Reseñas: Marvel Two-in-One: Marvel Limited Edition 4: «Proyecto PEGASO» (1979-1981)

Seguimos repasando el título protagonizado por la Cosa e invitados, Marvel Two-In-One, y lo hacemos con el que es indudablemente el mejor tomo de la colección. Y lo es merced a la inclusión de sus tres sagas más famosas y reconocidas, la del Proyecto PEGASO, la de Ella y la de la Corona Serpiente.

El Proyecto PEGASO.

Esta cuarta entrega de Marvel Two-In-One abre fuego precisamente con la primera de las grandes sagas.

El complejo científico del Proyecto PEGASO no es nuevo, sino que ya fue presentado en un pequeño arco escrito por Ralph Macchio. Un arco argumental, que pudimos leer en el anterior tomo, que hace las veces de prólogo de esta saga. Ahora, Macchio se une a su amigo Mark Gruenwald para dar continuidad a la idea.

El dúo de guionistas, que no es la primera vez que trabajan en equipo, viene acompañado por dos de los mejores dibujantes de la época, John Byrne y George Pérez. Byrne y Pérez lógicamente no trabajan en equipo, pero sí que cada uno cuenta con su propio y exclusivo entintador, Joe Sinnott para el primero y Gene Day para el segundo, con lo que creo que no se puede pedir más en cuanto a nombres ilustres en el apartado gráfico. Los dibujantes se reparten los seis episodios de la saga al 50%, los tres primeros para Byrne y los tres últimos para Pérez.

Entrando en contenido, Gruenwald y Macchio nos presentan una trama más compleja de lo habitual dentro de este título. Una trama que gira alrededor del complot y el espionaje industrial.

Una misteriosa organización criminal conocida como el Comando Enésimo urde un sofisticado plan para acabar con el Proyecto PEGASO, una base científica gubernamental dedicada a la investigación y experimentación con todo tipo de energías. Unas instalaciones que también sirven de prisión para supervillanos que ostentan poderes de naturaleza energética. Supervillanos que residen, cuales ratas de laboratorio, en celdas especiales.

Wundarr, el alienígena amigo de la Cosa es uno de los residentes del complejo y uno de los personajes centrales de la saga. La visita de la Cosa a Wundarr abre la puerta a la presentación del resto de invitados de la saga: Quasar y Goliat Negro como parte del Proyecto PEGASO, y Deathlok y Thundra como elementos externos.

Por parte del Comando Enésimo, la pieza central es el Dr. Tom Lightner, a quien ya conocimos en las páginas de esta colección en su identidad de Sol Negro. En un intento de recuperar sus antiguos poderes, Lightner acaba convertido en una nueva entidad mucho más poderosa, el Hombre Enésimo.

También trabaja para la organización criminal un supergrupo de villanas, las Luchadoras, que hace aquí su primera aparición en el Universo Marvel. Una especie de versión femenina de la Brigada de Demolición que también va a tener recorrido en el futuro. El grupo está formado por Titania, Mimí Aulladora, Maciza y Leta.

A quien no le vemos la cara es al misterioso líder del Comando Enésimo, pero en la última viñeta de la saga descubrimos cómo la Roxxon está detrás de ello. Una revelación que es fácil interpretar como una denuncia de la guerra sucia de las petroleras para acabar con cualquier alternativa a los combustibles fósiles.

La saga es también, como no, un sólido entretenimiento generoso en escenas de acción. Terreno en el que entran en juego algunos de los supervillanos que logran fugarse de las celdas de la base, caso de Nuklo, Solarr y Klaw, lo mismo que el hilo paralelo de Thundra y las Luchadoras. Pero la batalla final es la que se lleva la palma, en este sentido. La condición del Hombre Enésimo de albergar un multiverso en su interior es un mundo de posibilidades para el talento narrativo de George Pérez, que nos brinda un gran espectáculo visual en el último episodio. Un episodio que trae otro nuevo personaje que no es tan nuevo. Los autores consideran que ya le han sacado todo el jugo a Wundarr y a su mentalidad infantil y deciden transformarlo en una nueva entidad, el Acuariano. La larga exposición de Wundarr al Cubo Cósmico da como resultado esta especie de ángel benefactor devoto de la paz en el Universo. No sé si era necesario presentarnos otro mesías celestial, pero al menos cumple su función en la obra.

