Reseñas: Los Vengadores: Omnigold 8: «¡Nefaria Supremo!» (1977-1979)

En el tramo final del anterior tomo correspondiente a la colección de los Vengadores veíamos como Jim Shooter se hacía con las riendas de la parte escrita. Un prometedor inicio de etapa que se completa en el presente volumen, ocupando buena parte de su grosor.

Para ponernos en situación, los integrantes del grupo en este inicio consisten en Iron Man, Capitán América, Pantera Negra, Chaqueta Amarilla, Avispa, Bestia, Bruja Escarlata, Visión y Hombre Maravilla. O por lo menos los que están al pie del cañón entre el final de la anterior entrega y el principio de la que me dispongo a analizar.

Si en el anterior tomo el baile de dibujantes era una constante, éste no se queda muy atrás. George Pérez es, supuestamente, quien ocupa el puesto oficial de dibujante, pero lo cierto es que ya el primer arco lo realiza John Byrne por completo.

Se trata de la primera de las tres sagas mayores que engloba este volumen, la conocida como Trilogía de Nefaria, en referencia a los tres números de que consta.

Shooter decide aquí convertir a un villano de poca categoría, como era el Conde Nefaria, en una amenaza de primer orden, hasta el extremo de casi lograr aniquilar a los Vengadores al completo.

La saga es un continuo de choques de alto voltaje entre el grupo y el supervillano, narrados con mano firme por un espléndido John Byrne. Los acabados son obra de un notable Pablo Marcos que no sólo se ocupa de entintar a Byrne, sino que también hará lo propio con George Pérez en la siguiente línea argumental.

Aparte de Nefaria, en el bando de los malos también juega un destacado papel la Legión Letal, un grupo de villanos formado por Power Man (el villano), Torbellino y Láser Viviente.

Por otra parte, esta estupenda saga marca el retorno de Thor a los Vengadores, pero sobre todo sirve de presentación de una nueva pieza crucial en el futuro próximo de la colección. Se trata de Henry Peter Gyrich, una figura que ignorábamos de su existencia pero que tiene todo el sentido. Gyrich es el enlace de los Vengadores con el gobierno de los EEUU, y quien supervisa al grupo, pudiendo revocar su estatus de prioridad o limitar sus actividades si considera que son un peligro para la seguridad nacional.

Tras la saga de Nefaria, la serie mensual se ve interrumpida por la inclusión de dos números anuales que forman un bloque. Se trata del séptimo anual de los Vengadores y el segundo de Marvel Two-in-One, en un arco que pone colofón a la saga de Warlock y Thanos. La saga ideada y confeccionada por Jim Starlin, que había quedado inconclusa tras la cancelación del título de Warlock, encuentra aquí el necesario hueco para atar los cabos sueltos.

Al contar con Jim Starlin como autor completo, no hace falta decir que la línea argumental es completamente independiente de todo lo vivido anteriormente en el volumen que nos ocupa. Es más, la lectura de estos anuales se entiende mucho más habiendo leído la etapa de Jim Starlin en Warlock.

Entrando en materia, estamos ante un Starlin más asequible. Lejos de los viajes oníricos y los debates filosóficos, el género cósmico más bélico se adueña de este final de saga. Batallas estelares espectaculares para hacer frente a un Thanos dispuesto a minar el firmamento como ofrenda a su amada, la Muerte.

Parece evidente que no era exactamente la idea que Starlin tenía en mente, puesto que se ve obligado a incluir, primero a los Vengadores y luego a la Cosa y Spiderman, en la ecuación. A los dos últimos, protagonistas del anual de Marvel Two-in-One, el papel de salvadores del Universo les viene un poco grande y, quizás por eso, este desenlace suponga un pequeño paso atrás respecto a lo realizado por Starlin en Warlock.

Por el lado positivo, tenemos a Warlock y al Capitán Marvel actuando juntos por primera vez. Sin olvidarnos de otra creación de Starlin, Dragón Lunar, bien conocida en las páginas de los Vengadores.

