Reseñas: Luke Cage: Marvel Limited Edition 1: «Del Infierno… ¡Un Héroe!» (1972-1973)

Luke Cage no fue el primer superhéroe negro de la historia de Marvel, ese honor corresponde a Pantera Negra. Pero sí fue el primero en obtener colección propia.

De hecho, sus creadores lo debieron tener tan claro que ni siquiera fue necesario pasar por un banco de pruebas del tipo Marvel Spotlight, Marvel Premiere o Marvel Feature. Luke Cage Hero for Hire fue de las pocas colecciones de esa época que hicieron irrupción bajo su propio título.

Luke Cage es hijo de la Blaxploitation de los setenta. Probablemente, el personaje que mejor encarna esa corriente cultural y social dentro del Universo Marvel. Pelos afro, suburbios de Harlem marginados y afroamericanos orgullosos destacando por encima de los blancos.

Además, otro rasgo destaca significativamente en nuestro nuevo héroe respecto a los demás. Se trata del primer superhéroe que cobra por sus servicios.

Archie Goodwin a los guiones y George Tuska al arte gráfico, son los encargados de poner la maquinaria en marcha.

Carl Lucas es un convicto, en realidad por algo que no hizo, al que usan para un experimento. Como resultado, obtiene una piel dura como el acero además de superfuerza.

Habiendo huido de la prisión de Seagate, nos encontramos ante un hombre sin opciones en una sociedad con tal desequilibrio de clases como la americana que, además, debe ocultar su identidad, de ahí el cambio de nombre. Su única salida es facturar sus servicios aprovechando sus recién adquiridos poderes.

Su chica acaba siendo asesinada por el que fue su mejor amigo desde la adolescencia, así que el primer instinto que manifiesta nuestro protagonista es el de la venganza.

Pronto empiezan las contradicciones en este hombre formado en los bajos fondos. Además de la paradoja de designarse héroe y al mismo tiempo cobrar por ello, se deja llevar por instintos básicos, como la venganza. Extremo que tampoco concuerda con lo que debería entenderse por un héroe.

De esta forma, la personalidad del protagonista queda perfilada de manera brillante, en lo que creo que es un magnífico inicio de colección.

Tras una divertida escena en la que elige el atuendo que usará en su nuevo trabajo, Luke encuentra local en los interiores de un decadente cine en el que se proyectan westerns.

Si sumamos los inevitables y certeros secundarios, ya tenemos el pastel completo. Estamos hablando del Doctor Burstein, responsable del experimento que transformó su cuerpo, de D.W. Griffith, empleado del cine que le acoge y de Claire Temple, una médico con la que acaba liado.

En la parte gráfica, George Tuska no es precisamente el dibujante más vistoso, pero creo que cumple lo suficiente, también gracias a la ayuda del entintado de Billy Graham. Aunque extrañamente irregulares, merced a algunos números que parecen hechos con desgana.

Lo mismo para los números en los que Billy Graham se encarga por completo del dibujo. En general bien realizados quitando uno con pobres resultados.

La etapa guionizada por Archie Goodwin llega a su fin con dos historias más. Una bastante buena sobre un excombatiente de Vietnam que tiene una maza en lugar de una de sus manos, y una más flojita historia de misterio y fantasmas un poco fuera de lugar.

Steve Englehart coge las riendas.

Englehart no se anda con chiquitas y empieza exhibiendo todo su arsenal, pero multiplicado.

Negra Mariah es una descomunal, por su tamaño, a lo ancho, mujer que lidera una organización criminal de lo más irracional. La idea consiste en robar cadáveres justo tras morir, apoderarse del cuerpo de turno, aun con las llaves de sus propiedades en el bolsillo, y limpiar sus casas u oficinas.

La idea parece atractiva, pero a poco que le demos al coco hay muchas preguntas sin resolver. Por ejemplo, como se lo hacen para tener colaboradores repartidos por toda la ciudad con un ojo permanentemente abierto ante cualquier asesinato; o que siempre lleguen antes que la poli a cualquier punto de la ciudad, tanto a robar el cadáver como a saquear sus propiedades.

Una de las clásicas ideas de bombero inconcebibles del bueno de Englehart. Sólo superada por la imagen de Luke Cage peleando con una ballena de 300 kilos, Negra Mariah, que salta y corre como una gacela. Steve se tenía que estar descojonando a gusto cuando se le ocurrieron semejante cúmulo de absurdidades. No hay otra.

