Reseñas: Biblioteca Marvel 18: Daredevil 1 (1964-1965)

Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.

La Era Marvel de los Cómics sigue su avance imparable con la creación de otro de los pilares de la editorial: Daredevil.

La colección se inicia, como mandan los cánones, con el número que narra el origen del superhéroe protagonista. Un número que, como relato de origen, creo que está bastante bien. Es cierto que lo del asesinato del ser querido y la posterior necesidad de venganza tiene muchas semejanzas con la historia de origen de Spiderman, pero el contexto es bien diferente, así como el superpoder que ostenta el protagonista.

De todas formas, Spiderman es el personaje en el que Daredevil más parece reflejarse. Y la prueba del tipo de lector al que iba dirigido el nuevo superhéroe la tenemos en la portada, donde precisamente se usa a Spiderman como reclamo. Como propina, también se les hace un pequeño hueco a los Cuatro Fantásticos.

Pero las semejanzas con el trepamuros tienen más que ver con la condición de ambos de superhéroes urbanos que otra cosa, porque no hay que olvidar que, mientras Peter Parker es un adolescente escolarizado, Matt Murdock ya es un adulto hombre de negocios. De hecho, ya en este número de estreno conocemos a Foggy Nelson, socio de Matt en el bufete de abogados que lleva el nombre de ambos, Nelson and Murdock. Karen Page, que entra a trabajar como secretaria, también es presentada en este episodio inicial, de modo que ya tenemos a toda la nómina de fijos al completo.

Stan Lee, como no podía ser de otra forma, es el creador intelectual de Daredevil, lo mismo que de todos los personajes que disfrutan de título propio en lo que llevamos de Era Marvel.

En el apartado gráfico es donde hay un cambio significativo, porque está vez no son ni Jack Kirby ni Steve Ditko quienes nos deleitan con sus trazos, sino que es otro viejo conocido de la editorial quien se encarga del dibujo. Estoy hablando de Bill Everett, el mítico creador de Namor.

Everett dibuja tan sólo este primer episodio, y hace un buen trabajo, aunque no podemos evitar percibir que su estilo pertenece más al pasado que al presente. En un buen número, como digo, lleno de buenas ideas, como la obtención de los poderes del protagonista a causa de un accidente con productos químicos y como estos se van manifestando, o la vinculación al mundo del boxeo.

Ya en el segundo, Everett es sustituido por la leyenda de la EC, Joe Orlando, que se queda tan sólo tres números. Orlando, a su vez, es reemplazado por otra leyenda de la EC, Wally Wood, a quien ya podemos disfrutar en los dos últimos números de este primer volumen.

En el apartado escrito, Stan Lee se queda la colección para sí mismo durante una extensa etapa.

Orlando hace un trabajo bastante correcto y resulta agradable pasearse por sus dibujos, si bien el entintado de Vince Colletta es un factor en contra.

En el primero de estos tres números, Daredevil se enfrenta a Electro, el supervillano del trepamuros, que no deja de ser otro cebo para atraer a los lectores de Spiderman. Por si no fuera suficiente, el episodio incluye un cameo de la Cosa, lo justo para asomar su cabeza en la portada.

En los otros dos, el cuernecitos -todavía enfundado en su traje original, el amarillo y negro- inaugura su particular catálogo de villanos con el Búho y Killgrave, el Hombre Púrpura.

Historias en las que uno de los alicientes, además del estreno de los villanos, es ver en acción a nuestro protagonista haciendo uso de sus poderes y habilidades. Por lo demás, Foggy de momento aporta bien poco, más allá de ser uno de los vértices del recurrente triángulo amoroso, mientras que Karen no pasa de ser la chica funcional de turno. Los bocadillos de pensamiento que Karen intercambia con Matt ya los hemos visto antes en los casos de Jean Grey/Scott Summers y Jane Foster/Don Blake, así que pocas novedades en este sentido.

Un ejemplo de cómo a Stan Lee la ingenuidad sistémica a veces se le va de las manos está en el episodio del Búho, cuando el villano logra maniatar a Daredevil, pero se le ocurre cualquier cosa menos quitarle la máscara para saber quién es.

Pasando a los dos episodios dibujados por Wally Wood, el artista hace un trabajo espléndido que sobrepasa en bastante al de Orlando. No ocurre lo mismo en el apartado escrito, donde el pobre Wood tiene el dudoso honor de lidiar con uno de los villanos más nefastos de los 60, el Matador. Un torero, sí, cuya única arma es su habilidad con la capa. Ni superpoderes ni nada, con el trapo rojo se basta y se sobra para dejar en ridículo al cuernecitos.

La trama tampoco tiene desperdicio. Al parecer, la motivación del villano no es otra que vengarse de la humanidad por los abucheos que recibía en la plaza de toros (!?). Y luego, a Matt no se le ocurre otra cosa para engañar y atraer al ridículo villano, que divulgar que en realidad el Matador es Daredevil disfrazado y que el Daredevil derrotado era un suplantador, contratado para alejar las sospechas de él, no se sabe muy bien sobre qué.

En cualquier caso, de tan ridículo, el Matador ha acabado convirtiéndose en un icono entre los personajes más grotescos de la Marvel de los sesenta.

El tomo cierra con un simpático número donde debuta un nuevo supergrupo de villanos, la Hermandad del Miedo. El grupo no tendría más recorrido, pero sí su líder, Míster Miedo. Eso sí, los otros dos componentes de la banda, el Buey (sí, el de los Forzadores) y la Anguila no parecen encajar en un grupo con semejante nombre.

Conclusión.

El tomo de debut de Daredevil, a nivel de guion no está entre los mejores de este inicio de Universo Marvel, más bien estaría en el pelotón de cola.

Pero no podemos olvidarnos de sus virtudes, especialmente en el apartado gráfico y en un episodio de origen más que aceptable. También alguna historia que no está mal y la presentación de algunos villanos importantes.

Sea como fuere, ya sólo por el número de presentación el volumen se hace imprescindible, por razones obvias.

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rockomic

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10 Comments on “Reseñas: Biblioteca Marvel 18: Daredevil 1 (1964-1965)
  1. Stan Lee, en su línea, toma el nombre de un superhéroe de la Golden Age y el concepto y habilidades de un justiciero pulp anterior (The Black Bat, también precedente de Batman) y lo suma a su universo compartido dándole tono de culebrón en sus historias (triángulo amoroso incluido), algo en lo que varios de sus autores (Lee, Romita, Colan,…) tenían sobrada experiencia.

  2. Everett era un imaginativo veterano de la Golden Age, pero llevaba ya como una década cuesta abajo. Y como en Doctor Extraño, su alcoholismo frustró su continuidad (pese a que se esperaba que esta fuese su serie personal). Orlando, ya otro reputado veterano, fue solo un parche temporal (tenía ya sus obligaciones el hombre). Y el inquieto (y problemático) Wallace Wood, que ya se había hecho también un nombre, tampoco duraría mucho en el título (aunque inicialmente Lee esperase que así fuese no lloraría luego su marcha), pero le dio su necesario y eficaz rediseño (un look mucho más favorecedor …el original ciertamente parecía el diseño de un ciego).

  3. El Matador (Eloganto), sí. Supervillano (o eso dicen él y Lee), español y cómico (a pesar suyo y de sus creadores)…o más bien vergonzoso.😈

  4. “Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!” (😉Amanece que no es poco …mi peli favorita de la historia del cine español).

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