En cualquier caso, los dos anuales completan una satisfactoria aventura espacial repleta de épica, y un buen colofón para la saga cósmica de Warlock y Thanos.

La saga de Korvac.

De nuevo en el título mensual, entramos de lleno en lo que perfectamente podría calificar como la mejor saga de la colección de los Vengadores hasta el momento, y una de las que relucen con letras doradas en toda la cronología de los Héroes más Poderosos de la Tierra.

Si el Conde Nefaria del comentado arco inmediatamente anterior parecía un ser prácticamente omnipotente, con el villano que protagoniza la presente saga Jim Shooter fue incluso más allá.

Pero antes de entrar a profundizar en todo lo que nos ofrece esta monumental línea argumental, ocupémonos de su estructura y del elenco de autores.

Jim Shooter es el indiscutible autor intelectual de esta saga. Bien es cierto que el guionista recibe puntual ayuda de David Michelinie y Bill Mantlo en unos pocos números, pero únicamente en los guiones, nunca en los argumentos, que son siempre obra de Shooter.

Una saga que podemos dividir en dos partes. Dos partes que están separadas por tres sub-arcos que de una u otra forma tienen incidencia en el ciclo argumental medular.

En el apartado gráfico, George Pérez se ocupa de dibujar la primera parte de la saga y la mitad de los arcos centrales, mientras que el resto se lo reparten entre Sal Buscema y David Wenzel.

También hay espacio para un fill-in, que interrumpe la primera parte de la saga. Una interesante aventura protagonizada únicamente por Iron Man, el Capitán América y Pantera Negra, sobre un chalado moribundo que no quiere irse de este mundo sin llevárselo consigo. Marv Wolfman y Sal Buscema son los autores de esta historia de claro relleno.

Korvac es un hombre transformado en una computadora viviente en un futuro lejano, que hizo su primera aparición en el sexto anual de Thor. Un número en el que el Dios del Trueno, sumado a los Guardianes de la Galaxia, se enfrentan a Korvac. Precisamente los Guardianes de la Galaxia juegan un papel destacado en la presente saga, dando continuidad a lo acontecido en el citado anual.

Korvac, transformado ahora en un Dios, viaja hacia el pasado con el objetivo de dar muerte al joven Vance Astro para cambiar el futuro. De esta forma, los Guardianes de la Galaxia nunca llegarán a existir y Korvac tendrá vía libre para gobernar dentro de 1.000 años. En nuestro presente, el omnipotente villano adquiere la identidad de Michael, un hogareño humano que pasa desapercibido junto a su amada Carina, una mujer que juega un papel importante en la trama.

Las virtudes de esta saga son muchas, empezando por la enorme cantidad de personajes que circulan por ella. Estoy hablando de la mayor reunión de Vengadores hasta ese momento, puesto que prácticamente la totalidad de personajes que han ingresado en el grupo interfieren o son llamados a filas, incluidos algunos ilustres y estrechos colaboradores. De esta forma, además de los miembros que ya hemos ido citando en lo que llevamos de reseña, se suman a la fiesta Ojo de Halcón, Mercurio, Hércules, Viuda Negra y Dragón Lunar. Y por la parte de los no miembros, Capitán Marvel, Ms. Marvel y Dos Pistolas Kid. La participación de este último, por cierto, sirve de excusa para mandarlo de vuelta a su época.

Otro superhéroe que aparece como invitado es Halcón Nocturno, pero lo hace en otro contexto, en una pequeña disputa contra el Puercoespín al inicio de la saga.

Más importante es la suma de Yocasta. La robot creada por Ultrón acaba siendo una más entre la legión de héroes tras una sub-trama con el propio Ultrón como antagonista.

Las otras dos tramas intercaladas consisten en un pequeño enfrentamiento contra Tyrak, el atlante gigante y, la más importante, la que lleva a todos los Vengadores, y amigos, a ser capturados por el Coleccionista. Un arco que resuelve el misterio de las desapariciones de todos los integrantes del grupo. Un caramelo que Shooter ha querido brindar a Ojo de Halcón, que se convierte en el gran héroe de la función.

