Reseñas: Biblioteca Marvel 90: Los Cuatro Fantásticos 15 (1968)

Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.

Tras el traspiés de los flojos dos episodios que cerraban el anterior volumen, la colección necesitaba un golpe de efecto para volver a escribir sus páginas más interesantes. De este modo, en el siguiente arco argumental, el que abre esta nueva entrega de la Biblioteca Marvel dedicada a los Cuatro Fantásticos, Lee y Kirby traen de vuelta a Galactus, que regresa a la tierra con intención de recuperar a su antiguo heraldo, Estela Plateada.

Al mismo tiempo, con Sue retirada por baja de maternidad, el grupo queda de forma transitoria limitado a tres integrantes. Bien es cierto que Crystal incrementa su grado de participación en las tramas, pero todavía no como miembro oficial del cuarteto.

Aunque construido un poco a trompicones, estamos ante un buen arco en el que el dúo creativo desempeña algunas buenas ideas. En especial la lucha de los tres fantásticos contra sus dobles aberrantes creados por Galactus, así como también el protagonismo del universo subatómico como escenario, aquí ya rebautizado indistintamente como Subatómica o Microverso. No obstante, la idea del micromundo creo que daba para un mejor y mayor desarrollo.

 El paso por el Microverso, por cierto, trae de vuelta a un viejo conocido de estas páginas, Psicoman.

El recurso argumental centrado en la Cosa y su deseo de volver a ser humano exteriormente vuelve a tomar protagonismo en el siguiente arco. Y esta vez Reed logra dar con la fórmula que vuelve a otorgar a Ben Grimm su aspecto original.

La historia es ciertamente interesante. Se pone de manifiesto que el deseo de Ben de volver a ser humano externamente resulta más complejo que un simple anhelo para consigo. De alguna forma, la Cosa ha pasado a ser una realidad de la que no puede desprenderse, un compromiso no escrito por el que no puede dejar a sus compañeros sin su esencial ayuda.

El villano que complementa la historia es el Mago, de sobras conocido a estas alturas.

En lo referente al apartado gráfico, Kirby está aquí especialmente cuidadoso tras unos números en que el aspecto anatómico había perdido enteros.

El tomo cierra con dos episodios extraídos de la colección humorística Not Brand Echh.

Conclusión.

La etapa de Stan Lee y Jack Kirby ya ha dejado de ser la aplastante máquina creativa que era un par de tomos atrás, pero sigue estando a un muy buen nivel en la serie de episodios que se incluyen en este tomo.

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rockomic

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