Reseñas: Doctor Extraño: Marvel Héroes 1: Doctor Extraño de Roger Stern (1981-1985)

Este primer tomo del Doctor Extraño publicado en la colección Marvel Héroes, y quinto en el global de la cronología del Maestro de las Artes Místicas, recopila por entero la etapa guionizada por Roger Stern. La segunda etapa, en realidad, tras la primera toma de contacto de Stern con el personaje efectuada justo antes de la también corta etapa de Chris Claremont.

Si aquella primera serie de números escritos por Roger Stern significaban su periodo de rodaje en la colección, el tomo que tenemos entre manos es el de la confirmación.

Podríamos fraccionar la etapa que engloba este tomo en tres sagas principales, cada una de las cuales está firmada por uno de los tres ilustradores más o menos estables que acompañan a Roger Stern: Marshall Rogers, Dan Green y Paul Smith. Tres sagas que vienen separadas por numerosos episodios de transición o distensión en los que también participan otros dibujantes e incluso guionistas.

Precisamente, un relato corto dibujado por Michael Golden y un episodio autoconclusivo con Gene Colan a los lápices dan el pistoletazo de salida al tomo. Un número, éste último, más bien modesto en el que Ikonn, personificación de la ilusión, cruza el plano astral y amenaza nuestra realidad.

Es en el siguiente número cuando entra como dibujante estable Marshall Rogers, siempre acompañado de Terry Austin, que se ocupara del entintado de todos los números del nuevo artista gráfico. Otro episodio aislado, constando el Hermano Vudú como héroe invitado, en el que el Doctor Extraño hace frente a un espíritu maligno llamado Damballah.

Tras este par de números de calentamiento, empieza realmente el recital de Roger Stern.

Stern, por cierto, sigue contando con Sara Wolfe, la administrativa de origen indio que creó Claremont en la anterior etapa. Por supuesto, también siguen ahí Wong y Clea, aunque…

El adiós de Clea.

En la primera parte de esta etapa recogida en este volumen, Roger Stern desarrolla una serie de acontecimientos que concluyen con la marcha de Clea y la caída de Stephen en un estado de abatimiento ante la pérdida de su amor. Un proceso perfectamente argumentado ya desde la presentación de la pieza clave de todo ello, el nuevo fichaje para la nómina de personajes secundarios, Morgana Blessing. Morgana aparece como una escritora mediática que es usada por el Barón Mordo para atacar a su archienemigo, pero el personaje en realidad esconde mucho más. Además de despertar un tierno interés por Extraño, Stephen pronto advierte en ella lo que parece algún tipo de manifestación mística. El enigma de todo ello obtiene explicación en la primera de las sagas que incluye el tomo, en lo que resulta una de las ideas irrebatibles marca de la casa de Roger Stern. Una aclaración que encuentra lugar en el pasado, en el encuentro de una de las remotas encarnaciones de Morgana con el Doctor Extraño. Un encuentro que precisamente es consecuencia de esta misma historia, resultando en una singular propuesta dentro de los clásicos argumentos de las afectaciones temporales.

Pero la saga ofrece mucho más que el caso de Morgana Blessing. Nos encontramos, en realidad, ante dos líneas argumentales con un importante grado de independencia por las que pasa un hilo de continuidad esencial.

Siguiendo el rastro de Morgana, nuestro protagonista hace parada en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, donde se desarrolla la primera mitad de la saga. Época en la que irrumpe Dormammu como auténtico villano. El señor de la Dimensión Oscura, que había utilizado al Barón Mordo como un monigote, pretende conquistar el planeta a través de su encarnación en un pasado en guerra. Para ello se vale de dos hechiceros de la época, Sir Anthony Baskerville y el Vizconde Heinrich Krowler, éste último abuelo del propio Mordo, a quienes usa como peones de su plan. Roger Stern sabe seducirnos integrando en la historia ni más ni menos que a los más famosos combatientes de la guerra contra los nazis de Marvel, Nick Furia, Dum Dum Dugan y sus Comandos Aulladores. Pero también se vale del interés de Hitler por el ocultismo para convertir al Führer y a su sanguinaria guerra ni más ni menos que en colaboradores involuntarios del plan de Dormammu.

Una locura de trama con un tablero de juego plagado de piezas, todas bien situadas, en la que Stern y Rogers saben tensionar la situación. Y, en lo más profundo, una lucha entre el amor y el odio muy descriptiva de esta primera parte de la etapa de Roger Stern.