La saga también presenta por primera vez algunos episodios argumentales que harán fortuna en el futuro del Universo Marvel. Así, asistimos a la primera gran crisis de discordia entre el Capitán América y Iron Man, que prácticamente llegan a las manos.

También asistimos a la primera gran masacre de superhéroes, o un primer ensayo, en todo caso. O ese Michael Korvac que podríamos calificar de claro precedente de lo que será el Todopoderoso en las Secret Wars de los 80.

Además, el nuevo «enemigo» encorbatado de los Vengadores, Henry Peter Gyrich, cumple su amenaza de revocar los lazos del grupo con el gobierno de los EEUU y retirarle todos los privilegios. Las consecuencias de ello ya las podemos degustar en esta misma saga, cuando el grupo al completo se ve obligado a confiscar un autobús de línea para poder desplazarse hacia el lugar de combate, ante la privación de los sofisticados medios de los que disponían hasta ahora.

Sin duda, esta escena es una de las más divertidas, quizás junto al primer encuentro entre Ojo de Halcón y Gyrich. Muestras del eficaz tono humorístico que Shooter imprime en algunas partes de la saga.

En lo que respecta al personaje de Gyrich, se nota de quien es hijo. El malhumorado pelirrojo viene a poner orden en el grupo de forma un tanto dictatorial, algo así como luego obraría el propio Jim Shooter en su puesto de editor.

El trabajo gráfico es suficientemente bueno en todo momento.

George Pérez, armado con su talento en la composición de página y su amor por el detalle, ilumina los números por los que pasa. Ahí está esa lucha entre Michael Korvac y Halcón Estelar/Aleta, como punto más alto de su capacidad para dejarnos boquiabiertos.

Pero incluso Dave Wenzel hace un trabajo bastante digno, siendo la batalla final el momento cumbre de su destreza para el espectáculo gráfico.

Jim Shooter, por su parte, parece tener muy claro donde está y hacia donde quiere ir. El tratamiento de los muchos personajes que intervienen se ajusta a lo que se espera de ellos, en ocasiones derivando en algunas disputas entre miembros del grupo que retratan a unos y otros.

Pero sobre todo sorprende, a la vez que conmueve, con ese final de saga que siembra la duda en el lector respecto a la honestidad de los Vengadores. No siempre todo es lo que parece. Y quién sabe, pero quizás Gyrich no estuviera tan equivocado.

A modo más bien anecdótico, lo único que queda en el aire es la desaparición de la Bestia a media saga sin explicación alguna.

En definitiva, una saga muy completa donde tienen cabida las emociones más contrapuestas. Alternando entre lo cósmico y lo terrenal, hay lugar para el misterio, la épica, el humor o el dramatismo, pero, sobre todo, para el entretenimiento.

Noches de Wundagore.

Antes de entrar en la tercera gran saga de la etapa recogida en este tomo, la colección pasa por un pequeño tramo de transición. El abandono de Shooter en el puesto de guionista trae consigo la inclusión de algunos números de puro relleno francamente prescindibles.

Primero tenemos el anual número 8 de la colección. Roger Slifer y un George Pérez a medio gas completan un relato de los de pasar el trámite. La clásica historia por capítulos en los que el grupo se divide en diferentes misiones. El centro de gravedad de la trama lo encarna la joya del Doctor Espectro, el integrante del Escuadrón Siniestro, que se dedica a poseer a diferentes miembros de los Vengadores. Intervención de Thundra como personaje invitado y poco más. Discreto y gracias.

Luego, Steve Gerber y Carmine Infantino se ocupan de un número de relleno que es prácticamente una aventura en solitario de la Bestia. El peludo vengador se ve controlado por un insípido villano llamado el Manipulador en un episodio francamente prescindible.

