Reseñas: Conan: Omnibus 2: «¡La Maldición de la Calavera Dorada!» (1973-1975)

Segundo volumen dedicado a la serie clásica del cimmerio.

Al final del primer tomo ya hizo su entrada John Buscema como dibujante estable, tras la celebrada etapa de Barry Smith que ocupaba casi la totalidad de su grosor. Buscema, en su larguísima estancia en la colección, no hace falta confirmar que sigue como dibujante titular del título vertebral de Conan.

En cuanto al embellecido, la gran mayoría de los números corren a cargo de Ernie Chan, que supera con solvencia el trabajo encomendado. Lo mismo que el variado plantel de entintadores que le suceden.

Por supuesto, Roy Thomas es quien se encarga de la parte escrita. Y así seguirá poco menos que a perpetuidad.

El Conan de Buscema, respecto al de Smith, guarda una figura menos estilizada y más asimilable a un profesional del culturismo. Sin entrar en preferencias personales, creo que podemos afirmar que la de Buscema es la imagen más icónica del bárbaro que ha quedado para la posterioridad.

Tras la monumental saga del Tarim que cerraba el primer volumen, la serie vuelve a los episodios autoconclusivos.

Historias tan interesantes como el del rubí de la sangre de Bel-Hissar, o como una leyenda sobre una joya lleva a los hombres a matarse por ella.

Otras historias en las que Conan toma como escenario la jungla y como oponentes todo tipo de extrañas bestias.

Y otras que personifican el género de espada y brujería, como es el caso del brujo de Turán o la mano de Nergal.

Adaptaciones más o menos libres de relatos de Robert E. Howard, ya sean originalmente protagonizados por el propio Conan o por otros personajes que Thomas sabe acondicionar a la realidad del cimmerio de la mejor forma. Sin olvidarnos de las no pocas adaptaciones de obras de otros autores.

El único cometido para el bárbaro en este primer tramo del tomo, lo tenemos en su trabajo como mercenario para los monarcas de Aghrapur, en Turán, durante varios números.

De aquí brota la primera saga, la de la torre llameante. Adaptacion libre de otro autor pulp, Norvell Page.

Escenificada en la oriental comarca de Khitai, en una ciudad gobernada por siete brujos a quienes nada puede serles sustraído, puesto que los preciados objetos vuelven a sus dueños por arte de magia.

Un pueblo decadente donde robar parece ser el principal signo de libertad cuyos habitantes añoran.

Una alucinada de historia del todo fascinante.

Se puede decir que los diferentes periplos de Conan se nutren de varias constantes. Encuentros con traidores, estafadores y personajes que no son lo que parecen; protagonismo de joyas u otros objetos con poderes, objeto de codicia; y rescates en torres, habitualmente de féminas. Situaciones que son recurrentes en muchos de los relatos que, pese a todo, conservan el mismo interés que la primera vez que son contadas. Mérito no sólo del talento creativo de John Buscema, sino también de la capacidad de Roy Thomas de aportar aire fresco a cada relato.

Siguiendo con su etapa como mercenario, tenemos la maldición del Ojo Azur de Kara-Shehr, un espectáculo visual por parte de Buscema y otro relato fascinante. Antes de llegar a uno de los pocos números en los que el mayor de los Buscema no nos deleita con sus trazos. Se trata de la maldición de la Calavera Dorada, con la participación de otro de los más grandes dibujantes del Marvel clásico, Neal Adams. El genio nos cautiva con criaturas de todo tipo y la presentación de Juma, amigo de Conan creación de otros autores posteriores a Robert E. Howard. Otro de los números infaltables de esta etapa.

Quizás incluso mejor me parece la maldición de Lilitu, la mujer loba. Historia de engaños que acaban volviéndose en contra de quienes los cometen.

Superada ya la etapa del Conan mercenario, nuestro bárbaro toma camino de regreso a tierras hyrkanas. Nos encontramos con otro dibujante invitado, Rich Buckler, que, con la ayuda del mismo Ernie Chan como entintador, completa un trabajo gráfico de primer nivel.

Otra estupenda historia sobre la codicia y sobre una nueva piedra preciosa capaz se revivir a la diosa Ishtar.

Pero la historia que le sigue la supera, convirtiéndose para mi gusto en una de las joyas del volumen. El oasis que cobra vida y la misteriosa muchacha Zhadorr.

También cabe mencionar el oscuro relato de la cabeza de dragón y la gárgola demoníaca.

El caso es que todos los relatos son como mínimo recomendables. Buscema realiza uno de sus grandes trabajos y la prosa de Thomas se lee sola.