En lo que atañe al apartado gráfico, Marshall Rogers está que se sale en esta aventura en la era nazi. La progresión del dibujante ha ido claramente de menos a más, siendo su fuerte el espectacular despliegue de efectos y estallidos de magia lumínica.

En el segundo acto de la saga hay un vuelco en la relación de personajes participantes, a excepción de Morgana Blessing, figura vertebral de la trama y de, claro está, el propio Doctor Extraño. En esta ocasión, Extraño acude al llamamiento de otro de sus enemigos más mortales, Pesadilla. Resulta que un fragmento del alma de Morgana ha seguido viajando imparable hacia el pasado, de encarnación en encarnación, amenazando al propio germen de toda la humanidad y, en consecuencia, a la existencia de la dimensión de los sueños, lugar donde gobierna el siniestro villano. Así que la línea argumental vuelve a consistir en un periplo del Doctor Extraño por el pasado, esta vez haciendo parada en tres reconocidas épocas: la inquisición española, el dominio de los mayas en el Yucatán y el imperio egipcio. Tres aventuras en sí mismas, destacando la última, donde Stern y Rogers rinden homenaje a los Cuatro Fantásticos de Lee-Kirby. El Doctor Extraño viaja al antiguo Egipto justo al mismo instante temporal al que viajaron los Cuatro Fantásticos en aquel lejano Fantastic Four 19. De este modo, vemos como Extraño, en su forma astral, vive la disputa del cuarteto frente a Rama-Tut, e incluso descubrimos cómo ayuda al grupo a superar a su adversario sin que ninguno de ellos se percate de nada.

El resultado de todo ello, como decía, es la partida de Clea hacia su dimensión natal. La reacción de la discípula de Stephen resulta exageradamente sensiblera, pero considero su validez en la medida de que Clea es en realidad una mujer proveniente de otra dimensión, inadaptada en cierto modo, cuyas pautas emotivas no tienen por qué ser las mismas que las de una mujer terrestre.

El desenlace deriva en cierta caída en depresión de Stephen Extraño, que nada puede hacer para evitar la marcha de su amada. He aquí, pues, el principal cambio aplicado al protagonista por parte de Roger Stern. Un Doctor Extraño cuyos quebraderos de cabeza hasta ahora tenían único origen en los practicantes de las artes oscuras, se encuentra de golpe con un sentimiento desconocido para él, el desamor.

Precisamente, la serie de números post-Clea vienen funcionan como periodo de transición en el que el hechicero intenta asimilar su nueva realidad y dejar atrás un estado depresivo que empieza a afectar negativamente a sus poderes. Una transición que también lo es en el apartado gráfico tras la marcha de Marshall Rogers. El baile de artistas es amplio en esta serie de números, pero afortunadamente nada hay que temer porque todos ellos son lo suficientemente talentosos.

El primero de estos episodios lleva insertado un relato a modo de recuerdo de Stephen Extraño en su actual estado de reflexión. Lo curioso del caso es que este relato central no es obra de Roger Stern, sino de J. M. DeMatteis, que viene acompañado de Brent Anderson a los lápices. Las pocas páginas en tiempo presente, a modo de prólogo y epílogo, sí que son de Stern, en su caso acompañado del dibujante Paul Smith. Extraño recuerda una historia junto a Clea en la que hicieron frente a Tiboro, cuando esté viejo oponente de la era Lee-Ditko puso bajo su control a una serie de chavales fanáticos de las artes místicas. Un buen episodio, desde luego.

A continuación, es Michael Golden quien dibuja otro episodio aislado. En esta ocasión, D’Spayre, el demonio destructor de esperanzas e inoculador del miedo, aprovecha la situación de vulnerabilidad del Doctor Extraño para jugar con su cerebro. Un muy buen episodio en el que Extraño vive una secuencia prácticamente calcada a la que experimenta James Stewart en ¡Qué Bello es Vivir!, en lo que se entiende como un bonito homenaje de Roger Stern al clásico film de Frank Capra. Pero lo más destacado del número pasa por ser el espectacular trabajo gráfico de Michael Golden.

