Reseñas: Capitán Britania: Marvel Héroes: Moore-Davis-Delano (1981-1986)

Finalmente, nos encontramos ante el tercer y último volumen recopilatorio de las aventuras clásicas del Capitán Britania. Para ponernos en contexto, no está de más hacer un pequeño recordatorio de donde procedemos antes de llegar al tomo del cual es objeto la presente reseña.

El Capitán Britania nació hacia mediados de los 70 dentro de la división británica de Marvel Comics, siendo el primer superhéroe de la editorial cuyas aventuras se publicaban fuera de la sede editorial original americana. La etapa setentera del personaje la tenemos recopilada en dos tomos que ya tuve la oportunidad de reseñar. Aventuras, por lo general, provistas de escaso interés argumental, francamente prescindibles.

Otra cosa muy diferente es la etapa de los 80, la que viene recopilada en este tercer volumen. Un periodo fácilmente divisible en tres partes, una por cada uno de los tres guionistas titulares, cuyo nexo común es el joven dibujante Alan Davis. Davis, que no se pierde ni un sólo episodio, precisamente realiza aquí su primer trabajo para la editorial.

Etapa Dave Thorpe.

Tuvieron que pasar varios años para que Marvel UK volviera a darle una nueva oportunidad al Capitán Britania. Fue a finales de 1981 cuando las aventuras del héroe patriótico de las islas británicas regresaron a la revista Marvel Super-Heroes. Una publicación dedicada a la reedición de algunas series de la Marvel americana, pero prescindiendo del coloreado.

De este modo, las nuevas historias del Capitán Britania regresaron, una vez más, en blanco y negro fragmentadas en complementos de tan sólo cinco páginas. De hecho, la totalidad de los episodios aquí incluidos fueron publicados originalmente en blanco y negro. El coloreado sería añadido años más tarde, aprovechando la recopilación en tomo de toda la etapa.

El encargo fue a parar al guionista Dave Thorpe y al dibujante Alan Davis, debutantes ambos en el medio, por lo que la apuesta se podría decir que fue a ciegas.

Thorpe retoma el hilo argumental justo donde había quedado al final del serial del Caballero Negro, con Merlín enviando al Capitán Britania a la Tierra desde Otromundo, acompañado del elfo Jackdaw. Pero nuestro protagonista pronto advierte que no está realmente en casa, en el Londres donde nació, sino en una versión diferente de su país, una que no reconoce. De este modo, Dave Thorpe introduce el ámbito por el cual discurrirá toda esta nueva etapa del Capitán Britania: las realidades alternativas, el multiverso o como lo queramos llamar.

Lo primero que hacen los dos autores es hacerle un lavado de cara al superhéroe protagonista modificando su uniforme de arriba abajo y mandando a tomar viento al cetro de poder. Sus poderes emanan ahora del propio traje, incluida su capacidad de volar, ya sin la necesidad de tener que cargar con el dichoso objeto.

Desde el primer capítulo del nuevo serial advertimos que estamos ante otro tipo de historias, mucho más adultas y complejas, y provistas de buenas dosis de humor mordaz.

Thorpe y Davis echan mano de Alicia en el País de las Maravillas para confeccionar al principal grupo de villanos: la Banda Loca. Una versión siniestra de los variopintos personajes de la obra de Lewis Carroll liderada por el Loco Jim Jaspers, el principal antagonista que nos acompañará durante buena parte del recorrido de este volumen.

La misma sociedad británica en la que recala el Capitán Britania es un gran cuento fantástico del absurdo, desde el tiránico ministro del interior Wilcox-Smyth y sus particulares cuerpos policiales, la Patrulla Statu, hasta la resistencia de la líder Ópalo Luna Saturnina y los suyos. Estos últimos también cuentan con su propio escuadrón de agentes, los Vanguardistas, unos graciosos clones ataviados con trajes del clásico caballero inglés y armados con paraguas.

Entre otros delirios satíricos, el Capitán Britania se enfrenta a un conglomerado de electrodomésticos desechados que cobra vida. Es la venganza de todos los aparatos y máquinas «asesinados» en vertederos al ser sustituidos por versiones más modernas.

