Reseñas: Hulk: Marvel Héroes 3: «Perdonado» (1981-1983)

Tras la entrada de Bill Mantlo como guionista estable en el tomo precedente, esta nueva entrega ya le pertenece en su totalidad, lo mismo que ocurrirá con el volumen que seguirá a éste.

Pero si la etapa de Mantlo en Hulk es extensa, se queda corta ante la de Sal Buscema. El dibujante se mantiene a lo largo de cuatro tomos de esta colección, ni más ni menos. En el que nos ocupa es el dibujante estable del título mensual, por supuesto, tomándose tan sólo un puntual descanso.

Estamos, ni más ni menos, ante el tomo que va a cambiar para siempre las reglas por las que se rige la colección del gigante esmeralda, pero vamos por partes.

Esta nueva entrega de las aventuras de Hulk empieza donde quedó la anterior, con nuestro protagonista dando su particular vuelta al mundo. Tras su visita al estado de Israel, vemos ahora cómo Hulk recala en Egipto, Rusia, Japón y la Isla de Pascua en sendos arcos argumentales. Historias que, en algunos casos, sirven para presentarnos a superhéroes locales, como es el caso del Caballero Árabe en el caso de Egipto, o a los Supersoldados Soviéticos. Estos últimos, ya conocidos de antemano, incorporan a un nuevo miembro, Osa Mayor, que se une a Vanguard, Estrella Oscura y Dínamo Carmesí.

Mientras que en Egipto Hulk y el héroe local se enfrentan a los demonios Gog y Magog, en base a los personajes apocalípticos de leyenda, en Rusia la trama tiene más miga. La historia enlaza con la saga de Sergei, el llamado La Presencia, y la Guardiana Roja. Una saga cuyos primeros capítulos tuvieron lugar en la colección de los Defensores. A ellos hacen frente esa especie de Hombres-X soviéticos (los Supersoldados están formados por mutantes, con la única excepción de la Dínamo Carmesí) que cuentan con su particular Profesor X en la figura del Profesor Phobos, en una trama donde no falta el clásico recurso del «no todo es lo que parece». El giro argumental, francamente, se ve venir de lejos, pero en conjunto es un arco bastante aceptable.

En el arco que acontece en Japón Mantlo aprovecha para meter referencias de la cultura nipona. Una historia sobre la filosofía samurái condimentada con la intervención de un kaiju, que también sirve para cerrar el asunto Glenn Talbot. El problema es que no acaba de casar una cosa con la otra.

Finalmente, en la Isla de Pascua vivimos un explosivo choque de titanes entre Hulk y el Hombre Absorbente con el pulso narrativo a que nos tiene acostumbrados Sal Buscema.

En general, un tramo irregular de la etapa de Mantlo, como el que ya disfrutamos en el anterior volumen. Lo más relevante es sin duda el fin de trayecto para un personaje como Glenn Talbot. Un personaje que creo que merecía algo más de duelo por parte de sus compañeros de viaje.

Esta serie de números sirve también para configurar el nuevo escenario de las aventuras de Hulk. Un nuevo escenario que de nuevo no tiene nada, porque volvemos a la más pura esencia de la colección, la de Rick Jones en deuda con Bruce y consagrando su día a día a ayudar a Banner en la búsqueda de una cura para su maldición, lo mismo que Betty Ross, mientras el General Ross regresa a su puesto de obsesivo cazador del monstruo esmeralda. Un ciclo inherente que regresa una y otra vez y en el que se sustenta la colección, al menos por ahora.

Es a partir de este momento cuando creo que Bill Mantlo le coge definitivamente el punto a la colección. Nos encontramos con el Mantlo más brillante como entertainer, en base a historias repletas de acción y emoción, pero igualmente provistas del habitual carácter dramático que puede afectar tanto a los protagonistas como a cualquier personaje que se cruce por la colección.

Un buen ejemplo es el insólito número que contiene dos relatos autoconclusivos de media extensión. Mientras el primero es un siniestro cuento sobre una mujer capaz de transformar en cristal todo cuanto toca, el segundo introduce un drama familiar en el que Mantlo logra enternecer a unos de los seres más aterradores y malignos de su creación, los Fantasmas del Espacio, principales antagonistas de ROM.

