La larga y dispersa etapa de transición de la colección de los Vengadores, que ocupó buena parte del tomo precedente, podríamos decir que queda atrás cuando Jim Shooter vuelve a tomar las riendas del apartado escrito en este nuevo volumen, el décimo de la colección. Porque lo que es el apartado gráfico sigue igual de loco, sin un dibujante que mantenga una estabilidad real. Bob Hall sería lo más parecido a la figura del dibujante regular que nos encontramos, pero su trayectoria se ve interrumpida continuamente por otros nombres, concretamente los de Alan Kupperberg, Alan Weiss y Don Perlin.
Sea como fuere, el presente tomo recoge la segunda etapa guionizada por Shooter (que en realidad tuvo inicio en el último número del anterior). Un trayecto del escritor que también acaba volatilizándose en la segunda mitad del tomo.
Fiel a sus rígidas convicciones, Shooter nos golpea esta vez con otra controvertida decisión, de aquellas que suponen una ruptura con lo hasta ahora convencional. El guionista decide convertir a Hank Pym en un maltratador de género. Todo empieza en el autoconvencimiento de Pym de su inferioridad respecto a sus compañeros de grupo y respecto a su multimillonaria mujer, Jan, lo que deriva en un brote psíquico violento que acaba pagando la Avispa. La viñeta del manotazo de Hank a Jan nos deja a todos perplejos, por inesperado y porque abre una puerta hasta ahora inexplorada. Una viñeta que se erige en la representación gráfica de toda la trama.
El planteamiento general es bueno y está bien desarrollado. Como buen ejemplo de ello, en plena inestabilidad mental a Hank no se le ocurre otra que construir un robot al que sólo pueda destruir él para así poder demostrar su valía como Vengador. Por supuesto, el plan pronto queda al descubierto resultando en la inevitable marcha de Chaqueta Amarilla del grupo y la posterior petición de divorcio de Jan.
Líneas argumentales de las que dejan huella que, sin embargo, prácticamente son lo único resaltable de la etapa. Porque, más allá del impacto que ofrece este planteamiento alrededor de uno de los Vengadores fundadores, los guiones que escribe Jim Shooter a lo largo de esta serie de números no creo que destaquen por su calidad.
Claro que los diferentes artistas gráficos tampoco ayudan a convertir estos cómics en memorables. Bob Hall es un narrador correcto, pero técnicamente es bastante limitadito, mientras que Alan Kupperberg y Alan Weiss realizan trabajos muy discretos, siendo generosos.
Ya el episodio que abre el tomo es de lo más desconcertante, de esos que no puedes evitar preguntarte qué hace aquí esta historia y de dónde salen estos personajes. Una pareja que parece sacada de un serial de espada y brujería decide salir a ver mundo tras haber estado la friolera de 10.000 años residiendo en una casita con jardín en algún lugar perdido de América, sin que, en todo este tiempo, nadie haya pasado por allí ni de casualidad. La cosa termina con la mujer, una poderosa bruja que se hace llamar la Reina Elfa, enfrentada a los Vengadores. Un pobre episodio que parece una mera excusa para dar inicio al desequilibrio mental de Hank Pym.
Algo parecido ocurre con el siguiente episodio. Los Vengadores se dan un garbeo por el oeste donde tendrán que frenar a un Motorista Fantasma fuera de control, después de que éste haya estado atacando al Ángel (sí, el de la Patrulla-X) cuando circulaba tranquilamente con su novia. Personajes invitados metidos con calzador y guion francamente flojo.
El siguiente arco argumental tiene más miga, pero, entre el deficiente dibujo de Alan Weiss y lo disperso que resulta el guion, que estamos en las mismas.
El Hombre Molécula es el villano, mientras que Estela Plateada es el invitado de turno. Un surfista cuya utilidad en la obra se limita a servir casualmente al villano su ocurrencia para vengarse del mundo entero.
Pero si hay un personaje que acapara todas las miradas es Tigra. Shooter pone el foco en la más reciente incorporación en las filas de los Vengadores para acabar despidiéndola al final de la historia. Tigra alega que no está a la altura de sus compañeros, en un proceso un poco desconcertante en el que la heroína pasa de ser el miembro que aporta humor y desenfado al grupo (al más puro estilo de la Bestia), a descubrírsele una especie de cara opuesta, entre vengativa y aprensiva. También parece forzada la evolución dada al Hombre Molécula, aunque en este caso puede entenderse por el desequilibrio intelectual y la mentalidad infantil del personaje.
