Reseñas: Los Invasores: Marvel Limited Edition 2: «¡Tiempo de Titanes!» (1978-2005)

La etapa más emblemática y representativa de la colección de los Invasores es, sin lugar a duda, la realizada por Roy Thomas y Frank Robbins. Etapa que viene recogida por entero en el primero de los dos tomos que recopilan las aventuras del supergrupo de los años cuarenta.

Así, en este segundo volumen los expresivos dibujos de Robbins han quedado atrás, mientras que Thomas sigue conservando la batuta, pero buena parte de los guiones los delega en Don Glut.

De esta forma, Alan Kupperberg se convierte en el nuevo dibujante estable ya desde el primer número incluido. Don Glut, por su parte, abre el tomo guionizando los tres primeros números, para luego irse alternando o trabajando codo a codo con Thomas.

El primer arco no es un mal comienzo. El Capitán América, Namor, la Antorcha Humana, Union Jack y Spitfire, actuales Invasores, se enfrentan al Caballero Teutón, enésimo nazi con disfraz. El tipo distrae a los Invasores para que el Baron Strucker y su Escuadrón Blitzkrieg atenten contra autoridades del bando aliado. Acción bélica, en la línea de lo que llevamos de colección, en la que Alan Kupperberg no hace un mal trabajo, aunque su estilo difiere mucho del de Robbins.

Luego viene un fill-in dibujado por Chic Stone, en el que Glut traslada la leyenda de Frankenstein a la Segunda Guerra Mundial. Tenemos el castillo, los aldeanos, un descendiente del Barón Frankenstein y la criatura, todo trasladado a un contexto nazi. Curioso, cuanto más, con un final con mensaje bastante forzado.

El próximo en pasearse por la colección no es otro que Thor. Hitler, obsesionado por la música de Wagner y su temática mitológica, logra traer al Dios del Trueno a través de un portal dimensional. La cuestión es que Thor se deja calentar la cabeza por el Führer y ya tenemos choque del asgardiano con los Invasores.

Un poco discreto, el arco, además de que la presencia de Thor no cuadra demasiado con su posterior llegada a la tierra en los sesenta. Lo más interesante queda en la breve intervención de un arrogante servidor de Hitler que lleva toda la cabeza vendada, que acaba descubriéndose como Victor Von Muerte.

A partir de aquí, la colección afronta el peor tramo. El dibujo de Alan Kupperberg degenera cosa mala, más cuando comparte su lápiz con Don Heck y Rick Hoberg. La entrada como entintador de Chic Stone en la parte final logra arreglar un poco el desaguisado, pero tampoco demasiado.

Los guiones también pasan por un mal momento, y buen ejemplo de ello es el olvidable número en el que los Invasores se enfrentan al Hombre Supremo, con la ayuda del Destructor.

Justo en este momento Thomas decide conceder un cambio de aires al grupo. Los tres Invasores originales, Namor, Capi y Antorcha, dejan Europa para volverse a los Estados Unidos, en lo que se adivina como una maniobra del guionista para dar un descanso a los dos miembros británicos del grupo y sustituirlos por nuevos rostros. Rostros que, en realidad, de nuevo tienen poco porque quienes entran en el grupo no son otros que el Zumbador y Miss América, los componentes de la Legión de la Libertad.

Los tres Invasores acuden precisamente al rescate de la Legión de la Libertad. El grupo ha sido capturado por el villano de turno, un nazi oculto dentro de una armadura que se hace llamar Cruz de Hierro, en lo que resulta una historia con guion aceptable y dibujo deficiente.

Por lo menos la saga con la que finaliza este primer título de los Invasores logra incrementar el interés, aunque sólo sea por el colorido que aporta en cuanto a villanos y la variedad de escenarios y personajes.

Lady Loto es la nueva gran antagonista a la que debe enfrentarse el grupo. Esta espía japonesa, grafiada como la clásica femme fatale, parece poseer poderes mentales ilimitados. Su mente es como un cajón de sastre donde parece tener cabida cualquier capacidad que se nos ocurra: premoniciones, control de la voluntad a distancia, hipnotismo, etc. El caso es que las artes persuasivas de Lady Loto logran reunir a buena parte de los villanos que han ido paseándose por estas páginas, concretamente el Hombre-U, el Barón Sangre, el Hombre Maestro y la Mujer Guerrero. A ello hay que sumar el regreso a la acción de los Comandos Juveniles, el grupo de Bucky y Toro, que también juegan su papel en la saga.