Tras un número muy chapucero en que Luke debe proteger a un viejo moribundo, nos encontramos con un relato navideño de lo más surrealista. Se enfrenta a un chiflado vestido de verdugo, que ama el pasado y odia el presente y el futuro, así que se lo quiere cargar todo. Por lo menos lo del tío que cae de la chimenea es muy gracioso.

El festival Englehart, lejos de terminar, todavía nos tiene preparados buenos momentos. Quizás, en unos de los números mejor dibujados, el Doctor Muerte hace su aparición en el arco argumentalmente más infantiloide. Resulta que parte de la unidad de robots al servicio del villano se rebelan contra él de forma organizada, como si se tratara de ciudadanos inteligentes hartos de su tiranía. El propio Muerte contrata a Cage para hacer frente a los robots y luego se larga a Latveria sin pagarle. Vamos, que el buen Doctor se marca un “sinpa”.

Así que Luke no se lo piensa dos veces y sale rumbo a Latveria con el único objetivo de cobrarle la factura al moroso de Muerte.

Ante tamaña motivación difícilmente podemos tomarnos en serio lo que queda de arco. Ni falta que hace, porque lo que resta de argumento casi logra superar lo vivido.

Resulta que Luke, no sabe cómo, acaba envuelto en la revuelta robótica al topar con un alienígena llamado el Sin Rostro. El personaje de esférica cabeza, que ya tuvo su minuto de gloria en la breve serie del Doctor Muerte en Astonishing Tales, resulta que ha sido elegido democráticamente por los rebeldes robots como su líder. Los androides no se están de nada. Dado que su deseo es el de ser libres, qué menos que ejercer su derecho a voto como todo robot respetable. Mientras, Luke sigue en su empeño de cobrarle la factura a Muerte. Cada uno a lo suyo.

El episodio, de tan chapucero, resulta hasta divertido. Hay una escena en que el diálogo a tres bandas entre Cage, Muerte y el Sin Rostro es de lo más delirante. Tiene que ser un relato humorístico, no hay otra forma de que funcione.

Por suerte (o por desgracia), a partir de aquí el trabajo argumental empieza a tomar otros derroteros más maduros y apreciables.

Los autores apuestan por el tono que mejor le sienta a la serie. Las correrías de un investigador privado en los suburbios de Nueva York.

De esta forma nos encontramos con el primer villano notable de la serie, Señor Muerte/Señor Suerte, en uno de los mejores relatos del tomo.

También hace su aparición un carroñero columnista del Bugle, Phil Fox, que va en busca del secreto mejor guardado de Cage, su realidad como exconvicto fugado.

Dos nuevas historias marcan la despedida de Englehart como guionista.

Por un lado, el flojo episodio en que se enfrenta a Quimistro, señor de la alquimia. Y por el otro, una nueva ida de olla de nuestro querido escritor. El antagonista esta vez es Colmillo de León, un individuo capaz de transmitir conocimientos humanos a los grandes felinos, hasta el punto de que consiguen hablar y tomar decisiones inteligentes. Por lo menos el final de la historia tiene mayor profundidad y da para que Cage reflexione.

Justo aquí Billy Graham pasa a ser dibujante al completo, además de coargumentista, acompañando a Steve Englegart primero y Tony Isabella después. Y no sé si será casualidad, pero el extenso arco que concluye el tomo creo que es el más destacado de la colección.

La coctelera contiene lo siguiente: Phil Fox en su búsqueda de la verdad sobre Cage; un desecho humano llamado Rackam, antiguo guardia de cuando estaba en prisión; sus dos antiguos compañeros convictos, recién fugados y dispuestos a comerse el mundo; su novia Claire Temple; una antigua cliente de fuerte carácter; un soplón; y un tipo enorme llamado Big Ben Donovan, que pasa de adversario a abogado del propio Luke.

El resultado es una auténtica locura de trama en la que se concentran innumerables incidentes. Una sucia historia de venganzas, chantajes, asesinatos, egos, psicópatas y falsos culpables. A mí me parece excitante. Además, con un Billy Graham a los lápices que no lo hace nada mal.

Quizás lo único que puede estar de más es la aparición del supervillano Estilete, hacia el final de la historia. Pero por lo demás, el arco es notable.

Conclusión.

El inicio de la colección por parte de Archie Goodwin, muy acertado. El arco final, emocionante. El arco del Señor Muerte/Suerte, bastante bueno.