En cualquier caso, el desarrollo emocional de los personajes creo que acapara buena parte del problema del guion de esta historia, si bien los diálogos de Shooter no se quedan muy atrás. A estas alturas uno se espera unos textos más maduros y no lo que parece un regreso a épocas pasadas.
De todas formas, la historia también nos trae algunas circunstancias para la posterioridad. Es especialmente significativo el momento en el que el Capitán América, Tigra y Estela Plateada, descubren las identidades secretas de Iron Man y Thor como Tony Stark y Don Blake (entre ambos ya eran mutuamente conocidas). Seguramente no es el escenario más atrayente para semejante acontecimiento, pero ahí está. El caso es que Shooter parece haber abierto la veda cuando unos números más adelante es la Avispa quien también descubre la identidad de Thor-Blake y, otros números más tarde, la de Iron Man-Stark.
Por otro lado, Shooter nos presenta una nueva discrepancia entre el Capitán América y Iron Man. Una discusión no tan ruidosa como la que tuvo lugar en la primera etapa del guionista, pero en este caso de un carácter más ético y legal: el dilema sobre si hay que matar o juzgar a un individuo que amenaza la integridad de todo el planeta. Un peldaño más en la escalera hacia Civil War.
Los Vengadores son ahora cuatro miembros, Thor, Capitán América, Iron Man y la Avispa. Momento para realizar otro cambio importante en el grupo. La Avispa se ofrece para liderar a los Vengadores y es aceptada, siendo así la primera mujer en hacerlo. La liberación de su relación con Hank nos presenta a una Jan más crecida como personaje, intentando marcar distancia con el papel de esposa al servicio de su marido que arrastraba desde los tiempos de Stan Lee.
Precisamente, el caso Pym se complica aún más cuando éste se deja engañar por su viejo enemigo Cabeza de Huevo. Usando a su sobrina Trish Starr como elemento coercitivo, el villano obliga a Chaqueta Amarilla a enfrentarse a los Vengadores, resultando en un alejamiento aún más pronunciado respecto a sus antiguos compañeros. Una vez más, los episodios referentes a esta trama siguen siendo lo mejor de esta etapa.
Shooter se toma un pequeño descanso en un episodio guionizado por J. M. DeMatteis y dibujado por Don Perlin. Un claro fill-in en el que DeMatteis aprovecha para recuperar un hilo originado en Capitán América, colección de la que se estaba haciendo cargo en ese momento. Se trata de aquella peculiar historia sobre un tipo llamado Morgan MacNeil Hardy que intentó modificar la realidad de acuerdo con sus principios ideológicos mediante el uso de cuatro telépatas y una máquina potenciadora. MacNeil renace de sus cenizas consciente de hallarse en un bucle infinito de muertes y resurrecciones. En su desesperación, el hombre embarca en una nave rumbo hacia el Sol, pero acaba convertido en una criatura llameante que amenaza con devorar a la Tierra. La premisa es buena. El desarrollo, no tanto.
También es obra de J.M. DeMatteis el anual de turno, el número 11. Un episodio, en esta ocasión ilustrado por Al Milgrom, que se resume como una revisión del clásico enfrentamiento Vengadores Vs. Defensores. La excusa esta vez viene en forma de manipulación mental por parte de Nebulón, conocido de la serie de los Defensores, y de su contrapartida femenina hacia ambos bandos. Supernalia es el nombre que lleva la fémina extraterrestre, otrora esposa del ser celestial, que para la ocasión se presenta con la misma forma y atavíos que su coterráneo.
El fondo de la historia nos habla del honor por encima de incluso la supervivencia, pero francamente los razonamientos que conducen hasta ahí son de lo más estúpido. Cierto es que la deficiente estética del dibujo de Al Milgrom no ayuda, pero se trata de un episodio muy flojo en su conjunto.
La siguiente línea argumental también tiene su enjundia, más que nada por el siempre atractivo vínculo a la saga de Thanos de Jim Starlin.