Finalmente, Tom DeFalco y Jim Mooney realizan un arco de dos números que también va por libre. Un arco en el que dos tramas de lo más antagónico avanzan de forma simultánea. Por un lado, los Vengadores se enfrentan a un monolito viviente originado en leyendas de una antigua civilización, donde cuentan con la ayuda de un feo personaje de nueva factura, Halcón Sangriento. Por el otro, otro villano olvidable que se hace llamar Aguijón increíblemente logra capturar a buena parte de los Vengadores con el fin de subastarlos. Sí, sí, tal es la ocurrencia de DeFalco.

Muy flojito todo, la verdad.

La entrada de David Michelinie y John Byrne como equipo aparentemente estable lleva a la colección, de nuevo, por la buena senda. Los autores vuelven a marcar una línea a seguir segura, continuadora de lo dejado por Shooter, en lo que resulta otra genial saga, Noches de Wundagore.

De todas formas, en la parte más importante de la saga, Michelinie pasa a ocuparse únicamente de los diálogos mientras que los argumentos los escriben en equipo Mark Gruenwald y Steven Grant.

Lo primero que hace Michelinie es insuflar más vida a la creación estrella de Shooter, Henry Peter Gyrich, como elemento condicionante de toda actividad de los Vengadores. La condición para restablecer la prioridad de los Vengadores, y de esta forma volver a gozar de privilegios a cargo del gobierno de la nación, consiste en limitar el número de miembros a siete.

A elección del propio Gyrich, estos son Iron Man, Visión, Capitán América, Bruja Escarlata, Bestia, Avispa y la sorpresa, el Halcón. Este último es la contribución en pro de la igualdad de oportunidades para las minorías étnicas, dado que Pantera Negra no puede ocupar el puesto de forma estable.

De todas formas, la formación no tarda en sufrir cambios por incomparecencia de alguno de los titulares. Primero es Ms. Marvel y posteriormente el Hombre Maravilla quienes se unen al grupo.

Noches de Wundagore centra el protagonismo en los gemelos mutantes, la Bruja Escarlata y Mercurio. Más concretamente, modifica de arriba abajo su origen y nos cuenta su verdadera historia. Así, descubrimos cómo el origen de Wanda y Pietro está vinculado al Alto Evolucionador y al monte Wundagore.

En base a esto, los autores construyen un fascinante cuento de terror y artes ocultas con el Darkhold, el libro de los muertos, como verdadero antagonista. De hecho, la saga no sólo nos cuenta la historia de origen de los hermanos sino también la del propio Darkhold, y de como fue escrito por el demonio Chthon.

También Modred, el Místico, juega un importante papel en la historia de esta saga. Una saga que merece el calificativo de excelente, gracias también al tremendo trabajo de John Byrne.

Una saga que, además, lleva insertado un sub-arco en el que los Vengadores se enfrentan al Hombre Absorbente, a modo de primera prueba para el flamante grupo designado por Gyrich. La historia nos muestra a un Aplastador Creel más humanizado que busca estar en paz, cosa que sirve para volver a poner en entredicho el modelo de actuación de los Vengadores.

La parte final del tomo la completan episodios autoconclusivos y un par de historias solistas a modo de complemento.

Jim Shooter vuelve a la labor argumental para un solo número en el que Bill Mantlo se encarga del guion. Sin cambios en el dibujo a lápiz, que sigue en manos de Byrne. El número en cuestión trae de vuelta los ecos de la guerra fría y lanza unos buenos dardos hacia los soviéticos, en unos tiempos en los que todo esto ya parecía haber desaparecido por completo. No contentos, también meten un poco de crisis nuclear en el cóctel. De todas formas, no está nada mal la historia, en especial la idea de los monstruos formados por diferentes elementos de la tabla periódica.

El último número de los Vengadores incluido en este octavo tomo es el anual número 9.

De nuevo Bill Mantlo, acompañado esta vez por el dibujante Don Newton, toma las riendas para narrar una historia francamente interesante. Los Vengadores se enfrentan a Arsenal, un indestructible robot al que en realidad ya se enfrentaron, pero no en el propio título del grupo sino en la serie de Iron Man.

