Reseñas: Iron Man: Marvel Gold 7: «El Caparazón Vacío» (1983)

Nueva entrega de las aventuras del vengador acorazado, la segunda que recopila la etapa de Denny O’Neil, ahora sí, con Luke McDonnell plenamente instalado en el puesto de dibujante. El trabajo de entintado, por su parte, corre a cargo de Steve Mitchel.

El anterior volumen nos dejaba con la miel en los labios al quedar inconclusa la saga de los Ajedrecistas. Una saga que finaliza en este tomo y que, a la postre, merece otro título más adecuado: el de la segunda crisis alcohólica de Tony Stark.

Efectivamente, tal como O’Neil nos venia preparando en la anterior entrega, Tony recae en el infierno de la bebida, pero en esta ocasión como un adicto al alcohol sin objeción y con todo lujo de detalles.

Claro, que también nos faltaba conocer la identidad del misterioso personaje tras el ataque de las figuras de ajedrez. Obadiah Stane es el nombre del tipo en cuestión, un personaje que pasa aquí a convertirse en uno de los oponentes de mayor relevancia de Iron Man. Al más puro estilo Justin Hammer, Stane es un multimillonario sin poderes, propietario de una empresa armamentística, cuya ambición está en liderar un monopolio de empresas del sector, y hundir a las que no se unan en su tiranía por el poder.

La caída de Stark en el pozo de la bebida la provoca en buena parte Obadiah. Tony busca finalmente refugio en el alcohol bajo la amenaza de Stane de apropiarse de Stark Internacional por medio del pago de sus créditos, pero también a causa de su alcoholismo latente, siendo el rechazo de la escultural Indries Moomji el definitivo empujoncito. La chica, que fue presentada como una inofensiva estudiante en el anterior tomo, se nos revela como otra de las piezas de Obadiah Stane.

Mientras se desarrolla todo esto, hay tiempo para hacer frente a la amenaza del Fundidor, en una de las muchas batallas frente a villanos que nos vamos encontrando a lo largo del volumen, que no tienen mayor contenido que el de recordarnos que estamos en un cómic de género superheroico.

Los siguientes en darse de mamporros con Iron Man son el Hombre Máquina y Magma, un villano que ya se las vio con el Latas en Marvel Team-Up. El primero se presenta en son de paz buscando consejo de lo que piensa que es un simple robot como él y no una armadura con un hombre de carne y hueso en su interior. Ver para creer.

Magma, por su parte, acude a ajustar cuentas con el Hombre de Hierro.

Peleas de lo más absurdas, pero que al menos dan cuenta del peligro, cual conductor bebido circulando por una carretera, en que se ha convertido Tony Stark pilotando su armadura. Escenas que preparan el terreno para el siguiente e impactante capítulo de este bloque argumental, el abandono de Tony Stark como Iron Man en favor de Jim Rhodes.

Antes de pasar el testigo a su amigo Rhodey, Tony debe contarle su secreto, cosa que tampoco le sorprende demasiado, pero el caso es que, por primera vez, Iron Man pasa a ser alguien diferente a Tony Stark de forma estable.

Con el cambio de identidad de nuestro héroe acorazado, O’Neil decide ir más allá y proporcionar a Rhodey su propia nómina de personajes secundarios. De este modo, a los ya habituales Mrs. Arbogast, Vic Martinelli, Yvette Avril y Arthur Pithins, se unen Morley Erwin y su hermana Clytemnestra. El primero es un técnico en armaduras de la casa que pasa a ser el escudero de Rhodey. La persona de confianza y única (además de Tony Stark) que sabe quién se esconde bajo la armadura de Iron Man. Clytemnestra Erwin, por su parte, es una valiente e inteligente científica que también va a formar parte del entorno del nuevo Iron Man.

Por el momento, la etapa ha ganado interés gracias a los golpes de efecto y a un guion de base francamente atractivo, pero también creo que el aspecto narrativo, tanto escrito como visual, son mejorables.

A partir de este punto, el centro de atención toma dos caminos muy distintos, ambos muy interesantes. Por una parte, está la adaptación de Rhodey en su nueva ocupación como superhéroe y en el aprendizaje del funcionamiento de su armadura. Por la otra, la caída de Tony en el infierno de la botella y el consecuente deterioro de su imagen, sumado al triunfo de Obadiah Stane tras haberse apropiado de Stark Internacional.

Ya con Rhodey en su identidad de Iron Man, se siguen sucediendo las amenazas de supervillanos sin mayor trasfondo. Primero es Bola de Trueno, en el episodio de presentación de Clytemnestra, y a continuación Tizón, el viejo enemigo del Latas, en un número en el que tiene como invitado al Capitán América. No es que sean nada del otro mundo, pero, al menos, destaca todo lo relativo al hundimiento de Tony, escrito de forma muy realista, y el tratamiento de personajes en general.

La traca final del tomo se sustenta, una vez más, en los golpes de efecto y el desarrollo de personajes.

