Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.
Seguimos con las aventuras de los Héroes más Poderosos de la Tierra recopiladas de forma cronológica en ésta, su Biblioteca Marvel.
Un nuevo volumen que continúa la etapa realizada por el equipo formado por Stan Lee y Don Heck, que por el momento no nos ha proporcionado demasiadas alegrías.
Tras el viaje temporal a los dominios de Kang que cerró el anterior tomo, llega el turno de su pariente, el Doctor Muerte, que protagoniza el primer episodio del presente tomo, y posteriormente del atlante Attuma, en sendos arcos de género aventurero.
Poco a destacar, en estos dos episodios. Curiosamente, y contrariamente a lo habitual, la acción superheroica parece la excusa para que la trama desemboque en las recurrentes disputas entre los miembros del grupo. Disputas que parecen ser siempre el lugar al que Stan Lee realmente nos quiere llevar. Un poco el mundo al revés.
Sin embargo, éste es el principal interés que reside en esta serie de números, la interacción entre personajes y la posibilidad de desarrollar sus personalidades.
Especialmente interesante es, claro está, Ojo de Halcón. El eterno rebelde, terco, orgulloso. Su mal carácter y su egoísmo, muchas veces al filo de lo que debería ser un héroe, lo hacen un personaje diferente. Justo el polo opuesto de la cordura y diplomacia de Steve Rogers, habitual blanco en sus salidas de tono.
También los diálogos de Stan Lee van mejorando e incrementando el interés de las disputas, especialmente a partir del siguiente paso en la colección. Un paso que consiste en el primer cambio en la alineación del grupo tras muchos números, con el regreso del Hombre Gigante y la Avispa.
Hank y Jan, huérfanos de colección, regresan así a los Vengadores, pero lo hacen tras vivir una extraña situación cuando Henry Pym acude como civil a los Vengadores en busca de ayuda para encontrar a la Avispa. El problema está en que Pym debe demostrar a los actuales integrantes que realmente es el vengador que conocían bajo la identidad de Hombre Gigante, dado que su identidad civil era secreta. La Bruja -la mujer del grupo, como no- diseña un nuevo traje para Pym, lo que provoca que éste decida cambiar de identidad superheroica, pasándose a llamar Goliat. Siempre me ha gustado más el diseño de esta versión del superhéroe que el del antiguo Hombre Gigante, pero, a la práctica, apenas existen diferencias entre ambas identidades.
Entrando en el contenido de la trama, resulta que Jan había pasado a ser una pieza más de la ambiciosa colección del Coleccionista, clásico villano que cuenta aquí con su primera aparición en el Universo Marvel. Un Coleccionista que aquí se vale de la ayuda del Escarabajo.
Justo en este punto llegamos a lo mejor de esta etapa, con el arco que enfrenta a los Vengadores a la Viuda Negra y sus secuaces el Espadachín y Power Man. Además del juego que aporta la Viuda gracias al tóxico romance que vive con Ojo de Halcón, tenemos a Goliat condenado a permanecer en una altura de 3,5 metros aparentemente para siempre. Esto pone en jaque la estabilidad emocional de Hank Pym por primera vez, cosa que repercute en su relación con la Avispa y el resto del grupo. Por si fuera poco, Pietro y Wanda notan como sus poderes se debilitan y deciden trasladarse a la tierra que los vio crecer, buscando respuestas. Alicientes, desde luego, no faltan.
Además, Don Heck hace aquí su mejor trabajo para la colección, en parte ayudado por el entintado de Frank Giacoia. Son pocos números, pero creo que lucen más que bien.
Conclusión.
Seguramente éste no sea el tomo de los Vengadores más relevante a nivel de acontecimientos de lo que llevamos hasta ahora, pero creo que es el de mayor calidad de las historias. Sin ser ninguna maravilla, ni mucho menos. Incluso Don Heck hace aquí su mejor trabajo gráfico.
Enlace a la ficha:
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Prefiero a Don Heck (y tampoco es que me vuelva loco) dibujando terror o romance a dibujando Los Vengadores.