Reseñas: Los Invasores: Marvel Limited Edition 1: «¡Muy Bien, Eje…Allá Vamos!» (1975-1978)

Los años 70 fueron los de mayor diversificación para el Universo Marvel, los de la extensión de su catálogo hacia personajes de todo tipo de géneros.

Una de las cosas que le faltaba por probar a la editorial era crear una colección situada temporalmente en el pasado de su propio Universo, en los años de la Timely.

Roy Thomas, impulsor durante los setenta de muchas de las series de corte distinto al superheroico, fue el encargado de dar forma a la nueva colección ambientada en los primeros años 40, en plena Segunda Guerra Mundial. Para ello, decidió crear un supergrupo formado por los principales superhéroes de aquella época: Namor, el Capitán América, la Antorcha Humana original y los jóvenes compañeros de estos dos últimos, Bucky y Toro.

Para el apartado gráfico, Thomas decidió reclutar a uno de los dibujantes más peculiares de la casa por aquel entonces: Frank Robbins. Tan alejado es el estilo de Robbins, que ni siquiera se le puede considerar un dibujante de género superheroico. Lo suyo son las viejas tiras de prensa de género bélico, como su famosa creación, Johnny Hazard, un astro de la aviación del cuerpo aéreo del ejército de los EEUU.

Pero como la serie de los Invasores es la mezcla perfecta entre género superheroico y bélico, la elección de Robbins, de entrada, no parece desacertada.

La lástima está en el entintador, Vince Colletta, habitualmente una mala elección para finalizar los lápices de cualquier buen dibujante.

El proyecto sugiere ciertas dudas por parte de la editorial cuando comprobamos que no dio comienzo directamente en su serie regular sino en un Giant-Size. De hecho, la idea era lanzar un segundo Giant-Size, pero finalmente éste fue dividido en dos comic-books de 20 páginas que se convirtieron en los dos primeros números de la colección de los Invasores.

Precisamente, el citado Giant-Size, que lógicamente inaugura el tomo, es la perfecta sinopsis de lo que será la colección.

Thomas y Robbins nos van introduciendo a los superhéroes protagonistas por capítulos, tomando el combate contra los nazis como pretexto. Y finalmente se enfrentan al supervillano de turno al servicio del Eje. En el caso que nos ocupa, un equivalente nazi al Capitán América bautizado como el Hombre Supremo.

Algo así como un What If sobre la Segunda Guerra Mundial, pero con súper tipos al servicio de ambos bandos.

Uno de los varios alicientes de la colección está en las referencias a hechos históricos, caso del bombardeo de Pearl Harbor, o las apariciones de los principales protagonistas de aquella crisis bélica. Más allá del infaltable Hitler, el propio Winston Churchill adquiere un importante rol en este inicio de colección, hasta el punto de tener un papel fundamental en la formación de los Invasores. De hecho, buena parte de los escenarios transcurren en Gran Bretaña, quizás en un intento de seducir a los aficionados de habla inglesa del otro lado del charco.

En definitiva, mucha acción y un trabajo narrativo que es puro nervio, como no podía ser de otra forma tratándose de Frank Robbins. La diversión está asegurada.

El título mensual da comienzo con una emblemática batalla aérea, donde Frank Robbins se siente como pez en el agua y resulta inevitable acordarse de su gran creación, Johnny Hazard. Una batalla aérea en la que Namor y las dos Antorchas no necesitan pilotar ningún caza por razones obvias.

A partir de aquí, Thomas organiza una trama tan descabellada como simpática, sobre un robot con cerebro humano, bautizado como el Absorbedor de Cerebros y unos supuestos Dioses estelares.

La ida de olla es importante y la historia es de lo más ingenua, pero trasladado a un cómic de los 40 ya sería esto. Divertida, es, desde luego.

En lo relativo al desarrollo de los personajes y su interacción, hay que tener en cuenta que Bucky y Toro son críos, por lo que las riñas de patio de colegio están a la orden del día. Los caracteres fuertes de Namor y la Antorcha tampoco ayudan a calmar las aguas, mientras que el Capi representa la voz del juicio y la moderación.

