Reseñas: Marvel Two-in-One: Marvel Limited Edition 3: «Recuerdos de Cosas Pasadas» (1978-1979)

Tras las etapas correspondientes a Bill Mantlo y Marv Wolfman, que copaban el anterior tomo, Marvel Two-in-One entra en un periodo de bastante desconcierto en el plano creativo.

Si esta colección tiene su sello en el desfile de estrellas invitadas en cada uno de sus episodios, en esta nueva entrega podemos decir que el desfile se extiende también al apartado de autores.

Lo único que es susceptible de ser calificado como mini etapa, y con reservas, es el tramo inicial a cargo de Roger Slifer y Ron Wilson, porque el resto es un baile absoluto de nombres que posiblemente no tenga parangón en la Marvel de los setenta.

En el primer arco, a cargo de Roger Slifer, pero todavía con la estela de Wolfman en la parte inicial, la Cosa se ve implicado en el nuevo plan del Pensador Loco. Y no sólo el rocoso protagonista se ve envuelto en el conflicto, sino también los héroes invitados de turno, léase Daredevil, la Visión y Chaqueta Amarilla.

Un plan, el del villano, tan retorcido como inverosímil. Nada del otro mundo en una línea argumental donde lo más resaltable quizás sea el inicial juicio a la Cosa, así como el buen trabajo realizado por Ron Wilson.

El breve paso de Slifer por el título finaliza con una de esas historias en las que se aprovecha un personaje de la vida real como adversario. En este caso el elegido es Idi Amin, el sanguinario dictador de Uganda, y las víctimas, 10 hombres negros intelectualmente destacados. Es plan consiste en poner sus brillantes mentes al servicio del dictador mediante el control de sus voluntades. Pantera Negra y el Hermano Vudú acompañan a la Cosa en este arco donde juegan un papel destacado las artes oscuras propias de África, como el vudú y demás ejercicios siniestros practicados por el clásico brujo indígena. Una historia más que correcta, en la que Roger Slifer cuenta con la ayuda de David Kraft en la parte escrita.

Esto, justo antes de encontrarnos con una insólita barra libre de guionistas y dibujantes.

La conclusión que seguimos sacando, tras estos primeros números, es que cualquier guionista que se acerca a Marvel Two-in-One tiene muy claro por dónde van los tiros. Hasta el momento ningún nombre se ha salido del guion de guiones, valga la redundancia, amenos y ligeros, y del humor blanco. Unas historias que son el fiel reflejo de la personalidad del protagonista, como así lo entienden también los siguientes nombres de la lista.

Una lista que, desde este punto hasta el final del tomo, comprende la friolera de diez guionistas (Ralph Macchio, Marv Wolfman, Peter Gillis, Bill Mantlo, Alan Kupperberg, Mary Jo Duffy, John Byrne, Steven Grant, Allyn Brodsky y David Michelinie) y siete dibujantes (Sal Buscema, John Byrne, Bob Hall, Alan Kupperberg, Chic Stone, Frank Miller y Jim Craig).

Como es de esperar, un tramo caracterizado por los continuos cambios en los equipos creativos, los altibajos son una constante. De manera que la etapa ofrece tanto de cal como de arena, pero, en conjunto, diría que está por debajo de los dos anteriores tomos. Episodios, por cierto, en su gran mayoría autoconclusivos.

Por la parte baja están una serie de números que destacan negativamente por el apartado gráfico, obra de Alan Kupperberg y Chic Stone, aunque el trabajo realizado por los varios guionistas no se queda muy atrás.

Números francamente flojos en los que la Cosa comparte estrellato con el Capitán Marvel, Hulk, la Banda de la Calle Yancy, Sota de Corazones y el Doctor Extraño.

El primero de ellos tiene como oponente a un camuflado skrull y rememora aquel arco de los Cuatro Fantásticos en el que la Cosa era secuestrada y llevada a un mundo, en la Galaxia Skrull, cuya civilización está construida a imagen y semejanza de la América de los años 20. El androide Torgo también juega un pequeño papel.

El episodio de Hulk pasa por ser uno de los más cómicos de la colección. La Cosa sufre un ataque de celos cuando se entera que van a rodar una serie televisiva sobre el piel verde. Karen Page, en su condición de actriz, y los mismos Cuatro Fantásticos también están por ahí.

El doble episodio de la Banda de la Calle Yancy y Sota de Corazones nos presenta a Máquina Smith, un tipo que ambiciona el poder de los Cuatro Fantásticos para hacerse con el control de la Corporación, la organización criminal de protagonismo recurrente en el Universo Marvel en esta parte final de los setenta.

Finalmente, la brujería entra en la colección de la mano del Doctor Extraño en otra pobre historia en la que los protagonistas se enfrentan al hechicero Ennis Tramellyn.

Algo por encima queda el número en el que la Cosa y Hércules deben sortear a tres gigantes propios de la epopeya griega, cual film de Ray Harryhausen, mientras que a media tabla podemos situar los anuales 3 y 4.

