Reseñas: Capitán Marvel: Marvel Gold 4: «El Juicio del Vigilante» (1974-1976)

Tras la aclamada etapa realizada e ideada por Jim Starlin, que ocupaba todo el anterior tomo, el nuevo guionista de la serie tiene la difícil misión de hacer un trabajo cuya calidad no desentone con la espectacular saga de Thanos.

El hombre elegido no es otro que Steve Englehart, aunque en este caso cuenta con la ayuda de Al Milgrom en tareas argumentales.

Quitando el primero y el último, todos los números incluidos en el presente tomo vienen acreditados de la misma forma: Steve Englehart al argumento y guion, y Al Milgrom como coargumentista y dibujante a lápiz.

En el primer número, Englehart sólo se ocupa del argumento, siendo el guion obra de Mike Friedrich y el dibujo de Alfredo Alcalá.

Como consecuencia de la batalla contra Nitro en el número anterior, Mar-Vell entra en estado comatoso en la Zona Negativa, por lo que Rick Jones se las tiene que apanar para controlar al kree desde la Tierra. La estampa es bastante delirante, cuando vemos a un Mar-Vell zombie perdido haciendo frente al todopoderoso Annihilus.

El número es malo, y el dibujo de Alcalá casi peor.

A continuación, nos encontramos con lo que es una reedición en toda regla, concretamente de la lejana primera aparición del Capitán Marvel. La diferencia está en que al viejo número le añaden un prólogo y un epílogo, tres páginas nuevas en total a cargo de Jim Starlin, con el Vigilante destapando su siniestro propósito: matar al Capitán Marvel.

El Juicio del Vigilante.

Ya con el equipo estable formado por Englehart y Milgrom, entramos en un hilo argumental dividido en dos sagas principales, que se va a alargar hasta la última página del presente tomo.

Vamos con la primera de las sagas. Una saga que finaliza con el juicio al Vigilante.

Mar-Vell se desplaza hasta la luna donde se da de bruces con una comunidad kree instalada en el satélite. Una comunidad de piel azul que clama por la pureza de la raza y la aniquilación de los kree de piel rosada. De esta forma, Englehart mete temática racial. En una historia en la que el autor nos recuerda el pasado remoto de los kree como primitivos salvajes y descerebrados. Un relato de origen relatado por el propio Englehart tan sólo dos meses antes en su etapa en los Vengadores.

Sea como fuere, todo este tramo, antes de desembocar en el juicio del Vigilante, creo que es bastante confuso y tedioso.

Uno de los cambios que introduce el guionista tiene que ver con la relación física y mental entre Mar-Vell y Rick Jones.

La primera alteración que aplica Englehart es la toma de consciencia de los alter egos en uno y otro protagonista. Cada uno de los cuerpos físicos pasa a ser la suma de sus dos mentes. Poco después, los dos protagonistas logran separar sus cuerpos y convivir, al fin, en el mundo real al mismo tiempo.

En cuanto al trabajo de Al Milgrom, se nota que estéticamente no es un buen dibujante, pero tiene la suerte de contar con el entintado de Klaus Janson en estos primeros números. Como narrador gráfico, al menos Milgrom es más competente.

Llegamos finalmente al desenlace de esta primera saga, con el Vigilante tomando pleno protagonismo.

De entrada, no se puede negar que Englehart sienta aquí las bases de futuro para un personaje que hasta ahora no disponía de ningún entorno. De esta forma, descubrimos que la raza de los vigilantes procede de un planeta que no parece muy diferente al nuestro. Y que nuestro vigilante lo es en concreto del Sistema Solar y también que tiene un nombre: Uatu.

Por desgracia, aquí terminan las buenas ideas.

Uatu se considera indigno como vigilante, por haber deseado matar al Capitán Marvel, con lo que él mismo se entrega a las autoridades de su raza. Hasta aquí, bien, pero todo lo que sigue es bastante decepcionante.

