Quinto tomo recopilatorio de las aventuras de Spiderman, tercero de la “etapa Romita”. Es un decir, porque el bueno de John no participa en todos los números ni mucho menos, pero se entiende.
El equipo creativo sigue siendo el mismo que el de la parte final del cuarto tomo. John Buscema y John Romita se van alternando y mezclando hasta prácticamente la mitad del volumen, con Jim Mooney ejerciendo las labores de entintador. Por supuesto, Stan Lee se encarga de todos los guiones.
El primer personaje con disfraz que se estrena en el presente volumen es el Merodeador. Un adolescente con problemas de autoestima sin ningún tipo de poder, pero muy habilidoso fabricándose diferentes artilugios con los que trepar por las paredes y disparar cargas de gas.
La historia termina con una demostración de humanidad por parte de Peter Parker, que descubre que tiene bastante en común con el chaval.
El Camaleón y un nuevo villano, el Canguro, son los siguientes nombres apuntados en la agenda del trepamuros. Villanos poco carismáticos que ponen música de fondo a la principal línea argumental: los problemas en la vida real de nuestro protagonista.
Primero un ataque de celos está a punto de echar al traste su relación con Gwen. Y luego Tía May se desmaya al sufrir un fuerte shock, todo por un patinazo un tanto irresponsable por parte de su sobrino. Su temor a que unos y otros sospechen de su identidad secreta…
Poco importa que el nivel de algunos villanos no pase de correcto. Los diálogos de Stan Lee fluyen de forma tan natural, y la narrativa de los dos John es tan mesurada y potente visualmente, que casi resulta imposible despegar nuestros ojos de estas páginas.
El nuevo enfrentamiento contra Electro es un magnífico ejemplo de lo que es una constante en esta colección. Es tan apasionante el propio enfrentamiento al villano como todo lo que hay detrás.
Es emoción a dos bandas. Por un lado, la acción y la integridad de Spidey en su pelea contra el villano. Y por otro, todo lo que vive el plantel de secundarios, en este caso todos los espectadores de un gran teatro en grave peligro por la irresponsabilidad de Jameson.
La primera gran línea argumental del presente volumen es la llamada saga del Maquinador. Un arco que nos muestra a un Kingpin algo más humano. De alguna forma no deja de ser un clásico retrato de mafioso, como muchas veces hemos apreciado en el cine, en que los capos del crimen disponen de sus propios seres queridos.
Un Kingpin que acaba mentalmente fuera de la realidad tras descubrir la verdadera identidad del Maquinador.
Mientras tenemos la importante aparición de la Viuda Negra, más por ser su primera aparición con el traje negro clásico, los problemas de Spiderman no paran de crecer.
Primero siente que el Capitán Stacy se está acercando demasiado y puede descubrir su identidad secreta. Luego, se siente mareado y débil como nunca se había sentido, aunque finalmente resultará ser una simple gripe. La fiebre y su inestabilidad mental lo llevan a presentarse en la fiesta de su novia confesando ser Spiderman. Ante la reacción de terror de Gwen.
Para arreglar el desaguisado le pide a Hobie Brown, el Merodeador, que le ayude a restablecer su identidad secreta disfrazándose de Spiderman. Un poco cogido por los pelos, puesto que la forma de agarrarse a los muros de uno y otro pijamero es notablemente diferente, pero no seamos quisquillosos.
Llega el momento de hacer historia. De Marvel, y del cómic de Superhéroes de siempre.
En este punto llegamos a una de las sagas más brillantes de la historia de Spiderman, con el protagonismo del Doctor Octopus como mortal oponente.
La cosa empieza con una de las imágenes más impactantes de esa época, los tentáculos del Doctor Octopus abriéndose paso sólos, gracias al fuerte control mental que ejerce su propietario desde la cárcel.
A continuación, tenemos el secuestro del avión, que es toda una lección de cómo crear tensión en el espectador, de cómo van sumándose las diferentes piezas que protagonizan la escena.
Y finalmente las dos luchas entre Spiderman y Doc Ock. Un prodigio narrativo de una espectacularidad inigualable.