Pero si algo llama la atención en este Reino Unido de la perversión, es la condición de los superhéroes de colectivo ilegal y criminal. Podríamos decir que Dave Thorpe se avanzó precisamente a su sustituto en el puesto de guionista, el mismísimo Alan Moore, que convertiría esta misma idea en uno de los pilares de su etapa. De hecho, la puesta en tela de juicio del colectivo superheroico sería el punto de partida para algunas de las futuras y reconocidas obras de Moore.

El componente político se hace evidente en el objeto último de la resistencia liderada por Saturnina: derrocar al régimen, de clara ideología ultraconservadora, al ser responsable de sumir a esta Tierra en la involución y la regresión. Esto estaría afectando al conjunto de Tierras de las demás realidades, que verían frenado su progreso. Para luchar contra ello, Saturnina y los suyos cuentan con un arma, llamada el Impulso, que consiste en algo así como verter una especie de droga en el agua potable. Un fluido potenciador de la vida con el que la población dará un salto evolutivo y hará que la Tierra progrese. Una receta que no parece especialmente democrática, dicho sea de paso.

El componente político fue precisamente lo que provocó la salida de Thorpe de la colección. El guionista fue incrementando la apuesta hasta extremos de correspondencia con la política contemporánea británica, cosa que no gustó a los editores, que acabarían sustituyéndolo por un tipo estrafalario que estaba dando sus primeros pasos en el mundo del cómic, Alan Moore.

En cualquier caso, el trabajo de Dave Thorpe en la serie es una bocanada de aire fresco tan atrevida como notable, y no sólo en comparación a las aventuras previas del Capitán Britania.

En lo referente al trabajo gráfico, Alan Davis todavía no llega a las cotas de excelencia que alcanzaría en los próximos años, pero su sello empieza ya a coger forma. La diferencia entre los primeros episodios y los últimos de la etapa Thorpe ya es palpable, demostrando su gran dominio anatómico y una capacidad innata para diseñar personajes llamativos. En lo único que tiene camino por recorrer es en la composición de página, pero la excelencia en ese apartado está a la vuelta de la esquina.

Justo al final de la etapa Thorpe viene insertado un fill-in a cargo de Paul Neary tan interesante como el resto de la producción. El Capi y Jackdaw se topan con unos alienígenas binarios -dos cuerpos separados que forman un solo ser- que toman a los dos protagonistas por otro ser binario como ellos mismos.

Etapa Alan Moore.

El Capitán Britania es el único trabajo realizado para Marvel del que está considerado como uno de los mejores guionistas del noveno arte.

Pese a que sus grandes obras todavía estaban por llegar, Alan Moore demuestra ya aquí tener las ideas muy claras, alcanzando un nivel de excelencia que no creo que quede muy lejos de sus obras más reconocidas.

Moore pronto se mueve como pez en el agua dentro del mundo del Capitán Britania, pero lo bueno del caso es que no necesita romper para nada con lo hecho por David Thorpe para hacerse suya la colección. El nuevo guionista edifica su propuesta partiendo de lo relatado hasta ahora y guardando un respeto absoluto.

De hecho, Moore no sólo sigue la estela y personajes dejados por Thorpe, sino que rescata no pocos elementos del serial setentero que vimos recopilado en los dos primeros volúmenes. Pocos casos recuerdo como éste, de aprovechamiento de recursos ajenos, algunos aparentemente de escaso interés, para crear algo inesperadamente genial.

Para mayor sorpresa, el guionista incluso hace referencias a un personaje de una de sus obras más o menos contemporáneas, Miracleman. Un personaje cuya colección y derechos pertenecen a otra editorial diferente a Marvel.

Situándonos en el mismo punto dejado por el anterior guionista, Alan Moore somete al Reino Unido de esta Tierra alternativa bajo el control del Loco Jim Jaspers, descubriéndonos al villano como un poderoso mutante capaz de retorcer la realidad a su antojo. Al mismo tiempo, hace su presentación el otro gran oponente de esta etapa, una máquina de matar imparable, mitad artificial, mitad orgánica, llamada la Furia. Una letal arma, punta de lanza del régimen en su cruzada antisuperheroica, programada para aniquilar a cualquier individuo que ostente algún tipo de superpoder.