Luego, algunos comentarios patrióticos quedan un poco desfasados en un cómic de los setenta, pero poniéndolos en contexto en la época en que está ambientada la colección, son perfectamente válidos.

El papel que juega Namor es quizás el que menos encajaría en el grupo, dado su carácter insociable y su habitual odio hacia los seres de la superficie. Con que los labios del atlante recuerden tal idiosincrasia de vez en cuando, creo que es suficiente.

Más inverosímil resulta ver al propio Namor chapurreando el alemán, pero el tono desenfadado y dicharachero de los guiones parece dar cabida a todo.

También hay cabida para el humor, principalmente en el tratamiento dado a los nazis, retratados como palurdos sin cerebro en un claro pitorreo a la supuesta raza superior.

La amiga terrestre de Namor, Betty Dean, se une puntualmente al reparto en una nueva contienda, en esta ocasión bajo los mares. Thomas aprovecha para crear un interesante supervillano acuático al servicio del Eje. Se trata del Hombre-U, un poderoso atlante que dará más guerra en el futuro.

El siguiente paso viene en forma de crossover con una colección que no lo es. El título genérico Marvel Premiere, por aquellos tiempos era un contenedor de personajes a prueba, en raciones de apenas uno o dos números.

El caso es que Thomas decidió inventarse un segundo grupo de superhéroes de la época englobando personajes de segunda fila de la Timely, la Legión de la Libertad, como coprotagonistas de un arco de cuatro números. Pero dos de los números no se publicaron en la serie de los Invasores sino en Marvel Premiere, con la Legión de la Libertad como nombre de cabecera.

Un digno Don Heck dibuja los dos números correspondientes a la Legión de la Libertad, mientras que Frank Robbins se encarga tan sólo de uno de los números de los Invasores, siendo Rich Buckler el dibujante invitado en el restante.

Pese a la heterogeneidad del apartado gráfico, la saga es de lo más entretenida. El Cráneo Rojo es el villano detrás de la trama, mientras que Bucky adquiere aquí su mayor protagonismo. La intención está en reivindicar la valía del joven compañero del Capitán América, en clara desventaja frente al resto al no contar con ningún tipo de superpoder.

La Legión de la Libertad, por su parte, está formada por seis piezas. El Patriota, Miss América, el Zumbador, Cuervo Rojo, el Hombre Delgado, Jack Frost y Diamante Azul, algunos de ellos ya reintroducidos en el UM en tiempo presente en series como los Vengadores o la Patrulla-X.

Entrando en el argumento, los tres Invasores adultos quedan sometidos al control mental del Cráneo, cosa que provoca las recurrentes luchas entre ambos grupos. Todo muy normal hasta que nos encontramos con el momento disparatado de turno. El Cráneo Rojo reta al nuevo grupo a enfrentarse a los tres Invasores que mantiene bajo control ¡en el Yankee Stadium! Total, que ya tenemos a ambos grupos-equipos distribuidos por el campo cual partido de fútbol y con las gradas a reventar de público. Los nueve participantes a porrazo limpio por tierra y aire, pero eso sí, sin salirse de los límites del terreno de juego. Todo muy absurdo pero imposible que no te arranque una sonrisa.

La siguiente saga creo que sube enteros en cuanto a relevancia y buena factura.

Primero de todo, porque la alineación de los Invasores sufre la primera nueva incorporación. De entrada, un veterano héroe británico de la Primera Guerra Mundial, bajo la identidad superheroica de Union Jack, se une transitoriamente al grupo, siendo sustituido al poco por su hija Jacqueline Falsworth, que adopta la identidad Spitfire. Jacqueline adquiere poderes de supervelocidad tras una transfusión de sangre del androide flamígero de los Invasores, la Antorcha Humana. Un origen metido con calzador, ciertamente y sí, sus poderes no es que sean el don de la originalidad.

En lo que respecta al acabado, es también importante el cambio en el equipo artístico, concretamente en la figura del entintador. Frank Springer sustituye a Vince Colletta, notándose una sustancial mejora desde la primera viñeta.