Y claro, lo más importante. El brillante y emotivo final: la muerte del Capitán Stacy, que además confiesa a Spiderman que sabe que es Peter Parker.
Una auténtica obra maestra del cómic superheroico en la que, por cierto, tenemos un cambio en la autoría gráfica. Gil Kane pasa a los lápices y Romita a las tintas, posiblemente dando como resultado la etapa de mayor perfección a nivel gráfico de la historia de Spiderman.
A partir de aquí, Stan Lee incorpora temática, situaciones y villanos más propios de la vida real de aquellos tiempos.
Por ejemplo, parte de los protagonistas acuden a manifestaciones de cariz ecológico y antibélico. Eran los primeros signos de la conciencia climática y del flower power.
Y todo seguido el arácnido debe enfrentarse a Sam Bullit, un aspirante a fiscal del estado. Una perla de hombre, corrupto, mafioso y racista, que utiliza a Gwen y a Spiderman para ganar las elecciones a fiscal.
Cuando parecía haber recuperado a Gwen, las cosas no pueden torcerse más para nuestro admirado héroe. La opinión pública lo responsabiliza del Capitán Stacy, y lo que es peor, la propia Gwen también hace lo propio. Hasta él mismo siente que si no fuera por Spiderman el Capitán seguiría vivo. Así que sólo le falta que Bullit le eche toda la ciudad encima.
Finalmente es Robbie Robertson, que convence a Jameson para que denuncie y hunda a Bullit. Un Jameson que en un principio era el principal impulsor del aspirante, gracias a su periódico.
Qué gran personaje es Robbie. Qué huevazos tiene cuando se enfrenta a Jonah, siendo el único a quien mister simpatía respeta.
John Romita vuelve a ser el dibujante a lápiz durante unos pocos números, esta vez entintado por Sal Buscema. Para pasar en el tramo final de nuevo el testigo a Gil Kane, aunque esta vez contando con las tintas de Frank Giacoia.
Todavía en la resaca de la muerte de George Stacy, el Merodeador vuelve a enfundarse su disfraz. Y lo hace motivado por haberse sentido utilizado por Spiderman en el supuesto asesinato del padre de Gwen. O eso es lo que cree también Hobie. Y lo cierto es que tiene todo el sentido.
Al mismo tiempo, Gwen se marcha a Londres desmotivada de su relación con Peter.
Las situaciones más terrenales siguen en la siguiente historia, ambientada en Londres tras haberse desplazado Peter a la capital británica en busca de Gwen. El propio Spiderman tiene que hacer frente a unos terroristas, hasta que Peter se da cuenta que no puede visitar a Gwen después de que Spiderman se haya dejado ver en Londres. Y no sólo eso, cuando le está entregando a Robertson las fotos hechas a Spiderman atrapando a los terroristas, piensa exactamente lo mismo, que el editor podría atar cabos. Para mí una inmejorable muestra del cuidado y precisión que tenía Stan Lee con la colección del trepamuros. No hay ningún agujero en el guion. En todo caso el agujero se encuentra en la memoria de Peter.
Llegamos a otro de los puntos culminantes del tomo y de la mismísima trayectoria del trepamuros. La trilogía de las drogas.
Son tres números famosos por ser los únicos que no fueron aprobados por el Comics Code, el sello que se muestra en portada. Pero el poderío de esta saga va más allá de este detalle. Estamos ante otra obra maestra del cómic americano.
Stan Lee entra sin ningún complejo en un tema tabú para una sociedad conservadora como la americana, la creciente adicción a las drogas entre los jóvenes. Y manda el mensaje de que las drogas afectan a todas las clases sociales, no sólo a las más necesitadas.
El arco supone el regreso del Duende Verde tras un número lleno de intriga, y la caída de su hijo Harry en la depresión y en las drogas.
El guion de esta línea argumental es la perfección, no hay nada fuera de lugar. Y la forma en que Spiderman recupera a Norman Osborn de su alter ego, situándolo delante de su hijo grave en una cama de hospital, es sobrecogedora.
Tras el regreso de Gwen de Londres, y rápidamente a los brazos de Peter, nuestro joven protagonista se da un respiro en el último número incluido. Todo parece irle bien y la felicidad vuelve a reinar en su alma.
