Hulka es, tras los casos de Ms. Marvel y Spiderwoman, la tercera y última apuesta en la promoción, originada a finales de los setenta, de adaptaciones femeninas de algunos de los personajes de la Casa de las Ideas.
No hace falta decir que Hulka es la versión femenina de Hulk. Un personaje sin existencia previa a la publicación del primer número de ésta, su colección propia. Un personaje que, como el caso de Spiderwoman, fue creado más por el temor a que a alguna otra marca se le ocurriera registrar el nombre para una de sus nuevas creaciones, que por razones estrictamente creativas. La nueva colección, por cierto, nació en pleno éxito de la serie televisiva dedicada a Hulk, cosa que no hacía más que agudizar dicho temor.
A pesar de todo, en su número de lanzamiento la editorial quiso poner el proyecto en manos de, quizás, los nombres con mayor reclamo. Ni más ni menos que Stan Lee, que volvía a hacerse cargo de un guion tras largo tiempo, y John Buscema. Una apuesta que por desgracia duró un suspiro, puesto que a partir del segundo lanzamiento los guiones pasaron a David Anthony Kraft y el dibujo a lápiz relevó en Mike Vosburg.
Un primer número que consiste en un relato de origen a la antigua usanza. Un episodio más que correcto en el que Stan Lee nos presenta a la protagonista de la colección, Jennifer Walters, de profesión abogada y prima de Bruce Banner, para más señas. Un Bruce Banner que lo es todo en el origen de los poderes de su ahora verdosa prima.
Pero no estamos ante un calco exacto del goliat esmeralda, sino que existe una sustancial diferencia en el control que ambos primos ejercen sobre su respectivo alter ego monstruoso. Si Banner se convierte en un monstruo con el que no comparte recuerdos ni sesera, su prima Jen parece conservar su propio cerebro tras la transformación en Hulka. Eso es así durante los primeros números, pero David Kraft pronto realiza algún cambio abrupto, en ese sentido, que nos deja algunas dudas. Unas alteraciones que inicialmente parecen fruto de la improvisación, por mucho que luego queden justificadas en el paso a una Hulka más agresiva tras las mutaciones.
Otra particularidad está en el «uniforme» que viste Hulka. Mientras Bruce Banner siempre usa pantalones color lila, Jennifer Walters hace lo propio vistiendo siempre de blanco. De esta forma obtenemos siempre la misma imagen del personaje, cual superhéroe uniformado. Cosas de aquellos tiempos.
Dejando atrás el primer episodio, el equipo creativo que entra en el segundo número se mantiene a lo largo de lo que resta de volumen. Sin embargo, el trabajo de David Anthony Kraft en los guiones no resulta especialmente afortunado, mientras que Mike Vosburg es un dibujante muy mediocre, siendo generosos. Cuando el entintado corre a cargo de Chic Stone el resultado a nivel estético todavía puede tener un pase, pero la triste realidad nos da de bruces a partir de la entrada Frank Springer a mitad de tomo en sustitución de Stone.
De entrada, lo que tenemos entre manos consiste en una serie de arcos argumentales enmarcados en el género del crimen y el drama judicial del tipo «abogada hace frente a las mafias y demás criminales al tiempo que se transforma involuntariamente en supertipa que acaba resolviendo lo que no pueden las leyes».
Unas historias que rápidamente se ven complementadas por el infaltable y particular elenco de personajes de apoyo, inicialmente formado por tres nombres de nueva factura: el ayudante del fiscal del distrito Dennis Bukowsky, el sheriff y padre de Jen, Morris Walters, y el omnipresente Zapper, vecino de la abogada y amigo de máxima confianza.
A partir de aquí se desarrollan una serie de tramas no especialmente originales, tomando recursos ya muy manoseados como la falsa acusación de asesina sobre Hulka, el padre que intenta darle caza ajeno a su doble identidad o los esfuerzos de la protagonista por mantener en secreto su identidad monstruosa.
Digamos que el primer arco, en el que la parte antagonista corresponde a un capo mafioso y su imperio del crimen, no está mal para ponernos en situación, pero que a partir de ahí la colección va en progresivo descenso.