Varias cosas que considerar. Primero, nos enteramos del parentesco (padre e hija) entre Drax y Dragón Lunar, los dos personajes invitados sobre quienes gira el argumento. Luego, la propia Dragón Lunar vuelve aquí a situarse en el lado de los villanos, aunque sólo sea de manera efímera. La historia, como digo, también vale como capítulo de la crónica cósmica made in Starlin, especialmente, y aunque no lo parezca, para Drax.
La arrogante titana calva se adueña de un mundo y lo libra de la hostilidad y de las guerras bajo manipulación mental hacia sus habitantes, en una especie de dictadura blanca que cuenta con la oposición de los Vengadores. El eterno debate de la elección entre la excelencia por imposición y la imperfección del libre albedrío. Una cuestión que ya había sido planteada anteriormente en el Universo Marvel y que lo seguiría siendo en el futuro. Un trabajo argumental correcto, pero nada especialmente original.
Jim Shooter empieza a despedirse del título con una de sus prácticas preferidas, la de alterar la alineación de los Héroes más Poderosos de la Tierra. El guionista dedica un episodio entero a ello, usando como cebo una llamativa portada llena de rostros de posibles nuevos Vengadores. Los elegidos acaban siendo Ojo de Halcón y Hulka, que se estrena como vengadora, pero a lo largo del episodio vemos como los miembros actuales llaman a la puerta de otros superhéroes de la casa. Concretamente Spiderman, Dazzler, Viuda Negra, Chica Invisible y Spiderwoman. La fugaz intervención de un supervillano de poca monta, el Merodeador Mecánico, pone la dosis de acción de rigor, en un episodio que no es más que un ejercicio de distensión y buen humor.
A partir de este punto, Shooter se limita a la labor argumental, dejando los guiones en otros profesionales como Steve Grant y Alan Zelenetz, eso cuando no es directamente sustituido por David Michelinie o el propio Grant. Este último es quien cierra el presente tomo, enlazando directamente con la etapa del que será el nuevo y flamante guionista regular de los Vengadores: Roger Stern.
El apartado gráfico queda ahora en manos de Greg Larocque, con la excepción de un solitario número a cargo de Mark Bright.
Los episodios restantes aportan poco más que un trivial entretenimiento, pero se agradece que no entren en jardines argumentales fuera de lógica.
Primero nos son presentados los nuevos Amos del Mal liderados por Cabeza de Huevo. El cerebrito recluta a Tiburón-Tigre, Torbellino, el Escorpión y Piedra Lunar para su equipo con el fin de vengarse de los Vengadores. La primera actuación de Hulka en equipo y poco más.
La parte negativa se la lleva la supuesta nueva personalidad de la Avispa. Un carácter que no resulta ser tan nuevo cuando, en plena batalla contra los Amos del Mal, Jan parece más preocupada por la integridad del vestidito que le ha diseñado a Hulka que por la lucha en sí. Una frivolidad que francamente desvirtúa su posición como líder del grupo.
Luego, el episodio de David Michelinie es un mano a mano entre Ojo de Halcón y el Hombre Hormiga (Scott Lang, por supuesto) para desarticular el nuevo circo de formación de supervillanos del Supervisor, personaje precisamente creado por Michelinie en su paso por Iron Man.
La excepción en este tramo final la marca un sorprendente episodio dedicado por entero a cuestiones extrasuperheroicas, más concretamente a un tema más relacionado con la prensa del corazón. Shooter decide martirizar un poco más al encarcelado Hank Pym sacándose de la manga un romance express entre Jan y Tony Stark. Y el resultado no puede ser más satisfactorio teniendo en cuenta lo inesperado de la situación. El caso es que Tony decide contarle su secreto como Iron Man a la Avispa y automáticamente pasa a imponerse el sentido común. Un argumento emocionalmente muy bien planteado y resuelto para lo que acaba siendo uno de los mejores episodios del tomo.
El arco argumental final ya es cosa de Steven Grant, que en sólo dos números nos deja un guion que parece mejor desarrollado que cualquiera de los de Shooter que no hagan referencia a la crisis de Hank Pym.