Hechas las presentaciones, Moore procede a su reseteo particular para resituar las piezas en el tablero, y lo hace ni más ni menos que matando al Capitán Britania para revivirlo de inmediato. El artífice de la resurrección no es otro que Merlín, que desde Otromundo viene observando, junto a su hija Roma, todo cuanto acontece. De este modo, padre e hija regresan a la cancha en una intervención que ya nos da pistas de su papel en la obra, por lo menos el del legendario mago. Merlín viene a ser el Dios que lo observa y lo condiciona todo. Un control que vemos representado en una partida de ajedrez jugada por Merlín y Roma donde el tablero de juego sería el conjunto de universos existentes y las piezas cada uno de los personajes que protagonizan la obra. Otromundo, por su parte, sería algo así como la Tierra o realidad central, de la que penden todas las demás.

El renacer de Brian Braddock sirve de vehículo para hacer un repaso de toda su trayectoria en imágenes. Un repaso en el que Alan Moore aprovecha para reescribir, en parte, el origen de un Capitán Britania definitivamente reinventado.

Moore se quita de en medio a Jackdaw y devuelve al protagonista a la auténtica Tierra y al Londres que le vio nacer, asignándole un cuartel general en su vieja mansión.

Un salto entre universos que coincide también con un salto entre cabeceras. Tras unos pocos meses de descanso, las aventuras del Capitán Britania pasan a editarse en un nuevo título, The Daredevils, igualmente dedicado a las reediciones, mientras que el número de páginas de estos episodios de complemento sube hasta 8. Pasados algunos meses, la dosis mensual de la obra de Alan Moore y Alan Davis vuelve a incrementarse hasta las 11 páginas. Ya más adelante, los complementos vuelven a cambiar de contenedor, pasando a publicarse en la cabecera Mighty World of Marvels.

El hecho de que Brian Braddock fije su residencia en el Londres de nuestro planeta no significa que Alan Moore prescinda de las Tierras alternativas que pueblan el Multiverso. Todo lo contrario, el escritor hace suyo el concepto de Omniverso (así lo llama), lo multiplica y juega con la idea de las realidades o universos alternativos como nunca antes en Marvel, como algo naturalmente constituyente que siempre ha estado ahí.

Y no sólo eso, sino que justo aquí, en este serial, por primera vez se enumeran las diferentes realidades, universos o tierras que constituyen el Multiverso. Un planteamiento que quedaría para la posterioridad. Es gracias a estos cómics que sabemos que la Tierra que es el escenario original del Universo Marvel es la número 616.

Como decía, Alan Moore empieza a dar forma a su obra partiendo del hilo y los personajes creados por Dave Thorpe, al mismo tiempo que rescata muchos otros de las anteriores etapas del Capitán Britania. Así, uno a uno vemos cómo se van incorporando Betsy Braddock, hermana de Brian ahora convertida en una pre-cognitiva y telépata, el inspector Dai Thomas, el Maestro Asesino, Merlín y Roma, la agencia gubernamental STRIKE, equivalente británica de SHIELD, y la Arpía, una villana hasta ahora en la sombra que se nos muestra aquí por primera vez. Y, por supuesto, Saturnina y el Loco Jim Jaspers. Incluso Arcade, que se enfrentó al Capitán Britania en un arco argumental de la colección dual de Spiderman, Marvel Team-Up, disfruta de un pequeño papel.

A todos ellos, Moore y Davis suman otros elementos de su creación. Además del mencionado la Furia, están Emma Collins, criada de la mansión, un grupo de mercenarios que se hace llamar la Ejecutiva Especial, la Capitana UK Linda McQuillan, de la Tierra 238, y Alison Double y Tom Lennox, compañeros psíquicos de Betsy. Incluso Meggan, futura miembro de Excalibur junto al Capi, también hace aquí su presentación, si bien Moore no llega a desarrollar al personaje, algo que sí hará su sustituto en la serie, Jamie Delano.

La primera trama gira alrededor de STRIKE, siendo Betsy y sus amigos Alison y Tom, los auxiliados, y el Maestro Asesino y la Arpía, las amenazas. Una línea argumental más cercana al espionaje como ejemplo de la amalgama de géneros y ámbitos por los que se mueve Moore en esta obra.

Pronto, el guionista nos sumerge en su entramado de universos paralelos.

Un variopinto grupo, la Ejecutiva Especial, viene en busca del Capitán Britania con destino a una tierra alternativa, concretamente la 522. Allí, Saturnina va a ser juzgada por la destrucción de la Tierra 238, la de la etapa Thorpe, en una pantomima de juicio.