Alguna vez también le tiene que tocar, pero mucho me temo que la felicidad no va a durar mucho…
Conclusión.
Creo que hay un abismo entre la serie de Spiderman y muchas de las que editaba Marvel por aquel entonces. De hecho, durante esos años creo que Spiderman estaba bastante por encima del resto de colecciones. En mi opinión no hay ninguna que se le acercara.
Los guiones y diálogos de Stan Lee son inmejorables. Precisamente justo cuando su trabajo en las pocas series que le quedaban había bajado un mundo.
Y el trabajo gráfico, lo mismo. No se puede poner un solo pero a Romita, Buscema y Kane. Ni siquiera a los diferentes entintadores. Estamos ante un prodigio visual de la primera a la última página.
Imprescindible es poco.
Enlace a la ficha:
- Reseñas: Ka-Zar el Salvaje: Marvel Limited Edition 2: «Tomaré Manhattan» (1982-1983) - 1 octubre, 2024
- Reseñas: Capitán América: Marvel Gold: «La Muerte de un Héroe» (1982) - 26 septiembre, 2024
- Reseñas: Namor: Marvel Limited Edition 4: «Olas de Cambio» (1972-1976) - 19 septiembre, 2024
Maravilloso el arte y la composición de Gil Kane junto al característico entintado de Romita… Stan Lee, al menos en su concepto puso mucho interés con la saga de las drogas y se hace notar.
Buena reseña, enhorabuena.
Obra maestraaaaaaaaaaaaaa.
Grande SPIDERMAN y LEE .
Guiones y dibujos magníficos.
Y LEE se sale .
Grande ROCKOMIC.
Sigue la serie a tope de power en este Omnigold, con una enorme calidad (aunque a veces don Stan se nos ponga ñoño con tanto culebrón y algún personaje rechine, como el Canguro, uno de los peores personajes totémicos de Marvel… está claro que los mejores poderes ferales ya estaban escogidos …y tampoco es que sea un dechado del diseño …con el pobre Gibón al menos te echabas unas risas, el patetismo del Canguro no es de los que hacen gracia …Lee todavía se acordaría de él para la comic-strip …o no). Siguen Lee y Romita (y el baile artístico, pero de primer orden). Y sigue el dramón de culebrón. Sigue también el buen ojo del querido Rockomic para resumirnoslo y aliñarnoslo con sus comentarios.😎
Y sigue Magneto Skull a tope, ja.😅😎
Y sí, buen tándem el Kane/Romita. Digno de mayor repetición. Lástima que a Romita ya le tocase a partir de aquí más trabajo de oficina (dirección artística, diseño y/o corrección de portadas y elaboración de arte promocional para proyectos televisivos y cinematográficos, publicidad, merchandising y «proyectos especiales», como juegos, libritos,…). Grandes trabajos de John Buscema (y eso que no le gustaba nada Spiderman, ja), John Romita y Gil Kane, enormes los tres. De lo mejor que habían producido hasta entonces.
Y no olvidemos el diseño del Merodeador y el rediseño de la Viuda Negra, dos de mis diseños clásicos favoritos de John Romita. Otros dos son el tan folclórico (y de fantasía) y colorista del Hermano Vudú (que en cambio al propio John Victor, años después, ya no le convencería mucho, ja) y el uniforme «Las Vegas» (cuero crudo macho-man) de Namor (tenían que haber metido entonces en el mismo grupo a Johnny Blaze, Namor y la Viuda Negra, ja).