El siguiente turno es para Paul Smith, que intenta ponerse en la piel de Steve Ditko asimilando algunas de sus virtudes como su clásico juego de luces y sombras. Estupendo trabajo gráfico para un capítulo más en el camino del Doctor Extraño hacia el olvido. Nuestro hechicero decide conceder una entrevista a Morgana Blessing, pero el equipo de técnicos que la secundan resultan ser tres viejos conocidos de la era Lee-Ditko. Estoy hablando de Demonicus, Adria y Kaecilius, los antiguos subordinados del Barón Mordo, que irrumpen con aires de venganza, para acabar doblegados por Extraño de forma humillante.

Igualmente curioso es el número dibujado por Kevin Nowlan. Resulta que todo el mundo parece haberse enterado de que el Doctor Extraño se ha quedado sin discípulo, de modo que una multitud se concentra delante de Bleecker Street ante la perplejidad de Stephen, Wong y Sara Wolfe. La trama da para la irrupción de dos místicas ya presentadas en otras colecciones, Margali Szardos y su hija Jimaine a quienes les depara un sorprendente final, pero poco más. Tras conocer que el anciano Genghis (otro personaje de Lee-Ditko que Stern recupera, y van…) estaba tras la difusión, el caso pasa al olvido.

La caída de los vampiros.

Antes de entrar en la segunda gran saga del tomo, nos encontramos con la única referencia de Roger Stern a lo que estuvo desarrollando en su primeriza etapa. Me refiero al caso del Merodeador de las Tinieblas, la amenaza, desconocida para Extraño, pero no para los lectores, que prácticamente monopolizó aquella serie de episodios. El místico superhéroe tan sólo llega a iniciar el rastreo del misterio que se escondía tras aquellos ataques sufridos, antes de pasar a ocuparse de otro asunto y olvidarse del tema. Quizás Stern fue retrasando la resolución de la trama hasta que se quedó sin tiempo para ello, porque resulta extraño que el guionista acabara dejando semejante cabo suelto.

La era del género del terror y la irrupción de los monstruos clásicos en el Universo Marvel había quedado atrás con el cambio de década y, especialmente, con la destrucción del Conde Drácula en el último número de su colección propia. Pero si existe un personaje en la cultura de ficción capaz de volver a la vida (o no vida) cuantas veces sea necesario ese es Drácula, de modo que Roger Stern decide resucitar al señor de los vampiros en una nueva saga que toma el guante de la mítica colección de Marv Wolfman y Gene Colan. De hecho, Stern no sólo recupera a Drácula para la ocasión, sino también a tres de sus incansables cazadores, Hannibal King, Blade y Frank Drake.

En lo referente al apartado gráfico, Dan Green entra como dibujante a lápiz para ocuparse específicamente de esta saga. De los cinco episodios de los que consta, Green se ocupa de los cuatro primeros, mientras que el último recae en Steve Leialoha. El trabajo con el lápiz de Dan Green, habitual entintador, creo que resulta más que digno, aunque seguro que el entintado de Terry Austin influye lo suyo en la vistosidad de los acabados.

Extraño y el trío acompañante deben impedir a toda costa que Drácula se haga con el Darkhold, el libro de los muertos versión marveliana, y convertirse así en un ser de inmenso poder. Una trama que transcurre entre la mansión de los Vengadores, lugar donde permanece guardado el libro en una cámara de seguridad, y Transilvania. Precisamente dos vengadoras, la Bruja Escarlata y la Capitana Marvel se incorporan también al grupo de los buenos, mientras que Drácula cuenta igualmente con su séquito de devotos, los llamados Darkholders.

El resultado es una magnífica saga que trae consecuencias de largo alcance para el vampirismo dentro del Universo Marvel, y que también nos deja la asociación entre King, Drake y Blade, los cazavampiros de Marvel en los 90. Considero que la escritura de Roger Stern hace justicia al estilo de Wolfman en la Tumba de Drácula, haciendo de esta saga una digna continuación de la crónica del Príncipe de las Tinieblas.

La saga vampírica da paso a otra serie de episodios de transición, incluidos dos números de relleno. Roger Stern se toma un pequeño descanso que se traduce en un par de episodios a manos ajenas de los que se puede prescindir sin problemas. Especialmente obviable es el primero de ellos, obra de Carl Potts como autor completo, una historia que protagonizan personajes de un sólo uso. El segundo, realizado por Ann Nocenti y Tony Salmons, cuenta una historia de posesiones, un poco surrealista, sobre un tipo que parece inspirado en Salvador Dalí. Al menos no está mal.