Esperado regreso y Thomas-Buscema tocando techo.

Sabíamos que tarde o temprano Red Sonja iba a volver a presentarse en la vida de Conan. Tal hecho ocurre en realidad en el primer número de la nueva revista dedicada al cimmerio, La Espada Salvaje de Conan. Número en blanco y negro, por supuesto, que se incluye en este punto del tomo dada su importancia.

El arco que sigue, de nuevo perteneciente a la colección regular a color, cuenta también con el coprotagonismo de la guerrera pelirroja. Una adaptación libre de un relato de David A. English, “La Torre de Sangre”, que me parece una genialidad. Y no sólo por el trabajo argumental sino también por un John Buscema que aquí alcanza una de sus más altas cotas de perfección.

Lo mismo puedo decir de los números que suceden a este arco, que están al mayor nivel gráfico imaginable, ya sea con Ernie Chan como entintador, o con los sucesivos nombres que le sustituyen. Se trata de un número autoconclusivo en el Valle Oscuro, que está bien sin más y de una extensa saga.

Es en esta saga donde Thomas lo vuelve a bordar. Una adaptación libre de un relato de Gardner F. Fox, que tiene de todo. Conan pasa por todo tipo de escenarios y situaciones. Algunas con cierto componente cómico, como verse en la surrealista situación de ir a caballo llevando un cadáver a rastras. Sobre todo, si dicho cadáver no debe sufrir daños al ser una especie de ángel de la guarda para Stefanya, la acompañante de turno del cimerio.

Personajes carismáticos como Lupalina, otra mujer loba, luchas contra criaturas de pesadilla, ratas, plantas carnívoras, un mosaico viviente, un nuevo amuleto de poder… y sobre todo espada y brujería al máximo exponente.

Y el desenlace final en Phalkar, que encaja todas las piezas de forma brillante.

Hasta aquí el contenido correspondiente a Conan the Barbarian de este volumen.

Conan el conquistador.

Los Giant-Size fueron un intento de colecciones trimestrales en paralelo a las principales series de Marvel de aquellos momentos. Conan fue uno de los personajes que gozaron de varios números, en los que Roy Thomas aprovechó para adaptar una de las obras de Robert E. Howard, «La Hora del Dragón». El relato transcurre años más tarde de sus aventuras bárbaras, cuando Conan es el monarca de Aquilonia.

La obra tuvo una trayectoria editorial un tanto convulsa. Tras cuatro Giant-Size, el formato llegó a su fin, y la obra había quedado inconclusa. La solución fue continuarla en la revista La Espada Salvaje de Conan, en blanco y negro, en los números 6 y 8. Por supuesto, la obra al completo se incluye en el presente tomo.

El elegido para plasmar gráficamente la monumental saga es Gil Kane, que, como no podía ser de otra forma, hace un gran trabajo. Exceptuando el último capítulo, que corre a cargo del habitual John Buscema. Y, como acostumbra, Buscema hace un trabajo superior.

Pocas sagas hay tan extensas como la presente en la Marvel de los 70. Una saga que está a la altura de las expectativas en todo momento.

Básicamente relata la odisea de Conan en busca de la joya milagrosa de turno, desde que su trono es usurpado hasta que el llamado Corazón de Ahrimán cae al fin en sus manos. Pura aventura que transcurre por diferentes escenarios y que ocupa casi la totalidad de la obra. La escena inicial, que relata la derrota de las tropas aquilonias a manos de Nemedia y posterior exilio de Conan, así como la final en que recupera su trono, ocupan tan sólo una parte del primer y último capítulo.

Contienda por la supremacía del reino, usurpadores ilegítimos, batallas sangrientas espada en mano, y magia, mucha magia. Pura fantasía heroica en la vertiente de espada y brujería. Y un principio de romance que promete certificarse en el futuro.

El relato describe como Conan va sumando aliados en sus periplos, ya sea a caballo o a galera, y los diferentes escenarios a los que hace frente. Una mazmorra en la que cae aprisionado, una torre en la que libera a una condesa, tierras de trasgos carnívoros o el sagrado templo de Set, son algunos de los lugares en los que la aventura del Rey Conan tiene parada.

En cuanto al desarrollo del propio personaje, podemos apreciar una clara evolución hacia la madurez. Seguramente como el monarca consecuente y justo que quiere ser, estamos ante un Conan marcadamente antiesclavista, más respetuoso hacia las mujeres y menos codicioso, si lo comparamos con el que nos encontramos en sus aventuras bárbaras.