Por cierto, Wundarr y Sol Negro no son los únicos personajes que cambian de nombre en esta historia, porque Goliat Negro decide modificar el suyo por el de Hombre Gigante. Parece evidente que el cambio obedece a la intención de dejar atrás viejas formas de carácter racial.

En resumidas cuentas, una excelente saga magníficamente dibujada que no puede decepcionar a nadie.

Antes de pasar a otra de las sagas volvemos a la «normalidad» autoconclusivista con dos episodios.

El primero de ellos está repleto de autores invitados. Del equipo más o menos regular tan sólo se mantiene Ralph Macchio al guion, pero no al argumento que corre a cargo de Marv Wolfman. El dibujo es cosa de Chic Stone, que excepcionalmente coge el lápiz.

Con la Antorcha Humana como invitado, Wolfman nos cuenta una historia sobre un joven empeñado en cumplir una serie de proezas antes de cumplir los 30. Episodio de lo más irrelevante provisto de un fondo bastante pasteloso.

Bastante mejor es el segundo de los dos números. Ya la sola presencia del Hombre Imposible es garantía de diversión y buenas dosis de humor. Un episodio que trae de vuelta a los tándems creativos Gruenwald-Macchio y Pérez-Day.

El Trío Terrible, un grupo de viejos secuaces del Doctor Muerte del que nadie se acordaba, se cuela en la fiesta de inauguración de una exposición de estatuas de Alicia para pasar cuentas con la Cosa. Como digo, un episodio bastante divertido al que no hace falta pedirle más.

Ella y la Corona Serpiente.

La llamada Trilogía de Ella es la primera de las dos potentes sagas que nos encontramos a continuación.

Esta vez es Mark Gruenwald en solitario quien se ocupa de la parte escrita, mientras que el dibujo a lápiz corre a cargo de Jerry Bingham y el entintado sigue en manos de Gene Day, todos ellos en la totalidad de la saga. La sustitución de George Pérez por Jerry Bingham no afecta en absoluto a la calidad gráfica porque Bingham realiza también un excelente trabajo.

Gruenwald toma el hilo dejado en el sexto anual de Hulk y lo convierte en un anexo a la saga de la Contra-Tierra y al Warlock de Starlin. En aquel episodio de Hulk nos era presentado un segundo ser artificial fecundado en una vaina por el grupo de científicos conocido como el Enclave. Una poderosa criatura entonces conocida como Parangón (o Modelo), que renace para la ocasión con la forma de una mujer dorada y bajo el simple nombre de Ella, en evidente referencia al nombre original de Adam Warlock (Él).

Alicia y Dragón Lunar deciden ayudar a Ella a alcanzar su objetivo, que no es otro que encontrar en cuerpo de Warlock, revivirlo y engendrar la especie perfecta. La Cosa, por su parte, sale al «rescate» de Alicia con la ayuda de Halcón Estelar, dando lugar a la clásica y repetida lucha por malentendido entre unos y otros.

A todos ellos se acaba sumando el Alto Evolucionador cuando comprueba alarmado como la Contra-Tierra ha desaparecido.

El alienígena Sphinxor, ya presentado en la saga de Starlin, y sus Transportistas de Tarkus están en el ajo, si bien los responsables últimos son una raza de seres a los que únicamente se menciona, los Todopoderosos. Unos seres de los que nada más volvemos a saber a lo largo de varias décadas.