Tras un episodio especialmente destructivo en el que Hulk se encuentra en medio de la guerra entre Avalancha y Alud, dos personajes provistos de poderes parejos, nos encontramos con otro arco argumental generoso en alicientes. Además del evocador escenario en el desértico oeste americano, de la amenaza del Corruptor y de su lacayo, el Volador Nocturno (creación de Kirby en su etapa solista en el Capitán América), la historia nos presenta a un nuevo grupo de superhéroes genuino representante del sudoeste americano, los Rangers. Un supergrupo que parece sacado de un western, formado por viejos conocidos como Lobo Rojo, Tornado Tejano y el Jinete Nocturno, más la incorporación de dos nuevas caras, Pájaro de Fuego y Estrella Fugaz.

El siguiente paso nos trae el regreso del Alto Evolucionador en otro estupendo episodio, quizás el que desprende mayor dramatismo.

A continuación, quien regresa es Glorian, el creador de sueños, junto a su instructor el Conformador de Mundos, en una historia hermosa, pero triste, a su vez, sobre las falsas ilusiones. Mantlo nos sorprende aquí vinculando a Glorian, cuyo nombre real es Thomas Gideon, con el Gideon que se ha enfrentado a los Cuatro Fantásticos en varias ocasiones.

Esta etapa incluye también dos números anuales, los cuales, de la misma forma que los anteriores, cuentan relatos autoconclusivos que se leen de forma independiente al título mensual. Por suerte, son bastante más afortunados que los del anterior volumen.

En el Incredible Hulk annual 10 Mantlo y Rick Leonardi nos cuentan un drama antibelicista en el que un Bruce Banner, transitoriamente separado de Hulk, tiene en sus manos evitar una guerra atómica, pero el enfrentamiento con su alter ego se lo impide. Un Banner separado del monstruo tras sufrir un accidente nuclear y ser poseído por el Capitán Universo. Este personaje fue creado por el propio Mantlo y Michael Golden en la serie de los Micronautas, y hasta obtuvo un intento de serial propio dentro del título Marvel Spotlight. Un serial, el del Capitán Universo, a cargo de Mantlo y Steve Ditko, que no pasó de los tres números. Precisamente, Leonardi parece imitar el estilo de Ditko en este anual.

El anual número 11 es más interesante. En lo que parece más un relato de la colección What if…?, Mantlo, esta vez acompañado por Rich Buckler al lápiz, guioniza una historia bajo el sugerente nombre «El día que la Tierra se volvió verde». El Líder es el antagonista de este entretenido episodio lleno de acción en el que vemos como los ciudadanos se están volviendo verdes, incluidos los superhéroes. Así, los principales espadas de la casa de las ideas hacen su aparición en escenas en las que vemos cómo van quedando afectados por la epidemia verde.

El anual también incluye un relato corto protagonizado por Doc Samson, escrito y dibujado por Mary Jo Duffy y Frank Miller respectivamente.

El adiós al «Hulk aplasta».

Un episodio visualmente llamativo en el que Hulk se enfrenta a Paria, un jinete esqueleto poseído por una extraña piedra, marca el inicio de una nueva era para esta colección. Este es el número en el que definitivamente Mantlo plantea la idea de un Hulk inteligente, y lo hace por boca y deseo de Rick Jones. De hecho, el joven amigo de Hulk es el protagonista a banda del episodio, el personaje que más desarrollo obtiene hasta el punto de incluir un inesperado flashback en el que conocemos su vida anterior al fatídico accidente que dio a luz a Hulk.

Y es que el desarrollo de la personalidad de los personajes es, sin duda, uno de los aciertos de esta etapa que iniciamos en este punto.

Rick Jones decide ponerse del lado de Hulk. El joven promete lealtad al incomprendido monstruo, incluso por encima de Bruce Banner, y no acepta un mundo sin su amigo verdoso. Tal extremo llevará a Rick a poner su vida en serio riesgo al irradiarse con rayos gamma con el fin de crear su propio Hulk.

En cambio, los deseos de Betty Ross son radicalmente opuestos. No quiere seguir viviendo su existencia cerca de Hulk, sea cual sea su versión. Ver a Bruce convertido en un superhéroe con el aspecto del monstruo que tanto ha tenido que sufrir, y encima disfrutando de ello, no encaja precisamente con la clase de vida que había soñado, de modo que acaba alejándose de su amado.