Hasta aquí lo que puedo recomendar con firmeza del tomo.

El resto, básicamente Englehart, difícilmente descriptible. No diré que la experiencia no haya sido divertida, no. Otra cosa es que me pueda tomar en serio tanto desvarío.

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rockomic

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on “Reseñas: Luke Cage: Marvel Limited Edition 1: «Del Infierno… ¡Un Héroe!» (1972-1973)
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  1. Más que tenerlo claro fue uno de esos intentos desesperados de Marvel (la editorial, como todas las de cómics en los setenta, perdía lectores cada pocos meses) por ver si alguna de las nuevas modas (la resurrección de los monstruos clásicos, las artes marciales, la blaxploitation,…) funcionaban bien también en los cómics (ya fuese la fórmula más pura o combinada con los ya establecidos superhéroes) y les daba un balón de oxígeno de cara a los inversores que habían comprado la compañía y veían que en vez de recoger beneficios tenían que invertir más y más dinero en esta. La década de los setenta, rica en creatividad (exuberante incluso), no olvidemos que fue una década de crisis para el sector (de hecho los jefazos del momento, ya ajenos al negocio de los cómics en ambas majors, casi cierran tanto Marvel como DC). Aunque tanta prueba fruto tanto de la necesidad como de toda una generación de nuevos guionistas (casi todos además editores, a veces incluso de sus propias series, como Roy, antes de que Shooter pusiese coto a tanta libertad, que a menudo desembocaba en un caos perfecto) con inquietudes creativas y deseosos de probar cosas nuevas pocas veces dio los resultados deseados (seriales estupendos como Killraven apenas daban dinero en su mejor momento …y otros fueron ruinosos desde el principio), sin duda nos ofreció una nueva Marvel en expansión en todos sus «barrios» y mucho más variada. Fruto de la necesidad y de la experimentación surgieron cosas como La Tumba de Drácula, Shang-Chi Maestro del Kung-Fu, Killraven, Deathlock, Puño de Hierro …o este Luke Cage Powerman, quizás más modesto creativamente, pero también más necesario, sin duda (como también las series de las primeras heroínas con cabecera propia …no olvidemos que aunque la gran lucha por los derechos sociales de las mujeres y los afroamericanos fue en los sesenta, muchas de las promesas obtenidas entonces no sé empezaron a concretar y casi a regañadientes a veces hasta los setenta).

  2. El padrastro blanco de Cage no fue otro que Archie Goodwin, escritor con sobrada experiencia (ya incluso antes de recalar en Marvel) y quizás no genial (aunque tenía sus momentos) pero siempre solvente y cumplidor (lo que es mucho decir cuando le soltaban patatas calientes como Iron Man cuando la serie era un paraíso de la mediocridad…o lo que iba a ser una única aparición de Spiderwoman sin trascendencia alguna ni continuidad, con la única función de preservar la marca arácnida para Marvel Comics también en su género femenino en aquellos difíciles días en que Goodwin era también el Editor en Jefe en unos momentos de casi interinidad de estos desde la renuncia del ya no tan jovial Roy Thomas). Goodwin, un tipo con pinta de oficinista tímido y alfeñique pero dotado de una gran energía (y todo un atleta) y don de gentes y con muchas tablas e imaginación (producto en parte de su pasión por la literatura pulp y los viejos seriales por entregas de los treinta y cuarenta …como Howard Chaykin …o George Lucas) le echó redaños y convirtió al nuevo héroe en un mercenario (él mismo, pese a haber sido un hombre de empresa en Marvel se veía también como un escritor de alquiler, aunque con un toque personal de sensibilidad) malhablado y chuleta (vale que siguiendo la moda de la blaxploitation) y para más inri expresidiario (y además fugado, ja …vale que siendo todavía la Marvel de los setenta también injustamente condenado …y habiendo sido víctima del racismo tanto institucional como individual en el sistema). En el apartado gráfico también le intentaron echar valor con un look llamativo (como en las mencionadas pelis entonces de moda que protagonizaban figuras como la carismática Pam Grier) con cuatro cosillas: una llamativa camisa amarilla (solo Cage y Tex Willer se atrevían a convertir una camisa amarilla en un uniforme, ja) pero bien abierta para mostrar el pecho lobo a prueba de balacera, una diadema plateada muy poco femenina (si a Wonder Woman le gustan las diademas es que algo tendrán, ja) y un cacho cadena (a modo de cinturón de macho alfa bravucón plus ultra y ultra plus) que haría las envidias del más rudo ángel del infierno. Eso sí, esas notas amarillas de pirata de fantasía es poco creíble que las encontrase casualmente tras su huida de prisión, ja (y luego nos quejamos del incomprendido George Tuska, coño). Pero, bueno así nace el primer y genuino Hero for Hire de la Marvel en unos setenta deliciosamente caóticos. En el apartado gráfico de la serie gente como el veterano Tuska y el bueno de Billy Graham (que perdimos demasiado pronto para el universo Marvel …y que brilló especialmente en los Relatos de la Jungla de Pantera Negra).