De nuevo con Roger Stern a los guiones, siguen tres episodios autoconclusivos en los que Paul Smith se convierte en el dibujante de la colección quitando un par de números aislados.

En primer lugar, un buen episodio donde el Doctor Extraño debe detener a una horda de demonios convocada de forma inconsciente por un mago farsante.

  A continuación, tres peregrinos del Himalaya encargan al Doctor la búsqueda de la nueva encarnación del Lama.

Y un tercer número dibujado por Steve Leialoha que recupera el hilo de la saga de Drácula, pero ya sin el rey de los vampiros.

La saga de la Dimensión Oscura.

La llamada de auxilio de su vieja amiga Victoria Bentley, lleva a Extraño a trasladarse a Inglaterra, al castillo dónde reside el Caballero Negro. Una historia que es la antesala de la última gran saga, la que culmina la etapa de Roger Stern en Doctor Strange: la liberación de la Dimensión Oscura de la tiranía de Umar.

Tras ayudar Extraño a Dane Whitman a librarse del poder que lo estaba corrompiendo, ambos se ven sorprendidos por el ataque de Umar en un crucero de placer, poniendo así el detonante para el inicio de la saga. Una espectacular escena de acción que quizás sea la mejor muestra del talento narrativo de Paul Smith en esta etapa.

Una saga que curiosamente se ve interrumpida por un caso aparte, incluido dibujante invitado, cuándo Extraño debe ocuparse de una emergencia a instancias del ejército. Un primitivo mundo interdimensional llamado Kobar gobernado por un guerrero tiránico, muy bien elegido para la ocasión, amenaza con conquistar la Tierra. Un magnífico relato antinuclear con el blanco situado en el ejército de los Estados Unidos con toda la intención por parte de Roger Stern. Bret Blevins es el dibujante del episodio, marcándose un buen trabajo.

La saga de Umar trae de nuevo a Clea a la colección, ahora convertida en líder de los rebeldes en la conquista del trono de la Dimensión de Dormammu, en manos de su hermana Umar.

El resultado es, posiblemente, la mejor de las tres grandes sagas desarrolladas por Roger Stern en esta etapa. Una aventura mística a modo de fantasía heroica repleta de momentos de notable trascendencia. A destacar el relato de origen de la Dimensión Oscura, de los hermanos Dormammu y Umar, a quienes Stern sabe aplicar matices, y de cómo llegaron al poder. También está la presentación de Orini, padre de Clea y la revelación de que Umar es en realidad su madre. O la escena final con Umar a la desesperada rompiendo la barrera que separa su reino de los Sinmente.

Precisamente, Clea es el personaje que más crece a manos de Stern. El guionista nos dibuja a una mujer fuerte y segura de sí mismo, una líder en contraste a la aprendiz habitualmente desubicada y anodina de su estancia en la Tierra.

En definitiva, una espléndida saga que rúbrica de la mejor forma el paso de Roger Stern por el Doctor Extraño.

Triunfo y Tormento.

No termina aquí este volumen recopilatorio del Doctor Extraño de Roger Stern, porque todavía queda espacio para la inclusión de tres números ajenos al título regular del hechicero, pero también guionizados por Stern.

El primero es un episodio corto, no principal, incluido en la colección Marvel Fanfare y publicado en el ecuador de la etapa comentada. Roger Stern se acompaña de los dibujos de Charles Vess en esta historia que nos cuenta como el Doctor Extraño propina una buena lección a un orgulloso estudiante de las artes místicas que le desafía a un combate místico.

Pero el premio gordo en este apartado se lo lleva sin duda alguna la novela gráfica coprotagonizada por el Doctor Extraño y el Doctor Muerte, «Triunfo y Tormento».

Después de años de progresiva evolución del cómic de superhéroes en paralelo a la edad de sus lectores, en los años 80 surgieron las Marvel Graphic Novels como formato contenedor de historias de carácter más netamente adulto. Con la novela gráfica que nos ocupa damos un salto de cuatro años, hasta 1989, respecto al último número del Doctor Extraño incluido. Un salto en el tiempo que, sumado a la naturaleza de las MGN da como resultado un cómic bastante diferente. No sólo nos encontramos con una aventura de una extensión superior (80 páginas), sino que la cualidad del apartado gráfico toma aquí otra dimensión. El encargado de la labor es un Mike Mignola en los primeros años de su carrera que ya se marca un trabajo de nivel. Pero lo que quizás más marca la diferencia respecto a los comic-books convencionales es el uso del color. Mark Badger, el entintador y colorista de la obra, realza los dibujos de Mignola con estallidos de color, claroscuros y degradados de gran belleza.

