Deadpool. Ha habido «güevos»

Muchas vueltas ha dado este proyecto, y muchas ganas ha ido acumulando a lo largo de los años. Miedo nos daba a todos cuando ya se anunciaba, en un primer momento, hace años (cuando las películas marvel no eran siempre para tirar cohetes precisamente), que se iba a hacer la peli de Masacre. Y miedo, no… lo siguiente, nos daba imaginarnos dicho filme cuando se leía el nombre del actor Ryan Reynolds siempre adherido al proyecto. Su versión del personaje que viéramos en aquel decepcionante esperpento travesti que fue X-Men orígenes: Lobezno (X-Men Origins: Wolverine. Gavin Hood, 2009), nos estremeció durante un tiempo inexacto, haciendo que nuestros glúteos temblaran sudorosos y demudados. No podía ser que aquella suerte de Baraka del Mortal Kombat con la boca cosida fuera a protagonizar una peli, en la clave de peleíllas de chichinabo y gente colgando que presentó la de Lobezno. Por suerte, no tardó en aparecer la foto de turno, con la que pudimos relajar el esfínter, al ver que el muñeco recuperaba su disfraz, y que los años pasaban, los nombres de los créditos en modo rumored iban cambiando…

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Ryan Reynolds, como «El Mercenario Bocazas», con un Desert Eagle tunea’o en cada mano.

Finalmente, Deadpool ha visto la luz en estos tiempos, donde las pelis marvel, mal que bien, siempre son productos divertidos de adaptaciones no fallidas (al menos, los producidos directamente por Marvel). Y sí… es Deadpool, es la visión que el universo de metaficción y lisergia de los comics de Deadpool tendrían en el cine. Y, lo más importante, el personaje es el personaje, sin pudibundeces ni medias tintas. Eso sí, el Deadpool-Baraka también cuenta con su aparición en este filme, no se crean, aunque no les desvelaré en qué forma, por aquello del spoiler.

En España se estrena este viernes 19, así, sin traducir (como ya pasara con Ant-Man); derribando otro temor más que flotaba en el ambiente: el de la ausencia de copias en V.O. Supongo que sólo en salas selectas, pero los chistes a velocidad relámpago de la peli, llenos de referencialidades que viajan desde lo social, a lo cultural, metiéndole un buen repaso al propio universo marvel en general, y al cinemático en particular, podrán ser captados en su esplendor y esencia. Elemento a resaltar, precisamente este del sonido, porque el trabajo con los tracks de audio del filme, tanto a nivel técnico, como creativo, es sencillamente anonadante -atiéndanme a los riffs de viento metal en plan Beat It de Michael Jackson-.

¿Y qué hay de esa máxima de que el comic siempre estará, a nivel atrevimiento, diez años por delante del cine? Aquí, no se cumple, Deadpool supera con creces las ansias de molestar y de transgredir la corrección política propia del género superheróico básico. Wade Wilson es la macarrada padre de la línea convencional de Marvel (dejemos aparte líneas como la MAX, que cuenta con una serie de este personaje, una maravilla escrita por Dave Lapham y dibujada por Kyle Baker), un personaje demencial e incoherente, absurdo, sarcástico, lujurioso, hiperactivo, más pesa’o que la mano’un novio, que la chaqueta’un guardia, que’l cuña’o de Rocky… un brasas de la vida que lo mismo se te disfraza en plan Mortadelo, que se acuesta con una villana o se te hace la cirugía estética y se pone la cara de Tom Cruise. Nada falta en esta adaptación, salvo las coñas hacia la persona de Cruise (que aquí son con el bueno de Hugh Jackman), y las ansias de derribo, traviesas y desprejuiciadas, desmitificadoras del género, transcienden a la obra en papel de Fabian Nicieza y Rob Liefeld, en un largometraje de frenetismo postmodernista, debut como director en el largometraje, y en la «no animación» de Tim Miller.

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Ryan Reynolds y Morena Baccarin, tomándose el drama muy de coña.

Como uno ya anda muy perdido en estos tiempos de Dios, donde se utiliza el término “Serie B” como si se estuviera hablando de un “género”, el término “bizarro” sólo en su forma de anglicismo, palabros como “vintage” para llamar a lo antiguo, y la onomatopeya “friki” un poco para todo (“Jo, mi cuñado es un friki del fútbol, no se pierde un partido”)… Me ha dado por buscar el término “antihéroe” en un diccionario de castellano de verdad, de los de la RAE, no sea que se utilice también, como dicen los argentinos, “al pedo”. La Real Academia Española define al antihéroe como aquel “personaje de ficción que aunque desempeña las funciones narrativas propias del héroe tradicional, difiere en su apariencia y valores”. Vamos, que sí, que esta vez sí. Masacre es un antihéroe, línea a línea. Esa subversión de valores no sólo se queda en chistes sexuales o, mejor dicho, en chistes sexuales explícitamente soeces, empleados contra una señora mayor invidente… no, transgreden el propio universo marvel e incluso el propio universo de ficción, para sumergirse en la más absoluta metaficción.

¿Cuarta pared? En Deadpool, Wade Wilson llega a romper la cuarta pared durante el transcurso de la narración en off de un flash-back, para volver a la línea temporal principal y hacerse eco del hecho, alardeando descaradamente de mentira dentro de la mentira, y mencionándoselo al espectador por si no se ha dado cuenta de la jugarreta, pasándose por su desfigurada bolsa escrotal a Syd Field, a Robert McKee, a Don Lope de Vega y a Vladimir Propp. Las referencias dirigidas hacia el lector propias de los comics originales, aquí son aprovechadas por la cualidad de omnipresencia que tiene el cine suponiendo una constante y depuradísima mirada interpelativa mirando al objetivo de cámara, donde se espectoran incluso bromas sobre el presupuesto de la película. Rhett Reese y Paul Wernick, el tándem que ya escribiera G.I.Joe, la Venganza y Bienvenidos a Zombieland, teje en Deadpool un relojito lleno de engranajes, muelles y palomillas, entre cuyos dientes, topes y filamentos, hay más engranajes, más muelles y más palomillas. Una historia, como ya hemos dicho, con un pie fuera de la ficción, donde todo sucede en apenas un par de días, y al mismo tiempo a lo largo de muchos meses.