El arco también supone la presentación del Barón Sangre, un vampiro pijamero colaborador del Eje. El Barón Sangre no es el único coqueteo con el género de terror de la presente saga. En el número final los autores recuperan la leyenda del Golem, el ídolo de barro.

Vale decir que en uno de los números viene insertada la reedición de una vieja historia del Capitán América de los 40, en la que se enfrenta a un tipo llamado el Segador.

Lo cierto es que la saga está muy bien equilibrada, conteniendo ingredientes de intriga, política, terror y hasta romance. La tímida Antorcha se enamora de Jacqueline desde el primer contacto, al tiempo que se muere de celos cada vez que la mujer se acerca al Capi.

En definitiva, un ameno arco en el que Frank Robbins aporta la adrenalina. Es imposible quedarse dormido con el movimiento que transmiten sus viñetas.

Una nueva línea argumental nos presenta a los Cruzados, otro grupo de superhéroes, en este caso británico. Se trata de unos pobres diablos que reciben el cargo de representar la Guardia del Rey, hasta que descubren que habían sido manipulados por los nazis con el fin de cometer un atentado contra el monarca británico. En todo caso, un thriller político bastante emocionante. De los Cruzados nos quedamos con un nombre: Dinamita. Un diminuto superhéroe de quien conoceremos más en lo que resta de tomo.

Llegamos al turno del primer anual de los Invasores, un número muy especial y entrañable, producto de la nostalgia de un fan de los cómics llamado Roy Thomas.

La colección entra de lleno en el espionaje cuando los Invasores van al encuentro secreto de unos enlaces con los mandos aliados. De esta forma, los Invasores pasan oficialmente a ser un equipo al servicio de la estrategia militar aliada.

Pero lo que hace a este cómic muy especial es su disperesa estructura argumental al servicio del fan hardcore.

Los tres Invasores adultos deben capturar a tres espías nazis a los que ya se habían enfrentado en sus antiguas colecciones de los años cuarenta. Para ello, Thomas inserta tres pequeños relatos protagonizados por la Antorcha, el Capi y Namor, cuyo arte gráfico va a cargo de tres dibujantes de la era Timely. Artistas que en algún momento se habían ocupado de alguno de los tres personajes, ya sea como historietistas o como portadistas. Los nombres que Thomas logró reclutar son los de Alex Schomburg, Don Rico y Lee Elias. De modo que estamos ante un bonito homenaje a toda una época, a unas historietas que marcarían para siempre a un crío llamado Roy Thomas.

Otra cosa es el resultado gráfico obtenido en los tres relatos, a cuál más horroroso, todo hay que decirlo.

Pero no terminan aquí los homenajes. Al final de cada relato individual, cada uno de los tres protagonistas se desvanecen para sorpresa de todos. La respuesta al misterio la obtenemos en la parte final del anual, cuando comprobamos como el trío aparece delante de tres Vengadores. Concretamente, la Visión, Chaqueta Amarilla y Pantera Negra. La situación no es otra que la relatada en el lejano número 71 de los Vengadores, donde el Gran Maestro organizaba una partida de ajedrez galáctica. En aquella historia, los tres integrantes de los Invasores eran trasladados desde el pasado para competir en el juego. Así qué, lo que hace Thomas es volver a contarnos aquel combate, pero esta vez desde el punto de vista de los Invasores y redibujado por Frank Robbins.

Realmente peculiar, este anual, pero su valor cualitativo no creo que vaya mucho más allá de la curiosidad.

Volvemos al título regular con una extensa saga llena de sorpresas.

El primer número corre a cargo de Jim Mooney como dibujante invitado. El resto, por supuesto, son tarea para Frank Robbins.

De entrada, finalmente Adolf Hitler toma total protagonismo como el gran y despreciable villano.

Además de recuperar al Hombre Supremo, vemos nacer a su equivalente femenino, la Mujer Guerrero, también producto de la fórmula del supersoldado. Precisamente, esta pareja de súper tipos al servicio del führer, aportan la cuota más cómica, o por lo menos más ridícula y burlesca. La ocurrencia de Hitler está en unir en matrimonio a sus dos supersoldados con el fin de procrear una nueva y más poderosa raza aria. Lo gracioso del asunto es ver al Hombre Supremo comportarse como un tortolito mientras que la Mujer Guerrero, con su imagen de dominatrix vestida de cuero, pasa de unirse al tontaina de su compañero.