Pasando a la parte escrita, Roger Stern reúne a Extraño y Muerte en una aventura que tiene inicio en un torneo de magos organizado por el anciano Genghis, cuyo fin es la elección del Hechicero Supremo. Una primera escena de acción notable, pero que no deja de ser un preámbulo de lo que realmente nos quiere contar Stern: un viaje al yo más íntimo y desconocido del Doctor Muerte, indudablemente el personaje central del relato.

El pacto al que están obligados Extraño y Muerte tras la contienda dicta que el hechicero libere el alma de la madre del monarca de Latveria. El compromiso del Doctor Extraño traslada el escenario al Inframundo gobernado por Mefisto, demonio a quien la mujer entregó su alma y auténtico villano de la historia. Páginas de ambientación lóbrega de gran belleza que constituyen el acto central de la obra, pero es en el trabajo de profundidad de Roger Stern con Victor Von Muerte dónde está el quid de la cuestión. Además de descubrirnos detalles desconocidos del origen del Doctor Muerte, así como relatarnos una pormenorizada historia de sus orígenes gitanos hasta el fatal accidente que desfiguró su rostro, el guionista nos presenta al personaje complejo que reside debajo de la carcasa de dictador despiadado. Un hombre atormentado, víctima de sus obsesiones e incapaz de sentirse feliz, cuyo amor por su madre pasa por encima de cualquier otro sentimiento. La mejor evidencia de la complejidad del personaje la tenemos en la reacción del Doctor Extraño, cuando pasa de no querer oir ni hablar de la posibilidad de ayudar a Muerte a mostrarle respeto. La escena final de la historia habla por sí sola.

El tercer número ajeno incluido, que cierra definitivamente el tomo, fue publicado ya en 2011, pero en realidad es un relato realizado en 1998 que debía haber sido incluido en del título Marvel Universe si no hubiera sido cancelado prematuramente. Roger Stern escribe, con la ayuda de Joe Edkin, esta aventura del Doctor Extraño publicada en el One-Shot de Marvel Vault dibujada por Neil Vokes. Un curioso relato histórico que nos cuenta cómo ahuyentó los demonios reinantes en su recien adquirida mansión justo antes de convertirla en su Sancta Sanctorum.

Conclusión.

En resumen, un volumen que recoge la que es una de las etapas más reconocidas del hechicero titular del Universo Marvel, con la garantía que supone tener detrás la escritura de Roger Stern y un nivel gráfico de primera.

Las tres sagas de la colección madre, sumadas a la novela gráfica, hacen de éste un tomo imprescindible.

Enlace a la ficha:

Loading

rockomic

15 Comments

on “Reseñas: Doctor Extraño: Marvel Héroes 1: Doctor Extraño de Roger Stern (1981-1985)
15 Comments on “Reseñas: Doctor Extraño: Marvel Héroes 1: Doctor Extraño de Roger Stern (1981-1985)
  1. Roger Stern y Marshall Rogers (respecto al Doctor Extraño Rogers está cómodamente en el Top 5 gráfico todavía, junto a Ditko, Colan y Brunner …Y también en el de Batman!). Gran etapa. Y Terry Austin (un estupendo Terry Austin). Y un no suficientemente valorado Dan Green (le echaré mucho de menos …otro de los dibujantes más relevantes de Extraño). Y Gene Colan, Paul Smith (cuyo Extraño no se suele tener lo suficientemente en cuenta, y es otro de los que mejor lo ha dibujado), Michael Golden (le solemos tener solo en cuenta en relación a Batman y a los Micronautas), Mike Mignola (y Mark Badger), DeMatteis, Brent Anderson (otro no suficientemente valorado), Ann Nocenti, Mike Barr, Kerry Gammill, Bret Blevins, Kevin Nowlan (otro dibujante importante respecto a Extraño), Sandy Plunkett, Petra Goldberg, Glynis Oliver/Wein, Joe Rubinstein, Philip Craig Russell,…

  2. Gracias, amigos.
    Pues sí, la variedad de dibujantes es altísima en este tomo pero insolitamente prácticamente todos realizan, como mínimo, un muy buen trabajo.
    Así de memoria, diría que Carl Potts es el único que se cae de la lista. Bueno, Steve Leialoha no creo que destaque, pero no hace mal trabajo.

