Reseñas: Motorista Fantasma: Marvel Limited Edition 2: «El Discípulo del Diablo» (1974-1976)

Tras el pobre balance obtenido con el primer tomo correspondiente a la colección del Motorista Fantasma, es momento de comprobar si el segundo sigue en la misma línea o apreciamos alguna mejora.

La entrada como guionista de Tony Isabella, en principio, no levanta expectativas favorables.

En la parte gráfica, el puesto sigue siendo para Jim Mooney.

Por desgracia, pronto se confirman los peores augurios con respecto a Isabella.

La saga del Zodiaco, con la que empieza el tomo, tiene como único aliciente la intriga inicial. Acerca de cómo los miembros del grupo criminal pueden estar, al mismo tiempo, encerrados en la prisión y cometiendo delitos.

A partir de aquí, inexistente sentido del ritmo narrativo, discusiones de patio de colegio sobre si Blaze debe ir tras el Zodiaco o no y el recurso redundante del malo que le ha vendido el alma al diablo.

También aparece por ahí el Especialista, rescatado de la colección de Daredevil, que se une a la fiesta porque el hombre necesita vivir emociones. Un ejemplo entre tantos de la vacuidad argumental.

Y festival de giros argumentales y golpes de efecto supuestamente ingeniosos made in Isabella. Un festival que no ha hecho más que empezar.

La segunda línea argumental, más de lo mismo.

Otra vez, Satán que viene a reclamar el alma de Johnny Blaze. Para ello, el infernal villano se vale de la captura de una Roxanne ingenua hasta decir basta.

Otra de las ocurrencias de cuestionable capacidad imaginativa afecta al propio Motorista Fantasma. Nuestro protagonista pierde buena parte de sus poderes, pero eso sí, sigue conservando su imagen con la calavera llameante. Queda claro que no puede generar motos de la nada, pero el asunto del fuego infernal ya es otro cantar, apareciendo esa facultad según convenga a la trama de turno.

Pero nada equiparable a la perla final, cuando Satán huye despavorido ante la irrupción ¡del mismísimo Jesucristo! Uno no sabe si reír o llorar ante tamaña bobada.

Tampoco es que Jim Mooney ayude demasiado. El dibujante hace aquí uno de sus trabajos más insípido e inexpresivo que le recuerdo. Pero nada puede hacer sombra al jefazo Isabella. Y estamos todavía en el principio.

Porque la cosa aún puede ir a peor. Y es al pobre Sal Buscema a quien le toca lidiar con ello en un aislado número.

La cosa va de una carrera de motos a la que se apunta Blaze. Pero el demonio de turno engaña a Hulk, que pasaba por allí, para que se enfrente al Motorista Fantasma en pleno torneo. Y la fiesta de despropósitos da comienzo.

Tenemos a Blaze que se transforma en su alter ego solo empezar la competición, porque la criatura, alma de cántaro, no se había dado cuenta de que casi toda la carrera transcurre de noche. Sí, éste es el nivel.

Por no hablar del elenco de competidores, personajes planos e inofensivos hasta el extremo, además de tópicos. Un pobre desgraciado que se siente ignorado y quiere demostrar su valía, y una pareja de enamorados jugando al gato y el ratón.

Diálogos de primaria y final feliz difícilmente más anodino.

Lejos de aprovechar su primera oportunidad como guionista estable, Tony Isabella parece estar haciendo oposiciones para completar el peor trabajo argumental de la historia de Marvel.

El siguiente movimiento en el equipo creativo deja atrás definitivamente a Jim Mooney, para entrar en un baile de dibujantes.

El peculiar Frank Robbins es el primero en aterrizar, en un número en el que viene coacreditado como narrador, junto a Isabella. Quizás esa sea la razón de encontrarnos con un episodio que no está nada mal. Bueno, y también el hecho de que se trate de una aventura de corte bélico sobre aviadores, precisamente un terreno en el que Robbins se mueve como pez en el agua. Sólo hay que recordar a Johnny Hazard, su gran creación.

