Reseñas. Iron Man: Omnigold 1: «Nace Iron Man» (1963-1965)

Iron Man nace de una idea de Stan Lee y el consiguiente diseño de Jack Kirby. Sin embargo, sus aventuras empiezan siendo dibujadas por Don Heck. Por lo que respecta a la parte escrita, Stan Lee se encarga del argumento, por lo tanto, de la idea principal, pero el guion corre a cargo de su hermano Larry Lieber.

El primer número, aparecido en el título genérico Tales of Suspense, explica el origen del superhéroe.

Personalmente siempre me ha gustado. Me parece buena idea que suceda en un ambiente bélico, que Tony Stark sea un fabricante de armas, y sobretodo lo relativo a la metralla en su corazón y el dispositivo en el pecho para que no avance.

El diseño robótico del primer Iron Man es feo de narices, pero hay que reconocer que es más verosímil que la sofisticada armadura clásica, dadas las circunstancias en que fue creado.

El baile de dibujantes y guionistas en estos primeros números es de aúpa. Tras el número inicial se van alternando Kirby y Heck durante un buen tramo de la colección. Y por lo que respecta al guión, en el segundo número aterriza Robert Bernstein y se queda más o menos fijo, siempre tras Stan Lee como argumentista. Siempre en historias cortas de 13 páginas.

Son números muy prescindibles donde no se salvan ni los villanos. Diría que no hay ninguno merezca una mísera mención. En todo caso un tal Dr. Extraño, pero sólo por su nombre. Sorprendentemente el número en que aparece salió dos meses antes que el del nacimiento del legítimo, el superhéroe, nuestro Doctor Extraño. Me imagino que a Stan Lee no le gustaría el villano, pero sí su nombre, así que lo aprovechó para otro personaje infinitamente más interesante.

Lo único remarcable, como atributo de la personalidad del protagonista a perdurar, es la condición de playboy de Tony Stark. Y que, ya en el segundo número, Stark pensó que su armadura necesitaba una mano de pintura dorada, y de paso también lucir minifalda. Por lo menos eso es lo que aparenta vestir nuestro mecanizado héroe.

También me gustaría destacar el apartado gráfico del número del Inframundo de Kala. Kirby hace muy buen trabajo de narrativa y diseños del Inframundo. Y además el entintado de Don Heck le sienta muy bien a las figuras humanas. Eso sí, el número es malo de solemnidad, lo que no quita que te mees de risa ante las ilimitadas posibilidades que ofrece la armadura del héroe. Lo de los espejitos y lo de las tenazas ya son el acabose. Todo transistorizado, faltaría más.

Se presentan Happy y Pepper.

No es hasta la llegada de la primera historieta especial de 18 páginas que tenemos algún hecho importante: la presentación de los secundarios por antonomasia del vengador dorado, Pepper Potts y Happy Hogan.

Los diálogos pasan a ser algo más adultos, aunque sea de manera transitoria, y Don Heck se esmera en dar lo mejor de sí mismo.

Happy y Pepper son personajes bien ideados y con muchas posibilidades. Hogan, que ejerce de guardaespaldas y chófer de Tony, es un tipo duro y cabezota pero bonachón, mientras que la secretaria Pepper Potts no parece la habitual belleza sosainas con papel de fémina funcional.

A continuación, aparece el primer villano importante: la Dínamo Carmesí.

El tándem Lee-Ditko y la armadura clásica.

El equipo responsable de Spiderman y Doctor Extraño se pasea brevemente por la colección del latas, contribuyendo en un hecho muy trascendental para nuestro héroe.

Tras la presentación de un villano aceptable como es el Fundidor, Ditko es el encargado de diseñar la armadura clásica, la dorada y roja, aunque en una primera versión primitiva.

Pero quitando tal acontecimiento no hay nada más que celebrar. El número es malo de solemnidad, sólo superado en inmundicia por su sucesor, con la Patrulla-X de infortunada invitada.

De los tres números que realiza Steve Ditko sólo el del Fundidor es medio salvable. Que, por cierto, nadie diría que es obra de Ditko, ya que el entintado de Don Heck tapa totalmente su dibujo.

Desde luego, hasta el momento Stan Lee no parece demasiado aplicado a la hora de contar las andanzas del héroe de metal.

Empieza el desfile de personajes básicos.

Con la vuelta de Don Heck a los lápices, esta vez para quedarse, llega uno de los momentos clave en la historia del latas, la presentación de su archienemigo, el Mandarín. Uno de los pocos sujetos de la recurrente amenaza comunista que acabaron perdurando más allá de estos primeros años de la era Marvel.

El villano en estos inicios hay que reconocer que es poco más que un fantoche, seguramente gracias al bajo nivel de los números en los que aparece y, por extensión, de la colección en estos primeros años.

No mucho más allá tenemos la primera aparición de la Viuda Negra, inicialmente como villana y enfundada en su primerizo disfraz de femme fatale.

Y no menos importantes son las primeras intervenciones en el Universo Marvel de Ojo de Halcón. El arquero todavía no es el superhéroe que será, pero tampoco exactamente un villano.

