peter David ocupa la segunda mitad del volumen, pero su etapa no termina aquí, sino que continuará en la siguiente entrega. El guionista inicia, pues, su aventura arácnida con una serie de episodios cortos y una saga de cuatro números que pasó a comentar.

Los primeros relatos tienen el pequeño hándicap de la inestabilidad en el apartado gráfico, pero no deja de ser un problema relativo ante historias que valen más por sus guiones que por la calidad y uniformidad visual. Los nombres que se suceden son los de Rich Buckler, Vincent Giarrano, Luke McDonnell y Mark Beachum, este último siendo el dibujante del número anual de turno.

David abre fuego con un ingenioso thriller policial originado por unos frikis que se retan a un juego de mofa de un superhéroe inventándose un falso supervillano. La “víctima”, lógicamente, es Spiderman, que investiga el caso junto al departamento de policía liderado por Jean DeWolff.

A continuación, David rescata a un delincuente de poca monta y no muy grato recuerdo como es Corredor Cohete, pero que encaja muy bien en el tipo de historias que quiere contarnos. El guionista retrata a un Corredor Cohete atrapado en una rueda de crimen iniciada por él mismo. Una carrera delictiva que le ha llevado a ser perseguido por un asesino que se hace llamar el Cazarrecompensas.

Bastante diferente es el arco argumental dibujado por Luke McDonnell. Un thriller de acción que destila un tono jovial. El vehículo para ello son las estrellas invitadas que el guionista se trae para la ocasión, la Avispa y Paladín, un antihéroe con quien Spiderman ya había compartido protagonismo en Marvel Team-Up. Concretamente, Peter David opta por la clásica relación de colegueo mordaz entre los tres protagonistas, siendo éste el factor más interesante de la historia. Un arco en el que, además, el guionista le hace un favor a la Avispa al entregarle un papel de puta ama que ventila de un plumazo su clásica imagen de mujer coqueta y de escasa personalidad.

Finalmente, el anual número 5 trata el problema de las bandas callejeras de delincuentes, y lo hace girando en torno a la figura de As, una especie de ídolo callejero de pocas palabras. Un modelo a seguir por los chavales de los bajos fondos que, sin embargo, está muy por encima de todo ello. Un personaje carismático para una historia estupendamente bien escrita.

La etapa recogida en este volumen no puede finalizar de mejor forma. Peter David apenas necesitó cinco números de rodaje para crear una de las historias más recordadas de Spiderman y una de las obras cumbre del autor, la saga de la muerte de la Capitana Jean DeWolff. A lo largo de cuatro números, todos ellos dibujados por Rich Buckler, el escritor nos cuenta una compleja historia de investigación criminal, pero no sólo eso.

La primera sorpresa la tenemos en las primeras páginas del primer número, cuando nos encontramos con el cadáver de Jean DeWolff bajo el descriptivo título que confirma la tragedia. Y es que la Capitana DeWolff protagoniza el título de la saga, pero no la propia saga. Su muerte no es más que el elemento funcional para contarnos otra historia. Y ciertamente resulta desalentador que un personaje tan querido por los lectores cierre su ciclo de esta forma, sin espacio para llorar su muerte, pero así son las cosas. Supongo que la magnitud de la obra justifica de sobras la repentina pérdida de la policía.

Por su parte, el asesino, un chiflado que se hace llamar Comepecados, nos es desvelado ya en el segundo número. El tipo, que va repartiendo justicia desde su caprichoso código, no tan sólo asesina a DeWolff, sino también a otros ciudadanos inocentes. Entre ellos, un juez amigo de Matt Murdock, lo que propicia la entrada en escena de Daredevil para convertirse en una pieza indispensable de la historia.

Sin embargo, los frutos de la historia los cosechamos en el último de los cuatro números de que consta. El descubrimiento de la identidad y del pasado del Comepecados hace de esta historia un tratado sobre el libre ajusticiamiento desde la percepción de diferentes individuos, empezando por Spiderman. Y es que el guionista juega fuerte convirtiendo al arácnido en poco menos que un antihéroe, un hombre cegado por la rabia capaz de todo. En cambio, Daredevil se comporta de un modo opuesto, siendo la voz de la conciencia de Spidey y recriminándole ser prácticamente un criminal. Una historia llevada a una compleja reflexión acerca del sistema judicial, desde su puesta en duda, pero, al fin y al cabo, también desde su defensa.