Así, el equipo creativo recupera a un extraño personaje llamado el Águila Fantasma. Este personaje, un as de la aviación de la Primera Guerra Mundial, protagonizó una historia aislada en la serie genérica Marvel Superhéroes. Número que quedó barajado entre sendos de personajes de corte superheroico, como Ka-Zar, Spiderman o los Guardianes de la Galaxia.

Posteriormente, el Águila Fantasma entró en continuidad en el tiempo presente mediante una intervención en la colección de Hulk.

Cómo digo, a Frank Robbins se le ve muy cómodo en un episodio que sobresale entre el resto.

Un George Tuska bastante lamentable y un Bob Brown fusilado por las tintas de Don Heck, se ocupan de los siguientes episodios, en los que vuelven los guiones insustanciales.

Johnny Blaze y el Especialista se hacen colegas de la muerte, lo que provoca que Blaze se aventure a hacer sus pinitos como especialista en una serie de acción. Así que ya tenemos a nuestro protagonista trabajando como doble especialista del propio Especialista, al tiempo que Isabella continúa saqueando personajes de Daredevil. Ni más ni menos que Karen Page se incorpora como personaje secundario.

Karen no tarda medio número en iniciar un romance con el propio Blaze, en una escena de acercamiento que no puede ser más anticlimática.

Los malos de turno son el Trampero, que aparece de la nada, y a continuación el Orbe, el motorizado enemigo de nuestro fantasmal protagonista. Pese a actuar por separado, ambos comparten el mismo fin: capturar a una Karen Page que, al parecer, tiene un valor de un millón de dólares. Una supuesta recompensa de la que no volvemos a tener noticias en lo que queda de esta etapa guionizada por Tony Isabella.

Y bueno, lo más resaltable de esta serie de números es el nuevo cambio en las condiciones de transformación de Blaze en el Motorista. Ahora resulta que la mutación sucede cuando Johnny detecta algún tipo de peligro. O sea, que Isabella acaba de inventar el proceso de transformación de Bruce Banner en Hulk.

Por supuesto, la lista de tontadas de Isabella sigue engordando sin pausa.

Tenemos que los efectos hipnóticos del Orbe sobre sus víctimas, resulta que desaparecen con la lluvia (??).

También, una pelea de patio de colegio con un contable de la productora, bajo la discusión sobre si Johnny figura en el sindicato de especialistas.

Y, finalmente, el guionista insiste en la bizarrada del Jesucristo, que viene a poner paz y a sembrar moralina.

Bill Mantlo, con la ayuda de George Tuska, también pone su granito de arena con un fill-in para dar un descanso a Tony Isabella. Y de paso a los sufridos lectores.

La historia nos presenta a un tío trastornado que le da por matar delfines a lo francotirador.

Un tierno relato animalista un poco tópico. Pasable, sin más.

El arco de despedida de Isabella se beneficia de la presencia, de nuevo, de Frank Robbins.

Johnny solicita la ayuda del Hijo de Satán, con el fin de exorcizar a la doble de Karen Page en la serie que están rodando. Un Daimon Hellstrom provisto aquí de un buenismo que desdibuja bastante al personaje.

Un tipo llamado el Combatiente pone a prueba al Motorista, que deberá completar una especie de gincana cuyos obstáculos son ilusiones en forma de todos y cada uno de los amigos, superhéroes y supervillanos con los que se ha encontrado en toda su trayectoria. Si supera la competición, podrá salvar a la chica.

Lo mejor, Frank Robbins, cuyo estilo creo que se adapta mejor de lo esperado a la colección y aporta mucho dinamismo.

Un comienzo pasable, que pronto se va al garete por la obsesión de Isabella de meter giros de guion pasados de rosca, que nadie con un mínimo criterio se cree.

Y, como no, Satán y su ofuscación por el alma de Blaze vuelven a estar detrás de todo.

Finalmente, el Motorista Fantasma recupera aquí sus poderes.

Hasta aquí la etapa del superhéroe motorizado guionizada por Tony Isabella.

Tan sólo queda espacio en el tomo para un par de números más, formando ambos un crossover con la colección de Daredevil.