  3. Eso sí, en los políticamente correctos tiempos actuales, seguramente esta caracterización del personaje (y por parte de un guionista blanco) sería considerada un estereotipo racista, por mucho que en el cine «racializado» estuviesen haciendo cosas similares (y peores, con protagonistas afroamericanos que eran traficantes, capos o policías un tanto corruptos o excesivamente violentos …personajes más positivos como los de Pam Grier o Shaft eran más bien la excepción). Nada más lejos de la intención de un tipo sensible y buena persona (según el testimonio de todos los que le conocieron) como Goodwin.

  4. Caos perfecto… Excelentísima definición de la libertad en comunión con la exuberante calidad (también adjetivo tuyo) de la Marvel setentera. ¡Siempre sorprendes y haces crecer más el gusto de leerte! Un abrazo Suso.

    • Más exuberante todavía la creatividad y variedad que la calidad (que no siempre acompañaba, pero solía tener una media bastante alta). Y gracias, MFD, majo.

      • Pero al que debemos agradecer el disfrute que garantiza la lectura de estos amenos repasos a la crónica viñetera de la Era Marvel (y que inspira mis modestas aportaciones fruto de lustros de orgiastica lectura) es a Rock, nuestro alcalde en este resistente pueblo virtual de los clásicos marvelitas. Rock, como decían en la magistral Amanece que no es poco (mi película española favorita …y raro que no sea una de Berlanga, ja):

    • Para el que le interese ahondar en el trasfondo social de la serie les recomiendo los libros de Chester Himes, principalmente los protagonizados por los detectives negros Sepulturero Jones y Ataúd Johnson en el Harlem de los 60′ .
      Grande Himes, como expresidiario, negro y homosexual sabía bien sobre lo que escribía.
      Acabo viviendo en España y está enterrado en Alicante por cierto.
      Además nuestro Florenci Clavé hizo una buena adaptación en tebeo en los 80′ de una de sus novelas: ‘Corre hombre, corre’

      • Hay también una peli clásica. Recuerdo haberla visto hace la tira en TVE2. De las novelas tengo Por amor a Imabelle (que me leí de chavalín) apartada para releer el próximo año, en invierno o primavera. Himes vivió en París en los cincuenta (donde al fin alcanzó cierto éxito) y se vino a España en los sesenta. Murió en el ’84.

          • 😁
            La película a la que te refieres probablemente sea ‘Algodón en Harlem’ , adaptación del libro homónimo de Himes.
            Es interesante aunque tiene un punto cómico que a mi entender desmerece la obra.
            El director fue Ossie Davis, otro de esos buenos artistas polifacéticos negros de los 60′ y 70′ que por culpa del racismo imperante de la época
            no lograron triunfar a diferencia de Sidney Poitier.
            Un saludo!

  5. …O de Englehart, guionista que abandonó el serial de Shang-Chi (y Starlin decidió secundar su decisión) al poco de iniciarlo por considerar a Fu-Manchu un estereotipo racista al que no quería acercarse ni con un palo.

    • … Así y todo, «Mariah la negra» (que no la Carey) es un concepto que con los ojos de hoy sería también considerado machista y racista (y poco sospechoso era Englehart de lo uno o de lo otro, aunque luego tuviese ideas como hacer que la más bien antipática nueva heroína asiática y mestiza que hablaba de sí misma en tercera persona fuese una exprostituta que seducía a un exvillano para que la metiese en los Vengadores casi con calzador para pasar luego a tratarlo como un felpudo emocional con complejo de cornudo😈) y que probablemente supondría que se pidiese a traves de las redes sociales la «cancelación» del sospechosamente blanco guionista con a veces inocentemente equivocadas (o eso o le iba mucho la marcha, ja…es broma, es broma) ideas de lo inclusivo.