Se trata de la línea argumental que trae de vuelta al Caballero Negro a nuestro tiempo tras el largo periodo qué mantenía a su yo corpóreo como una estatua de piedra. Un viaje de los Vengadores al pasado, al siglo XII, para salvar al legendario reino de Avalon de la amenaza de la raza de los fomor, antagonistas de la historia. Un episodio en el que también tiene un papel el Doctor Druida, un personaje creado por el tándem Lee-Kirby incluso antes que los Cuatro Fantásticos, ya recuperado recientemente para la actualidad del Universo Marvel y del que pronto volveremos a saber en estas páginas.
Tampoco es que sea la gran cosa, no deja de ser una aventura como tantas, pero resulta entretenida y dinámica, y no le faltan alicientes. Además, Greg Larocque creo que realiza un buen trabajo narrativo.
El tomo incluye también la miniserie de la Visión y la Bruja Escarlata, serie que dispondrá de una reseña aparte.
Conclusión.
Un volumen que se sostiene por las tramas relacionadas con el caso Chaqueta Amarilla, francamente muy interesante y bien planteado. Porque el resto, tanto a nivel de guion como de dibujo, es más bien discreto. A veces correcto, a veces por debajo del aprobado.
Por ello, el tomo, en su conjunto, no creo que mejore al precedente. Desde luego, gráficamente se sitúa bastante por debajo.
Enlace a la ficha:
- Reseñas: Thor: Marvel Héroes 1: El Poderoso Thor de Walter Simonson 1 (1983-1985) - 29 abril, 2025
- Reseñas: Iron Man: Marvel Gold 8: «El Nuevo Iron Man» (1983-1984) - 15 abril, 2025
- Reseñas: Biblioteca Marvel 86: Doctor Extraño 5 (1967-1968) - 10 abril, 2025
La primera etapa de Tigra con los Vengadores, el principio de la caida de Hank Pym … una etapa que me encantó en su momento. Ojo de Halcón, Hulka, Spiderwoman, Caballero Negro … un tomo que voy a disfrutar a tope. Ya nos queda menos para llegar al 300 usa que se publicó en los Marvel Heroes, estamos a unos 3 ó 4 tomos de llenar el hueco que les queda a los Vengadores en su continuidad.
Esperemos que no supriman la ilustración de ROM del número 221 al igual que suprimieron la de la portada de los Vengadores Costa Oeste. Ahora que tienen los derechos del personaje sería volver a cometer el mismo error por segunda vez, crucemos los dedos …
En el Marvel Gold aparece la cara de ROM en la portada del 221 sin problemas. 😉
En otras ocasiones se ha reproducido en blanco.
Ahora no debería ser problema.
Este cae fijo , VENGADORES es sinónimo de entretenimiento.
Con algún bajón puntual es todavía una etapa destacable (como los siguientes tomos).
No es lo anterior…. ni lo posterior, pero se podía leer.
La mayor pega del tomo es quizá el apartado gráfico en comparación con tomos anteriores. Don Perlin ya estaba mayor (y su punto fuerte siempre fue la narrativa por encima del detalle o del estilo, lejos de cualquier espectacularidad), Al Milgrom es igualmente estilísticamente gris pero narrativamente funcional (y me cae menos simpático , a pesar de que su estilo va un poco más con los tiempos y resulta un poco más agradable visualmente, también con menos garra), Alan Weiss era capaz de lo mejor y de lo peor (a menudo en el mismo cómic) aunque por lo general se quedaba muy enmedio, el recientemente fallecido M.D. Bright resulta aquí anecdótico (otra cosa sería en Iron Man, importantísimo en su palmarés …o incluso Powerman & Iron Fist …incluso G.I. Joe) y Greg LaRocque es quizá el más destacable del lote (y es más recordado como dibujante DC por algo … aunque dibujase también Marvel Team-Up, Web, Thor, Hulk o al igual que Bright a los Héroes de Alquiler, aunque Luke y Danny fueron más importantes en la carrera de «Doc» Bright).
Del ya fallecido Alan Kupperberg es del que es quizá más jodido decir algo bueno como dibujante o entintador (como guionista y editor fue también un profesional más bien gris, pero dada su producción algo se puede salvar siempre). De los Kupperberg me quedo con Paul (tampoco con un historial brillante, y más vinculado a DC …y también editor, guionista y dibujante, como su hermano …ambos habían empezado en fanzines junto a su amigo Paul Levitz, antes de meter la patita en DC …Paul sigue vivo, como guionista destacaría su labor en Vigilante y en la mini del Phantom Stranger dibujada por el joven Mignola, y quizá sus números de la Doom Patrol y de Arion ya para los más cafeteros de DC, aunque también tiene una cantidad impresionante de morralla escrita para comic-books, comic-strips y novelas).