Tras derrotar al renacido brujo Xaltotun y sus títeres nemedios, la saga termina, como no, con la reconquista de Aquilonia por parte de las tropas de Conan.

Conclusión.

El volumen se resume rápido. Totalmente imprescindible.

Si es mejor o no que el primer tomo, irá a gustos.

Creo que Thomas se mantiene en el mismo nivel superlativo en este segundo tomo, mientras que Buscema nos regala uno de los mejores trabajos de su carrera, ni más ni menos.

La obra Conan el Conquistador es otra joya indiscutible, de absoluto nivelazo. Gráficamente quizás no tan estratosférica como la parte de Buscema, pero igualmente grande.

Enlace a la ficha:

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rockomic

24 Comments

on “Reseñas: Conan: Omnibus 2: «¡La Maldición de la Calavera Dorada!» (1973-1975)
24 Comments on “Reseñas: Conan: Omnibus 2: «¡La Maldición de la Calavera Dorada!» (1973-1975)
  1. Se resume rápido: Obra maestra. O a pocos pasos de serlo (según el capítulo en cuestión …pero en bloque: sumamente recomendable).
    En cuanto al trabajo de resumen y análisis de Rockomic: de notable alto (siendo conservador …y racano)😉😎✌️.

  2. Pues si totalmente de acuerdo contigo SUSO , es una obra maestra.

    Es que los primeros 100 numeros de CONAN «son obra maestra «.
    Algunos comics de entre estos 100 números, están entre los mejores de todos los tiempos.

    ROCKOMIC , magistral forma de resumir a CONAN felicidades .

  3. Y qué bien dibujaba «Big» John a la mujer! (Fuese esta una dama de alta alcurnia, una desconocida barragana, una exótica bailarina, una peligrosa guerrera o una simple camarera de tasca de los bajos fondos)🤩😍😉😎✌️

  4. El trabajo de los entintadores filipinos de Marvel (ya solo el de los entintadores e ilustradores filipinos de Conan) daría para un buen (y no corto) libro (y plagadito de anécdotas de todo tipo …alguna rocambolesca, como cuando tuvieron que ponerle un machete en el cuello a Bulanadi para convencerle de que su postura no era racional …y de que devolviese aquel para de decenas de páginas de John Buscema). Ya solo el soberbio trabajo del Studio De Zúñiga de aquellos años daría para un coqueto libro.

  5. Lo de las reseñas menos extensas de los tomos de Conan supongo que tiene que ver con su independencia del UM superheroico. Y también por las escasas referencias a relatos anteriores de la misma colección.
    Las reseñas de series del UM siempre se acaban alargando por la cantidad de referencias a otras series o al pasado del personaje de turno.
    También el casi inexistente baile de autores en Conan resta texto.
    Bueno, es una teoría.

    • En realidad, la reseña no es corta, aunque lo parezca. Y cierto, en esta etapa hay poco baile de autores, pero contando a los entintadores (MUY relevantes en las series clásicas de Conan, especialmente con «Big» John al dibujo …y más que lo serán cuando pase a abocetar más que dibujar, aunque sean bocetos con mucha personalidad) ya son unos cuantos: John Buscema, Neal Adams, Rich Buckler, Gil Kane, Tim Conrad, Ernie Chan, Joe Sinnott, Dick Giordano, Dan Adkins, Frank Springer, Tom Sutton, Vinnie Colletta, Pablo Marcos, Yong Montano y algunos entintadores más sin acreditar (los grupales «La Tribu» y «The Crusty Bunkers»)

  6. Apoteósico Buscema . Capitano de un dream team que alinea a los filipinos, Thomas y banquillo de lujo, cuando salta a la cancha Kane.
    Roc , Suso y Magni , también forman un trío de auténticos cracks .

  7. Buscema, capitano de un dream team que alinea a los filipinos, Thomas y cuando tiene que tirar del banquillo, te saca a un tal Gil Kane..
    Un millón de euros, si los tuviera, al primero que me diga algo que no dibuja bien Big John….
    Me gusta un poco más el tomo 1 porque, además, tenemos a la otra megaestrella BWS, pero que son tan buenos estos tipos, que se trataría de elegir si quieres más a tu padre que a tu madre.
    Buena reseña como siempre Roc y te doy toda la razón, excepto cuando machacas a mi picapleitos favorito, aka DD.