Episodios francamente flojos como el de la petrolera Roxxon y el misterio de la desaparición del petróleo o el que cuenta con Iron Man como invitado. Episodio con guion disperso en el que acaban metiendo la pata tanto Tony Stark como Hulka.
Lo mismo ocurre con la historia en los Everglades en la que Kraft decide recuperar la trama de la Hacienda, esa especie de Shangri-la contenedora de la fuente de la juventud, que reside oculta entre la ciénaga. Un guion sin pies ni cabeza que desprestigia el magnífico y enigmático trabajo de Steve Gerber en la historia original. Ahí está esa intervención final del Hombre-Cosa metida con calzador o la moralina pastosa que Hulka propina a los despistados habitantes de la Hacienda.
Precisamente, ésta es una de las particularidades que se repiten en buena parte de las tramas y que resulta especialmente irritable, los finales con mensajes moralistas y condescendientes hasta decir basta. No sé en qué estaría pensando David Kraft, sinceramente, para venirnos con mensajes tan insulsos a estas alturas.
En este arco, precisamente, Kraft se apropia de un personaje secundario del Hombre-Cosa. Hablo del cenizo de Richard Rory, que acabará apareciendo de forma regular por este título. De momento, Rory y Jennifer Walters se enamoran locamente a los tres minutos de conocerse, para luego despedirse con el regreso de Jen a Los Angeles.
La cosa incluso parece ir a peor en el siguiente arco argumental.
Un tipo que se hace llamar La Palabra lidera una secta, y lo hace obteniendo control sobre los pobres infelices mediante el supuesto poder de las palabras. Francamente una bobada, que alcanza su mayor grado de inverosimilitud cuando vemos a su hija, llamada Última, cuya superfuerza es producto de ese mismo poder verbal. El resultado es un compendio de los peores defectos, entre diálogos de patio de colegio, personajes con personalidades volátiles y dramatismo postizo. Por si fuera poco, en este arco es donde Frank Springer sustituye a Chic Stone a las tintas, provocando que el dibujo de Mike Vosburg degenere cosa mala.
La siguiente línea argumental por lo menos es más correcta.
Michael Morbius, personaje invitado de turno, descubre como la sangre de Hulka está desencadenando una enfermedad degenerativa. El vampírico doctor logra crear un suero que cura la enfermedad de Hulka, así como también su propia maldición, pero sólo tiene dosis para uno de los dos.
Hasta aquí nada que no hayamos visto en otras ocasiones, pero lo más interesante está en el pseudovillano de la trama. Kraft se trae a Géminis, el miembro de la banda del Zodiaco, de su etapa como guionista en los 
Defensores. Un personaje que alberga dos caras en continua contradicción, cuyo papel acaba siendo tan neutral como la suma de sus dos personalidades. Un papel que enlaza adecuadamente con la parcela judicial de la serie. Pero quizás lo más relevante del episodio está en el cambio, provocado por el suero, en la química de las transformaciones de Hulka. Ahora, Jennifer puede provocar el cambio a voluntad mediante una profunda concentración.
En el ciclo argumental que cierra este primer tomo Richard Rory regresa al terreno de juego, pero está vez para quedarse.
Si en la historia precedente era Morbius el personaje a recurrir, ahora Kraft se vale de otro héroe/villano inspirado en los clásicos del terror, también nacido en la colección de Spiderman y que también obtuvo un pequeño serial que acabó derivando en la ciencia ficción: el Hombre Lobo, versión John Jameson. El guionista decide volver a abrir la carpeta de la saga de Otro Reino que precisamente él mismo escribió en el citado serial de John Jameson y, de paso, también se trae a la Gata Infernal como invitada. Otro personaje que Kraft conoce bien de su paso por los Defensores.
El resultado es una vuelta de tuerca innecesaria a la saga, en base a una trama plomiza, fuera de ritmo y saturada de peleas carentes de cualquier atractivo. El culebrón abierto entre el triángulo formado por Jen, Zapper y Rory despierta el mismo y bajo interés que el resto.
Conclusión.
Pobre entrada en los años 80 para Marvel, al menos en cuanto a nuevas colecciones.
David Anthony Kraft está lejos de sus buenos trabajos en otras series, mientras que Mike Vosburg es un dibujante francamente limitadito.