      • Pero es que hoy en día prácticamente no puedes escribir o usar tropos de otra cultura si eres de otra distinta… y si eres caucásico directamente perteneces al KKK. De facto ahora mismo a resurgido la polemica con lo de Cebulsky al usar el alias de Akira Yoshida cuando fue editor en Marvel y escribió con ese alias unos títulos durante un año, el cual fue también editor. Lo acusan de usar un alias asiático siendo blanco y editor de donde trabajaba quitando (según sus detractores) de quitar trabajo a los asiáticos (además de robo cultural) y lo curioso que los que se quejan no son asiáticos ¡si no blancos en su mayoría! La gracia le esta pasando factura y da igual que el hable japonés perfectamente, esta casada con una japonesa y conozca el pais por vivir años alli. Ver para creer y encima es un guionista/productor y showrunner famoso – Steven S De Knight que hasta que no lo boten no piensa trabajar para Marvel. En otros tiempos si criticabas a un jefe editorial como el poco entrañable y genuino Weisinger te viera por las oficinas tras hacer estas declaraciones cobrabas hasta en el carnet de identidad. Ahora por lo que se ve en los USA y ya no solo en esto del comic si eres un jefe y a tus empleados no les gusta como decoras tu despacho van con esos aires. Yo soy jefe y lo primer que hago es mandarlos al paro. Esta bien que te quejes de las condiciones de trabajo y sueldo que te toca a ti o tus compañeros, o bien quejarte de abusos e injusticias, pero de decirle a tu jefe como tiene que tener su despacho o si a usado un alias japones… pues vaya. Mort se estaría riendo a mandíbula batiente si viera esto

        • Lo de Cebulski fue de más que dudosa moralidad por saltarse el veto a editores (con el que podrías estar de acuerdo o no, en eso no voy a entrar, aunque podría, pero si la norma existe no te la vas a saltar …no? En todo caso harás lo posible por derogarla) usando un seudónimo (y deberían haberme dado la patada por ello)…al final casi le buscan la ruina (y aún puede pasar si la cosa se mantiene mucho en las redes sociales o va a más la indignación de los «concienciados de tweet») por la tontería de usar un seudónimo «racializado» (hoy pecado mortal para un profesional … aunque muchos fans que lo critican también creen los suyos con referencias niponas)…y casi nadie se rasga las vestiduras por la auténtica falta de ética del actual Editor en Jefe.

          • Sinceramente tampoco es como escritor es que valga mucho, y además en el mundillo por mucho «veto» que haya escribe quien mejor enchufe tenga dentro de la editorial. Hay autores de reconocida profesionalidad que al pedir trabajo a una editorial que han trabajado durante años anteriores y que al irse volver, pues no consiguen trabajo por que los editores que conocían ya no están en activo. Fíjate que muchos de los escritores que conocemos empezaron en Marvel trayendo cafés o haciendo artículos por que eran fans y los metió algún mandamas a los que cayo en gracia y ya dentro se las apañaron para escribir algún comic hasta acabar como guionistas a tiempo completo o bien ser editores. En un negocio como ese las cosas funcionaban antes así, y por eso tenemos y hemos tenido cierta cantidad de gente que a pesar de su calidad o esfuerzos llevan años currando en una u otra editorial. Hasta hace unos años que iban purgando a gente que cual lapas no los sacabas de allí. Todo esto pues antes se daba en el mundillo y cosas mucho mas fuertes han pasado cargándose proyectos muy buenos simplemente por caprichos, odios o incluso simplemente por que le daba la gana a uno. Para mi lo de Cebulsky no es nada con el «puterio» que se han montado las editoriales a lo largo de su historia. Cosas como carreras arruinadas y proyectos interesantes a la basura simplemente por que no le entres bien a alguien. Cebulsky tendrá un poco de cara pero no ha fastidiado (que se sepa) a X persona/s. Y editores escribiendo comics ¡anda que no a habido!

            • Sí, pero en ese momento en Marvel no estaba permitido que los editores en activo ejerciesen también de guionistas, estaba harto de saberlo pero decidió saltarselo usando un alias. Es doble moral como mínimo, hacer algo (y recurriendo a subterfugios) que como editor no permitirías hacer a otro escritor que en tu misma situación lo intentase.