Pero nada comparable al disparate de turno, que se entiende bajo el propósito de ridiculizar a los nazis. Hitler dice que no hay tu tía, que el matrimonio se va a celebrar sí o sí. En esas, que al führer le entran las prisas y no se le ocurre otra cosa que organizar la ceremonia allí mismo, en medio del combate contra los Invasores. Como si el «sí quiero» garantizara la descendencia ipso facto. Puro pitorreo, que el estilo caricaturesco de Frank Robbins no hace más que multiplicar.

Otra de las sorpresas está en el debut de varios superhéroes británicos, nuevos y no tan nuevos. Me explico, porque el cúmulo de cambios de chaqueta es un poco lioso.

El primero en aparecer es un pintoresco pijamero apodado el Destructor. El tipo resulta ser Brian Falsworth, el hijo perdido de Lord Falsworth, antiguo Union Jack. La cuestión es que, a las primeras de cambio, el joven sustituye su uniforme por el de Union Jack y entra en batalla al codo a codo con su hermana Jacqueline y los Invasores. Pero luego está el diminuto Dinamita, que resulta ser el mejor amigo de Brian. Así que, tras recuperar su tamaño, hace suyo el uniforme del Destructor descartado por su amigo y se larga a hacer carrera en solitario.

Creo que en este caso estamos ante un ciclo argumental un tanto caótico. Quizás también se acumulan las peleas una tras otra sin lugar para el respiro. Pero también ofrece suficientes alicientes para resultar entretenido.

De nuevo Jim Mooney, se ocupa del dibujo de un solitario número que sirve de transición. Toro ha quedado gravemente herido tras la última batalla, así que la Antorcha cuenta la verdadera historia sobre el origen de su joven compañero, que resulta ser un mutante.

Los altos mandos encargan a los Invasores una nueva misión, esta vez en Egipto. Misión a la que no acuden Bucky y Toro, pero sí Spitfire y el nuevo Union Jack, que pasa a ser un Invasor más. Creo que la intención de Thomas de sacarse de encima a los dos adolescentes y sustituirlos por los dos hermanos ingleses empieza a ser evidente.

El Escarabajo Escarlata es el oponente al que se enfrenta el grupo en esta ocasión. Un firme defensor de la independencia de su país frente al imperialismo británico. Odia al bando aliado hasta el extremo de prestar ayuda a los nazis para derrotarlos.

No faltan algunas ingenuidades, pero se trata de otro buen arco.

La línea argumental con la que concluye el tomo sigue en la misma línea satisfactoria.

El ingrediente añadido, en esta ocasión, viene en forma de proclama antimilitar y antiracista, poniendo el foco en el propio ejército de los Estados Unidos. Una evidente denuncia a los centros de reubicación californianos para japoneses. Unos campos de concentración, en realidad, cuyo único filtro de reclusión fue la etnia a la que pertenecían, independientemente de si eran ciudadanos con nacionalidad norteamericana o no.

En cuanto al hilo argumental, Bucky vuelve a obtener mayor protagonismo. El joven necesita contactar con el Doctor Sabuki, un cirujano japonés, el único capaz de salvar la vida de su amigo Toro, pero el Agente Eje se interpone.

Lo más relevante está en el nacimiento de un nuevo supergrupo, los Comandos Juveniles, un grupo multiracial y formado por adolescentes, entre ellos los dos jóvenes integrantes de los Invasores. Sin duda, una forma de dar puerta a Bucky y a Toro, por lo menos durante una temporada. Los otros dos componentes son un chaval negro que pasaba por allí y la hija del Doctor Sabuki, que obtienen superpoderes y adoptan las identidades de la Peonza Humana y la Chica Dorada, respectivamente.

El colofón más alegre y de sobremesa para el arco que cierra el tomo. Y también el final para la labor de Frank Robbins, que abandona el título tras esta aventura.

Conclusión.