Pero lo interesante de la propuesta es el nuevo sentido que Mantlo confiere al robot, revelándonos como en realidad se trata de una poderosa arma construida por las filas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. Pero, sobre todo, el inesperado y traumático secreto que guarda el robot para Tony Stark. Don Newton, por cierto, hace un trabajo más que digno.

Para concluir, ya sólo queda espacio para un par de historias ajenas al grupo titular.

Primero tenemos un breve relato aparecido como complemento en Marvel Tales, título dedicado a las reediciones. Ojo de Halcón y Dos Pistolas Kid, antes de ser devuelto a su época, protagonizan una pequeña historia guionizada por Scott Edelman y dibujada por Mike Nasser, en la que se enfrentan al Hombre Púrpura. Demasiado corta para extraerle suficiente jugo, pero eso sí, el trabajo gráfico de Mike Nasser, muy influenciado por Neal Adams, es excelente.

El relato que cierra el tomo lo protagoniza el Halcón. Se trata de un número aislado protagonizado por el compañero del Capitán América publicado en Marvel Premiere, el principal cajón de las oportunidades para los personajes sin título propio.

Mark Evanier guioniza, mientras que la parte gráfica se la reparten entre Sal Buscema y Dave Simmons.

Básicamente un thriller en el que Sam Wilson hace frente al Silenciador. Nada mal.

Conclusión.

Creo que este tomo es, hasta el momento, el mejor de todos los correspondiente a la colección de los Vengadores.

Las tres sagas principales son de máximo disfrute, especialmente las de Korvac y Wundagore. Sin olvidarnos del cierre de la saga de Warlock de Jim Starlin. Así que, poco puede importar que entre medio nos encontremos con unos pocos números de nivel bajo.

El apartado gráfico sigue tan inestable como acostumbra, pero por suerte la gran mayoría de artistas que intervienen dan la talla, brillando con luz propia los nombres de John Byrne y George Pérez.

Totalmente imprescindible.

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rockomic

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on “Reseñas: Los Vengadores: Omnigold 8: «¡Nefaria Supremo!» (1977-1979)
24 Comments on “Reseñas: Los Vengadores: Omnigold 8: «¡Nefaria Supremo!» (1977-1979)
  1. Todavía etapa imperial de la serie. Además con Byrne y Pérez, coño. Además etapa muy querida en España, por publicarse en los últimos tiempos de Zinco y de nuevo con Forum (y de nuevo con Forum unos años después …e incluso de nuevo con Forum poco después otra vez en tapa dura.). Muy recomendable (incluso si no te gusta Shooter, que muchos consideran pésimo guionista …y hay que recordar que por los cómics de esta etapa pasaron más manos de las acreditadas, como las de los editores del momento).

  2. Y TODOS los de nuestra generación recordamos con mucho cariño la saga de Korvac (incluso los que sacan punta a su desenlace, más allá de su auge dramático, …algo habitual con las grandes sagas de Shooter), que fue además junto con la más flojeras (y fallida) miniserie Contest of Champions un ensayo para la exitosa Marvel Superheroes Secret Wars. Nada mal para una saga que había nacido para darle gusto a Pérez (aunque luego este no se quedase a su conclusión) y cumplirle el deseo de que pudiese dibujar una aventura con todos los Vengadores.

  3. No a pocos impresionó ese Conde Nefaria convertido a Superman, esa Wanda Oscura (y sí, se nota en esa trama la mano de Byrne, que retomaría el asunto en el futuro …por desgracia, mucho más adelante, también lo haría Bendis, reiteradamente) y ese Korvac mutado en Enemigo final tan descaradamente superior (que era un adelanto del de la Bonanza cósmica: el Todopoderoso…como lo era también el Anything Man de Los Defensores).

  4. Por cierto, Rockomic, querido, pequeño fallo: Este es el otro Doctor Spectrum, el del Escuadrón Siniestro (hubo varios portadores de la joya energética skrull, incluidos un ministro del sanguinario Idi Amin y un ministro de Dios 😈) no el del Escuadrón Supremo.

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