Los guiones corresponden a Marv Wolfman, guionista del superhéroe de rojo en aquel momento, mientras que de la parte gráfica se encarga John Byrne. Ni que decir tiene, que la diferencia de los textos y los dibujos, respecto a lo leído anteriormente en el tomo, es más que notable.

Cabeza de Muerte, personaje ya aparecido anteriormente en la colección del cuernecitos, captura a Karen Page, en lo que ya parece el deporte nacional practicado por los villanos del presente volumen.

De modo que nos encontramos con Daredevil buscando a Karen Page desesperadamente, con unas cuantas dosis de acción bien narrada y con el villano que resulta estar detrás de todo, el Rondador de la Muerte.

A comentar que Wolfman retrata a un Motorista Fantasma más escalofriante y distante, y que el arco no está mal. Al lado del material precedente parece hasta una maravilla, eso sí.

Conclusión.

No hace falta dar muchas vueltas para resumir el tomo. Uno de los peores de lo que llevamos hasta este punto cronológico del Universo Marvel.

Apenas un número de la etapa Isabella se salva, llegando la mayor parte de ellos a niveles de calidad ínfimos.

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rockomic

29 Comments

on “Reseñas: Motorista Fantasma: Marvel Limited Edition 2: «El Discípulo del Diablo» (1974-1976)
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  1. No sólo Roxanne ingenua, ja. A lo mejor alguien debería de haber pensado en Marvel que a lo mejor el MUY cristiano (y muy justito de talento como escriba, aunque buen editor y mejor archivista) no era precisamente la mejor elección para tan satánica colección. Fueron, sin embargo, cómics que no funcionaron nada mal en su día en España, quizás por el apego que por lo satánico hemos tenido siempre en estas tierras (donde la Inquisición tuvo que hacer horas extras). Lo del gran J es muy Isabella. Desafortunadamente, Marvel publicaría cosas peores (no digamos ya con las décadas). En cambio no seré yo el que de palos a Mooney …o a Robbins (el nivel gráfico del tomo, de hecho, no me parece especialmente flojo, en eso sí me gusta bastante).

  2. Águila Fantasma, piloto misterioso heroico de la Primera Guerra Mundial era la creación propia favorita del bueno de Herb Trimpe (probablemente porque él también volaba en esos viejos cacharros …como también su gran amiga Marie Severin), que siempre lamentó no haberlo podido retomar …y que se disfrazaba del personaje en Convenciones. Que el bueno de Frank Robbins colaborase en la trama de la historia (y se nota, dado el mayor interés de la misma) no es raro, puesto que era un experto en el tema de la aviación aventurera (su más célebre creación era el aviador Johnny Hazard, que inicia sus aventuras a finales de la Segunda Guerra Mundial, para reciclarse décadas después en seductor agente secreto muy poco secreto bajo el influjo de Bond).

  3. Aparte de su debut, está aparición póstuma y un Increíble Hulk, Águila Fantasma tan solo ha vuelto a aparecer en unas pocas viñetas en el universo Marvel (entre Thor Corps e Historia del Universo Marvel). Aunque versiones divergentes del personaje han protagonizado «recientemente» un par de miniseries (una línea Max, con el bueno de Howard Chaykin, muy adecuado, ja …y otra relleno del evento Secret Wars…las Secret Wars de Hickman, claro) fuera de continuidad.

  4. A pesar de Sal Buscema, Frank Robbins, Bill Mantlo, Marv Wolfman y John Byrne (todos dosificados), muy poco recomendable si no eres muy fan del personaje (afortunadamente a mí me gusta bastante … aunque con Isabella al guión me preguntaba si lo suficiente, menos mal que andaban por allí a veces don Silvio y don Frank).

  5. Lo de Byrne lo más recordado. El número del Orbe y el Trampero era en la edición Vértice el más fácil de encontrar acá en Galicia. Buen resumen y análisis, Rock. Saludos. Salud y cómics.😎✌️

  6. No recuerdo si lo he leido pero lo tengo eso si , se me han quitado las ganas de leerlo después de leer la conclusión de ROCKOMIC y las criticas del maestro😂😂😂 de verdad están malo por dios ?
    Saludos ROCKOMIC krack no paras jajaja que grande eres.