Deadpool (Ryan Reynolds) pauses from a life-and-death battle to break the fourth wall, much to the dismay of his comrades Negasonic Teenage Warhead (Brianna Hildebrand) and Colossus (voiced by Stefan Kapicic).

«Y esto, estudiantes de cine, es lo que se llama Mirada Interpelativa»

Lugar para la lisergia absoluta, la imposibilidad sin explicación, la puerilidad que, de descarada, obvia y barata, se torna excepcional… la astracanada, la escatología, la tontuna pura y dura, lo “picante” (muy ozoresco, el cameo de Stan Lee) y sobre todo, el humor a costa de la referencialidad. Mucho es ya el lector de marvel, mucho más numeroso es el espectador de cine marvel, y las menciones y apariciones, tanto a reparto real como a personaje de ficción, no dejan de chorrear en diálogos e imágenes. No les desvelo nada, pero ándenme al loro porque a Green Lantern no sólo se le hace alusión en esa frase ya desvelada por el tráiler. ¿Referencias al Lobezno de Jackman? No, señor, ¡chistes sobre mamadas al Lobezno de Jackman!

Además, tenemos directamente jugando en la trama principal a un plantel de lo más cuco. Está Ajax, desprovisto de la armadura de caballero del zodiaco que lucía en los tebeos por mor de una mayor credibilidad, de cara a ser el rebotador principal de los gags del ninja de rojo; cumpliendo esta labor, Ed Skrein el nuevo transporter de Transporter Legacy (The Transporter Refueled. Camille Delamarre, 2015), hace de sparring del desfigurado Reynolds a la perfección. También están por ahí Warlord, como malvado secundario y el villano brillante, la durísima Angel Dust, interpretada por la voluptuosa y cachísimas Gina Carano, toda una sorpresa.

No estropeo la peli a nadie si digo que salen Pyotor Rasputin y Ellie Phimister, a la sazón Coloso y Negasonic Teenage Warhead, y también hemos visto a T.J. Miller, el de Sillicon Valley, como Comadreja, pero es que encima se revelan durante a lo largo del filme como secundarios completísimos, llenos de aristas y cargados de personalidad. Y luego está la interminable lista de los mencionados y referenciados, que mejor me la ahorro, por no hastiar, ni joder sorpresas ni chascarrillos. Sólo piensen una cosa: olvídense del típico codazo a su amigo en la oscuridad con el fin de resaltar un coña sobre el universo cinemático marvel, aunque sea algo que rescate un error o alguna incongruencia; a Reese y Wernick se les ha ocurrido primero, y Deadpool por boca de Reynolds va a escupir la ocurrencia directamente a la platea, sin filtro de ningún tipo -sobre todo, si son a costa de la franquicia cinematográfica mutante-.

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Brianna Hildebrand como la mutante Negasonic Teenage Warhead.

No esperen dualidades entre el bien ni el mal, némesis complicadas, violencia sublimada, ni pedanterías del tres al cuarto de esas que gustan a la muchachada otaku que se me suele enfadar por twitter. A Deadpool se viene a reír, teniendo tan presente como lo tiene Wade Wilson que todo idealismo superheróico es filfa y fruto de la indefinición personal y la represión sexual. El film de Tim Miller sólo tiene una directriz en mente, y no es lucirse, es no aburrir. Deadpool es un tren in media res al que uno se sube como buenamente puede, atendiendo como y cuando le parece, y apeándose en el nivel de lectura que desee. No hace falta captar la carga de referencialidad, que para el no marvelita estará llena también de residualidad, para partirse de risa agusto con un filme de acción de plástica violenta y ritmo vertiginoso, en ocasiones rallano en el videoclip de hip-hop, siempre con ganas de molestar, como un niño asalvajado. Eso es, Deadpool es el niño asalvajado que Kick-Ass – Listo para machacar (Kick-Ass. Matthew Vaughn, 2010) no tuvo el valor de ser.

Ah, y que no se me olvide: no despeguen el tafanario de la butaca en ningún momento, la escena post-créditos de Deadpool es la más original de todas las habidas y por haber. Y los créditos de inicio… hmmmpfffff… mejor me callo. Marvel-zombie de Dios, no se la pierda por nada del mundo: ha habido güevos a hacer la peli de Masacre.

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Kike Narcea
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5 Comments

on “Deadpool. Ha habido «güevos»
5 Comments on “Deadpool. Ha habido «güevos»
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  2. No he visto todavía la película pero tiene pinta de ser una gamberrada divertidísima. Y, a tenor de lo recaudado en USA en su primer fin de semana, la expectación creada ha desbordado cualquier previsión.
    Está claro que este personaje tiene un carisma arrollador y conecta de fábula con el público, a pesar de no ser uno de los grandes iconos clásicos de Marvel y de contar con un presupuesto ínfimo comparado con los grandes blockbusters veraniegos. Sólo espero un poco más de ambición presupuestaria en la segunda entrega, no hay que olvidar que el cine también es espectáculo.

  3. No sabía que Sinead O´Connor estaba en el grupo! A mí ese personaje me parece tan decadente como los tiempos actuales, no me extrañará que tenga éxito rotundo en visionado la película, pero fracaso total como arte cinematográfico. Crisis en tierras infinitas.

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