Moore entra aquí con todo en otro de los temas que tratará en algunas de sus obras referentes, los regímenes totalitarios. No sólo eso, sino que la posterior usurpación del poder por parte de Jim Jaspers (ya de vuelta a la Tierra 616) que constituye el núcleo de esta obra, es un retrato sin paliativos de los regímenes fascistas.

El caso es que en la secuencia del juicio a Saturnina reparamos en la dimensión del Omniverso que nos presenta Alan Moore. Y lo hacemos en las autoridades multiversales asistentes al acto, especialmente en los Capitanes Britania, todos ellos enviados por Merlín como sus campeones, uno por cada Tierra existente. Valgan el Capitán Inglaterra y la Capitana Albion, de las Tierras 522 y 523, como ejemplo.

Por su parte, la Ejecutiva Especial son una pieza del juego que en realidad Alan Moore ya había creado en una publicación externa a la editorial Marvel. Unos pocos años antes, el guionista presentó a este grupo de mercenarios interuniversales en los cómics del Doctor Who. Concretamente a tres de sus miembros, el líder Wardog, Telaraña y Zeitgeist, mientras que Fascinación y Legión ya son originarios de los episodios que tenemos entre manos.

La presentación de otro Capi homólogo, la Capitana UK de la Tierra 238 (precisamente la que ha sido destruida) abre la puerta al último tramo de la etapa Moore-Davis. La Tierra ha sido ocupada por el Loco Jim Jaspers, pero no el que nos presentó Dave Thorpe, sino su versión de la Tierra 616. Un Jim Jaspers más extremo y poderoso, que se vale de sus poderes mutantes para arrastrar al Reino Unido a la destrucción y el genocidio, siendo los superhéroes los judíos de esta historia. Las imágenes ilustradas por Alan Davis, mostrándonos un paisaje cuasi postapocalíptico, hablan por sí solas.

La llegada de la Furia a nuestra Tierra completa el puzzle para la batalla final entre la imparable máquina asesina, Jaspers, el Capitán Britania y la Capitana UK. Entramos aquí en una locura de imágenes, aprovechando la capacidad del Loco Jim Jaspers de hacer lo que le venga en gana con la realidad, en las que Alan Davis se gradúa definitivamente. Páginas-viñeta espectaculares, composiciones creativas y un despliegue imaginativo a gran escala en un trabajo global que toma clara distancia respecto al Alan Davis que nos encontrábamos al inicio del tomo. Estamos ya ante el Alan Davis que muy pronto se convertiría en uno de los dibujantes más aclamados en los USA, especialmente gracias a su paso por Excalibur, la colección que precisamente heredaría parte del firmamento y del espíritu de esta etapa.

Moore cierra su etapa con un funeral. Merlín comete un error, un mal movimiento de piezas que le provoca una tensión letal. Es un cierre de etapa que es también un cierre de obra que se permite no dejar un sólo cabo suelto.

En definitiva, estamos ante una obra que lleva un paso más allá al Universo Marvel. Un trabajo que, en la inmensidad de todo lo que abarca, no deja de ser un cómic de superhéroes donde, por ejemplo, no falta un reconocible espíritu aventurero. Moore reviste el clásico armazón de superhéroes contra supervillanos de dramatismo y de contenido de mundo real, pero sin dejar de ser entretenido en ningún momento. Creo que estamos delante de una obra colosal que es perfectamente un top de la Marvel de los 80.

Etapa Jamie Delano.

Tras la marcha de Alan Moore entramos en una pequeña transición de tres episodios, justo antes de dar la bienvenida al nuevo guionista estable. Tres capítulos que vienen firmados por Steve Craddock, el propio Alan Davis y Mike Collins, en los que lo más destacable es sin duda la entrada en escena de Meggan. La que acabará siendo compañera sentimental de Brian Braddock, que ya había sido presentada levemente por Alan Moore, irrumpe en la vida de Brian en su forma de mujer loba. Hechas las presentaciones, Meggan pasa a residir en la mansión junto a Brian, Betsy, Alison y Emma.

Tras estos tres episodios de transición, empieza una nueva etapa para el héroe abanderado de la unión. El nuevo guionista, a propuesta del propio Alan Moore, es el también británico Jamie Delano, un joven escritor que tuvo la suerte de entrar en plena inercia positiva para la serie. El incremento en ventas de la etapa saliente volvió a animar a los editores, que decidieron volver a darle una cabecera propia al personaje. De este modo, el comic-book Captain Britain regresa con un nuevo número 1, incluyendo las 11 páginas de la serie titular más otros relatos inéditos protagonizados por personajes desconocidos.