  7. Que tal es el MOTORISTA FANTASMA MARVEL LIMITED 3 anunciado para Julio?valdrá la pena pillarlo? Es un personaje que la verdad no dominó ya que he leído poquito de el .

  8. Gracias, amigos!!

    Ya veo que le tienes cariño al Motorista, Suso. No me extraña, porque visualmente es un personaje muy potente. Hasta los escenarios en los que se mueve me parecen atractivos. Es una lástima que sus guionistas no supieran sacarle provecho. 🙁

    El trabajo de Frank Robbins también me parece bastante satisfactorio. Hasta diría que es de lo mejor que hizo para Marvel.

  9. Ya si os heis quedado con ganas de más Isabella, id pidiendo su Goliat Negro y su serial de It! (El Coloso Viviente de Supernatural Thrillers … creo recordar que dibujaba el viejo Dick Ayers).

  10. La moda pegó lo suficientemente fuerte para que entre el ’71 y el ’74 apareciesen los seriales (haciéndose varios pronto con cabecera propia …o generando incluso derivados …o seriales alternativos en los magazines) de Man-Thing (La Cosa del Hombre de Tamaño Gigante, ese sí era un cómic equívoco, ja), Morbius, La Tumba de Drácula (hoy, quien lo diría, es mucho más importante para el universo Marvel su secundario Eric Brooks, ja), Hombre Lobo (el Werewolf by Night Jack Russell), Motorista Fantasma (Johnny Blaze), Hijo de Satán, El Monstruo (pobrecito, qué políticamente incorrectos!) de Frankenstein, It! El Coloso Viviente, el Momio Viviente (N’Kantu … lamentablemente pronto Gerber fue sustituido por Tony Isabella), Hermano Vudú (Jericho Drumm, psicólogo norteamericano que vuelve a sus raíces haitianas tras el asesinato de su gemelo houngan), Man-Wolf (aunque poco sobrenatural o de terror había por allí) …y algún otro serial o intento de serial ya menor (como El Golem, personaje presentado por Len Wein, apropiadamente, ya que era judío, y John Buscema). A partir del ’75 ya había perdido fuelle la moda en Marvel (pero algunas series tenían cuerda para rato todavía) y pocos personajes se sumarían (y de perfil bajo, tipo El Espantapájaros …con Scott Edelman lo raro hubiese sido que destacarse, claro).

  11. Suscribo prácticamente todas las palabras de Rockomic. Eso hace más difícil entender el por qué compramos estos tomos a estos precios ¿Nostalgia? Lo entiendo de otras series de los 60, pero esto ¿Placer? Imposible ¿Coleccionismo sin freno? Por ahí van los tiros, me temo. Seguro que si revisamos nuestras bibliotecas no virtuales encontraremos tomos y tomos que son «meh» y por los que pagamos demasiado.
    Bueno… Hay quien todavía pide Skull the destroyer…

    • La nostalgia siempre es poderosa (y en este caso eran cómics que me encantaban de crío …época en la que por cierto funcionaban muy bien, era uno de los éxitos de la etapa final de Vértice, cuando ya poco vendía, y Surco), y supongo que ayuda a que ahora lo leamos sin total desagrado (sino habría sido duro releer esto, ja). …Bueno, cuando salió el de Campeones yo avisé por activa y por pasiva a varios interesados que la serie era muy mala …y, por supuesto, no disuadi a nadie de comprar el tomo (ni a mí mismo, que me gustan mucho Hércules, la Viuda y Johnny Blaze y me gustaba el grupo de crío, bueno, al menos yo era consciente de lo que me compraba).

      • A mí, que me gusta mucho el pulp (que es la descarada fuente de imaginería de la serie), me gustaría que se publicase Skull The Slayer (a sabiendas de que pese a sus autores es una cabecera muy del montón).😅😎

    • Pues a eso, al rock, la música.

      Es una mezcla entre rock y cómic, dos de mis aficiones favoritas, que se me ocurrió en dos segundos cuando tuve que improvisar un nombre para mi primer correo electrónico allá por los inicios de Internet. Desde entonces es mi nombre de guerra.

      Gracias, profe.

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