El “proyecto secreto” que vamos a detallaros a continuación lo dejamos intencionadamente fuera de nuestro Dossier M al carecer de credenciales marvelianas, pero merece la pena reservarle unas líneas dada la relevancia del autor implicado en el mismo.
Corría el año 1985 cuando la empresa Gary Peters Galleries anunció un set de litografías “para adultos” que servirían para introducir nuevos personajes femeninos de fantasía creados por John Byrne. Seis láminas en total, cada una con una tirada de 500 copias numeradas y firmadas por el autor. En el texto se especificaba que las litografías podían adquirirse sueltas por 40 dólares cada una o suscribirse a las seis por 180 dólares.
La primera tenía como protagonista a Galatea, una sugerente ciborg que ya se había dado a conocer previamente en el libro The Art of John Byrne (S.Q. Productions, 1980). De las restantes no se facilitó ninguna información. Ignoramos los motivos por los cuales Byrne decidió desvincularse del proyecto antes de que pudiera concretarse.
Tampoco llegó a concretarse la secuela de Fallen Angels que iba a dibujar Colleen Doran. Esta cuestión la abordamos ya en “Los viajes perdidos de los Micronautas”. Haciendo memoria de sus tiempos de aficionada, la artista confesaba que su primer contacto editorial con Marvel no pudo ser más negativo. Sucedió en una Comic Convention donde se le presentó la oportunidad de mostrar sus ilustraciones a Bob Layton. Ella se acercó con toda la ilusión del mundo, pero las despectivas palabras que le dedicó Layton al revisar su trabajo la dejaron completamente petrificada: «Nada de lo que tienes aquí me demuestra que seas capaz de dibujar comics».
Colleen sólo acertó a reaccionar una vez que regresó a su domicilio… ¡En ese instante, su estupor se tornó en furia! Aquello le serviría como acicate para mejorar la calidad de sus dibujos y abrirse camino como creadora de la serie independiente A Distant Soil. Después seguirían colaboraciones suyas para numerosas editoriales, incluidas DC y Marvel.
La ironía de esta historia es que más adelante la propia Doran acabaría siendo abordada por jóvenes autores de hornadas posteriores a la suya que le pedían que valorara sus páginas… ¡hasta que llegó a un punto en que decidió cortar por lo sano! Tal como lo ve ella, hacer una crítica desfavorable te expone a ganarte enemigos furibundos que te culpan de haberles arruinado la vida. Así que, cuando divisa en la lontananza a algún novato cargado con su portafolio, Colleen le frena en seco y le dice: “Olvídalo”.
¡Más madera CB! El inenarrable sketch televisivo que reunía a Benny Hill con She-Hulk fue uno de los contenidos más comentados de nuestro artículo “Direcciones Cruzadas”. Algunas fuentes de Internet señalan que se rodó en fechas anteriores a la publicación USA de los primeros comics de Savage She-Hulk. Según esta interpretación, Stan Lee habría decidido poner en marcha la serie tras visionar el programa para salvaguardar el copyright del personaje. ¡Aunque la anécdota es tan buena que merecería ser cierta, tan sólo se trata de una leyenda urbana sin fundamento alguno! En realidad, el sketch se emitió el 11 de Febrero de 1981, quince meses después de que tuviera lugar el debut en viñetas de la heroína esmeralda. ¡Fue el cómico británico quien se inspiró en el tebeo, y no al revés!
Por supuesto, no todo lo que circula por la red son bulos. Al final, por mucho que nos tomáramos el asunto a chufla en “Íntimo y personal”, resulta que Neil Gaiman sí estuvo vinculado a la Iglesia de la Cienciología. Consta que tanto los padres de Neil como su hermana mantienen estrechos lazos con la secta desde hace mucho tiempo. Vaya por delante que él asegura estar totalmente desvinculado de la misma en la actualidad, aun reconociendo que la Cienciología es “la religión de mi familia”.
Ya puestos a dar la nota, estaréis de acuerdo conmigo en que pocos superan a Denys Cowan cuando prestó su imagen para promocionar la marca de whisky Dewars (ver «Condenadas Coincidencias«).
Más repercusión aún tendría el spot televisivo de Levi’s dirigido por Spike Lee con Rob Liefeld como estrella absoluta. Tal vez os sorprenda saber que el mismísimo Ed Piskor quedó “impactado” por aquella campaña publicitaria, hasta el punto de que la edición especial de su laureada obra Hip Hop Family Tree incluía una curiosísima adaptación en viñetas del anuncio.