Gracias, compañeros! 😃
Qué grande es esta colección, joder… Y qué absoluto disfrute resulta leer estos tebeos una y otra vez. 😍😍😍😍
«A lo largo de los años, Stan y yo hablábamos a veces sobre muchos personajes. Había un estupendo personaje llamado Miss Fury, que Marvel publicó en los años cuarenta. Durante un corto período de tiempo salió como tira de prensa en los diarios. Me encantaba el personaje y me encantaba la idea. No nació a partir de un accidente cósmico. Acudió a una fiesta de disfraces vestida de Gata Negra y durante la fiesta presenció un crimen. De repente se vio perseguida por el villano, intentaba matarla. Se convirtió en heroína por accidente y yo creía que era algo brillante. Una vez le dije a Stan que me gustaría hacer una serie de Miss Fury. Al cabo de unos días me comentó: «No sé, no creo que a nadie le interese lo más mínimo. He hablado con unas cuantas personas y no han mostrado demasiado entusiasmo.» Pero también dijo: «Sabes, me encanta el traje, por qué no se lo damos a la Viuda Negra?» Así que cuando hice esa historia de la Viuda Negra que aparece como estrella invitada en Spiderman, le cambié el traje. En ese momento ella rediseña su uniforme.» (John Romita).
«He tenido muy buenas experiencias con los diseños de trajes. Hacía diseños para muchos personajes de segunda fila. Algunos han durado más que los protagonistas! Siempre me he sentido muy satisfecho con ello.» (John Romita).
«(…)Gil Kane trabajó en algunos números. Gil hizo los lápices. Stan escribió algunos de los números de Gil. Él hizo la muerte del Capitán Stacy en el número 90.» (John Romita).
«Gil y yo solíamos hacer los argumentos juntos. Stan intentaba sacar más páginas mías, pero quería que, de algún modo, siguiera en contacto con Spiderman, como ejerciendo un control de calidad. Lo que en realidad era engañarse a sí mismo. Quería que dibujara Capitán América y Los 4 Fantásticos.» (John Romita). …Vamos, que Romita colaboró también en los argumentos de los números que no dibujó, por eso en esta serie no había los habituales agujeros de guión e inconsistencias de los demás trabajos de esta etapa final de Stan como guionista en sus tiempos como Editor en Jefe.
«Quería (Stan) que dibujara Capitán América y Los 4 Fantásticos y que al mismo tiempo no dejara de vigilar Spiderman. Estaba haciendo el doble de horas, me estaba matando a mí mismo y trabajando siete días a la semana. Era una auténtica bestialidad pero lo intenté. Creí que era mi obligación, porque durante todo este tiempo yo fui el único dibujante de series mensuales que estaba en plantilla. Entré en plantilla el día que empecé a dibujar Spiderman en enero de 1966.» (John Romita).
Bien visto, Suso. Muy buenos datos. 👏👏
«(…)en aquellos momentos ya escribíamos argumentos juntos y creía que había la conexión necesaria entre nosotros. Incluso por aquel entonces ya hacía algunas portadas para Los 4 Fantásticos. Stan pensaba que conocía a los personajes muy bien. Sí la Cosa aparecía en otra serie, y si ese artista no sabía cómo dibujar al personaje, me lo enviaba a mí. Era algo así como una autoridad en el asunto visual, así que «naturalmente» pensó en mí. También sacrificó a Spiderman, pero no me desligó del todo de la serie.» (John Romita).
«(…)me utilizaba para todo. Aún cuando se suponía que yo ya no intervenía en la serie para nada acababa haciéndolo. Escribió: «Artista Emeritus» en un par de títulos de crédito. Me decía: «Tienes que cambiar esta cara de Peter Parker, tienes que arreglar esta cara de Mary Jane!», así que nunca me desligé por completo de la colección.» (John Romita).
«(…) seguí muy metido en Spiderman. A veces corregía los lápices, a veces las tintas, y como yo ideas la mayor parte de los argumentos, cuando al artista se le escapaba una idea tenía que modificar el dibujo para que se adecuará a la historia.» (John Romita).
«Durante la etapa de Ross Andru, o durante los números que hicieron John Buscema o Gil Kane o quién fuera seguí muy metido en Spiderman.» (John Romita). Bueno, con esto basta, hay que reservar algún comentario de Romita para el siguiente Omnigold, ja.😅😎
Y para el comentario de las comic-strips, si acabas incluyendolas en estos repasos de la Era Marvel (aunque estricto sensu las comic-strips no son ni Era Marvel ni universo Marvel, es otra corriente temporal en otro universo …y un producto licencia, no estrictamente un producto Marvel tampoco).
«Y un producto licenciado», debería haberse podido leer
Pues no. Las comic-strips no entrarán en la serie de reseñas.