En este punto se une una tercera pieza al dúo de acompañantes de Hulk. Se trata de Bereet, un personaje nuevo para la continuidad de la colección, pero no para los lectores. Se trata de una alienígena del planeta Krylor que nos fue presentada en el magazine Rampaging Hulk, una publicación nacida a mediados de los setenta que relataba aventuras no contadas del pasado de nuestro protagonista. La jugada de Mantlo para incorporar a Bereet en la continuidad consiste en convertir aquellos nueve episodios de Rampaging Hulk en películas de ficción filmadas por la propia Bereet. Sabia elección de Mantlo teniendo en cuenta la ocupación de Bereet como cineasta en su Krylor natal, y también que intentar encajar la serie de Rampaging Hulk en la continuidad hubiera creado más embrollo que otra cosa.

El caso es que la alienígena viaja ahora a la Tierra con el único objetivo de filmar una película de imagen real, pero el alejamiento de Betty propiciará un acercamiento de Bereet a Bruce Banner.

Por supuesto, Hulk sigue siendo el núcleo de todas las historias. Aunque en realidad debería decir Bruce Banner porque Hulk deja de existir por primera vez de forma continuada. No su cuerpo, claro, pero sí su mente.

El cambio en la química que permite a Banner convertirse en su alter ego se produce como consecuencia de altas exposiciones gamma en uno de los escenarios más recurrentes de la colección, el espacio. Regresa, entonces, el Hulk cósmico y lo hace de la mano del Amo de la Galaxia. La aterradora entidad cósmica esta vez viene acompañada por uno de los archienemigos del gigante esmeralda, la Abominación, mientras que nuestro protagonista cuenta con un grupo de aliados inesperados. Un trío de viejos conocidos, formado por Torgo, el Acechante Nocturno y Anfibio, que se unen a la Emperatriz Daydra del Sistema Sagitario, amenazado por el Amo de la Galaxia.

Si alternamos escenas de esta electrizante aventura espacial con los acontecimientos en la Tierra, con Bereet y su ilimitada bolsa de trucos, Betty y un Rick contaminado por los rayos gamma, resulta imposible aburrirse.

Pero más recordado es el siguiente capítulo del viaje de Hulk por otros mundos. Un episodio tan entretenido cómo el anterior que además supone el estreno de un personaje de reciente estrellato, especialmente en la pantalla grande: Mapache Cohete. Un número único que nos presenta un peculiar planeta, el Cuadrante Piedra Angular, habitado por animales inteligentes y otras criaturas salidas de la imaginación de Bill Mantlo. Un universo lleno de posibilidades, no en vano, Mantlo deja la puerta abierta a una futura expansión de este nuevo mundo, algo que parece evidente al final del episodio.

Un nuevo choque de titanes frente a Wendigo y Sasquatch marca el inicio de la nueva era para el increíble Hulk. Ahora, la mente de Bruce Banner controla los cambios a su alter ego. Banner permanece y de Hulk sólo queda la carcasa. Ya no volverán los tiempos del «Hulk aplasta», no en las mismas condiciones.

Y es Bill Mantlo el primer guionista en revolucionar el título de Hulk, en transformar al personaje desde su esencia, abriendo la puerta a un mundo de posibilidades para los autores que vendrían más tarde.

Desde luego, Mantlo no se lo va a poner fácil a Bruce Banner. El científico recupera las riendas de su vida tras interminables años de pesadilla, pero ésta no va a ser un camino de rosas.

Al nuevo Hulk le puede el ansia por reparar el daño causado y comete errores de principiante. Luego, Betty lo abandona y Rick está a punto de perder la vida en circunstancias por las que Bruce no deja de sentirse culpable.

Los enfrentamientos ante los Insectoides y frente a un enorme robot llamado Megalito, son las primeras pruebas de fuego para el Hulk superhéroe. Episodios en los que nos encontramos con una novedad en el equipo creativo, al entrar Joe Sinnott como entintador. El autoentintado de Sal Buscema había empezado a perder cualidades así que Joe Sinnott aparece como el regalo del cielo que necesitaba el apartado gráfico.