Sin duda, uno de los tomos que mantiene un nivel de calidad más uniforme hasta el momento. El hecho de contar con el mismo equipo creativo durante toda su extensión, quitando unos pocos dibujantes invitados, ayuda a mantener una línea regular. Además, Roy Thomas creo que tiene claro hacia donde ir, mientras que Frank Robbins quizás no sea para todos los públicos, pero sin el dinamismo que aporta su narrativa está colección no sería lo mismo.

Desde mi punto de vista, diversión asegurada en un volumen recomendable.

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rockomic

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on “Reseñas: Los Invasores: Marvel Limited Edition 1: «¡Muy Bien, Eje…Allá Vamos!» (1975-1978)
43 Comments on “Reseñas: Los Invasores: Marvel Limited Edition 1: «¡Muy Bien, Eje…Allá Vamos!» (1975-1978)
  1. Un tomazo que representa a los Clásicos Marvel perfectamente. Acción, aventuras, interacción entre grupos, personajes nuevos y clásicos … Resulta dificil ser objetivo ya que en su momento los Invasores me encantaron y te hacían revivir los principios de las aventuras Marvel.
    Me encantó la presentación de la Legión de la Libertad y el poder difrutar de aventuras entre Namor y la Antorcha Humana original. Un tomo muy entretenido y lleno de sorpresas que en su momento no dejó a nadie indiferente.

    • Frank Robbins seguía todavía realizando la clásica tira de prensa de Johnny Hazard (con el atractivo aviador aventurero canoso seductor reconvertido ya en espía), pero se prestó a redoblar esfuerzos y ocuparse de esta serie y de diversos fill-ins y encargos menores para reunir los fondos extras que necesitaba para su planeado retiro mexicano (con la intención de pasarse sus últimos años pintando cómodamente sin preocupaciones).

  2. El Hombre Supremo venía a ser como la versión marvelita del Capitán Nazi (viejo villano de la Fawcett asimilado por DC), responsable de la cojera de Freddy Freeman (el Capitán Marvel Jr, súperhéroe favorito de Elvis Presley) y el asesinato del anciano abuelo de este, a los que había dado una paliza con un remo tras encontrarse los pescando plácidamente (por si quedaban dudas de que los nazis eran mala gente).

  3. Lo de la Legión de la Libertad (otro supergrupo retrocontinuista, como los propios Invasores o el supergrupo de la Primera Guerra Mundial de Union Jack y Águila Fantasma) simpático y digno …y sí, como dice el buen Rockomic: divertido. En el nuevo grupo acaban encontrando su hueco los otros dos miembros de la Escuadra de Vencedores (All-Winners Squad, el auténtico breve supergrupo Timely de la Segunda Guerra Mundial que fue el histórico precedente de estos Invasores) de los que Thomas se había «olvidado» al reunir a los Invasores: Zumbador y Miss América (no confundir con la de DC …u otras) y otros héroes de la época (luego, en la continuidad marvelita se haría el apaño de que la Escuadra de Vencedores se formó tras la guerra, disueltos ya los Invasores y la Legión de la Libertad), más algún añadido.

  4. El Espíritu del 76 no es un personaje Timely sino una creación de Thomas (que fusila sin rubor al Battling Yank de los cuarenta, algo que hará repetidamente con otros personajes de los cuarenta de otras compañías en sus cómics ambientados en esos años) para la serie. Algo parecido pasa con Union Jack, suerte de versión británica del Capitán América (que nos vende como un personaje veterano).

    • También, retrocontinuidad mediante, nos coloca que El Espíritu del 76 y El Patriota (que sí era un veterano de la Era Timely) fueron los sustitutos de Steve Rogers como Capitán América en los cuarenta (esto al principio era meramente el contenido de un What If, pero pasó a ser pronto canon), antes de que un fan con sus facultades seriamente mermados (y probablemente ya antes de ingerir la versión defectuosa del suero del supersoldado) lo sustituyese (incluso como Steve Rogers, cirugía estética mediante, prueba de su obsesión y de lo perturbado que estaba) en los cincuenta (como ya se nos había contado antes).