La saga significa una sólida incursión en el género cósmico que retoma hilos tan seductores como los del Alto Evolucionador y el de Warlock, sin corromper lo hecho por Jim Starlin. Una historia impregnada de sensibilidad en la que Gruenwald decide dar todo el peso al género femenino. Llegan a ser hasta cuatro mujeres las que toman el mando de la historia, Ella, Dragón Lunar, Alicia y Aleta, la mujer con quien Halcón Estelar comparte existencia corpórea. Resulta significativo como el adorable Benjy no pasa de ser el elemento simpático y gracioso a merced de lo que dicten las chicas, incluida Alicia.

La verdad es que cuando la cosa se pone seria y nos encontramos con líneas argumentales más trabajadas, el bueno de Ben Grimm pasa por ser como un equivalente al típico gracioso que pone el humor en una película de acción del que muchas veces incluso podrías prescindir. Pero también es el elemento que personifica el entretenimiento más puro y que nos recuerda donde estamos, sin el cual esta colección no sería lo mismo. Más, cuando la caracterización del personaje por parte de Gruenwald y Macchio es difícilmente mejorable.

Pero también hay lugar para el pesar en Ben Grimm. Precisamente, la siguiente línea argumental abre con el disgusto de Alicia por la separación planteada por Ben para protegerla.

Se trata de otra trilogía, el Caso de la Corona Serpiente, cuarto capítulo en la saga del famoso objeto de poder tras su presentación en la colección de Namor y las continuaciones en Capitán América y Vengadores. Y, a buen seguro, uno de los mejores hasta el momento.

Mark Gruenwald y Ralph Macchio vuelven a formar equipo, lo mismo que George Pérez y Gene Day, aunque en el tercer episodio Jerry Bingham vuelve a ocupar el puesto de Pérez.

La trama, inicialmente, se nos presenta como una continuación del hilo de los hidromanos, ese colectivo de anfibios escamosos mutados por el Doctor Hidro en la colección de Namor, pero pronto deriva en algo distinto.

Nuestro anaranjado protagonista se ve envuelto en una nueva amenaza a la que hará frente con ayuda de Manta Raya, Tritón y la Bruja Escarlata. Los villanos de turno buscan la Corona Serpiente en el fondo marino con el fin de esclavizar al mundo. De nuevo la compañía Roxxon, en un tímido enlace con la saga del Proyecto PEGASO, es quien está detrás de todo, más concretamente su presidente Hugh Jones, ya conocido de anteriores capítulos. Jones cuenta para la ocasión con la colaboración del Escuadrón Serpiente, un nuevo grupo de supervillanos al que intuimos un futuro prometedor. Sus miembros están todos inspirados en diferentes especies de ofidios y responden a los nombres de Crótalo, Anaconda, Mamba Negra y Víbora Mortal.

Hechas ya las presentaciones, debo decir que la aventura es fascinante, empezando por el trabajo gráfico. Entre otras cosas, el Escuadrón Serpiente cuenta con diseños brillantes de George Pérez, siguiendo con apasionante batalla bajo el océano, mientras que el presidente de la Roxxon bajo el influjo de la corona luce imponente y temible a los lápices de Jerry Bingham. Por no hablar de las imágenes de Wanda resistiendo el ataque psíquico del dios serpiente Set a través de la Corona. Pero toda la historia es un disfrute.

En los últimos episodios también hemos ido comprobando como los autores estaban preparando un nuevo capítulo en la particular crónica de Thundra. Finalmente tenemos la resolución en el siguiente episodio, en una trama que viene a atar algunos cabos sueltos del Proyecto PEGASO. Concretamente los correspondientes a Thundra y al Comando Enésimo. Hiperion es el invitado para la ocasión, en lo que es un episodio que francamente no hace justicia a la magnífica saga.

En especial, el papel jugado por el mismo Hiperion es muy disperso. El personaje pasa de una cosa a la otra para finalmente acabar encaprichado de Thundra de forma un tanto ridícula.

Todo parece una excusa para darle un final a Thundra y para ponerle un punto más de dramatismo al estado de Ben tras su ruptura.