Vosotros mismos podéis juzgar el resultado. La verdad es que las facciones de Liefeld no quedaron demasiado logradas… ¡Eso por no mencionar que la mata de pelo que le puso se asemeja más bien a una fregona!
Don Roberto puede colgarse la medalla de haber conseguido catapultar a Los Vengadores a sus más altas cotas… ¡de ventas! Lo creáis o no, su primer número de Avengers para la línea Heroes Reborn (realizado en colaboración con Chap Yaep, uno de sus pupilos en Extreme Studios) alcanzó una difusión mayor que cualquier otro comic pasado, presente o futuro del supergrupo. Si bien las cifras específicas no se hicieron públicas, editores Marvel de la época certifican el éxito alcanzado por Liefeld. Cuestión distinta es la ajustadísima fecha de caducidad que tuvo aquel éxito, ¡eso ya sería harina de otro costal!
Hace algún tiempo tuve ocasión de departir con toda una eminencia vengadora como Kurt Busiek, y no pude resistirme a sacarle el tema. Tirando de diplomacia, Kurt ponderaba el entusiasmo de Liefeld, pero entendía que dicho entusiasmo no podía tapar sus carencias técnicas. Lo que más le extrañó de aquel reboot fue la dinámica que hacía interactuar a los personajes. ¡A su juicio, parecía ir más en consonancia con el estilo de la Patrulla-X que con las señas de identidad que habitualmente caracterizan a los Vengadores!
Un par de años antes de compincharse con Liefeld para dar forma a Deadpool, Fabián Nicieza accedió a disfrazarse de Spiderman para el anuncio de unas cazadoras arácnidas comercializadas por la propia Marvel en 1988. Se vendían al precio de 75 dólares la pieza, dándose a elegir entre tres colores: negro, azul o plateado. La prenda llevaba impresa la ilustración de cubierta de Amazing Spider-Man # 301 USA a cargo de Todd McFarlane. Huelga decir que su rompedora interpretación del lanzarredes hacía furor en aquellos tiempos, siendo utilizada para toda clase de merchandising.
Los lectores no supieron que era Nicieza quien aparecía disfrazado en el anuncio hasta que Jim Salicrup lo desenmascaró en el editorial de la revista Marvel Age # 73 USA.
Cerramos el quiosco por hoy recalcando que el Escuadrón Supremo no sólo fue motivo de orgullo para Mark Gruenwald, sino también para Paul Ryan. El artista llegaría a valorar la novela gráfica “Muerte de un universo” (1989) como su comic favorito de todos lo que había realizado.
Al margen de ello, Ryan soñaba con poder escribir y dibujar un serial de ciencia ficción titulado Breed. Era este un concepto que había desarrollado originariamente para la antología Charlton Bullseye en 1983. Hablamos de una cabecera un tanto inusual, en tanto que los colaboradores no percibían remuneración alguna por sus contribuciones. La editorial Charlton vendía el proyecto como una plataforma para dar visibilidad a nuevos talentos. A estos les ofrecían únicamente un paquete de ejemplares a modo de compensación, además de garantizarles que podrían conservar los derechos sobre sus creaciones.
El súbito cierre de Charlton Bullseye dejaría colgados algunos materiales que fueron devueltos a sus respectivos propietarios, entre ellos el comic de Ryan.
La historia acabaría siendo recuperada por el sello independiente Americomics cuando lanzó en Enero de 1984 su nueva cabecera Star Masters. En las páginas de este formato “Two-in-One”, Breed compartiría espacio con W.O.S.P. (acrónimo de Women’s Outer Space Patrol), un serial creado por Tom Lyle que también había quedado “huérfano” tras la cancelación de Charlton Bullseye.
Star Masters no tuvo continuidad, tan sólo llegó a aparecer un número suelto con portada de Paul Gulacy. Lo cual explica el interés de Ryan por relanzar Breed una vez que afianzó su carrera en Marvel, esa era su gran ambición profesional. Sin embargo, no consiguió que en Epic dieran luz verde a su proyecto. ¡Ahi tendríamos otro candidato para ampliar la lista de proyectos “missing” marvelianos!