Megalito, por cierto, parece un producto más de la fiebre por los robots gigantes exportada de Japón por aquellos tiempos. Un robot que controla una lacaya del Líder llamada Corneja.

Buenos números, pero nada al lado de lo que resta de tomo, empezando por el arco en el que regresan los U-Foes.

El propósito de venganza de este grupo de supervillanos inspirado en los Cuatro Fantásticos lleva a Bruce a una situación de extrema vulnerabilidad, a punto de ser ejecutado por los de villanos mientras retransmiten el espectáculo por antena en todo el planeta. El mundo, incluida la comunidad de superhéroes, asiste atónito al espectáculo en el que Banner/Hulk pasa de vivir su capítulo final a convertirse en un inesperado héroe.

Un emocionante arco que inicia el camino hacia la amnistía y el reconocimiento de Hulk.

De esta forma, los siguientes episodios son de celebración. El pasado de Hulk pesa como una losa, pero el mundo acaba superando reticencias y miedos, y el Hulk superhéroe termina por ser reconocido, siendo la comunidad superheroica quien da el primer paso. Pero, paradójicamente, también juega un papel destacado en ese reconocimiento quien podemos considerar que es el archienemigo del verdoso, el Líder. El villano provoca una batalla para tantear a su monstruoso antecesor en su nueva cualidad de superhéroe. Al fin vemos a Hulk batallando codo con codo con los Vengadores, los Cuatro Fantásticos, Spiderman, la Patrulla-X, etc, en un ambiente de total colegueo sin sospechar que están siendo utilizados.

Curiosamente, el episodio en el que se rinde homenaje a Hulk en lo que parece una especie de festival de tributo, no está dibujado por Sal Buscema sino por Mark Gruenwald. Un Gruenwald, por cierto, cuyo dibujo es muy mejorable.

Siendo francos, el número funciona como un fill-in. Es, básicamente, una licencia que se quiso tomar Mantlo para agrandar la figura de Hulk, organizando un desfile de prácticamente todos los superhéroes de Marvel cargados de mensajes un tanto azucarados.

El tramo final del tomo confirma a Hulk como nuevo ingreso en el firmamento superheroico, hasta el punto de jugar con la idea de un posible ingreso en los Vengadores. Resulta curioso cómo nos presentan a los Vengadores, y no a los Defensores, como el grupo de referencia para Hulk, cuando el gigante apenas aguantó un par de episodios como integrante.

El caso es que el verdoso entra en batalla junto a los Héroes más Poderosos de la Tierra, primero frente al poderoso robot Arsenal y posteriormente ante el Líder. Su prima Hulka, ahora parte de los Vengadores es quien más ayuda a Banner en su estabilidad emocional. Un Bruce Banner que debe afrontar una nueva etapa en su vida llena de incertidumbres.

El Líder, omnipresente en este tramo, sigue obsesionado en conquistar un mundo de criaturas verdes, mientras no cesa en la búsqueda de los puntos débiles de la nueva versión de su oponente. De él sale la idea de que la inteligencia hace a Hulk más dubitativo y, por tanto, más vulnerable.

En el desenlace del ciclo argumental del Líder, uno de los mejores de la etapa, Hulk forma tándem con Hulka en una aventura que tiene un poco de todo. Desde una batalla en el espacio orbital terrestre, hasta viajes en el tiempo a diferentes épocas en busca del resto de los Vengadores. La trama daba para un desarrollo más extenso en páginas, pero aun y así la aventura es tremendamente entretenida.

El episodio con el que cierra el tomo tiene trazas de punto de inflexión. En la primera parte de éste, Bruce dicta sus memorias, cosa que sirve de excusa para dar un repaso a toda la vida del científico desde el accidente gamma. La segunda mitad enfrenta a Hulk con uno de sus clásicos adversarios, Zzzax, al mismo tiempo que la factoría Stark está construyendo un complejo para que Banner desarrolle sus estudios científicos.

Bruce parece vivir ahora una situación cómoda tras haber sabido encontrar el equilibrio en su nueva realidad como superhéroe, pero el alejamiento de Betty y de Rick, este último al no sentirse ya útil, evitan que la fiesta sea completa.

De lo que podemos estar seguros es de que la tranquilidad no va a durar, pero eso lo veremos en la próxima entrega.