  5. El hijo de lord Crichton y su novio (Thomas solo se atreve a presentarlos como «amigos íntimos»), disidentes pacifistas que cometen el error de irse al continente buscando el acercamiento entre bloques (para acabar raptados por los nazis), una de las primeras parejas gays del Universo Marvel (otra ya fue mencionada en el Pantera Negra de Don McGregor), acaban convertidos en el segundo Union Jack (que incluso consigue brevemente poderes eléctricos menores tras el encontronazo con Thor) y el segundo Destructor (al principio el único en continuidad, luego, tras teorizar que la identidad del original fuese tan solo un alias, se explicó que el original, que ya actuaba tras las líneas enemigas, compartió su identidad disfrazada con el nuevo para confundir todavía más a los nazis).

      • Y no olvidemos (ay, cuanto sufrimiento de los noventa para acá!) que la nueva Baronesa Sangre vampirizó a Kenny Crichton (sí, esta vez sí está bien el apellido), el anémico hijo de Jaqueline Falsworth/Crichton (auténtico culebrón, no olvidemos que el Barón Sangre original era el tío de Jaquie, que no faltaban los nazis tampoco en la aristocracia británica) para hacerse con el Grial (la rejuvenecida Jaqueline, por cierto, se liaría con el proletario mejor amigo de su hijo, el tercer Union Jack, relación que tampoco acabaría bien, pero no tan dramáticamente al menos).

  6. El Destructor original (no Brian Falsworth, claro) había sido una de las primeras creaciones de Stan Lee. Podemos considerar a Brian brevemente el segundo y a Roger el tercero. Roger y Brian no serían felices y comerían perdices. Tras la guerra , Brian moriría en un accidente de tráfico …y un amargado Roger dirigiría durante décadas una organización secreta con otros veteranos.

  7. Al Hombre Supremo y a la Mujer Guerrera los recuperaría Byrne en los noventa (en su Namor), como a Puño de Hierro y a Jim Hammond, la Antorcha Humana original (miembro de sus Vengadores Costa Oeste, en los que se montaría su versión de la saga de Fénix Oscura con Wanda y Magneto sustituyendo a Jean y Mente Maestra …y con Mercurio como voz de la razón? Sí, alucinante …a saga de la Bruja Escarlata Oscura? Apretándole las bolas a Simon, ejem … también podía considerarse a la historia la segunda parte de una hipotética saga de «Wanda está loca loca loca», de la que el primer capítulo sería lo de las noches de Wundagore, ya con Byrne al dibujo, y probablemente metiendo ya algo de mano en la trama, y el tercero el Vengadores Desunidos de Bendis…el cuarto House of M, claro)

  8. Bucky y Toro tuvieron su propio grupo (bastante popular además) en los cuarenta (nada que ver con lo que se nos presenta en esta serie): Young Allies. Hacían equipo con otros tres chicos (normales), uno afroamericano (pero representado de forma cómica …eran otros tiempos), luego identificados con los tres cuerpos de las fuerzas armadas. En tiempos más modernos, eso de los niños combatiendo (aunque hubo menores alistados en todos los bandos, incluso en las naciones que supuestamente no lo permitían) se veía más feo, así que Brubaker y otros guionistas ampliaron la edad de Bucky, Namor y sus compis para que fuesen casi adultos cuando se alistaron (y no preadolescentes).

  9. La verdad, la mayoría de las historias de este tomo (pese a ser algunas bastante ingenuas ya en su época) todavía se releen bastante a gusto hoy día.

  10. Maravilla de tomo de los mejores que uno pueda tener del formato MLE
    Si ahora se hiciera de nuevo los guiones el enemigo número uno no sería hitler ,si no un ruso que todos sabemos.

    Los leí con 15 años y la verdad me encantaron ,hacían muy buena combinación la antorcha original y NAMOR.
    No entenderé por qué MARVEL le dio por hacer de NAMOR, un tío egocéntrico y malhumorado , .
    Con lo bien que se veía en esta época codo con codo con el CAPITÁN AMERICA.
    A mi THOMAS aqui me gusta bastante para la época que se hicieron los guiones
    hoy en día están desfasados , pero aún asin se pueden leer .