  8. En el coloreado casi exclusivamente mujeres, salvo por Phil Rachel son en un par de especiales. Lo demás: Glynis Wein (entonces todavía esposa de Len Wein, luego retomaría artísticamente su apellido: Oliver, una de las mejores en lo suyo, …una de las mejores coloristas clásicas de la Casa de las Ideas … independientemente de su sexo …recordad su excelente trabajo en DD …o en la saga de Fénix Oscura, coooooño), Linda Lessmann (solo un número en este tocho, probablemente porque se fue con BWS a vivir al Reino Unido, lo que truncó su prometedora carrera en Marvel …otra pareja rota, con Barry era de esperar, la fidelidad no iba mucho con él, y Linda no se había enterado de que estaba en una relación no monógama …y que Barry quería más una colorista para sus láminas que una pareja fija …ella acabaría volviendo a los USA con lo puesto, tras una buena temporada como pareja, ayudante para todo y socia comercial, …tuvo que volver a vivir con sus padres …y afortunadamente encontró trabajo en First Comics, dando color a joyas como el American Flagg de Chaykin …luego se emparejaría con el dibujante Bill Reinhold, al que tenían encandilados sus colores), Petra Goldberg (o «Petra Scotese», también artísticamente, otra clásica del coloreado setentero y ochentero que sonará mucho al marvelita de pro …y al comprador de MLE) y Janice Cohen (hija del muy veterano Sol Brodsky …y otra habitual en las lides de color de la época, especialmente en los locos setentas marvelitas).

    • Bien pensado, el de colorista era un campo muy femenino en la Casa de las Ideas en los efervescentes setenta. Junto a las mencionadas Glynis Oliver/Wein, Petra Goldberg/Scotese, Janice Brodsky/Cohen y Linda Lessmann/Reinhold, teníamos también a otras como Diane Buscema (hija del mismísimo Giovanni Natale), Michelle Wolfman (esposa de Marv Wolfman hasta casi finales de los ochenta), Marie Severin (también colorista …de hecho, durante los ochenta ya ejercería principalmente de colorista), Elaine Heinl, Patty Greer/Cockrum o Christie Scheele. Seguro que se me olvidan al menos un par. La hija de «Big John» no hizo una carrera demasiado espectacular ni larga, como hubiésemos esperado de toda una Buscema, pero Petra Goldberg, Janice Cohen y Glynis Oliver tuvieron carrerones envidiables en dos décadas de muy dura competencia.

      • Alguna colorista que me había olvidado de esta etapa de los setenta y primera mitad de los ochenta: Mary Beveridge (que como Diane Buscema no tuvo una carrera tan larga ni tan brillante como sus compañeras) y Francoise Mouly (que quizás suene más a los estudiosos del medio como editora, pero coloreó también un puñado no demasiado nutrido de cómics marvelitas). Las poderes fueron Glynis Oliver/Wein, Petra Goldberg/Scotese, Janice Cohen y Christie Scheele, Michelle Wolfman tuvo su momento (no brilló tanto en Marvel, pero luego en DC participó en La Cosa del Pantano de Marty Pasko, Superman, la Wonder Woman de Pérez y un poco en Doom Patrol …pero en DC, en cuestión de colores reinaba Tatjana Wood) pero no a ese nivel (podría de haber permanecido en Marvel? Quizá), Linda Lessmann, que apuntaba muy bien (y a la que nunca se le ha reconocido su responsabilidad en el coloreado de la obra como ilustrador de BWS en su etapa inmediatamente postMarvel), podría haber tenido ese nombre y repercusión sin problemas (le costó recobrar parte de su reputación al volver a los USA).

  9. A estas coloristas las vimos también en su mayoría por el tocho de Killraven, por cierto: Glynis Oliver/Wein, Janice Cohen y Linda Lessmann. También casi todas se pasaron por Marvel Two-In-One …y colorearon al gran Jack Kirby en su regreso a Marvel.

  10. «Yo he querido ser siempre fiel a las historias de Robert E. Howard, no me interesa Conan si no está anclado en el trabajo de su creador literario. Por eso las películas no me han gustado demasiado, sobre todo la que yo escribí. Ni siquiera la primera, la de John Millius, creo que captara por completo la esencia del personaje. En mi opinión, nunca se ha hecho una buena película de Conan, como tampoco la ha habido sobre Frankenstein. Ni con Boris Karloff ni con Robert de Niro.» (Roy Thomas).

  11. «(…)les dejé hacer uno de Red Sonja con Spiderman pero Conan era solo mío. Les dije: «Solo yo escribo Conan. Cuando me vaya podéis hacerlo vosotros pero mientras esté yo aquí no».» (Roy Thomas).

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