              • Pasa lo de siempre: los listillos que creen que las reglas no se aplican las reglas. De todas maneras poco le va a pasar por que es jefazo y esta noticia al final se diluira con las horas… si se hubiese hecho pasar por afroamericano o mujer ya estaría crucificado o bien pidiendo disculpas para que no lo largaran.

  6. Fue un caos muy bien bonito aunque financieramente no fue muy exitosa la cosa. Al llegar Shooter y poner orden en esa casa de p…. y empezar a contratar licencias: como Star Wars, Rom, Micronautas, La Fuga de Logan y ect… ayudo a inyectar pasta a la compañía hasta que reformo la editorial dándonos unos años de series legendarias que mitificaron a la compañía y que su calidad aun no ha sido superada ni de lejos.

    • Entre el ’71 y el ’73 las cosas ya no iban muy finas en la Casa de las Ideas, pero como diría Rocco Siffredi la cosa (y no me refiero a Ben Grimm) todavía tenía que ponerse muy dura (igual el eufemismo no es el adecuado, que hay mucho malpensado en este foro)

      • …en el primer trimestre de 1975 las pérdidas de Marvel eran ya de dos millones de dólares (al cambio una pasta gansa, puta inflación)…e irían en aumento en el siguiente par de años. Pese a la gran creatividad del momento (hasta la estancada DC había sacado unos cuantos títulos nuevos y etapas jugosas con buenos autores, pese a oler ya a naftalina gran parte de sus series tradicionales), el mercado de «newstands» estaba ya muy tocado (los cómics eran cada vez menos una prioridad para los quiosqueros, su exposición era cada vez más discreta …y su público lector menor, al ser también cada vez menos una prioridad para el chavalín medio, entre la mayor competencia cultural con más cadenas televisivas y los primeros videojuegos y el hándicap del cada vez mayor precio de los comic-books) mientras las tiendas especializadas no eran todavía las suficientes para asegurar una decente distribución nacional (cuando lo fueron, ya en los ochenta, darían con las extensión de las «direct sales» a nivel nacional la cuchillada final al mercado del kiosko…pero nos estamos adelantando demasiado, ya sabéis que suelo hacerlo, ja), pero los quioscos ya perdían lectores casi mes a mes. Star Wars logró impedir la hecatombe, con unas ventas que nadie se esperaba en Marvel (de hecho tanto Marvel como la Fox creían que la que lo iba a petar era La fuga de Logan, ja…y no a ese nivel, claro). Evitó con sus excelentes ventas una «Implosión Marvel» (o algo peor) y le dio a la división de cómics el ansiado balón de oxígeno que le permitió respirar hasta que se estableció ya a gran escala el sistema de «direct sales» (gracias a la expansión de librerías especializadas en los últimos setenta y primeros ochenta), que les ahorraba tener que imprimir mucho más (hasta cuatro o cinco veces más) de lo que iban a vender para asegurarse una suficiente distribución nacional. Y no hay que olvidar que otros títulos franquiciados de la época vendían también muy bien: Conan el bárbaro, que había empezado con ventas muy discretitas crecería y crecería (algunos vaticinaban que la serie moriría rápido tras la marcha de Barry Smith, pero solo fue a más), Rom Spaceknight y Micronautas funcionaron pronto bien y se mantuvieron a buen nivel unos años …y títulos posteriores habitualmente denostados como Transformers y G. I. Joe se colocaron de inmediato entre los más vendidos (también entre los que contaban con más suscriptores en un momento en los que las suscripciones eran cada vez una porción menor del pastel). De hecho, The ‘Nam surgiría como hijo bastardo de G. I. Joe, al ser tal el éxito que Shooter le solicitó a su responsable, Larry Hama, que crease una serie similar cuyos derechos se pudiese quedar la compañía…Hama, veterano de guerra decidió apostar por algo con un perfil más realista y crudo (dentro de lo aceptable en un cómic Marvel no dirigido directamente a adultos) y por no escribirlo él mismo, sino ejercer de editor y ofrecerlo a un conocido también experto en el tema del Vietnam, Doug Murray.

  7. Por supuesto, ese Doctor Doom quedaría marcado oficialmente (como la mayoría de apariciones de Doom situadas entre el final de la Era Kirby y el comienzo de la Era Byrne en los 4F, a petición del propio Byrne …incluida la escrita por Claremont en sus X-Men, pues para Byrne era intolerable que una falta de respeto hacia el absolutista señor de Latveria como la del entonces bastante bufonesco asesino Arcade de encender una cerilla en la armadura de Doom quedase sin un pronto y drástico aleccionador castigo) como un Doombot arrastrando por los suelos el «honor» del de Doomstadt.