De hecho nunca las he leído y no hay perspectivas de que lo vaya a hacer. Más que nada por la cantidad de material que me queda por delante. 😅
Tampoco mucho material de magazines tengo pensado leerlo. Al menos de momento.
Tampoco es que ninguna de las comic-strips marvelitas (la mejor y con diferencia la del Pato) sea precisamente maravillosa. Pese a sus buenos dibujantes. Son lectura más bien «durilla». Eso sí, con los magazines Marvel (especialmente los setenteros de Curtis) te equivocas, ja. Ahí sí es prácticamente todo aprovechable (y casi todo buena lectura y MUY recomendable).
Ya lo dije en otra reseña , globalmente en el universo MARVEL en cuanto a guionistas y dibujantes en los años 70 a SPIDERMAN nadie le tosia .
Es todo en su conjunto una «obra maestra »
Y aún queda lo mejor que para mi gusto es el comic de la muerte de GWEN STACY. Ese número es antológico y uno de los mejores comics de MARVEL.
Grande SPIDERMAN,cuantos comics llevamos ya diciendo que son obras maestras «tropecientos jajaja »
🕷🕷🕷🕷🕷🕷
Sí, los Magazines setenteros son muy buenos. La mayoría me los leí en su momento y tengo la pertinente edición en MLE para cuando encuentre ocasión.
Pero en el proyecto actual de reseñas he pensado dejarlos fuera porque muchos no entran en continuidad, o no inciden de forma importante en el UM.
Especialmente los de terror, con historias geniales, pero en general fuera de continuidad
El de Ka-Zar ya veremos qué hago.
Los de Deadly Hands son de los que me faltan muchos por leer, y de momento no los he comprado. Y supongo que entran bastante en continuidad. Pero creo que se leen de forma independiente así que los dejaré para más adelante.
Los de Conan apenas he leido algunos números, y sé que son muy buenos. Pero de momento me centraré en la serie a color, también leida muy a medias, siendo generoso.
Los de Hulk creo que sí los reseñaré.
Pues el de Hulk (Rampaging Hulk/The Hulk), (aunque me tendrían que arrancar seguramente los tomos de mis fríos dedos muertos), era probablemente el peor de los magazines marvelitas setenteros …y diría que con diferencia. Tenían claro probablemente que Hulk se iba a vender solo. Eso sí que está fuera de continuidad además (especialmente la etapa en blanco y negro, que oficialmente son películas ficticias rodadas por la alienígena Beeret, no aventuras de Hulk).
Las historias de Dracula, Frankenstein, el Hombre Lobo Jack Russell, el Hombre Cosa, Simon Garth, Morbius, Gabriel, Hermano Vudú, Satana e Hijo de Satán, ya sea en comic-books o magazines, sí están en cambio en continuidad Marvel. No ya las de los Simios y Tarzan (aunque tuvieron fichas Marvel…y Tarzan estaba adjudicado al universo central Marvel, no en cambio así su «hermano» John Carter, aunque en las novelas compartan Tierra). Las de Kill, Conan, Solomon Kane y Dark Agnes ahora sí lo están también (antes solo Kull había interactuado con Spiderman, lo demás eran «historias imaginarias» u otros universos). Y ahora vuelve a estarlo Doc Savage, ja (aunque los cómics clásicos Marvel los haya reeditado Dynamite, salvo los de Marvel Two-In-One y Marvel Team-Up, que al fin ha podido volver a recuperarlos Marvel).
Y Spiderman sigue in crescendo en el material de los 3 siguientes OG, cuando entran Conway, Wein y Andru. Y mira que era difícil, no ya superar, sino tan siquiera igualar a Romita padre o el propio Lee , por no hablar de Ditko. Pero para mi gusto, mínimo mínimo igualan a los citados ( y aquí entra el terreno de la subjetividad, esta etapa se pone pelín por delante globalmente hablando ) .