    Sobre todo me gustaba que mezclaban los veteranos»NAMOR y CAPITAN AMERICA con los críos BUCKIE y TORO.

    Lo dicho un magnífico tomo que les encantará a los muy clásicos y nostálgicos a las nuevas generaciones creo que les sonara a añejo y anticuado.

    ROCKOMIC muy buen resumen de todo coincido en el 80 por ciento de todo lo que comentas ✌😂😂😂

    Buena reseña

    • Namor siempre fue un tipo volátil y fácilmente irritable, ja. Pero molaba al lado del Capi y la Antorcha. Y los choques Namor-Antorcha quedaban bien.

  11. Gracias, amigos! Es un placer por mi parte, ya lo sabéis. 🤗
    Suso, menudo nivelazo. Te sabes la vida y milagros de todos los personajes de esta colección. 👏

    • Diamante Azul acabó abducido y con novia alienígena (y se le vio por Quasar, secuestrado por cierto alien solitario con historial de raptar terrestres).

  12. Jack Frost, tras la guerra se pasaría décadas atrapado dentro de una especie de serpiente de hielo gigante (más fantasioso que lo del Capi …y no muy distante).

  13. Cuervo Rojo volvería efímeramente varias veces (aún tras su muerte). La última vez que le vi de forma destacada fue en los Defensores de Busiek y Larsen (él, su pueblo aviar y su ciudad aérea volvían a estar muy vivos). Cuando lo de la Iniciativa de los 52 estados aprovecharon para sacar variantes jóvenes de varios héroes de los cuarenta (de miembros de los Invasores y principalmente Legión de la Libertad) como los lascivos Liberteens.

  14. No incitéis a Suso, que si solo fueran los héroes de la Golden Age de Marvel aunque aun se ha dejado a algunos que si se crearon en esa epoca; los 12 que saco Strackzisky u otros que introdujeron en la retrocontinuidad como los Mistery Men (miniserie Marvel del 2011 inédita en nuestro pais) o los de la Generación Perdida de Stern y Byrne y posiblemente haya mas por ahí. Y eso no es nada si nos pasamos a los de DC comics por que entre los suyos originales, los creados retroactivamente o los del fondo que absorbió de otras editoriales: Whiz Comics, Quality y demas hay para no aburrirse. Sin contar aparte los que están en un limbo de derechos de autor que Dynamite agrupo parte de ellos en el Proyecto Superpowers: Black Terror, Daredevil (el misterioso y original lanzador de bumerangs, Green Monk y alguno/alguna que otra que por sus difusos derechos de autor hay versiones tanto en Marvel/DC que por libre: Miss Masque/Masquerade, que recuerda a la Fantasma Rubia que salía en Hulka y si mal no me acuerdo hay otra fémina parecida creada por Eisner que se llamaba Lady Luck.

    • …El Lama Verde, King! …Los de Los Doce (que habría que ir reeditando antes de cosas que ya llevan cuatro ediciones en un lustro) no salen por aquí (sí tenían cameo en Proyecto Marvels, a raíz de lo de Namor inundando la Gran Manzana). Los de Generación Pérdida ya eran invento de Stern & Byrne (aunque tenían sus influencias …casi raro que Clemente no nos la colase en MLE, teniendo en cuenta que Byrne es su dibujante favorito …supongo que porque los otros MLEs de Byrne con material de la época funcionaron discretamente a tarifa de MLE).

  15. Thomas además amplió la mitología Timely con nuevos personajes (como Union Jack, Spitfire y Barón Sangre), nuevas encarnaciones de los clásicos, precedentes de otros posteriores, homenajes (e incluso plagios descarados) de personajes de la época de otras compañías …e incursiones de personajes como Thor y Víctor Con Doom

    • Hasta en una de las series de los Freedom Fighters estos luchan contra versiones del Capi, Bucky, la Antorcha y Namor que si mal no me acuerdo son escritores de comics transformados por un villano del grupo.

