Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.
Séptima entrega de las aventuras del Asombroso Spiderman en ésta, su particular Biblioteca Marvel.
Un volumen que podemos afirmar que representa el cénit de la etapa Lee-Ditko al ser el que contiene la saga maestra de esta primera época del trepamuros, la del Planeador Maestro. Steve Ditko, por cierto, continúa siendo acreditado en casi todos los números como argumentista.
Este tomo también marca el relevo en el plantel de personajes secundarios. Sólo hay que comparar el primer y el último número incluidos para observar la diferencia. El primero todavía arrastra una pequeña aparición de Liz Allan, al tiempo que certifica el rompimiento definitivo de Peter con Betty Brant. Ya en el segundo episodio, con el ingreso de Peter en la universidad, vivimos el estreno de dos nuevos compañeros de clase que van a convertirse en personajes de apoyo de primerísimo orden, Gwen Stacy y Harry Osborn, dos personajes que suman fuerzas con el infaltable Flash Thompson. El último número incluido, en cambio, es el que dice adiós a Betty Brant del Daily Bugle y de la colección como personaje regular. La ya exsecretaria de Jameson se larga con Ned Leeds en buena parte huyendo del amor imposible con Peter Parker.
El volumen se inicia con el divertido número en el que Spidey se enfrenta al Gato. Un episodio cuya importancia se explica sobre todo por incluir un interludio de lo que viene a continuación, la saga del Planeador Maestro.
Esta saga incursiona a esta colección más que nunca en el género dramático. Por una vez, el tono desenfadado y el humor pasan a un segundo plano en una línea argumental que dirige al trepamuros a un nuevo enfrentamiento contra el Doctor Octopus, aunque en realidad la historia no vaya de eso. Los autores llevan esta vez a Peter Parker al límite, a un punto casi trágico. Y no sólo por la enfermedad que está a punto de acabar con la Tía May, sino por la terrible tensión por la que pasa nuestro héroe. Peter se siente responsable de haber transferido sangre radiactiva a su tía en aquel lejano Amazing Spider-Man 10, y le horroriza la idea de volver a pasar por lo que ya pasó con el Tío Ben. Nos encontramos al Spiderman más violento, casi diría que capaz de matar a quien se interponga en su camino en recuperar el suero y llevarlo al Doctor Connors para así salvar a Tía May. Esa imagen de Spiderman atrapado por toneladas de maquinaria sacando fuerzas de donde ya no las había, es de las más sobrecogedoras de la Marvel de los 60.
Todo ello contando con una narrativa gráfica magistral de un Steve Ditko en su mejor momento, y también con los esenciales diálogos de Stan Lee, que es capaz de desenvolverse igual de bien en los textos dramáticos como en los más socarrones.
Entre las escenas de emergencia por la Tía May también hay espacio para la vida social, donde un Parker fuera de la realidad ha estado ignorando a sus nuevos compañeros de clase, que no se lo toman demasiado bien. Sobre todo, a una Gwen Stacy que desde el primer momento se siente atraída por él.
Es curioso como Ditko esta vez intenta dibujar a una joven con las facciones más finas de lo habitual, dando a entender que estamos ante la belleza definitiva. Una Gwen que, sin embargo, en estos inicios está lejos de ser la chica frágil y sensible que veremos en la siguiente etapa, con John Romita a los lápices.
Por otro lado, pasando al entorno del Daily Bugle, Frederick Foswell sigue ahí a las órdenes de Jameson, pero el antiguo Gran Hombre adquiere aquí una nueva identidad, la del reportero de bajos fondos llamado Parche.
Un nuevo enfrentamiento contra Kraven cierra el volumen. Otro muy buen número, aunque lógicamente, inferior a la saga que le precede.
Conclusión.
Estamos ante el tomo en el que la etapa Lee-Ditko llega a su cima, y eso es gracias a la gran saga del Planeador Maestro.
Por no hablar de las nuevas presentaciones en el apartado de personajes secundarios, fundamentales para el futuro de la colección.
Absolutamente imprescindible, por supuesto.
Enlace a la ficha:
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Una etapa mítica. Ditko en vena.
Este y el siguiente caerá, mi propósito era tener la etapa de Ditko en Spidey y ahí lo dejaré…me saldrá algo más caro que los 2 Marvel Gold, pero me apetecía tenerlo en este formato….
Obviamente me refería más arriba al formato OmniGold….
Mola mucho más esta Gwen Stacy más cañera, pena que la enblandecieran, alguien sabe por qué?
Sí, originalmente tenía más carácter (podía ser incluso antipática en alguna escena). Cuando ganó protagonismo Lee la dulcificó, supongo que ayudó además que Romita la dibujase más monina, lo que ayudaba a tirar más hacia loa tópicos de los cómics de romance, con esa imagen de «vecinita de al lado» de «corazón dulce». Ditko la dibujaba más como a un personaje de género negro (casi como a una de esas femmes fatales corte Veronica Lake) que como a uno de una historia romántica para la chavalería.
Pues se la cargaron la verdad, en eso podían haber innovado y tiraron de tópico, mal
lo curioso es que no dejaba de ser un reboot de Liz Allen, a quien habían ido desarrollando poco a poco para substituirla por Gwen en el mismo papel, primero despreciando y luego sintiéndose atraída por Peter..
pues la verdad es q sí, es casi el mismo personaje ahí, hacía años que había leido estos números y ni lo recordaba
Las tramas que hacia DITKO eran insuperables. Para mi la etapa de DITKO en SPIDERMAN es memorable.
Luego llegaría el MAESTRO ROMITA que dibujando buf pocas veces he visto unos personajes secundarios tan bien dibujados y esas mujeres tan hermosas en fin .
Romita dibujaba muy bien ya a esas alturas (y en las secuencias de gente normal se le notaba mucho el haberse fogueado con los cómics románticos en DC durante años). Y diseñaba muy bonito. Pero Ditko lograba impactarte incluso con muy pocos trazos (no hay más que ver muchas de sus historias cortas de terror o misterio de los cincuenta y primeros sesenta), y tenía más mordiente en los argumentos. Pero con el dibujo agradable de Romita no fue nada raro que las ventas no parasen de crecer. Los méritos de uno no quitan los del otro, ambos eran estupendos.