Conclusión.

El comienzo de una nueva era para Hulk en un tomo infaltable en la trayectoria del personaje.

Pese al inicio irregular, el trabajo de Bill Mantlo, ilustrado y narrado por Sal Buscema, no puede ser calificado más que de imprescindible.

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rockomic

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on “Reseñas: Hulk: Marvel Héroes 3: «Perdonado» (1981-1983)
15 Comments on “Reseñas: Hulk: Marvel Héroes 3: «Perdonado» (1981-1983)
  1. No sé si imprescindible pero desde luego sí es una de las etapas del gigante esmeralda a recordar por extensión y relevancia. Y es recordada con mucho cariño, especialmente en nuestro país.

  2. Los de la Generación Forum suelen recordar especialmente números como el de los U-Foes (ese reverso oscuro de lid 4F) o el del desfile de Hulk tras el perdón presidencial (algo llamado a tener una vida corta, claro, porque esto de los superhéroes suele estar condicionado por un eterno retorno) pese a que sí, era un número artísticamente discretito. En cuanto a Sal Buscema: qué decir? Uno de los dibujantes más vinculados a Hulk (aquí y en Defensores) y que además mejor lo dibujaron. … Cómics de lis que no cansan. Un saludo, Rockomic, y a todos TODOS. Salud y cómics.

    • Hay algo de paja aquí y allá en la colección, pero por lo general, desde su debut hasta la marcha de Peter David (aunque cuando Onslaught «secuestra» a Banner volviendo a dejar a un Hulk sin mente la colección flojea mucho y ya solo se recupera brevemente para la despedida de Betty) la vida editorial del verdoso se disfruta mucho. A partir de allí ya no tanto, pero hay momentos reseñables como a continuación la segunda etapa de John Byrne (ya como guionista) o mucho más recientemente la de Al Ewing.

  3. Buen artículo, que me ha recordado esos cómics que me encantaron cuando los leí con Forum. Una gran etapa con un dibujo sensacional de Sal Buscema, con entintado suyo buena parte de los números y que me encantaba.
    Yo no opino como tú, y pienso que Joe Sinnot, que es genial, en esta serie que se muestra la brutalidad de La Masa tan estupendamente por Buscema con sus propias tintas, quedan muy suavizadas y embellecidas por Sinnot, que lo hace tan bien, que pierde ese rasgo tan característico de Buscema. Esa rabia en los rostros, tan alucinante para mí, se pierde un poco.
    Me pasó lo mismo con Rom, los primeros números me maravillaron gracias a que Sal se entintó a sí mismo, con ese terror producido por los fantasmas espaciales tan marcados en las caras de los protagonistas. Entró Sinnot y ya no era lo mismo.
    La verdad es que en mi opinión, ningún entintador le hacía justicia al bueno de Sal, salvo él mismo.
    Y las historias de Mantlo no sé qué tenían, pero me atrapaban completamente. El cambio a un «Hulk inteligente» fue muy impactante, y las historias que siguieron detrás, muy buenas. La verdad es que fue una de mis colecciones favoritas hasta que tristemente ambos dejaron la colección. Siempre tuve la esperanza que algún día volvería Buscema a La Masa, pero no tuve esa suerte.
    Gracias por traernos a la memoria estos memorables números, Rockomic.

    • Muy bien dicho Tocolosco. A gente que conozco que leyó la etapa de Mantlo del gigante esmeralda en su niñez y alguno con memoria prodigiosa (ya que tiro para notario) no me vale la excusa que comentan algunos detractores como la pura nostalgia, aun cuando hablas de comics y se comenta esa etapa se le iluminan los ojos de pura alegría.

    • No sé, entiendo lo que dices de la fuerza del entintado del propio Sal Buscema, pero algunas figuras le quedan poco estéticas.
      Supongo que es algo parecido a cuando Trimpe se entintaba a sí mismo, que era poco estético, pero en ese caso sí que me gusta la fuerza que le imprimía a sus dibujos.

  4. Los Supersoldados Soviéticos/Guardia de Invierno, Los Rangers, los U-Foes, los Hulk-Hunters, el Capitán Universo, el desfile del «perdón», Bereet, Rick Jones, Doc Samson, El Líder, Hulka,…🥲

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