Reseñas: Biblioteca Marvel 73: Los Cuatro Fantásticos 13 (1967)

Aviso de posibles spoilers si nunca has leído estos cómics.

Nuevo volumen de las aventuras de los Cuatro Fantásticos que da continuidad a la etapa reina de la colección inicial del Universo Marvel.

Tras el increíble despliegue creativo de los anteriores volúmenes, Stan Lee y Jack Kirby siguen sumando personajes y conceptos formidables al mundo de los Cuatro Fantásticos y, por extensión, al conjunto del Universo Marvel. Porque todos los personajes, razas, civilizaciones y conceptos creados en esta inigualable etapa van a sobrepasar en mucho los límites de esta colección. Y uno de los mejores ejemplos son los kree, la raza que los autores nos presentan en el primer episodio de este tomo.

La raza extraterrestre de los Kree hace aquí su primera aparición tras ser mencionada en el último episodio del anterior volumen. Los kree son una de las razas alienígenas más productivas, por no decir la más productiva, de la historia del Universo Marvel. De los kree nacerán tanto villanos como superhéroes de indiscutible importancia en el UM, del mismo modo que los kree serán parte fundamental de innumerables sagas repartidas en diferentes títulos. En este hilo argumental de presentación ya hacen su estreno tanto Ronan el Acusador como la Inteligencia Suprema, además del primer Centinela Kree, presentado en el anterior volumen.

Sin tiempo para recuperarnos, el secuestro de Alicia por parte de una figura misteriosa da inicio a otra nueva saga. Una saga que trae bajo el brazo otra creación esencial de Marvel, ni más ni menos que Warlock, uno de los superhéroes cósmicos de primer orden.

Por el momento, nuestro dorado héroe es presentado con el nombre de Él. Una creación artificial humanoide nacida de un experimento científico, cuya aparición se reduce a las últimas viñetas del arco, pero que es el núcleo de la historia.

Una historia que considero que tiene alguna laguna. Los científicos secuestran a Alicia tan sólo con el fin de confeccionar un molde de la cara de Él, una operación que yo tildaría de desproporcionada. Por otro lado, la personalidad de esos siniestros personajes creo que resulta un tanto oscilante.

Pero bueno, detalles menores que no empañan lo que es otra magnífica historia en la que Kirby se luce especialmente en los diseños de la espectacular Ciudadela de la Ciencia.

Uno de los componentes más interesantes de estos números incluidos en este tomo es el desarrollo interno de la Cosa. En la saga de la Ciudadela de la Ciencia las inquietudes del anaranjado héroe ya adquieren un especial protagonismo, en lo que tan sólo es un buen aperitivo para lo que vendrá en las próximas líneas argumentales, ya el siguiente volumen.

Por otra parte, Johnny ya viene de la mano de su nuevo amor, la inhumana Crystal. La joven hasta participa en los conflictos codo a codo con el grupo.

La parte decepcionante de este volumen viene de la mano del número anual de turno, el quinto ya.

No hay anual de la segunda mitad de los 60 que se precie en el que no nos encontremos con múltiples invitados que ornamenten una historia de dudosa relevancia o, en su defecto, con una historia en la que se produzca un acontecimiento feliz. El anual que nos ocupa, lejos de ser una excepción, logra aglutinar ambas vertientes. De este modo, la historia cuenta con la participación de Pantera Negra y los Inhumanos, a la vez que se anuncia el embarazo de Sue.

Pero lo peor del episodio es el villano de turno, Psicoman. ¿Es necesario que el tipo tenga que cargar con un mando a distancia descomunal, cual gruista en una obra, con tan sólo tres botones? Resulta que el tal Psicoman, procedente de un micromundo con intenciones maléficas, tiene el poder de infundir tres estados anímicos a la víctima de turno, miedo, duda y odio. El caso es que para ello necesita un mamotreto con tres botones señalados por tres inmensas inscripciones con las palabras miedo, duda y odio, no fuera que al hombre se le olvidara para qué sirve cada uno de ellos.

Por buscar el lado positivo, al menos el episodio vuelve a introducir la idea de los Micromundos, esos universos infinitesimales que ya fueron presentados en el número 16 de la colección.

Este anual pasa también por ser uno de los que abarca más páginas de todos por la cantidad de historias de complemento y pin-ups que incluye. A destacar una historia corta protagonizada por primera vez por Estela Plateada. El surfista se enfrenta a Quasimodo, la computadora viviente, que aquí adquiere forma física.

Para finalizar, este volumen también incluye parte del primer número de la publicación satírica Not Brand Echh. Concretamente, el contenido que parodia historias de los Cuatro Fantásticos.

Conclusión.

Los kree y Warlock se suman en este tomo a la larga lista de creaciones esenciales de esta incomparable etapa de los Cuatro Fantásticos.

Poco puede importar si este nuevo volumen está al nivel estratosférico de los anteriores, se trata de otra entrega totalmente imprescindible de la trayectoria de los Cuatro Fantásticos. Número anual aparte.

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