Ya con Obadiah instalado en las oficinas de Stark Internacional, el siguiente paso para el villano es apropiarse de la armadura de Iron Man. La oferta, evidentemente, no convence a Rhodey, pero el peligro ahora está en que Stane logre acceder al laboratorio blindado donde Stark guarda las armaduras de repuesto. Esto genera una carrera contra reloj entre Obadiah y Iron Man para romper el blindaje y llevarse la colección de armaduras. Carrera a la que se suma Nick Furia, también deseoso de incorporar semejante armamento a SHIELD. Furia envía en primera instancia a su agente Jasper Sitwell, para posteriormente entrar en acción él mismo. El capítulo final de la saga termina con las armaduras hundidas en el fondo del Atlántico yendo a parar a manos del atlante Krang, desembocando en una lucha bajo el océano entre Iron Man, Furia y Krang y sus lacayos. Un final torpe en ritmo, aunque visualmente atractivo, que creo que apuntaba a bastante más.

Cabe mencionar los puntuales gags humorísticos que va soltando O’Neil, ciertamente un poco lamentables, como muestra de su discreto trabajo como escritor.

El trabajo narrativo de Luke McDonnell tampoco es que ayude a hacer estas historias rememorables. Digamos que acaba cumpliendo, pero creo que con la incorporación de un dibujante más capaz al menos la lectura hubiera sido más fluida y adictiva.

Conclusión.

Mejor tomo que el anterior, por supuesto. Aunque resulta más interesante por todo lo que nos cuentan que por cómo nos lo cuentan.

O’Neil y McDonnell hacen un trabajo cumplidor en las formas, pero la cantidad de cosas importantes que ocurren hacen de este tomo una pieza necesaria en el rompecabezas del vengador dorado.

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rockomic
14 comments to “Reseñas: Iron Man: Marvel Gold 7: «El Caparazón Vacío» (1983)”
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  1. La etapa de O’Neil fue de las pocas realmente relevantes en la trayectoria del personaje …y de las poquísimas que en tiempos clásicos se atrevieron a dar un vuelco al status quo (hoy estoy se práctica más pero también se sabe que luego los efectos van a durar un suspiro o menos superada la etapa).

  2. Sí, supongo que se podría decir que es uno de esos cómics/etapas que el público no pedía ni probablemente quería pero necesitaba (como también la más agradable de consumir etapa de Layton, Michelinie y Romita Jr …allí la Crisis alcohólica duró un suspiro …y fue menos traumático…pero tampoco heroico…con un Stark tentado de levantarle La mano a su novia durante su «mono», La Odisea de la Metamorfosis …una novela gráfica muy poco «agradable», el primer año y pico de American Flagg!, la autopsia de La Cosa del Pantano, El Vigilante del efímero en la serie tándem Alan Moore & Jim Baikie…un Vigilante que las pasa putas enfrentándose a un simple pederasta en una de las historias más emocionalmente duras de aquellos años en un cómic mainstream,…).

  3. La anterior etapa con Romita Jr. muestra a unos personajes idealizados donde juegan con tramas empresariales y un entorno social vinculado a esos menesteres donde siempre acaban bien pese a las vicisitudes. Esta etapa se aleja de todo eso y, de pronto, problemas más cotidianos, con personajes más sencillos, salen a la luz. Gente de andar por casa y sin glamour, muestran todas sus virtudes y defectos, para bien o para mal, y da un toque realista que pocas veces se puede ver en un cómic. El lado más desagradable de un alcohólico puede echar para atrás, pero el lado heroico de Stark es un recorrido a lo largo de los números. Al final hay momentos realmente memorables cuando supera el alcoholismo y decide seguir viviendo. Aunque un tomo se queda corto.

  4. Y todo ello por un guionista en crisis personal (estaba pasando él mismo por sus momentos más bajos con la botella) y profesional (como editor estaba logrando buenos resultados pero estaba teniendo serios problemas con algunos autores díscolos cómo Byrne y con el Editor Jefe, Shooter, que le despediría no mucho después tras montar en cólera Byrne por el rechazo a su número de Hulk a base de «splash-pages» y llamar al jefazo de la empresa para montarle el pollo, este luego a su vez llamó a Shooter y le «leyó la cartilla» para que se asegurase de que «esa gente» nunca le volviese a molestar …Shooter, que ya estaba descontento con qué O’Neil escribiese sus guiones en el horario de oficina como editor, le invitó a abandonar la compañía …ganancia para DC, que obtuvo uno de sus mejores editores y además a algunos de los autores de su agenda, como Miller y Mazzuchelli), aunque como podéis ver, como guionista pasaba la prueba del algodón (su Daredevil también fue una etapa muy digna).

  5. En su momento, esto, al lector típico de Forum (era todo demasiado rupturista, oscuro y sucio) le gustó más bien poco, pero con los años solo ganó adeptos. Mucho cambio y poco optimismo (y el fandom siempre es renuente al cambio si una serie no está ya hundida en la mierda). Los que se subieron con Secret Wars aceptaron mejor las cosas porque ya se encontraron allí con Rhodey como Iron Man (como con DC o Zinco los que llegaron a la fiesta con Crisis en Tierras Infinitas o muy poquito antes).

  6. Con O’Neil fueron injustos en Marvel y perdieron mucho con su marcha. Yo conocí su DD antes que el de Miller e incluso coleccione con avidez la etapa de Nocenti antes de conocer su obra con el diablo.

  7. La buena obra de la Nocenti con el Diablo te ponía bueno en un mal día (de esos que hablan ahora tanto en DC sobre la galería de «bad boys» de Bats).😈

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