Precisamente en este episodio tenemos un cambio en el apartado gráfico, entrando Ron Wilson como dibujante más o menos estable. No cabe duda de que salimos perdiendo en este aspecto, no sólo porque Wilson es un dibujante menos capaz que los anteriores, sino porque su trabajo es de una irregularidad bastante desconcertante. Wilson resuelve la papeleta sin problemas en buena parte de las páginas que realiza, pero baja la calidad de forma alarmante en otras tantas, especialmente en los rostros de los personajes, que no son precisamente su fuerte.

Lo que queda de tomo son mayormente episodios autoconclusivos. Episodios que nos dejan algunas de cal y algunas de arena.

De vano pasatiempo cabe calificar al episodio donde el Ángel es el héroe invitado. El ex de la Hermandad de Mutantes Diabólicos, el Sapo, harto de ser el objeto de burla de todos, decide jugar a ser Arcade y se monta su propio parque del asesinato ¡en el castillo abandonado del Doctor Muerte!

Para mayor asombro, el castillo acaba convertido en un parque de atracciones para todos los públicos y el Sapo en un feliz empresario.

Simpático es cuanto más puedo decir, porque argumentalmente el episodio es poquita cosa.

Otra cosa muy diferente es el siguiente. La Cosa, con puntual ayuda de sus compañeros de los Cuatro Fantásticos, une fuerzas con los Guardianes de la Galaxia en un relato de ciencia ficción sobre anomalías temporales.

Vance Astro decide ir al encuentro de su yo adolescente para advertirle del desdichado futuro que le espera si no abandona la idea de ser astronauta. El problema está en que al eliminar al Vance del futuro se corre el riesgo de una catástrofe que podría alterar el curso del tiempo. Algo no muy diferente a lo que plantearía unos años más tarde una película como Terminator. Estupendo relato.

El humor regresa en un episodio con dibujante transitorio, Mike Nasser, en el que los inesperados invitados son la banda de la calle Yancy. Una nueva entrega de granujas del pleistoceno a quienes no recuerdan ni sus madres -nada menos que un par de esbirros de Psicoman– intenta poner en aprietos a nuestro protagonista. Sin pena ni gloria. Lo más resaltable es que Ben arregla las cosas con Alicia. Algo esperable, dicho sea de paso.

La única aventura que abarca más de un número de este tramo final es otra de las destacables del volumen. Para la ocasión, Míster Fantástico y los Inhumanos son las estrellas invitadas.

Tomando de nuevo el hilo de la curación de los hidromanos, los guionistas nos descubren la existencia de otra casta inhumana que ha vivido oculta durante siglos en el antiguo emplazamiento de Attilan. Una vieja familia de Inhumanos renegados que encuentran al fin la ocasión para asaltar el reinado de Rayo Negro. De aquí salen los nombres de Maelstrom, su líder, o Gronk, Helio, Phobius y Mortífero. Nombres que no se van a quedar aquí en el futuro.

Para rematar la buena jugada, Gruenwald y Macchio crean una relación directa entre el caso de los escamosos en la colección de Namor y estos Inhumanos renegados. Maelstrom resulta ser quien estaba tras la Hidrobase y el propio Doctor Hidro.

Los dos últimos números del tomo cierran la etapa Gruenwald-Macchio, pero esta vez lo hacen cada uno por separado.

El número de Ralph Macchio consiste en una aventura que es puro entretenimiento y repleta de ideas sorprendentes. Siguiendo el hilo del Proyecto PEGASO, Quasar vuelve a ser el invitado en una delirante historia sobre un viaje interdimensional a un mundo en el que hombres primitivos conviven con dinosaurios. En una evidente denuncia de la explotación internacional de recursos naturales y del sucio negocio de las petroleras, resulta que la compañía Roxxon tiene instaladas plantas de perforación y refinería en un mundo de otra dimensión donde tienen esclavizados a sus habitantes y a sus bestias de carga, que no son otra cosa que dinosaurios. Fantástico. Y para rematar la historia, la imaginativa forma en que la Cosa y Quasar regresan a nuestra dimensión.