Flojo.
Enlace a la ficha:
- Reseñas: Los Defensores: Marvel Limited Edition 6: «La Mano de los Seis Dedos» (1981-1982) - 23 abril, 2024
- Índices de reseñas de Universo Marvel - 15 abril, 2024
- Reseñas: Capitán América: Marvel Gold: «La Primera Luz del Amanecer» (1980-1981) - 11 abril, 2024
Serie mediocre en la que solo destaca el #1 (y solo por el dibujo, no por la formulaica y predecible historia de orígenes poco imaginativa y absolutamente dependiente de un personaje distinto al supuesto protagonista).
Independientemente de la cálidad (floja) lo peor es que trocearan en 2 tomos está serie de Hulka …
En un tomo se podía haber publicado esto …
Aquí empezó la «sana» tradición de SD de trocear tomos …
Yo no me lo compre por eso …
Gracias SD 👏👏
A seguir …
Venía de antes, venía de antes. Y ya donde se pasaron a tope fue con el Omnibus americano (bien troceadito, como si fuesen Marvel Masterworks, para rentabilizar a tope el material, que ya lo decía Julián: Este año toca ser comerciales a tope …Y mira, en esas seguimos aún) de Ka-Zar the Savage.
Si «comercial» es cobrarte el doble o triple por el mismo material en inglés pues … para hacérselo mirar Clemente …
Por comercial los demás entendemos otra cosa …
Ya cuando esto roza la avaricia , es un abuso en toda regla …
Pues si, para ellos comercial «a tope» es hacerte pagar lo más posible por la misma cantidad de material (sea incrementando el precio, metiendo personajes de perfil no tan bajo en Límited, cobrando a precio de Límited alguna edición convencional con menos tirón del habitual, troceando lo más posible algunos Omnibus americanos o cobrando reimpresiones a precio de novedad, como si volviesen a tener que asumir todos los costes de edición).😈
Todo un clasico que en su momento me sorprendió, de repente el lector se encontró con las versiones femeninas de sus héroes favoritos. En USA las apariciones de estos personajes fué gradual, pero en España aparecieron casi al mismo tiempo gracias a que la periodicidad de las colecciones no era lo que es ahora. Pasabas por el Kiosko y podías encontrar números atrasados ya que el señor del kiosko no pillaba comics nuevos hasta vender los que tenía, era un cachondeo.
Si te gustaba el Capitan Marvel desde Enero del 77 podías disfrutar de las aventuras de Ms Marvel, si te gustaba Spiderman, podías leer la colección de Spiderwoman desde Abril de 1978 y por último si te gustaba Hulk, podías disfrutar de la colección de Hulka desde Febrero de 1980. A pesar de la calidad de las colecciones , los tres son personajes con carisma y que siguen hoy en dia en activo en el Universo Marvel.
El carisma que tiene Jennifer le viene a partir de Stern (Vengadores) y Byrne (4F y la segunda serie de la verdosa), porque en «esto» eso no asoma. Aquí era duro ser verde (🎵🎶Kermit dixit🐸).😈
Buf no es de las mías, para empezar los orígenes son tan simplistas que se los podían haber currado, a mi en concreto solo me gusto y mucho en su etapa con los 4 fantasticos, en su etapa solitaria opino como SUSO
Y lo peor es que, con todo, la historia de origen es lo mejor de toda la serie (vale, «Big John» ayuda demasiado al cómputo final de ese cómic).
A mi la Hulka de John Byrne si que gusta bastante y tengo sus 12 primeras grapas Forum «algo insólito para mi»….de esta etapa de la que reseñas no leí nada o no lo recuerdo….
Igual leíste alguna historia de complemento en Increíble Hulk (o como diría Resines:La Masa, coño). Y si no es así, pues «mirusté», caballero (sin caballo … tráiganle inmediatamente un caballo!🥸), eso que ha salido ganando.