El propio juicio me parece mal llevado. Demasiado azucarado y moralista. Los vigilantes, lejos de ser los semi dioses sabios y de convicciones firmes que nos podíamos imaginar, resultan ser blandos e inseguros. Los propios Mar-Vell y Jones se permiten dar lecciones de humanidad a un tribunal que parece perdido.

Más pueril todavía es la razón por la que el Vigilante quería matar al superhéroe kree: un ataque de celos ante la recién adquirida condición de protector del Universo por parte del Capitán Marvel.

Casi diría que lo más llamativo de todo el arco es un elemento más anecdótico que otra cosa. Me refiero a una nueva muestra de la habitual afición de Englehart por rebuscar en el pasado de Marvel, que en esta ocasión acaba siendo una metida de dedo en la llaga.

Así, el escritor se dedica a dar un repaso exhaustivo a todas y cada una de las ocasiones en las que Uatu se salta su prohibición de intervenir. Y, como sospechábamos, la lista de infracciones es interminable, abundando sobre todo las intromisiones en las colecciones de los Cuatro Fantásticos y los Vengadores. Menos mal que el hombre tenía prohibido intervenir, porque si llega a ser lo contrario…

La amenaza de la Inteligencia Suprema.

La novedad de volver a ver a Mar-Vell y Rick Jones separados parece traer un nuevo aliciente para la colección. Sin embargo, lejos de mejorar, la cosa parece ir a peor.

Los dos protagonistas vuelven a la Tierra para seguir cada uno por su camino. Rick fracasa en su carrera musical, mientras que Mar-Vell libra una inesperada batalla con el cuerpo de su amada Una, poseído por una fea criatura, en un número malo sin paliativos. Tampoco ayuda el hecho de que Milgrom ya no cuente con Klaus Janson para arreglar sus trazos.

Mención aparte para el momentazo inverosímil de los misiles. El Capitán logra explosionarlos lanzando desde lejísimos una negabanda hacia uno de ellos, como si fuera una piedra.

Total, que ante el fracaso de sus vidas, los dos compañeros deciden irse a Hala, el planeta de los kree, a empezar una nueva vida.

Momento para que dé inicio otra extensa saga, esta vez con la Inteligencia Suprema como núcleo argumental.

La idea de presentar al Supremor kree como un organismo bélico bajo motivaciones raciales, no la veo. Y menos tal como está planteada la historia.

En uno de sus habituales ejercicios de intervencionismo a gran escala, Englehart sitúa el control de la Inteligencia Suprema sobre los designios de Mar-Vell, desde los tiempos de la era Starlin. Incluso las ocasiones en las que aparentemente el ente kree protegía al Capitán, en realidad todo formaba parte de un plan para matarlo.

De ahí, el dúo protagonista pasa por escenarios de lo más disparatado e inconexo.

Especial rubor causa el planeta en el que sus habitantes viven en una especie de parque temático del salvaje oeste. Los lectores comprobamos estupefactos como los alienígenas autóctonos se pasean por el clásico poblado de western, vestidos de vaqueros.

Para completar el cuadro, se une a la fiesta el conocido alienígena que responde al nombre de El Extraño. El gigante aparece con ganas de bronca y motivaciones de patio de colegio, cosa que no hace más que confirmar el descalabro de la colección.

La aparición de un colérico Drax no mejora las cosas. El destructor de piel verde la toma con Mar-Vell por haberle dejado sin curro, tal cual, después de que el superhéroe kree aniquilara a Thanos en la etapa Starlin.

En medio de todo también ha habido espacio para proporcionarle a Rick Jones un uniforme. Un uniforme, por cierto, que parece igual que el de Bucky pero con los colores invertidos.

Finalmente llegamos al desenlace de la saga, que pone cierre a la etapa y al propio tomo. Un final que trae consigo la batalla definitiva de los dos protagonistas con la Inteligencia Suprema.