De inicio, Delano conduce a nuestro protagonista por derroteros más terrenales, más afincados a la Tierra titular de Marvel, aunque también es cierto que el escritor ya se encontró con un Capitán Britania de regreso a su Londres natal.

Empezando por una pequeña trama más propia de superhéroes estilo Daredevil en la que el inspector Dai Thomas sospecha que el Capitán Britania y Brian Braddock son la misma persona, o también está la aparición de una nueva división de inteligencia, la ECR (Ejecutiva de Control de Recursos).

En cualquier caso, Delano sigue la estela de sus predecesores aprovechando algunas de sus creaciones, especialmente las de Dave Thorpe. Eso sí, el nuevo guionista realiza significativos cambios a conveniencia, siempre buscando apoyo en el talento de Alan Davis diseñando personajes.

De este modo, la mencionada ECR no es otra cosa que la organización que viene a sustituir a STRIKE. Luego está un grupo de seres pintorescos, la Teknored, que no es más que un embrión de la Ejecutiva Especial. El grupo creado por Alan Moore queda aquí situado en un futuro posible, de ahí que la Teknored sea su precedente. Entre las filas del esta nueva banda ya se encuentra Fascinación, así como un hermano de Legión llamado Thug. Otros miembros ya son completamente nuevos como la líder de esta banda, una voluminosa mujer azul conocida como Rompepuertas, o su plomiza conciencia, el escuálido Yap. Sea como fuere, a la Teknored la veremos más allá de las páginas del Capitán Britania, en Excalibur.

Quienes ostentan menos cambios son el plantel de villanos. Delano se acuerda de la Banda Loca, la creación de Thorpe inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, y la pone al servicio del Maestro Asesino, que a su vez trabaja para la Arpía.

Entre los episodios escritos por Jamie Delano también hay espacio para otro relato guionizado por Mike Collins, que sabe sacar petróleo de un fútil hilo dejado por Alan Moore. Partiendo de dos breves apariciones de un sintecho alcohólico, Collins escribe un estupendo relato de terror fantástico.

La herencia multiversal de Moore toma forma en lo que quizás sería la línea argumental de mayor dimensión de la etapa Delano. De la mano de la Teknored de Rompepuertas, el guionista traslada al Capitán Britania a una versión maligna del mundo de su antigua amante Saturnina, mientras es suplantado por su equivalente en ese mundo. Versiones aberrantes de ambos que llevan los nombres de Kapitán Britano y Opul Lun Sat-yr-nin.

La segunda mitad de la etapa se resuelve en tramas más complejas, entrando en lo político y lo social, jugando la ECR un papel tan cuantioso como ambiguo. Tenemos el regreso de la Capitana UK o a Betsy ocupando el puesto de su hermano como Capitán Britania. Luego, la presentación de los Querubines, el enésimo grupo de seres pintorescos diseñados por Alan Davis, y en medio, una amenaza de levantamiento del sistema democrático. Pero lo que ocupa mayor trascendencia es el desarrollo dado a Meggan, tanto mental como físico. Su naturaleza mutante la transforma, al fin, en la bella mujer de pelo ardiente que conocemos, al tiempo que su personalidad alcanza la madurez. Todo listo para iniciar romance con Brian Braddock.

Básicamente, estamos ante episodios autónomos siguiendo un hilo de continuidad.

El tramo final del tomo cuenta el traumático regreso de Jamie Braddock, hermano de Brian, la presentación del Doctor Cocodrilo y del país africano ficticio Mbangawi, un relato de terror en el que el Capi se enfrenta a Baba Yaga y un viaje a la era de los incas para salvarle el culo a Rompepuertas.

Los dos últimos números, ya sin Delano, son obra de Davis como autor completo. En el primero vuelve la amenaza de la Arpía y del Maestro Asesino, mientras que en el segundo el Capitán Britania echa un cable al inspector Thomas para capturar a un brutal asesino. Este último episodio, en general bastante precipitado, evidencia la cancelación repentina de la serie.

Esta segunda mitad de la etapa Delano-Davis quizás deja un sabor agridulce. Los autores no parecen tener muy claro hacia dónde dirigir la serie. Pese a todo, la etapa ofrece muchos alicientes y en su conjunto resulta disfrutable.

