Reseñas: Biblioteca Marvel 20: El Increíble Hulk 2 (1964-1965)

Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.

Tras el fracaso de la colección inicial de Hulk, cancelada tras tan sólo seis números, el monstruo por antonomasia de Marvel subsistió durante algo más de un año sin aventuras publicadas bajo su nombre.

Sin embargo, lejos de archivarlo en un cajón, Stan Lee dio continuidad al personaje en buena parte de los títulos en curso, a la espera de encontrar el momento propicio para su relanzamiento.

Un periodo de transición que se inicia con el fugaz paso de Hulk por los Vengadores (como miembro fundador) y que sirve para reajustar al personaje. De esta época es el emblemático proceso de transformación de Bruce Banner en su alter ego por aceleración de sus pulsaciones. Concretamente del episodio del Hombre Gigante, el relato que precisamente abre este segundo tomo y, de hecho, la única aparición del gigante esmeralda en una serie ajena que se incluye en esta Biblioteca Marvel.

Un proceso de transformación que nace casi sin querer, sin explicación previa. Un proceso que pasa a ser ratificado y razonado justo el mes siguiente en el primer episodio de la nueva etapa de las aventuras de Hulk. Un relanzamiento, esta vez definitivo, que tiene lugar dentro de la cabecera Tales to Astonish, precisamente compartiendo páginas con las aventuras del Hombre Gigante.

Y aquí es justo donde nos encontramos, en esta segunda entrega de la Biblioteca Marvel de Hulk que recoge la primera sucesión de números de la etapa publicada en Tales to Astonish.

Stan Lee sigue apropiándose de la parte escrita en esta nueva etapa de Hulk, mientras que el apartado gráfico cae en manos de Steve Ditko, que ya se había ocupado del último número de la cancelada serie inicial.

Si aquella primera colección no obtuvo el resultado esperado fue en buena parte por la falta de rumbo, porque Stan Lee no tenía claro qué quería hacer con el personaje. De modo que, desde mi punto de vista, la brillante idea de la creciente tensión de Banner como detonante de las transformaciones en Hulk (y la consiguiente necesidad de permanecer en calma para evitarlas) es el timón que necesitaba el protagonista para que sus aventuras tomaran el buen rumbo.

Esa mezcla entre aventuras, ciencia ficción y género bélico que será el distintivo de la colección durante décadas ya es el eje por el que discurren las líneas argumentales. El drama de Bruce Banner ya aflora en su papel de fugitivo, permanentemente bajo la sombra de la sospecha y siempre a expensas del aleatorio destino que dicte su alter ego.

El plantel de secundarios se consolida en las figuras del General Ross, su hija Betty y Rick Jones, y se amplía con la incorporación del mayor Glenn Talbot.

Talbot parece relegado al papel de lameculos de Trueno Ross, además de convertirse en la pieza que faltaba para completar el triángulo amoroso de turno, como ocurre en buena parte de las series iniciales de Marvel. Un personaje no especialmente original cuya utilidad va en aumento a medida que transcurre la colección.

Betty Ross, por su parte, en estos inicios no pasa de la dulce fémina discurrida desde la mentalidad patriarcal de la época. La clásica mujer florero sin más función que la de expresar proteccionismo.

Rick Jones, en estos tiempos ocupado en la serie de los Vengadores, desaparece del entorno de Hulk en la primera mitad del tomo. Sin embargo, su condición de único amigo del monstruo y de único conocedor de su doble identidad hacen de él un elemento con muchas posibilidades argumentales, de forma que regresa al lado del hombre a quien debe su vida.

En lo que respecta al propio Hulk, lejos de la indefinición del primer tomo, su personalidad se encauza en una única dirección: la del monstruo con poco cerebro que vive desorientado en un mundo que le odia. El lenguaje del gigante de jade empieza a ser aquí el suyo tan característico, en tercera persona y de vocabulario limitado.

También en el plano creativo esta etapa Lee-Ditko es importante, más que nada por la presentación del que será principal archienemigo de Hulk: el Líder. De hecho, el nuevo supervillano entra con todo acaparando casi todos los números del volumen, ya sea como antagonista en primera línea o como amenaza en la sombra. El Líder, primer villano originado por exposición a los rayos gamma, pronto se obsesiona con la monstruosa criatura con la que comparte color de piel. Sus infaltables humanoides de goma indestructible también son presentados en esta serie de números, pero el verde villano también se vale de un robot y del Camaleón, el enemigo de Spiderman, convertido aquí en un vulgar peón. Hasta el ejército soviético resulta manipulado por el Líder, en lo que es una nueva puesta en ridículo de los comunistas por parte de Stan Lee.

En los tres últimos números de este segundo tomo recopilatorio, Jack Kirby regresa al personaje que creo junto a Stan Lee. Su dibujo creo que se ve perjudicado por las tintas de Mike Esposito, pero sigue siendo un Kirby en buena forma. Tres episodios que inician un nuevo arco con el Líder de antagonista, un arco que concluirá la siguiente entrega de esta Biblioteca Marvel.

Conclusión.

La ingenuidad inherente de la Marvel inicial sigue siendo palpable en esta serie de aventuras de Hulk, que todavía tienen camino ascendente por recorrer. No obstante, los guiones tienen claro hacia dónde quieren ir y nos proponen tramas interesantes. Desde luego, estamos ante un tomo sensiblemente superior al primero.

La presentación del archienemigo de Hulk, el Líder, también es una buena razón para no dejar pasar este segundo volumen.

En cuanto al apartado gráfico, lo peor es el trabajo de los diferentes entintadores, que empañan un poco el buen hacer de Ditko y Kirby.

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rockomic

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on “Reseñas: Biblioteca Marvel 20: El Increíble Hulk 2 (1964-1965)
3 Comments on “Reseñas: Biblioteca Marvel 20: El Increíble Hulk 2 (1964-1965)
  1. El regreso de Hulk. Y con los inconfundibles genios de Ditko y Kirby (aunque podamos decir que no es uno de sus trabajos mayores). Ya bastaría con eso (aún con toda la ingenuidad del Lee del momento … bueno, tampoco olvidemos que esto todavía se dirigía principalmente a niños, que los cómics Marvel, aunque llegarían a las universidades, apenas empezaban todavía a introducirse en los institutos, esto se lo leían principalmente todavía criajos, y para ellos se escribía).

  2. Por otra parte, tras los bandazos de dirección iniciales es aquí cuando al fin parece haber una mano en el timón enfilando una dirección. Y cuando se empiezan a perfilar claramente los tropos y secundarios de los que vivirá la serie la mayor parte del tiempo durante los años (décadas incluso) siguientes.

  3. Cada vez que releo estas historias me gustan un poco más. Es curioso.
    Pero lo bueno de verdad está por llegar. Aunque no tardará demasiado.

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