Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.
En esta nueva entrega de la Biblioteca Marvel Spiderman, la décima ya, el nivel de la colección, lejos de flaquear, no hace más que ir al alza.
El volumen abre con la presentación del Conmocionador, un nuevo supervillano surgido de la fábrica Romita, siguiendo con una serie de números geniales en los que Spidey se enfrenta a Kraven y a un suplantador del Buitre llamado Blackie Drago. Kraven intentando ajustar cuentas con un amnésico Norman Osborn, y el nuevo Buitre robándole las alas al antiguo, para desembocar en una alianza entre ambos, Kraven y Drago. Una serie de episodios apasionantes.
¿Y qué decir de John Romita? Menuda forma de narrar las escenas de acción, absolutamente magistral. En estos momentos ya no hay ninguna duda de que el equipo formado por Stan Lee y John Romita se está convirtiendo en uno de los más importantes de la historia de Marvel.
Paralelamente, la amistad de Peter con sus nuevos compañeros de clase ya es un hecho. Una relación de amistad especialmente intensa en el caso de Harry, con quien Peter acaba compartiendo apartamento. Luego, Mary Jane se ha convertido ya en un personaje omnipresente y Gwen cambia su peinado al clásico y definitivamente abandona su expresión de picarona por la de muchacha frágil y angelical. Hecho que ocurre justo antes de certificar su esperada relación sentimental con Peter. Todo parece ir sobre ruedas para nuestro protagonista.
Pero no estaríamos hablando de Spiderman si el protagonista tuviera una vida plácida, así que Peter pronto se da cuenta de que ser Spiderman sólo le acarrea problemas. No puede hacerse cargo de tía May mientras juega a ser superhéroe, no tiene tiempo para las chicas, para sus amigos y, por si fuera poco, buena parte de la ciudad desconfía de él a causa de los artículos difamatorios del Bugle. Es la primera gran crisis existencial de Peter como Spiderman, por la que termina tirando la toalla.
Realmente, Jameson aquí vuelve a revelarse como uno de los peores villanos para nuestro héroe. El huraño editor es la gota que colma el vaso de la paciencia de Peter después de ver una entrevista televisiva a míster sonrisas. Magistral el tratamiento de Jameson que hacen Lee y Romita, como no podía ser de otra forma.
Peter, finalmente comprende que no puede renunciar a ser Spiderman, es su deber, su destino, su fin.
Todo ello sucede en el celebrado número 50 de la colección, una obra maestra del cómic de superhéroes.
Por si fuera poco, el número también nos deja la presentación del gran villano creado en la etapa Lee-Romita, el mismísimo Kingpin. Un oponente que viene a ocupar el puesto en la carrera por el reinado del crimen dejado por personajes como el Gran Hombre. Precisamente, Frederick Foswell está también metido en el ajo en esta trama que vivirá su desarrollo en el siguiente volumen.
En este tomo también hay lugar para un episodio de Spiderman ajeno a la colección. Se trata de un número independiente y único publicado en el número 14 del título Marvel Super-Heroes. Un número que iba a ser de relleno dentro de The Amazing Spider-Man, que finalmente no fue necesario. Un episodio muy prescindible cuyo único factor reseñable está en ser el primer número de Spiderman dibujado por Ross Andru, que años más tarde se convertiría en el dibujante regular del trepamuros.
Conclusión.
Un conjunto de episodios apasionantes que culminan en uno de los puntos álgidos de la colección, el número 50.
Un triunfo absoluto del equipo formado por Stan Lee y John Romita que en su conjunto podría calificar de obra maestra.
Enlace a la ficha:
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