El episodio de Mark Gruenwald, en cambio, se sitúa en el flanco más «tontorrón» de la colección. Un relato especial navideño con dibujante invitado en la figura de Frank Springer. Digamos que es como el número del Sapo, pero con el Amo de Marionetas jugando un papel equivalente de malvado llorica. Aunque esta vez sin un héroe invitado. Los protagonistas quedan atrapados en un sueño de Modred el místico, viejo conocido de esta colección.

Conclusión.

Lo dicho, el mejor tomo de la colección con diferencia.

Mark Gruenwald y Ralph Macchio dan finalmente con la fórmula mágica en, ésta, su etapa como guionistas del título, gracias a tres sagas imprescindibles y también algunas historias sueltas bastante estimables. Sin olvidarnos de talentos del calibre de John Byrne, George Pérez y Jerry Bingham, cuyos dibujos ya merecen la pena por sí solos.

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rockomic

10 Comments

on “Reseñas: Marvel Two-in-One: Marvel Limited Edition 4: «Proyecto PEGASO» (1979-1981)
10 Comments on “Reseñas: Marvel Two-in-One: Marvel Limited Edition 4: «Proyecto PEGASO» (1979-1981)
  1. Serie MUY divertida y tomo especialmente recomendable (con la estupenda etapa del Proyecto Pegaso con Ben y sus colegas Bill Foster y Wendell Vaughn) con unos Pérez y Byrne puntuando alto (y Joe Sinnott, Gene Day, Jerry Bingham o Mike Nasser haciéndolo bien), además de Gruenwald haciendo lo que mejor sabe hacer: explotar sus conocimientos sobre la amplitud e historia del Universo Marvel y las conexiones entre sus personajes (y estableciendo alguna nueva incluso). El tomo más recomendable de la colección (incluyendo los futuros, no solo los pasados). Si solo pudieses tener uno, entonces sería este el que te recomendaría (pero sería una pena tener solo uno). Salud y cómics (y mi felicitación una vez más a Rockomic por su trabajo, como decían en Amanece que no es poco: «nosotros somos perentorios pero tú eres necesario»).🤓🖖

  2. Bueno, a ver si llegado el momento no se saltan el Marvel Two-In-One #99, que ahora se supone no debería ser un problema (a saber por cuanto tiempo).

  3. Ya queda menos para llegar al final de la colección y vamos recuperando ( por primera vez ) comics a color que estaban sólo editados en B/N. Aventuras geniales y apariciones inesperadas, tengo ganas de disfrutar con la aventura compartida con el Angel y seguramente en el siguiente Tomo saldrá la del Hombre de Hielo. Marvel Clásico en estado puro !! me encanta la colección y me trae recuerdos geniales. Make Mine Marvel.

    • Se van recuperando cosas (ya inéditas, ya mal editadas, ya solo publicadas en B/N o de forma muy fraccionada), afortunadamente.

  4. El Obras Maestras de Daredevil que sale mañana también incluye un episodio que Vértice se saltó en su día y hasta ahora solo estaba editado en canijo y en B/N, en la Biblioteca original, igual que las páginas sueltas que Vértice se fumaba en los números a color de Dan Defensor, que traían solo 16 páginas por cómic. Solo por eso, merece pasar por caja, que igual esto nunca llega a publicarse en OG.

    • Pues debería, pero con esta gente no hay que darlo por sentado. Por eso me pillé los Obras Maestras Marvel de Invencible Iron Man también.

        • Yo solo me había pillado el del demonio en la botella (aunque irónicamente todavía conservaba entonces esos números de Vértice, en cambio ya no conservaba las grapas de Forum con lo posterior), así que regalé ese rústica y me pillé los tomos de Obras Maestras Marvel.

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