  8. DW, Rackam y el Señor Suerte/Muerte seguirían siendo aprovechados, incluso tras la fusión de la serie con la de Puño (buscando la salvación juntando forzadamente a los fandoms de ambos personajes …y consiguiendo de rebote un par de excelentes etapas de la serie).

    • De los mejores probablemente no, ja, pero entre la combinación de sus mejores momentos (cuando participa en las tramas Graham, buen conocedor, por obvios motivos, de la realidad de los barrios afros y latinos …y cuando Englehart no se «desmelena») y de los más delirantes pues igual uno de los tomos más divertidos del año, pese a ser curiosamente uno de los más hijos de la idiosincrasia y los avatares de los días que parieron esos cómics.

  9. Muy buena reseña de una de mis colecciones favoritas en aquellos tiempos. Quizás me atrapó porque era distinta a las demás colecciones y Powerman era lo menos parecido a un superheroe Marvel. Espero que dentro de poco disfrutemos de su segundo MLE, a ver si hay suerte.

  10. Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios, por vuestros inacabables conocimientos y por tan interesante debate.
    Una vez más se hace patente que estas críticas quedan cojas sin vuestros análisis e información añadida. Especialmente en lo referente a Suso. 👏👏👏

      • Gracias, pero la verdad es que es sumamente divertido interactuar con estos artículos. No me supone ningún esfuerzo, es un maldito placer. Pena no tener más tiempo, pero como el espacio también es un recurso finito, al menos para nosotros, pobres entes mortales.😅😎✌️

  11. «Diseñé al Hermano Vudú, que fue algo realmente bastante ridículo, y al primer Luke Cage, con las cadenas. Lo que hicimos fue tomar los elementos de la esencia del personaje. Queríamos algo de la esclavitud en el personaje, queríamos algo llamativo. Así que le pusimos una camisa amarilla, para que resaltara con su piel negra, una enorme cadena por cinturón, como signo de esclavitud y luego le pusimos muñequeras, no unas muñequeras normales como hubiera llevado Namor u otro personaje, sino muñequeras que parecieran haber sido anteriormente grilletes. Su traje estaba hecho con lo que le había quedado de su huida. Le añadí una especie de cinta de metal en la cabeza para hacer que pareciera aún más un esclavo convertido en un hombre en busca de venganza. Roy Thomas creó el personaje conmigo.» (John Romita). …Hoy, un héroe afroamericano con grillete y una cadena por cinturón sería caldo de polémica en redes como poco (ya lo de que fuese un recluso fugado, por muy inocente que fuese generaría odio y acusaciones de estereotipizar a los afrodescendientes …a veces la corrección y el miedo al qué dirán nos lleva a callejones de los que es complicado salir). …No le faltaba en todo caso tino a Romita padre con los símbolos, dada la historia, al fin y al cabo, un presidiario fugado injustamente condenado era una apenas disimulada metáfora del esclavo huido que intentaba llegar al Norte para iniciar una nueva vida (también nuestro grandullón, con su cambio de identidad). Y un personaje muy propio de la Serie B (y del subgénero cinematográfico de la Blaxploitation, una de las modas del momento, del que el personaje intentaba hacer su propia exploitation 😈)

    • A mí, por cierto, me gusta el diseño colorista (y folklórico de fantasía, ja) de Romita para el Hermano Vudú. …Y sin duda resulta inolvidable, ja.😅😎😇Salud y cómics.😎✌️

  12. «(…) torrente de escritores que parece que intentaban retratar a PowerMan como un comic-book de Serie B protagonizado por un personaje de color. Lo que significa que era estúpido, que utilizaba un lenguaje de «negrata» y que en cuanto a lo social era un producto depravado.» (Alan Moore, 1982, The Daredevils #4-6).
    …Lo sorprendente es que al todavía no tan mágico Mr Moore este artículo tan positivo («Chicas Invisibles y Mujeres Fantasma: Hasta dónde hemos llegado?») sobre cómo estaban los personajes femeninos y las mujeres en la industria del cómic (de rebote recibió hasta el pobre Luke Cage 😅😂) se lo pagó a Moore la propia Marvel (la división británica, claro). En el mismo Conan recibía un nuevo calificativo: Conan el Violador. Y hasta el pobre «Bob Dos Pistolas» recibía estopa verbal.

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