La escena se traslada a otro lejano planeta llamado Deneb IV. Un planeta dominado por unos seres mecánicos bastante feos. En una idea que saca a relucir el temor a que los humanos podamos ser sustituidos por máquinas en el futuro.

Sintetizando, tenemos otros personajes que entran en juego, luego un viaje alucinógeno al interior de una gema y en general un cúmulo de diálogos filosóficos hasta el aburrimiento.

Englehart, en otra de sus habituales prácticas, deja la saga sin terminar, pasando a ocuparse Chris Claremont de guionizar un último número.

Poco puede hacer Claremont en lo que sólo es el cierre de una larga saga, pero por lo menos lleva la trama a un terreno más inteligible.

Para poder librar la batalla cuerpo a cuerpo frente a los dos héroes a los que pretende matar, la Inteligencia Suprema se manifiesta físicamente. Su semblante no es más que la conocida cabeza del cerebro de los kree con un cuerpo debajo.

Al fin, todo termina en un épico y apocalíptico final que mejora lo visto hasta ahora. Hasta Al Milgrom luce mejor en este último capítulo. Pero, pese a todo, no es más que un cierre.

Conclusión.

No era fácil hacer algo que se acercara al nivel de la etapa de Jim Starlin, la que precede a este tomo. Y, efectivamente, Englehart y Milgrom no lo consiguen.

El problema está en que lo que nos ofrecen ni siquiera es digno. Yo, directamente calificaría el conjunto de esta etapa como bastante floja. Pocas cosas creo que se salvan en cualquiera de las dos sagas que se incluyen. Mientras que son demasiadas las que no llegan a unos mínimos aceptables.

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rockomic

7 Comments

on “Reseñas: Capitán Marvel: Marvel Gold 4: «El Juicio del Vigilante» (1974-1976)
7 Comments on “Reseñas: Capitán Marvel: Marvel Gold 4: «El Juicio del Vigilante» (1974-1976)
  1. El Vigilante va a juicio y no cuenta con la asesoría de Nelson & Murdock? Como diría Magni: nada bueno podía salir de ahí.😕😈 Esto no hubiese pasado con Shooter!

  2. La marcha de Starlin es precipitada. De ahí que se tiene que improvisar el número de Alcalá (que así sale …los plazos de entrega fueron infernales) y el que es prácticamente un reprint. Luego, la saga del Juicio del Vigilante se puede considerar lectura digna …que pierde por amplia goleada (le hacen un Malta) frente a la etapa Starlin …como era de esperar (sorprende que el tándem Milgrom/Janson sea lo que menos decepcione). Lo malo, es que todo va a peor luego (aunque conozco a gente a la que gustaron precisamente los números más bizarros e introspectivos de Englehart, esos en los que los intentos de Englehart por instruirnos con sus filosofadas aburren al estimado Rockomic …y el más psicodélicos, acordé con aquellos tiempos, en cierta forma …pero en plan sobrada). Y como decía el colega Marujito: esto no hay Golden o Broderick (él es a muerte con Pat) que lo levante. Buena reseña (y empeño) dignos de mejores cómics, Rock (caballero que merecía mejor rey🧐). Eso sí, te vas a ganar enemistades en Panini.😅😉

  3. Hombre, espero no llegar a tanto como la enemistad. 😆

    Me cuesta imaginarme entusiastas de esta etapa, pero todo es posible. 😇

    Pero si hay discrepancias, bienvenidas serán, y mejor nos lo pasaremos.

    De momento, contigo coincidimos bastante, Suso. 😉

  4. Yo soy un fan empedernido de este superhéroe a pesar de que lo mataran y nunca más lo resucitarán, no como otros que han muerto 80 veces y han vuelto ha la vida , 😡 pero reconozco que este tomo en concreto no vale un pimiento.

    Buena reseña ROCKOMIC krack como siempre muy acertado en tus comentarios.

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