Estamos, seguramente, ante el relato más explícitamente violento de la historia de Spiderman hasta el momento. Para el recuerdo quedan la imagen del cadáver tiroteado de DeWolff y la del Comepecados disparando a bocajarro sobre Betty Brant en la última viñeta del tercer episodio. Una imagen que en su momento dejó un aterrador suspense en los lectores hasta la publicación de la siguiente entrega.

En definitiva, una saga imprescindible estupendamente dibujada por Rich Buckler, en especial cuando su entintador es Brett Breeding.

Para terminar, todavía queda espacio en el tomo para un número fuera de colección. Se trata del Marvel Fanfare 47, protagonizado por Spiderman y Hulk. Un número publicado cuatro años más tarde que el último de Peter Parker recopilado en este tomo y sin ninguna relación argumental con nada de lo reseñado más arriba, pero que aquí ha quedado incluido.

Bajo guion de Bill Mantlo y dibujo de Michael Golden, el episodio cuenta cómo, en el transcurso de unas pruebas espaciales lideradas por Nick Furia, Bruce Banner/Hulk es infectado por un organismo alienígena convirtiéndose en un monstruo irracional. Spiderman intenta parar a Hulk que, sin embargo, acaba destrozando todo un barrio del Bronx. Una muy buena historia que viene ligada también a una trama política casi anecdótica.

Conclusión.

Estamos ante un tomo especialmente irregular que, sin embargo, es de adquisición obligada por la saga de la muerte de Jean DeWolff y por el anual de Bill Mantlo. Lástima que la etapa escrita por Al Milgrom esté bastante por debajo de la anterior de Bill Mantlo.

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rockomic
8 comments to “Reseñas: Peter Parker, el Espectacular Spiderman: Marvel Héroes 2: “Punto de Ruptura” (1984-1986)”
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  1. Este tomo no me lo compré … porque no me interesó …
    Porque ya había leído todo esto en retapado de la época de forum y el conjunto (en mi opinión) no merece la pena …
    Solo destacaría de este tomo lo de Cabello de Plata … y se podría salvar lo de La Respuesta (aunque tampoco es una maravilla) …
    Ya lo de la Sombra pues … el nivel del villano deja que desear …
    Interesante lo de la Gata negra y lo de las consecuencias de haber obtenido los poderes gracias a kingpin … pero poco más …
    Y lo de Jean Dewolf pues sería todo lo llamativo o disruptivo o dramático para la época … pero yo cuando lo leí no me gustó nada … y tampoco le encontré la gracia nunca a lo de Jean Dewolf (parecía como querer darle un toque policiaco y conectarlo con lo de spiderman -en esa época triunfaba Canción triste de hill street y demás series policiacas – … a mí no me gustó …
    Para mí, un tomo prescindible (en su conjunto) …
    Posdata: alguno se acordará de esto … pero lo bueno de cuando Forum sacó esta edición, es que de complemento, creo recordar que te venía lo de Daredevil born again … por eso conservé varios años estos comics (retapados de forum en mi caso … exclusivamente por lo de Daredevil … )
    ¡¡¡ Un saludo ¡¡¡

  2. Lo del villano en vez de Sombra me refiero a la Mancha … que anda que no tenía guasa lo de este villano, más que nada su nivel jaja …
    Y lo del comepecados ya lo he comentado … a mí no me gusto nada … se sale de las historias típicas de spiderman … y ese dramatismo (en mi opinión) no cuadra con un comic de spiderman (que tampoco es que la última cacería de kraven sea una comedia … pero está mejor elaborada la historia y con un villano de verdad, como kraven … en cambio lo del comepecados pues para mí se lo podían haber ahorrado …
    ¡¡¡ Un saludo ¡¡¡

  3. La DeWolf estaba bastante desaprovechada ya (qué se había hecho realmente interesante con ella desde lo del juicio de su hermano?). Y probablemente hoy habría acabado en el olvido (o casi casi) como otros tanto secundarios de Spidey de no ser por su dramática (y un poco escabrosa) muerte.

  4. Y el que solo quiera esa saga en cuestión tampoco es que lo tenga tan difícil (se ha publicado unas cuantas veces ya en nuestro país, y me da que tiene garantizadas todavía algunas ediciones más …no será La última cacería de Kraven, pero tampoco va a caer en el olvido editorial). Suele ser también de los que se suele ver con cierta facilidad en el mercado de segunda mano.

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