El primero de ellos, por Marv Wolfman y Sal Buscema, es un buen ejemplo de cómic representativo de Marvel Two-in-One. Guion simple y tono jovial, para mayor goce del espléndido arte del pequeño de los Buscema. Un trío de alienígenas gigantescos, los Monitores, se presentan a la Tierra para destruirla, al no superar el listón de mediocridad de acuerdo con la particular evaluación de los visitantes.

El cuarto anual tiene como invitado a Rayo Negro y como villano a un Gravitón convertido en un monstruo de pesadilla. El guion es muy naif pero visualmente es también un número atractivo gracias al trabajo de Jim Craig.

Luego está un episodio en el que la Cosa cuenta, no con uno, sino con cuatro invitados: Ms. Marvel, la Bestia, el Hombre Maravilla y Nick Furia. Lo más resaltable es el dibujo de Frank Miller, que hace aquí uno de sus primeros trabajos para Marvel. Pero no por su dominio técnico sino por su peculiar narrativa, creo que influenciada por Jim Steranko en estos inicios, y algunos trucos marca de la casa para ir haciendo boca para lo que vendrá. En cualquier caso, creo que es un número bastante divertido.

Otro buen episodio es el coprotagonizado por el Caballero Luna. Lunita y la Cosa se dan de bruces con las chifladuras de un tipo llamado Fuego Cruzado, cuyo trastorno mental le conduce a aniquilar a la «lacra de los superhéroes», en palabras del propio villano.

En la parte alta de esta larga lista de episodios debo situar un arco que sirve de aperitivo para la venidera saga del Proyecto Pegaso, saga que formará parte del siguiente volumen.

Ralph Macchio guioniza este doble episodio mientras que Sal Buscema y John Byrne ponen los lápices. Wundarr, el alienígena con la capacidad mental de un niño es la pieza desencadenante de la trama mientras que el Capitán América y el Hombre-Cosa son las estrellas invitadas.

Los antagonistas, por su parte, tampoco son nuevos. Macchio rastrea el pasado de la editorial y toma dos nombres sin apenas desarrollo, Victor Conrad y los Entropistas, presentados en las colecciones de Ka-Zar y el Hombre-Cosa, respectivamente, y los mete en la misma coctelera. Conrad, ahora apodado Victorius, pasa de estar obsesionado con el suero del supersoldado a propagar el culto de los Entropistas usando el Cubo Cósmico como arma.

Una muy buena línea argumental desarrollada en dos escenarios dispares, las instalaciones del Proyecto Pegaso y los Everglades, que además tiene la suerte de disfrutar de un espléndido despliegue gráfico.

Finalmente, el episodio del presente tomo que, para mi gusto, se lleva el premio gordo, es el que conmemora el número 50 de la colección. Un número muy especial en el que la Cosa viaja al pasado en busca de una cura para su cuerpo rocoso y se acaba encontrando de cara con él mismo, pero en su versión primeriza, la de aspecto más amorfo.

Un número especial también porque es el primero que John Byrne realiza como autor completo dentro del Universo Marvel. Byrne sabe en todo momento donde pisa y se marca un número rico en situaciones divertidas a las que sabe sacarle punta y, al mismo tiempo, convierte la historia en un canto al optimismo y a la virtud de saber relativizar nuestros propios problemas. Por si fuera poco, Joe Sinnott participa como entintador, así que poco más se puede pedir.

Conclusión.

Un tomo con demasiados altibajos, creo que en conjunto algo por debajo de los anteriores.

Lo que no quita que incluya un número excelente y algunos más entre lo aceptable y bueno.

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rockomic

7 Comments

on “Reseñas: Marvel Two-in-One: Marvel Limited Edition 3: «Recuerdos de Cosas Pasadas» (1978-1979)
7 Comments on “Reseñas: Marvel Two-in-One: Marvel Limited Edition 3: «Recuerdos de Cosas Pasadas» (1978-1979)
  1. Con muchas ganas de volver a leer estas aventuras del adorado monstruo de ojos azules. Esta era una de las colecciones que en su momento me ayudaba a ver lo grande que era el Universo Marvel, alucinaba con los encuentros de distintos personajes que pensaba que eran imposible.
    Poco a poco vamos avanzando en la colección, a ver si este año cae otro MLE como comentaron en el avance Editorial, sería genial.

  2. El demente de Fuego Cruzado (un ex operativo de la CIA creo recordar) tendría luego un papel destacado en la primera miniserie de Ojo de Halcón (la buena, la de Gru). Lo más parecido a su momento de gloria.

    • Lo ke no flojean son tus reseñas y las ganas de reunirnos en torno a ellas. Yo me he vuelto a leer las de los dos tomos anteriores.
      Como ya comentó MarvelFan en otro hilo, la gracia de este tomo, además del habitual desfile de personajes y completar nuestras lecturas, es ke en él se inicia el Proyecto Pegaso ke ojalá podamos tener más pronto ke tarde en nuestras manos.

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