Miguel G. Saavedra
Benny Hill tuvo muy mal final. Aun habiendo logrado amasar una considerable fortuna, vivía en unas condiciones más que precarias. Murió completamente solo en el modesto piso alquilado en el que residía tras sufrir una trombosis coronaria. Pasados dos días, ante la imposibilidad de contactar con él, su productor Dennis Kirkland decidió acercarse al apartamento del cómico y encontró allí el cadáver.
El deceso se produjo el 20 de Abril de 1992. Alfred Hawthorne Hill -ese era su nombre real- tenía 68 años. Sus sobrinos no se relacionaban con él, pero ello no fue óbice para que se apresuraran a reclamar la millonaria herencia.
Causa tristeza pensar que las risas y la diversión fueran sólo de cara a la galería.
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Naturalmente, estos Star Masters de Americomics nada tienen que ver con el comic del mismo título que Marvel pondría en circulación algunos años después.
Interesantísimo artículo el de este mes, Miguel.
Muchas gracias, compañero. El próximo mes vamos a intentar subir aún más la apuesta desvelando la historia secreta de la logoforma de Forbush Man que se «jibarizó». Además, comentaremos el libro más sorprendente del doctor Fredric Wertham… y hasta nos atreveremos con la Anarcoma de Nazario.
(Ya aviso que va a ser un CB! «recomendado para lectores adultos»)
Unos cuantos datos muy interesantes en este ameno artículo. Gracias. Enhorabuena.
Una pena que A Distant Soil apenas tuviese edición en castellano (La Factoría de Ideas en sus comienzos publicó el arranque).
No, no logró un gran parecido. Así y todo, Ed Piskor es bastante más interesante como narrador que Rob.😈
Por lo que se vio en la última recopilación, el coloreado de la novela gráfica del Escuadrón Suicida va necesitando una restauración (o como mínimo un mejor escaneado, pero diría que lo primero).
Gracias a ti por la entusiasta ristra de comentarios, Suso.
Es Escuadrón SUPREMO… Ahí se nos ha colado un crossover imprevisto con la Distinguida Competencia.
De aquí a nada volveremos a referirnos al más supremo de los escuadrones para mostraros unos diseños inéditos de John Byrne realmente sugestivos… aunque no en el mismo sentido que la ilustración de Galatea.
Cierto, en qué estaría pensando?😅…Al menos no en el All-Star Squadron. Lo de los diseños y demás arte de Byrne siempre es bien recibido.
A Byrne le pasa un poco como a Jim Shooter: es una fuente inagotable de historias.
Si no me fallan las cuentas, yo diría que es el artista al que más cancha le hemos dado en la sección.
Y le seguirás dando, que el hombre, aunque «retirado», sigue «generando», y que no se calla ni debajo del agua. Además, entre series de las que hizo la «espantada» y proyectos truncados o reciclados tiene para dar vueltas de tuerca en torno a su obra un buen rato.
Polémicas suyas hemos tocado alguna, pero la atención que le hemos dedicado se justifica mayormente por la huella que ha dejado como autor. Eso por no hablar de su ingente producción.
En su caso, las trifulcas son algo secundario.
Cierto, en sus mejores días sacaba más de dos números al mes (algo inconcebible para dibujantes actuales) …y fueron de sus mejores páginas!
Ojalá llegarán a un acuerdo Byrne y Marvel y pudiera publicarse x-men elsewhen.
Tienen una pinta increíble.
Y eso que están sin entintar ni coloreados.
Aunque no lo creo.
Pero todo un detalle que Byrne ponga a disposición del público este material.
Amén de hacerle la puñeta a Marvel y como una manera de decirles: esto es lo que os perdeis !!!!!
Byrne en estado puro !!!!!
Akira Yoshida se lo publicaba sin ningún problema. Pero Johnny es terco. Me da que habrá que esperar a sus herederos (y que tarde mucho). Salud y cómics.😎✌️
Para los que no lo hayan pillado, «Akira Yoshida» es el seudónimo que C.B. Cebulski utilizó durante una temporada para escribir sus guiones.
Cuando se hizo cargo de la dirección de Marvel, Cebulski fijó como una de sus prioridades recuperar a Byrne. Sin embargo, los contactos que mantuvo con él no fructificaron.
Yo soy de la misma opinión que vosotros: creo que a estas alturas ya difícilmente van a ponerse de acuerdo.