Obviamente en estos comienzos de los setenta, nadie le tosía a esta colección como dice Magneto, si de formato cómic- book hablamos, tenéis razón. Spiderman era un ejemplo de regularidad. Inalcanzable en ese aspecto. Su galería de villanos, inmejorable, pero es que los secundarios, por sí mismos, había que darles de comer a parte ( por lo conseguidos que están ). Hablando un poco de memoria, creo que solo el Capi de Englehart & Sal , supera al trepamuros en calidad en algunos momentos, pero claro, no puede alcanza la regularidad global del cabeza red. Quizá algún momento puntual también del Thor dibujado por Buscema, John ( artísticamente, desde luego ).
Coincido con Suso que el magazine de Hulk es el menos bueno de todos . Pero para gustos, ya sabéis.
Roc, ¡ qué ya estás tardando en leerte los Deadly Hands !
Como siempre, muy entretenidas tus reseñas . Que nos sirven para recordar cosas olvidadas y aprender, también.
Y para recordar lo mayores que nos vamos haciendo….
Spiderman fué bueno desde su creación en 1962 hasta el final de la época de Mc Farlane…después, todo muy flojo, hasta la llegada de Stqackisny. y ahora otra vez, un desastre.
El magazine de Hulk no es ninguna maravilla. Lo sé, lo sé. Y la parte de Rampaging no entra en continuidad y los números en color van bastante por libre. Pero es Hulk. 😉
Los magazines de terror son un popurri de muchas cosas independientes. No es necesario leerlos según la fecha de edición. Ya encontraré el momento.
Lo de Deadly Hands lo tengo poco controlado. Ya veremos.
Para todo lo de Howard ya encontraré el momento también. De momento me centraré en Conan el Bárbaro.
No creo que aprendáis mucho conmigo, Samuel. 😆 Recordar cosas olvidadas sí, desde luego. 😉
Los números a color tampoco están en continuidad, pero al menos oficialmente sí forman parte de la continuidad del personaje (son de esas historias atemporales que podrías colocar en cualquier punto previo a la etapa Byrne), las de blanco y negro ya directamente son una obra de ficción para aliens en el interin del universo Marvel. Saludos, majos.😎
Estando muy de acuerdo en que la diferencia de nivel entre esta colección y el resto de las del universo Marvel era enorme, tanto gráficamente como en cuanto al cariño puesto en las historias, yo creo que aqui ya empezaba a notarse cierta fatiga de los materiales. John Romita confiaba en el acabado que le darían Mooney o Buscema a sus dibujos y apenas abocetaba y «planificaba» la página; Lee, apoyado siempre en que el dibujante desarrollase el esqueleto de argumento que les dejaba (que aquí debía ser apenas una raspa), también iba un poco en piloto automático, más interesado en la parte de culebrón amoroso-costumbrista que en la acción superheroica. Por eso hay muchas páginas de transición con apenas dos o tres viñetas por planilla, villanos con menos carisma (aparte de Stan, Ditko aportaba mucho en ese terreno) y peleas más sosas y apresuradamente resueltas. Esto reconociendo la calidad media, la mayor junto a la serie de los 4F.
Para mí, la llegada de Gil Kane fue un soplo de aire fresco y también la parada necesaria para que jazzy John Romita pudiera tomaar aliento antes de volver con un estilo renovado y mucho más en línea con la estética de los setenta.
Y ya con Mc Farlane, Maxie , ha habido muchas discrepancias : para algunos un genio que relanzó al personaje, para otros postureo vacío…Yo me quedo en el término medio. No me entusiasma del todo, pero tampoco creo que sea el peor Spiderman.
Por cierto, en mis manos ( además del 4 omnibus de Conan el Bárbaro ), las t.p. de Spidey, tomo 3. No sabía que eran de formato más grande ( yo tengo las tiras I y II en la versión de hace años, tomo, y eran más pequeñas, así que no compré los tomos I y II, y hete aquí mi sorpresa del tamaño cuasi tochal ) Como no podía ser de otra manera, Panini ha doblado el precio. 40 eurazos de ná. ¿ Se creen que somos ricos ?
Su Spider-Man en solitario era infumable. (Y ya sus Spiderman con David Michelinie eran un placer culpable: tenían algo de hipnotizantes, pero eran una pobre lectura …y no toda la culpa era del guionista, que ya eran cómics hechos a mayor gloria del dibujante)