Paul si que tiene cosillas salvables como lo que menciona Suso
Como dibujante tampoco era muy salvable (aunque sí comparas narra mejor y dibuja menos músculos desproporcionados que su hermano …que no reivindicaría ni como guionista ni como entintador ni como colorista, ni siquiera probablemente como editor, que es donde más se lució, y no solo empezaba como fanzinero ilusionado), pero como guionista tiene sus cosas (vale que miras su enorme producción y la cantidad de cosas reguleras y directamente malas que hizo y el balance no resulta muy positivo).
Buen repaso de la brigada de artistas gráficos. Con el que coincido mucho. 😉
Los más reseñables de la etapa son Greg LaRocque y el casi «oficial» Bob Hall (que era capaz cuando se esforzaba de producir algunas páginas bastante buenas, como demostró por momentos en la novela gráfica Emperor Doom, pero que no lo intentaba, pues le resultaba imposible mantener las fechas de entrega así, y optó por primar productividad sobre calidad …y ni así era un dibujante tan rápido, le costaba mantener una serie mensual mucho tiempo … Aún así, dado que era un hombre que venia de fuera de la industria del cómic y su relación con esta antes de entrar en Marvel era prácticamente nula, incluso como lector, ya bastante buenos eran los resultados, aún cuando no pasaba a menudo de cumplir profesionalmente de manera competente).
En realidad la presencia de Shooter había sido constante, pues Vengadores había sido la serie en la que más mano había metido como Editor Jefe, siendo coguionista o coargumentista habitual (acreditado o no). Aparte que en esos años Michelinie solía ser como su sombra, el que recibía el encargo de las series que Shooter quería escribir pero no podía por cuestión de obligaciones editoriales (y el principal encargado de ejecutar lo que se le ocurría al «Alto»).
Dos de los momentos más polémicos de la larga serie en este tomo (no tan chungos como el de Ms Marvel, también con Shooter en el lío, por mucho que luego se lavase las manos …pero casi casi): el de Hank Pym maltratando a Janet (otro caso en el que Shooter intentaría echar balones fuera culpando al dibujante de la brutalidad de la viñeta, porque supuestamente el acto debía ser mucho más suave) y el de Dragón Lunar violando a Thor (lo que llevaría a su arresto en Asgard y de ahí al arranque del cambio de guardia en Los Defensores, con Valquiria volviendo a la serie como guardiana de Heather).
Mecho Marauder!😂😂😂😅 …Fabián Stankowicz, que mucho después acabaría como uno de los más destacados miembros del equipo de apoyo de Los Vengadores (cuando la etapa de la mansión en la Hidrobase) …y perdiendo un poco la cabeza tras la abducción/muerte presunta de Los Vengadores frente a Onslaught.
Mechano Marauder.
Y Mechnonaut.
Uf: Mechanaut.😓
El personaje de Lee y Kirby de comienzos de los sesenta era el Doctor Droom, un héroe místico asiático precedente tanto del un poco posterior (e inicialmente con rasgos levemente asiáticos) Doctor Extraño (e inspirador del nombre de Doctor Doom) como del propio Doctor Druida. En los reprints de mediados de los setenta se cambiaría su nombre por el de Doctor Druid y se occidentalizarían sus rasgos (reimpresiones en las que se retocaban textos y dibujo de las historias sesenteras). No se trata exactamente del mismo personaje y a la vez lo es.
A lo mejor sacan la historia que presenta al Dr Droom en un MLE de estos de Kirby….
Bastante bien escogida la portada de Hannigan. No siendo una historia impresionante (pero sí muy digna), la del team-up entre Scott y Clint es unp de esos cómics especialmente queridos y recordados por la gente de la Generación Forum (en general lo fueron bastante las primeras apariciones estelares del Supervisor …No contaría lo de Capitán América como instructor para el gobierno para reducir condena, ya en plan totalmente secundario).