Con este tomo tenemos el final de la etapa de Mark Waid con el personaje, aunque tendríamos otra serie contemporánea escrita por el autor, que no estaría mal recopilar en esta línea, si la editorial italiana y nuestro editor Marvel tuvieran a bien.
Mirando esta etapa con perspectiva, me atrevería a decir que este tomo supera con creces al anterior. De esa forma podríamos argumentar que el autor va de menos a más, aprovechando todos los recursos del personaje a todos los niveles. Acción pura y dura, espionaje y una lucha exacerbada por la libertad. Digamos que la quintaesencia del personaje, con un leve tono de atrevimiento, metiendo el dedo en la llaga en asuntos algo espinosos, pero saliendo airoso de ello con mucho oficio.
Comenzamos el tomo con una historia que, inevitablemente, nos recuerda al final de la brillante etapa de Stern/Byrne con el personaje, pero Mark Waid va un poco más allá. La historia se centra en las corrupciones políticas e implican al personaje en ellas, de esta forma el autor nos separa a Steve, el hombre, del Capitán América, la leyenda viviente y símbolo imparcial de su país. Un relato muy atrevido, en el que vemos como el personaje es capaz de tomar una decisión sin violar sus principios y responsabilidad. Creo que no tiene desperdicio.
A continuación tenemos un número importantísimo, por diversas razones. La primera es que en su día por decisión editorial se dedicó censurarla, algo que entonces no le sentó muy bien a Waid. Pero como el tiempo pone las cosas en su sitio, ahora podemos disfrutar de la versión sin censurar por primera vez en nuestro país, gracias a que fue recuperada hace poco en los Estados Unidos. La segunda es que supone el comienzo de la estancia, de manera continuada, de Andy Kubertcomo dibujante de la colección.
Este dibujante, como casi todos, tiene sus fans y sus detractores. A mí personalmente me gusta bastante, pero reconozco que aquí está un poco por debajo de sus mejores trabajos, aunque su trabajo en conjunto me parece bastante bueno. De todas formas, su primer número en este tomo es sencillamente espectacular en todos los sentidos, tanto el dibujo, lleno de splash-pages, como el coloreado monocromático. La historia presenta el regreso de Cráneo Rojo en una alegoría sobre la libertad, en una simple y llanamente patada en las narices al nazismo, en lo que podríamos llamar una venganza justificada a uno de los crímenes más importantes cometidos a la humanidad en toda la historia. De lo mejorcito que he leído al autor.
Sin embargo, esto solo es el comienzo de una saga más extensa en la que Steve deberá enfrentarse a su némesis de toda la vida, combinando elementos como el Cubo Cósmico y viajes en el tiempo, con una trama trepidante. De nuevo estarán presentes la lucha por los ideales y la inevitable perseveración del ser humano en busca de la liberación del yugo de la esclavitud. La lucha por un mundo libre donde todos seamos iguales, un lema que simplifica un poco la esencia del personaje, pero que está muy presente en su ideología.
El siguiente paso de este segundo año de colección estará dedicado en gran medida a resolver una trama que comenzó en el anterior tomo, el escudo del Capitán América. A pesar de tener una versión tecnológica y algo mejorada de su fiel compañero, el Centinela de la Libertad se siente manco sin él, ya que como veremos lo considera algo más que una herramienta de trabajo. La trama tratará la posibilidad de despojarse de él indefinidamente y además supondrá un peligro para el mundo. De esa forma, Steve deberá intentar que la despedida sea de forma gloriosa, ¿o no?
Para terminar la etapa, Mark Waid, volverá sobre un tema con cierta profundidad en una especie de drama carcelario, donde tratará el tema de la inmigración, el abuso de poder y el derecho a la dignidad humana, aunque seas un criminal, demostrando que nadie debe estar por encima de la ley. En cierta forma diría que tiene cierto grado de homenaje al final de la clásica Saga del Imperio Secreto, aunque muy lejos del impacto y repercusión de dicha historia, simplemente eso, un homenaje. Igual que el nombre que utiliza el Capi para infiltrarse es un homenaje a su antiguo compañero durante la Segunda Guerra Mundial. Son pequeños detalles que los curtidos aficionados aprecian, eso no quita que sea una buena historia y una digna despedida del autor.
Quizá el único pero que podría ponerle a esta etapa es que no es capaz de hacer algo con la vida privada del personaje. La química con Sharon Carter no se termina de desarrollar, incluso diría que queda algo colgada, y la aparición de Connie Ferrari no termina de evolucionar del todo. Ni tampoco sirve para evolucionar lo que podría ser el inicio de una relación que sigue más o menos vigente, aunque debamos mirar hacia otro lado cuando algunos autores convierten a Steve en infiel, aunque eso es otra historia.
En la parte final del tomo, tenemos lo que yo definiría como dos historias extra. No porque sean incómodas incrustaciones ni nada de eso, sino porque estamos ante un número de mera transición, si lo llamamos fill in quizá sería más acertado, y un anual.
En el primer caso tenemos un número trepidante escrito por Tom DeFalco y dibujado por Ron Frenz, donde el Capitán América tiene una dura pelea con unos asalariados de IMA, Calavera y el Hombre Absorbente, cuyo estilo es un claro homenaje a Stan Lee y Jack Kirby, que en palabras de los autores: “Su trabajo marcó una significativa referencia”. Y no voy a ser yo quien les contradiga, porque está claro que el trabajo de estos dos monstruos creativos supuso todo un hito en la historia del cómic americano, así que lo mejor es no decir nada más.
Para terminar tenemos el anual escrito por Joe Casey y dibujado por Pablo Raimondi, donde nos encontramos una historia más cercana al trabajo de Waid en la serie. Un relato lleno de espionaje industrial, donde se expone una crítica al poder empresarial y su posibilidad de un gobierno corporativo. Una historia con cierta profundidad, que me parece un buen colofón para un tomo muy adictivo y que espero que abra la posibilidad de que vea la luz un tercero con la continuación de esta etapa.
Si alguien quiere acercarse al personaje, creo que esta etapa es una buena oportunidad para ello, ya que Waid ha sabido exprimir muy bien todas las cualidades del personaje, creando un puñado de buenas historias, solo hay que darle una oportunidad.
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je suis assez fan de cette se9rie, les 3 premiers tomes e9taient tre8s bons. Le 4e est sur ma table de ceevht La se9rie (irredeemable) s’est termine9e en Mai au State avec le numero 37 mais je ne sais pas combien il reste d’album VF apre8s le nb05 pour finir la se9rie.