Reseñas: Biblioteca Marvel 31: Los Cuatro Fantásticos 8 (1965)

Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.

Seguimos con la marcha imparable de la primera colección de la Era Marvel, con la última entrega antes de entrar en lo que casi todos consideramos como la etapa cumbre de los Cuatro Fantásticos.

El presente tomo se inicia con una aventura cósmica en la que la raza alienígena de los skrull vuelve a ocupar la parcela de los antagonistas. Lee y Kirby nos presentan aquí a los skrull más en profundidad, lejos de la raza de desalmados sin apenas matices de anteriores ocasiones.

Muy buen número que va seguido por la segunda comparecencia de los Cuatro Terribles, en otro episodio unitario. Es justo en esta aventura donde Pete Pote de Pasta cambia su ridículo nombre por el de Trampero. El Mago también adopta temporalmente otro alias francamente innecesario, el de Mago sin Alas.

Pero la mayor parte del presente tomo lo ocupan un par de arcos que nos dejan a las puertas de la etapa más gloriosa de la colección.

Por un lado, tenemos el enfrentamiento con el Doctor Muerte en el propio edificio Baxter. El cuarteto ha perdido transitoriamente sus superpoderes, pero ahí está Reed para inventarse, en tiempo récord, una serie de ingenios y efectos con los que simularlos. Y aquí no ha pasado nada.

Los Cuatro Fantásticos cuentan con la ayuda de Daredevil, la gran estrella invitada del arco, en una emocionante historia donde resalta la brutal batalla final entre Muerte y la renacida Cosa.

Acabamos con un nuevo enfrentamiento con los Cuatro Terribles que se alarga durante tres números. El cuarteto maligno logra ejercer control sobre la voluntad de la Cosa y la Antorcha en el arco más extenso hasta el momento. Pero habrá que esperar a la próxima entrega para ver como finaliza.

La segunda mitad del tomo, por cierto, viene con un cambio en las labores de entintado. Vince Colleta, muy activo en esos años, completa una breve etapa de transición en el embellecido de los trazos de Jack Kirby. Y lo cierto es que se nota un bajón considerable en el acabado respecto a Chic Stone. En cualquier caso, sigue siendo Kirby, así que no hay nada por lo que alarmarse.

En conjunto, estamos ante una serie de números que no hacen más que confirmar la magnitud de lo que tenemos delante. El buen rollo que desprenden estos tebeos, y la sonrisa constante que dibujan en nuestros rostros, no pueden más que mantenernos pegados a ellos. Entretenimiento de alto voltaje donde Stan Lee mejora número a número sus diálogos, añadiendo unas gotas más de humor ocurrente en cada episodio, especialmente a los labios de la Cosa.

Asimismo, se consolidan los distintivos referentes a personajes invisibles o gritos de guerra, parte irrenunciable del universo de los Cuatro Fantásticos: la tía Petunia, los vecinos de la calle Yancy, ¡es la hora de las tortas!, ¡llamas a mí!

En lo que respecta al componente más cotidiano, estos cómics, de alguna forma, nos trasladan a la comedia romántica hollywoodense de los 30-40. Esa ternura entre personajes, esas discusiones melodramáticas, ese humor cómplice… No hay mejor marco que una familia donde jugar con este tipo de sensibilidades, aunque sea como parte de un escenario fantástico.

Conclusión.

Un buen ejemplo del mejor Marvel de Lee-Kirby de los primeros años. El que se sitúa justo antes de la explosión creativa de mediados de década.

Otro pedazo esencial de la historia de los Cuatro Fantásticos y otra serie de episodios excelentes por sí solos.

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rockomic

4 Comments

on “Reseñas: Biblioteca Marvel 31: Los Cuatro Fantásticos 8 (1965)
4 Comments on “Reseñas: Biblioteca Marvel 31: Los Cuatro Fantásticos 8 (1965)
  1. La serie fundacional de la Era Marvel de sus cómics y su sentido de la maravilla.
    …Y lo mejor es que lo mejor todavía está por venir.

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