      Aunque personalmente no soy muy fan de los personajes creados por retrocontinuidad a menos que la situación lo exiga para crear una buena historia o llenar algún agujero en la continuidad. Como bien hizo Stan Lee de obviar lo del Capi de los 50 y que si mal me acuerdo fue Englehart el que lo relleno con lo del Capi facha anti-comunista. Realmente Lee realizo un reboot del UM y fue posteriormente gente como Thomas que empezó a recuperar esos personajes, aunque Stan tenia cierta debilidad por Namor el cual no tardo en recuperarlo para los 4F… le vería gran potencial, supongo.

      • Stan tenía en muy buena consideración a Bill Everett (además de cierta envidia porque venía de muy buena familia, en cambio Stan había pasado apuros de chaval), pese a su alcoholismo ya galopante (en los primeros sesenta ya era un profesional muy poco de fiar por sus problemas con la botella).

  16. Pues te hubieran gustado los Mistery Men, una miniserie que presentaba a un grupo de personajes en el UM que bebían mas de los pulps que de los supers de la Golden, los cuales se involucraban en una trama de misterio con tintes sobrenaturales muy a lo pulp. Yo tengo el TP yanqui en algún lado. Los personajes son pues de nuevo cuño aunque hay referencias al UM

    • Y vincularían a alguno de esos personajes con aventureros Timely (de los cuarenta y cincuenta) de eras pasadas a través de la máscara de la Eternidad. También andaría por allí el detective El Hurón (otro oscuro personaje de la Golden Age que se suele recuperar de cuando en cuando para cameos o historias cortas), que retrocontinuidad mediante también resulta que ejerció de justiciero enmascarado también antes de la guerra (Brubaker lo mató en Proyecto Marvels).

  17. «Creo que tenían el mismo potencial que estos. Por qué no iban a ser emocionantes? La diferencia está en el entorno de la Segunda Guerra Mundial.» (Roy Thomas, sobre Invaders y All-Star Squadron, en comparación con sus otras series de superhéroes).

  18. «Realmente sí que hubo algo de nostalgia pero tampoco tanta: yo mismo soy demasiado joven, empecé a leer cómics en el 45 o 46 y no recuerdo mucho de la guerra. Pero siempre me fascinaron los cómics de esa época, tanto los de DC como los de Marvel. De esta última me gustaba Namor o la Antorcha Humana pero me disgustan que no actuarán juntos, como la Justice Society. Por eso, cuando me ofrecieron hacer otro nuevo proyecto además de Conan, decidí que no quería tener las responsabilidades que acarreaba el universo Marvel. Prefería crear algo que fuera solo mío, que pudiera hacer en mi rincón sin pelearme con alguien por lo que pudiera pasar a Spiderman en el siguiente número. Así que pensé que si me centraba en la Segunda Guerra Mundial no iba a tener problemas porque a nadie más le interesaba el tema. Eso sí, tampoco habría dejado a nadie que se entrometiera, como no dejé que nadie lo hiciera en Conan durante los diez años que lo escribí. Bueno, sí, les dejé hacer uno de Red Sonja con Spiderman, pero Conan era solo mío.» (Roy Thomas, 2018)

  19. Había que darle también voz a Roy, coño, no todo van a ser John Romita y George Pérez, por titánicos que sean (nunca mejor aplicado lo de titánico que con Pérez 😈).

  20. «Los cómics de la Golden Age eran rudimentarios comparados con lo elaborado de los de hoy en día. De hecho, la calidad primitiva de algunos de los cómics de la Golden Age tiene mucho que ver con su atractivo, tal vez tienen todo que ver con su atractivo. Crecí leyendo aquellos cómics de la Golden Age y creo que eso perfiló mi futuro. Ciertamente las cosas que ahora hago en los comic-books. Creo que con la excepción de la EC, los cómics de hoy en día tienen mejor dibujo y probablemente mejores guiones.» (Jim Steranko, 1970).

  21. «Me han influido en los inicios, diría que Frank Robbins, Joe Maneely, Wally Wood, Jack Kirby,… Me gusta Al Williamson.» (Jim Steranko).

    • Vale que estaba pensando en el Frank Robbins de Johnny Hazard, claro (estas declaraciones de Steranko son de hecho todo un lustro anteriores a Los Invasores).

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