El guion es bastante naif, pero en conjunto es un arco entretenidillo. Lo peor seguramente es la parte gráfica, mientras que lo mejor es la denuncia de los campos de concentración americanos para japoneses que lleva implícita la saga, así como el número que cierra la colección, un festival de acción, Invasores vs. grupo de villanos, incluido el clásico combate en un parque de atracciones. Un buen colofón, después de todo.

Vuelven los Invasores.

Este segundo volumen recopilatorio dedicado a los Invasores no termina con la cancelación de la serie clásica del grupo, ni mucho menos. Tratándose de una formación protagonista a la que Marvel le dio escasas oportunidades durante décadas, la posibilidad de recopilar todo el material existente era una opción factible. Y así se hizo, finalmente.

Tuvimos que esperar hasta los 90 para ver el nombre de los Invasores de nuevo en lo alto de una cubierta. Pero en esta ocasión, lejos de una colección de largo recorrido, la oportunidad vino en forma de mini-serie de cuatro números.

Fue el mismo Roy Thomas, padre de la criatura, quien rescató del olvido a su vástago escribiendo los guiones de toda la serie. La parte gráfica corre a cargo de Dave Hoover.

Los Invasores se enfrentan ahora a un nuevo supergrupo de nazis autobautizado como Eje de Batalla. El objetivo de los villanos es obligar a los Estados Unidos a retirarse de la guerra, y el plan no es otro que provocar devastadores terremotos en la Costa Oeste americana. De este modo, la primera potencia mundial quedará superada por una catástrofe mucho más grave y mortífera que la propia guerra.

La serie se distingue por el pase de personajes de la era Timely que el Thomas más nostálgico recupera de su niñez. Ahí están nombres que juegan un papel notable en la historia, como Craneo Llameante, Escorpión de Plata o la primera Visión, un alienígena llamado Aarkus que el propio Thomas y John Buscema tomaron como modelo para crear al conocido sintozoide de los Vengadores. También el Hombre Delgado está por ahí, mientras que el recuerdo a la mítica etapa de Thomas-Robbins lo personifica el Golem.

En definitiva, simplemente una modesta serie, correcta y aceptablemente dibujada. De las que no pasan a la historia.

No termina aquí el viaje de Roy Thomas con su grupo fetiche.

Ya en la década de los 2000, se publicó por sorpresa el segundo número de Giant-Size Invaders. Un One-Shot que acabaría siendo el capítulo final de Thomas y los Invasores. Un comic-book que, en realidad, de Giant-Size no tiene nada, porque la historia no pasa de las 16 páginas, pero al que me imagino que quisieron regalarle esa cabecera en recuerdo del primer cómic publicado de los Invasores. El apartado gráfico, por cierto, corre a cargo de Lee Weeks.

Una historia juguetona en la que los Invasores se ven obligados a hacer de niñeras de Roosevelt y Churchill, a los que salvan el culo mientras los dos políticos se divierten conduciendo un deportivo.

Buen dibujo y hasta aquí. Queda como simple curiosidad, mientras que, en el colofón, intuimos que el episodio era el principio de algo que nunca llegó.

Universo Marvel.

Fuera de Thomas los Invasores también encontraron vida. Y lo hicieron en una extraña colección genérica publicada a finales de los 90 y titulada simplemente Marvel Universe.

La serie dio para tan sólo dos arcos protagonizados por dos grupos de personajes totalmente independientes entre sí. El primero de ellos constó de tres números y estuvo protagonizado por los Invasores. Lógicamente, es el que viene incluido en el presente tomo.

Roger Stern y Steve Epting son los autores de esta nueva aventura del supergrupo de la Segunda Guerra Mundial, aquí prácticamente reducido al trío de ases Capi-Namor-Antorcha, aunque contando también con la eficaz ayuda del Zumbador.

