Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.
En la anterior entrega de esta Biblioteca Marvel dedicada a los Cuatro Fantásticos vivíamos el inicio de la era dorada de esta colección. Un primer arco, en el que nos eran presentados los Inhumanos, cuyo desenlace obtenemos al inicio de este nuevo tomo.
Precisamente, el desenlace de la historia de presentación de los Inhumanos coincide con el inicio de otra saga aún más mítica, si cabe, la llegada de Galactus.
Creo que, mejorando la saga precedente, nos encontramos ante un arco colosal, tanto a nivel de guion como de dibujo. Los trazos de Kirby y Sinnott alcanzan ya su máximo grado de perfección, mientras que los diálogos de Stan Lee dan el salto definitivo hacia su madurez, ya equiparables a los de Amazing Spiderman, aunque de una naturaleza distinta. En el caso que nos ocupa, unos textos de carácter más épico y fantástico, en contraste con los más terrenales del título del trepamuros.
Estamos ante una historia que va de humanidad, de compasión, de comprensión. Galactus no es realmente un ente despiadado, sino que actúa por necesidad propia. Un ser que incluso es capaz de reflexionar y recapacitar.
Pero el personaje al que se dota de una mayor complejidad es a su heraldo, Estela Plateada, la otra gran creación de esta saga. Un ser procedente del espacio, frío y consagrado a sus objetivos, que de repente descubre su lado sentimental, su humanidad perdida, de la mano de la sensible Alicia. De hecho, es el surfista, junto al Vigilante, los que realmente convencen a Galactus para que renuncie a devorar el planeta, viéndose el cuarteto protagonista impotente para hacer frente al todopoderoso ser.
Otro movimiento inesperado de Stan Lee en esta línea argumental consiste en llevar a Johnny Storm a la Universidad, con todo lo que ello conlleva. Inesperado, más que nada porque ese terreno parecía exclusivamente reservado para la colección del otro adolescente de la casa, Spiderman.
El hecho es que la facultad amplia el núcleo de conocidos y amistades de Johnny. Amigos entre los cuales va a permanecer Wyatt Wingfoot, un descendiente indio muy corpulento, ideal como esporádico compañero de aventuras de la Antorcha.
Antes de dar paso a la siguiente y monumental saga, nos encontramos con un episodio unitario. Una historia que abarca un sólo número, sin la enorme trascendencia de las sagas que la rodean, pero no por ello un episodio menor. Todo lo contrario, estamos ante un número genial, una de esas historias que se te quedan grabadas, que te afectan. La historia de la evolución personal de un individuo vulgar ansiado de notoriedad y fama. El tipo logra suplantar a La Cosa y ocupar su lugar en los Cuatro Fantásticos, pero, en el trato con Reed Richards, acaba por verse a sí mismo como un miserable.
Más arriba decía que el episodio no es tan trascendente como el resto del tomo, pero en realidad también nos deja, casi sin querer, otra genial creación para la posterioridad. Se trata de la Zona Negativa, una dimensión de la antimateria a la que Reed logra acceder a través de un portal de su creación. Un nuevo espacio dimensional del que surgirán innumerables amenazas en el futuro.
El tomo finaliza con otra saga capital de la historia de los Cuatro Fantásticos, la que significa el estreno de Pantera Negra y el reino de Wakanda, una de las civilizaciones ficticias más importantes del Universo Marvel.
Como en el caso de los Inhumanos, Pantera Negra también viene con su propio villano bajo el brazo, Klaw, el señor del sonido. Además, lógicamente, de contar con su propio universo escénico en el corazón de África. Particularidades, éstas, que configuran el marco propicio para que el nuevo personaje viva sus propias aventuras. De este modo, Lee y Kirby dan a la historia un tratamiento similar a la de los Inhumanos, concentrando el protagonismo y la batalla central en la Pantera Negra y su antagonista, y dejando a los Cuatro Fantásticos en un segundo plano.
En resumidas cuentas, una maravilla. Tanto la historia de origen de la Pantera Negra como la batalla final son un prodigio de pura aventura, con un Jack Kirby espectacular.
Pantera Negra, por cierto, se convierte aquí en el primer superhéroe negro de la historia del cómic.
Conclusión.
Poco más se puede añadir al que es, sin discusión, el mejor tomo de la colección hasta el momento.
Una obra maestra del cómic americano realizada por Stan Lee y Jack Kirby, que además cuenta con la presentación de personajes y localizaciones tan importantes como Galactus, Estela Plateada, Pantera Negra, Wakanda y la Zona Negativa.
Enlace a la ficha:
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Los 4F químicamente puros. La etapa que realmente merecía la leyenda de el mejor comic-book del mundo (en ese momento). Kirby desbordante de imaginación soltando nuevos conceptos número a número.