    • El de San Francisco (Leialoha), que fuera pareja de la recientemente fallecida Trina Robbins, no destacó precisamente como dibujante de superhéroes y similares a causa de su estilo (como Bob Wiaceck, Bob Layton, Bob McLeod, Terry Austin,…) probablemente por eso tuvo que ganarse las gachas en Marvel y DC principalmente como entintador. A modo de anécdota: Hay un personaje del Hasbroverso bautizado en su honor (Torpedo, de los G.I. Joe, cuyo nombre civil es Joseph Edward Leialoha, cosas de Larry Hama …Edward es el segundo nombre del dibujante/entintador). Supongo que será recordado principalmente por Fábulas (Vértigo), principalmente como entintador de Buckingham (aunque dibujó alguna historia corta de la serie al menos). En sus inicios en Marvel le vimos como dibujante principalmente en Spider-Woman. Seguramente no pasará a la historia de Marvel por esa labor.

  3. Estupenda reseña, Rockomic.
    A mi esta etapa del buen Doctor me encanta, sobre todo la saga de viajes en el tiempo con Dormammu y Pesadilla donde Rogers y Austin están sublimes (emulando su mítica etapa ‘Batman definitivo’ que se marcaron con Englehart unos años antes) y con el número autoconclusivo de Golden como colofon argumental.
    Después viene mini etapa con Paul Smith, seguida del enfrentamiento contra Dracula y vuelta de Smith en la saga final con el retorno de Clea en su propio mundo… espectacular tomo en mi opinión.
    La verdad es que todos los trabajos de Stern en los 80 me gustan mucho: Spiderman, Vengadores, Doctor Extraño y Motorista Fantasma están entre mis favoritos de Marvel de toda la vida.
    Después haría un gran trabajo con Superman en los 90… pero estas etapas ochenteras marvelitas me flipan más.
    Un saludo para todos.

  4. Y se me olvidaba… esa pedazo de Novela Gráfica con Doctor Muerte es otro trabajo muy a tener en cuenta en el haber de Stern.
    Muy inteligente por su parte juntar a los dos doctores (creo que no se había hecho antes) en una aventura trepidante codo con codo Extraño y Muerte (al igual que Stern y Mignola), que deja mucho poso y con buen sabor de boca.
    Inolvidable para mí.
    Saludos.

    • En otra novela gráfica (no incluida en este tomo, que es posterior a lo de este tomo …pero tan solo un poquitín) Doctor Extraño : Into Shamballa (necesitada de reedición, por cierto, Panini … Incomprensible que no la incluyesen en el tomo Relatos Extraños, dedicado a la etapa de Peter Gillis …vale, esta novela gráfica no la escribía Gillis, pero era de esa época y estuvo feo no incluirla en ese Marvel Héroes … Bueno, son muchos los Marvel Héroes con «huecos», en algunos incluso faltan números de las series regulares solo por no ser del mismo guionista) Dan Green da todo un recital de su capacidad como ilustrador (plasmando en sugerentes planchas el exotérico texto de DeMatteis, otro al que hemos visto por aquí, pero mucho menos …y que en su equivalente DCita, Dr Fate, demostró ser adecuado para estos tipos de personajes).

  5. Muy excelso tomo donde el material que se publica es de lo mejor del buen Doctor de Bleecker Street. Prácticamente todos los dibujantes son de lo mejor y están muy inspirados amen de que los guiones de Stern son una maravilla. De la NG con el Dr Muerte aun conservo aparte la que publico Fórum por su tamaño que gana mucho mas que con esta versión en tomo. Pero si que esta muy bien que la incluyeran para completar el material de Stern

    • Ups, perdón, lo leí mal. Obviamente decías que Umar es hermana de Dormammu, no de Clea. Aunque la frase sí invita en su construcción un poco al error, está claro que la culpa es mia por releerme el artículo (sí, me los releo! Mucho vicio 🤪) a estas horas (que las neuronas ya no andan tan finas😅😂😅😓😥).

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.