Conclusión.

Ya sólo por la etapa Moore-Davis este volumen no puede merecer otro calificativo que el de absolutamente imprescindible.

Tanto en el apartado escrito como en el gráfico, los dos Alan completan una de las obras top de la Marvel de los 80, pero las etapas que abren y cierran el tomo, las correspondientes a Dave Thorpe y Jamie Delano, son también recomendables, especialmente la de Thorpe.

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rockomic

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on “Reseñas: Capitán Britania: Marvel Héroes: Moore-Davis-Delano (1981-1986)
18 Comments on “Reseñas: Capitán Britania: Marvel Héroes: Moore-Davis-Delano (1981-1986)
  1. Totalmente de acuerdo de ser un tomo imprescindible, anda que Claremont y la propia Marvel han exprimido a base de bien todos los elementos introducidos en este tomo y donde son tan canon como el material creado por Lee/Kirby/Ditko para la editorial

  2. Bueno, Alan Moore también escribió para Marvel UK algunas historias del Doctor Who (que obviamente no pertenece a Marvel), y de hecho uno de los secundarios de su Capitán Britania procede de una de esas historias. Y también unos relatitos del personaje (no demasiado original pero con mucho encanto idea del editor Dez Skinn) de reminiscencias pulp Night Raven (relatos que ilustraba Dave Lloyd)…antes de Moore lo escriben Steve Parkhouse y Alan McKenzie (también lo escribiría Jamie Delano). Justiciero extraordinariamente longevo (que va perdiendo progresivamente su cordura en su prolongada y obsesiva guerra contra el crimen) enfrentado a los gangsters británicos de entreguerras y a la inmortal señora del crimen oriental Madame Yi Yang (deudora de Fu Manchú y su hija predilecta Fa) …en un dechado de originalidad dejaba su marca (a lo The Phantom) a los criminales) y notitas con su simbólica frase/lema rimbombante. A mediados de los noventa le salió un heredero superheroico (Nocturne …en su identidad civil con otro apellido muy «tradicional»: Poldark) de la mano de Dan Abnett y Rafa Fonteriz (antes el original había tenido su propia historia en solitario en el ’90 Night Raven: House of Cards (de los conocidos Delano y Lloyd) y su debut americano en el Fury/Black Widow: Death Duty (novela gráfica dibujada por Charlie Adlard en la que tenemos de secundario al Cuervo Nocturno que pica al crimen).

  3. Y ahora Marvel Man/Miracleman (ese pastiche de Mick Anglo del «Gran Queso Rojo» de la Fawcett y su Marvel Family, que también fueran tremendamente populares en el Reino Unido) también son propiedad de Marvel (incluida la etapa del díscolo «El Guionista Original»😈).

  4. Omniverso, término tomado por Moore del fanzine (Omniverse) de Mark Gruenwald de finales de los setenta (la premisa de Gruenwald era que todos los universos de ficción de los cómics, el pulp y demás formaban una única realidad …supongo que le ayudó a dar con el concepto que DC ya estuviese tragándose otros universos surgidos también en la Edad Dorada), que solo duró dos entregas (pues gracias a el llamó la atención de Marvel, que le contrató como editor asistente) y se dedicó a la causa de la coherencia de la continuidad (labor que sería la base también del trabajo de Gru para Marvel como editor y guionista).

  5. Y recordemos el guiño de Moore a otro universo previo (el de los viejos héroes de la IPC Fleetway) con esos héroes caídos de Tierra 238 entre los que son reconocibles sosias de Tim Kelly (Tom Rosetta), Dolmann y sus muñecos y otros.

  6. Hola a todos. Una pregunta: ¿con este tomo de Marvel Heroes, estaria todo lo clásico de Capitán Britania?, ¿o falta algún MLE?.
    Gracias de antemano y un saludo a todos.

  7. En su día me leí antes la etapa Delano – Davis en cuatro prestigios publicados por Forum, solo conocía al Capitan Britania de la serie Excalibur pero tengo un buen recuerdo de esa época, volví a releer esos prestigios años después cuando aprovecharon la colección Archivos X-Men (Forum) para sacar la etapa de Alan Moore en un tomo y los disfrute más, pero desde entonces ya no los he vuelto a leer y han pasado casi treinta años, quizás demasiado.

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