En la serie de Ms Marvel sí le dieron (Claremont principalmente) carisma (y tuvo unas pocas historias con tirón). Más justitas anduvieron La Gata (después Tigra …pero tiene algún número con Byrne al dibujo ya en la etapa de Tigra y como Gata fue diseñada por la gran Marie Severin), Shanna la Diablesa (aunque los pocos complementos de los magazines de Hulk tenían ya su aquel el personaje no destacaría realmente hasta el Ka-Zar el Salvaje de Bruce Jones y Brent Anderson), las Damazonas (pero dibuja Romita, coño, y eso es un grado …como el propio Romita yo también lamento que no se le diese continuidad a este serial distópico en los magazines Curtis) y la Gata Infernal, que no tuvo cabecera ni serial propio pero saltaba de un lado a otro sin parar (además , a Patsy se la quiere) desde que Patsy Walker, la princesa de la comedia romántica Timely reconvertida en ama de casa descontenta se enfundó el viejo uniforme de La Gata tras reencontrarse con su conocido Hank McCoy (oh, mis estrellas!) en la insigne cabecera de Los Héroes Más Poderosos de la Tierra.
…Dazzler es casi tan mediocre como esto (y todavía más aburrida en la etapa DeFalco), aunque empieza con Romita Jr (que dura dos telediarios) y muchos personajes invitados (en los siguientes números seguirían apostando por lanzarle invitados (y sparrings célebres como Doctor Doom, Galactus y Pesadilla) para que la serie tuviese algún interés (porque DeFalco no lograba vestirla con otra cosa atrayente).
…Raro que en aquellos años no le diesen gran oportunidad de lucimiento a una histórica como la Avispa, hasta que Stern la puso de jefaza de sus Vengadores, sustituyéndola luego la niña de sus ojos, Monica Rambeau. Luego ya no le fue bien a ninguna de las dos durante mucho tiempo. Y lo mismo a Tormenta, que fuera de algunos números de Imposible centrados en ella (principalmente aquellos impulsados por BWS) tardó mucho en tener historias propias (casi sacrílego visto en perspectiva …pero Claremont ataba en corto a sus mujeres-x, que eran la auténtica fuerza motriz de su culebrón mutante).
…Red Sonja estaría por encima de la media enos setenta (gráficamente poderosa en los setenta pero más justa en tramas…y aún así más que bien todavía), pero ya no tanto en los ochenta (aunque todavía resultaba legible, no como luego, que salvo por alguna historia suelta se convirtió en personaje de mera explotación sexualizada para aquellos que no se atreven a directamente pillarse un cómic porno…o los que solo le piden a las tramas unos cuantos espadazos de cuando en cuando y algunas poses sexys).
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Tampoco lo de Spider-Woman, fuera de alguna historia, era demasiado reseñable (aunque resultaba más simpático que lo de Hulka o Las garras de La Gata).
Lo único a reseñar, y aunque hubiera intención claramente «de marketing» en personajes como Hulka o Spiderwoman… es que en aquella Marvel de los 70 cabía de TODO.
Y eso me encantaba.
En ambos casos se trató de puro ejercicio de mercadotecnia. Se buscaba retener la marca por si se podía hacer un producto derivado para televisión (de hecho Filmation tuvo que cambiarle sobre la marcha el nombre al personaje que pensaba lanzar como Spider-Woman, en plan pura explotación de la fama de la serie animada de Spidey), y acabó saliendo algo, que ambos personajes acabaron saliendo en animación aunque Hulka tardó y ninguna de las dos se cubrió de gloria (la serie de Spider-Woman de HannaBarbera duró poco, aunque fue muy emitida en Latinoamérica…y en emisoras estatales de los USA, dos mercados en los que las series de la productora solían moverse bien, incluso si inicialmente eran un fracaso en las grandes cadenas nacionales luego la sindicación les permitía una segunda vida juntando varias series en «La hora de…»).