El Barón Strucker quiere hacerle la guerra por su cuenta a los aliados, de manera que cuenta con un plan secreto financiado con fondos nazis. Un plan que tiene un nombre: Hydra. La organización criminal nace aquí de la mano de un Strucker cuyo objetivo es apropiarse ni más ni menos que del Proyecto Manhattan.

Pero lo genial de la historia está en cómo Strucker sabe de la existencia del Proyecto aliado que desarrollaría las bombas atómicas que arrasarían Hiroshima y Nagasaki, así como de sus consecuencias. Y es aquí donde entra en juego el Victor Von Muerte que nos hemos encontrado más arriba, en la parte correspondiente a la serie clásica de los Invasores, y también cierta Máquina del Tiempo que no necesita presentación.

El arco, que incluye también pequeños flashbacks contando los orígenes de los tres protagonistas, muy bien integrados en la narración, vuelve a ser la perfecta fusión entre género bélico y superhéroes. Cameos de Cráneo Rojo y el Doctor Muerte, un submarino gigantesco con forma de dragón y demás imágenes espectaculares por obra y gracia del talento del excelente Steve Epting.

Estupenda mini-serie y, desde luego, lo mejor del presente volumen con diferencia.

De esta forma, llegamos al final del tomo con la inclusión de varios «bonus tracks».

El primero de ellos es el único número de la colección What If dedicado a los Invasores, cuyo principal interés está en el equipo de autores, que no es otro que el creador del grupo, el formado por Roy Thomas y Frank Robbins.

A continuación, se incluye un arco de la colección del Capitán América, a cargo de Roger Stern y John Byrne, en el que conocemos el destino de Unión Jack y del Barón Sangre. Un arco del que habrá que escribir pertinente análisis en su momento, lo mismo que del anual 6 del Capi, que va a continuación.

El volumen cierra en retrospectiva, a modo de curiosidad, con la primera aparición de los Invasores, en la colección de los Vengadores. En realidad, es lo que podríamos llamar como el embrión del grupo que protagonizó la serie de los setenta, porque el nombre de los Invasores aquí todavía no estaba inventado.

Conclusión.

Lo realmente bueno de los Invasores lo tenemos recopilado en el primer volumen. En esta segunda entrega la calidad general sufre un declive, sobre todo en lo correspondiente al apartado gráfico, aunque algunos arcos son bastante aceptables.

Lo mejor del tomo acaba siendo la serie de tres números de Stern-Epting bajo la cabecera de Marvel Universe. Una serie espléndida, aquí sí, porque la mini de cuatro números de Thomas, sin estar mal, está bastante por debajo.

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on “Reseñas: Los Invasores: Marvel Limited Edition 2: «¡Tiempo de Titanes!» (1978-2005)
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  1. Buen trabajo, estimado Rock. Y sí, mejor el primer tomo que el segundo (aunque esté no sea ningún desperdicio). Y sí, lo mejor de este es la mini de Stern y lo peor (con diferencia) la mini con el regreso tardío de Thomas a los personajes.

  2. No hay que olvidar que Miss América y Zumbador, junto con la Trinidad Timely (Namor, Antorcha Humana y Capitán América) y sus sideckicks (Toro y Bucky) eran el All Winners Squad, que es el grupo que debería haber usado Thomas para la serie en vez de inventarse a Los Invasores (luego, para tapar el gazapo se inventó que el grupo se había cambiado el nombre de Invasores a Escuadra de Vencedores tras acabar la guerra, aunque no fue así).

    • Por su parte, el grupo de los cuarenta de Bucky y Toro (en compañía de chavales sin poderes alistados pese a ser menores …en tiempos modernos nos explicarían que eso solo era en los cómics de propaganda publicados, pero que en realidad, aunque eran MUY jóvenes al menos no eran niños) eran los Jóvenes Aliados (Young Allies), no los Comandos Juveniles (otro invento de los setenta, como la Legión de la Libertad).

  3. Los miembros del Eje de Batalla son sosias de héroes de los cuarenta de otras compañías (como estaban libres de derechos Thomas incluso pensaba usar a los originales, pero le convencieron de no «ensuciar» el buen nombre de estos héroes olvidados).

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