Los tres personajes van repartiéndose el protagonismo por el lado antagónico en un buen tramo de la colección. En el caso de la Viuda Negra y Ojo de Halcón siempre formando equipo. En realidad, el arquero hace el papel de pelele atontado por la seductora Viuda.

Por desgracia los personajes bien ideados y con futuro no tienen por qué ser fruto de unos buenos guiones. Efectivamente, estamos ante una sucesión de tebeos flojos, siendo generosos.

El triángulo amoroso entre los tres protagonistas acaba dando demasiadas vueltas sobre lo mismo. Se nota que no hay un plan claro y se opta demasiado por la improvisación.

Por no hablar de las motivaciones de los villanos, que son de lo más pueril.

Por destacar algo, está el buen trabajo de Don Heck en las figuras humanas. Especialmente en las mujeres, que cuando se entinta a sí mismo es capaz de lucirlas bastante guapas. Pero eso cuando se esfuerza, que por desgracia ocurre esporádicamente. El insuficiente empeño se nota especialmente en las escenas de acción, a menudo anatómicamente desfiguradas.

Y también el pequeño aliciente que resultan los retoques que vamos observando en el diseño de la armadura, hasta culminar en el modelo definitivo.

Un halo de esperanza.

La colección, muy plana hasta el momento, estaba pidiendo a gritos algún giro argumental.

Tony Stark se ve impedido a sacarse la armadura por temor a un fallo cardíaco, por lo que no puede aparecer en público y el propio Iron Man es acusado de secuestro.

Aunque ligero, por lo menos es un avance de guión, parece seguirse un rumbo que da pie a algo de dramatismo y a que los personajes evidencien que tienen algo en la cabeza. Los diálogos parecen ser tomados más en serio, al fin, y Don Heck quizás hace sus mejores números, ayudado por las tintas de Dick Ayers y Mike Esposito.

El número del origen del Mandarín no está nada mal. Y luego está el regreso de la Viuda Negra, medio-reformada y con nuevo uniforme, además de rendida a los brazos de Ojo de Halcón. Y el arco del Hombre de Titanio no está mal.

Un puñado de números que, sin pasar de lo regular, al menos poseen cierto encanto.

Aunque se vuelva a las andadas en los dos números de Nefaria, que parecen hechos con total desgana. Sorprendentemente el villano cambia de personalidad de un número a otro sin ninguna explicación.

En el segundo tomo sabremos si los aires de mejora van a más o seguimos anclados en la absoluta mediocridad.

En resumen, un tomo realmente flojo. Tiene un buen origen y un pequeño tramo aceptable, pero por desgracia demasiados números desacomplejadamente malos.

Enlace a la ficha:

 

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rockomic

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on “Reseñas. Iron Man: Omnigold 1: «Nace Iron Man» (1963-1965)
8 Comments on “Reseñas. Iron Man: Omnigold 1: «Nace Iron Man» (1963-1965)
  1. Material más bien flojo, incluso los debuts y siguientes apariciones del Fundidor, Mandarín, Viuda y Ojo de Halcón, que son de lo poquísimo a destacar (y las intervenciones de Kirby, Ditko y Ayers, que tampoco están entre lo destacable de sus carreras ni en esa específica etapa… también me quedo con el «mundo perdido» subterráneo de Kaká, tan Burroughsiano). Ditko volvería a dibujar tardía y efímeramente a Iron Man en un breve revival en B/N de los Tales (ambientada la cosa en aquellos primeros días de Tony, Pepper y Happy)…nada destacable tampoco.

  2. Ah, «Robert Berns» (Robert Bernstein) aparte de esto del primer Iron Man de Tales of Suspense también lo tuvimos escribiendo brevemente a Namor, Nick Fury y Thor…y en la Distinguida Competencia alguna cosilla de Supes y Bats. También alguna mínima contribución suya hubo a los EC Comics.

  3. En IRON MAN la cosa se empezó a poner bien cuando GEORGE TUSKA lo dibujaba, sin ser un CRACK, y reconociendo su dibujo algo mas brusco que los demás, imprimía energia a los mismos y ya en el vol2 de Vertice te encuentrras sus mejores obras, antes de la llegada de ROMITA y LAYTON.

    .- Esperemos que para aquella época de TUSKA no nos hagan esperar demasiado….

  4. Yo también prefiero a Colan sobre Tuska, aún en Iron Man. Pero la serie seguiría sin subir gran cosa en guiones. En ese apartado para mí apenas tiene interés hasta la llegada de Mantlo (y tampoco este dio lo mejor de sí…y me gusta mucho Mantlo). Claro que no me va mucho Iron Man. Pero las etapas de Michelinie y Layton y las de Byrne están francamente bien.

  5. Así y todo, sus comic-books de Iron Man y sus contribuciones a las comic-strips de Buck Rogers y de Scorchy Smith deben ser los trabajos más célebres de George Tuska. Bueno, creo recordar que también algo hizo en las comic-strips de Superman.

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