Prueba de que sí cabía de todo eran otras series (vale también que las ventas estaban decayendo tanto que, a la desesperada, Marvel probaba de todo a ver si algo funcionaba, apuntándose a cualquier moda que surgiese o resurgiese en aquella década en cine, TV o literatura: blaxploitation, artes marciales, el revival de los super espías, el revival del pulp, el revival del terror, las distopías futuras desesperanzadoras (Damazonas, El Planeta de los Simios, Killraven, Deathlock,…),… Y mucha, mucha adaptación de licencia cinematográfica (El Planeta de los Simios, La fuga de Logan, Star Wars, Star Trek,…), además de alguna televisiva (Man from Atlantis) y unas cuantas literarias (varios personajes de Howard, a los que se sumarían Thongor de Lemuria, Gullivar Jones, John Carter, Tarzan, Fu Manchú y alguno más, incluso la novela Gladiator, adaptada como Man-God) y alguna locura como los cómics de Kiss. Y, bueno, algo funcionó: gracias a Roy Thomas (aunque el que se benefició de la decisión fue ya Jim Shooter que cogió el timón en buen momento) Star Wars salvó a la compañía de los números rojos. Luego, más tarde, aún vendrían el aluvión de licencias de muñecos, y varias le vinieron muy bien (también hubo bluffs, claro, como Starriors, Crystar Crystal Warrior o Team America), como inicialmente Rom Spaceknight y Micronautas y luego sobretodo Transformers y G.I.Joe (cuyo éxito incitó además a la creación de la serie The ‘Nam, que se parecía poco a lo que pedía inicialmente Shooter de idear algo de soldaditos a lo G.I. Joe de lo que Marvel pudiese retener la licencia, porque lo que interesaba a los veteranos Gama y Murray era algo más realista, pero, bueno, a cambio parieron una nueva serie realmente distinta que en su tercio inicial era realmente estupenda …y que incluso generó derivados antes de empezar a desinflarse por cansancio, sobreexplotación y por diluir la fórmula metiendo por allí otro tipo de personajes cuando ya decaían las ventas …En todo caso eso ya son crónicas de otra época).
Gracias, amigos. 😀
Pues sí, muy flojo este inicio para Hulka, pero no os creáis que todo el mundo opina como nosotros, por ahí he leído opiniones positivas de esta etapa. Sobre gustos…
Por suerte, Hulka tendría mucha mayor fortuna en futuras adaptaciones.
Sí, que luego la rescató Stern (Los Vengadores …lo que además le ganó su participación en las Secret Wars de Shooter), se fijó en ella Byrne (los 4F y su propia novela gráfica y regreso a tener serie regular: Sensacional Hulka, que son sus momentos de gloria), le prestó un poquitín de atención Claremont (en un único Solo Avengers dibujado por Alan Davis, con «otro» enfrentamiento con Titania) y la relanzó de nuevo (de nuevo con humor de por medio, que parece que es como mejor funciona, como reivindica también la serie de Disney+) Dan Slott. (De ideas de bombero como las de Jason Aaron mejor olvidarse, coño).
Nunca leí nada de Hulka ( de manera serie y líneal) hasta que compré este tomo y me gustó mucho. A partir de ahí compré el segundo de limited edition y el de en solitario de byrne.
Para mi, Hulka es una de las mejores pero sí, sus aventuras són … extravagantes. Algunas de ellas rozan lo rídiculo y también es cierto que se aprovechaban un poco de su físico… Aún así me hubiera justado que hubieran más cómics de la época.
Que se reedite todo lo reedita le siempre es bueno. Que lo disfrutes independientemente de su calidad también (a todos nos gusta algo flojeras y no pasa nada, como a todos no nos entran tampoco algunas cosas de calidad indiscutible …que esto es para disfrutar, no para sufrir en nombre del arte, como se cree algún crítico de cine, musicales o teatro). Eso sí, ponerse la venda en los ojos o intentar autoengañarse ya es algo muy distinto.
¿Ponerse la venda en los ojos o autoengañarse? No lo entiendo. ¿Lo dice porqué a uno le pueden gustar pero no puede decir que son buenos porqué se consideran malos y ya esta ?.
A todos nos gustan cosas flojas. Hay que valorarlo objetivamente también (que para muchos es bueno solo lo que les gusta) …y si además no te importa demasiado mejor. Pero personalmente prefiero que algo me guste a que sea bueno (que hay muchas cosas buenas que no me gustan, como el Saga de Vaughan). El Motorista Fantasma (y me gusta mucho Johnny Blaze, pero tiene años enteros de serie flojeras) de Tony Isabella es malo (y su Rayo Negro incluso peor). Te gusta? Pues perfecto, eso que ganas, pero objetivamente sigue siendo malo y hay que ser capaz de reconocerlo también.
Cierto