Reseñas: Los Vengadores: Omnigold 9: «Traicionada… ¡Por Amigos!» (1979-1981)

Turno para el, noveno ya, volumen recopilatorio correspondiente a las aventuras de los héroes más poderosos de la Tierra.

Venimos del mejor tomo de la colección hasta ahora, el que recoge buena parte de las etapas guionizadas por Jim Shooter y David Michelinie, y que incluye tres sagas esenciales de los Vengadores, de modo que esta nueva entrega asume el reto de situarse al menos a un nivel digno.

Del mismo modo que ocurría a lo largo del anterior tomo, la estabilidad del equipo de autores sigue siendo fluctuante.

En el caso de los guionistas, que son quienes acostumbran a poner nombre a una etapa, en teoría es David Michelinie quien ostenta la titularidad, sin embargo, el tomo arranca con dos números escritos por Steven Grant. Dos números, por cierto, tan integrados en continuidad que el cambio de guionista ni se aprecia.

Mayor baile tenemos en el apartado gráfico, si bien no hay mucho por lo que alarmarse. Por fortuna, el grueso de números se lo reparten entre George Pérez y John Byrne, más uno a cargo de Sal Buscema, mientras que la peor parte se la llevan dos episodios salteados realizados por Carmine Infantino y Arvell Jones.

Por lo que respecta a los entintadores, todo va bien mientras están firmados por Dan Green y mal cuando quien estampa su rúbrica es Jack Abel.

Todo esto alcanzando hasta lo que podríamos considerar como primera mitad de la etapa incluida en este volumen, tomando como punto de corte el comic-book de doble grosor conmemorativo del número 200 de la colección.

Para ponernos en situación, una de las novedades más trascendentes del anterior tomo consistió en el nuevo estatus de los Vengadores como organización regulada por el Gobierno de los EEUU. El grupo veía coartado su libre albedrío como nunca anteriormente, quedando a manos del hombre designado por el Gobierno, Henry Peter Gyrich. La primera consecuencia, limitar el número de miembros activos a siete. De tal modo, este volumen parte de una formación oficial formada por Iron Man, Capitán América, Visión, Bruja Escarlata, Avispa, Bestia y Halcón. Aunque Wanda lleva un tiempo semi retirada y su puesto lo viene ocupando temporalmente Ms. Marvel.

Pero eso no implica olvidarse del resto de Vengadores históricos, como ya vimos a lo largo del anterior volumen. Y es que, sin ir más lejos, el protagonismo de la primera aventura incluida recae en un miembro en la reserva, Ojo de Halcón, que sigue molesto por haberse quedado fuera del septeto. Un buen episodio en el que el arquero se enfrenta a Ave de Muerte, ya conocida de la colección propia de Ms. Marvel.

Precisamente, la cuestión acerca de la elección de los miembros activos de los Vengadores centra buena parte del interés del primer tramo del volumen. El grupo acaba harto de las imposiciones autoritarias de Gyrich, lo que desemboca en un litigio entre ambos bandos, sentenciando a favor del supergrupo. La imagen de Gyrich puesto en evidencia cuando los Vengadores (con la ayuda de Daredevil) salvan a la ciudad de la amenaza de la Gárgola Gris es un chute de felicidad para los lectores, cosa que siempre viene bien. Pero lo mejor de todo es el trabajo narrativo de un John Byrne que se sale en las escenas de acción.

El siguiente arco, ya con el Hombre Maravilla en el grupo en sustitución del Halcón, enfrenta a los Vengadores a Infierno, un hombre bañado en metal fundido, en la clásica trama del monstruo y su propósito de vengarse de su creador.

Por el momento, buenas historias sin mucho más, en las que destaca el trabajo gráfico.

Lo mejor o más destacable de esta etapa creo que es la saga de presentación del Supervisor. Un supervillano que ostenta la asombrosa capacidad de imitar a la perfección habilidades físicas de cualquier índole, incluidas las de cualquier superhéroe. Algo así como el Superadaptoide en versión orgánica. Con todo lo aprendido a lo largo de los años, el tipo montó una academia para entrenar a villanos y así negociar su cesión a los grandes supervillanos, cual representante de futbolistas. La idea es muy buena y, además, el Supervisor luce imponente en su traje diseñado por George Pérez.

La historia resulta apasionante, ya desde la ayuda prestada por los dos superhéroes en miniatura, Chaqueta Amarilla y el Hombre Hormiga, para infiltrarse en el Instituto hasta el desenlace. Es la primera ocasión en que Hank Pym y el heredero de su antigua identidad superheroica, Scott Lang, actúan en equipo. Pero el papel de gran heroína del arco seguramente corresponde a Yocasta. La mujer metálica convence definitivamente a Iron Man y al Capitán América, que le proponen, de forma un tanto informal, formar parte de los Vengadores. La cuestión es que Yocasta pasa a participar en el grupo como un vengador más sin, en realidad, haber obtenido el estatus de miembro oficial.

La robótica fémina aporta algo más que la acción pura y dura. Los diálogos de Yocasta con la Visión muestran una relación de complicidad entre ambos a causa de su naturaleza artificial, pero también evidencian la distancia que los separa en sus respectivos recorridos hacia la aceptación de sus realidades, tanto por parte de sus compañeros, como de ellos mismos. Yocasta observa asombrada la relación entre la Visión y Wanda. O quizás debería decir… celosa.

Menos interesante me parece el arco del Ronin Rojo. La historia parece hecha para dar continuidad, en uno de los grandes títulos de la casa, a este gigantesco robot creado en una de esas colecciones con licencia externa que parecen imposibles de recuperar: Godzilla. El particular Mazinger Z de Marvel, un robot construido por SHIELD y Stark Internacional para hacer frente al lagarto gigante, resulta aquí robado y controlado por un chiflado.

Como acostumbra a ocurrir con las líneas argumentales pensadas para dar el cierre a tramas o elementos de otros títulos, la impresión de encajonamiento resulta inevitable. De todas formas, sin ser la gran cosa, Michelinie logra imprimir emoción a la historia. Nick Furia participa como invitado.

Lo más interesante de estos números está, una vez más, en el plano costumbrista. Por un lado, la creciente relación de colegueo entre la Bestia y el Hombre Maravilla aporta un componente de humor y distensión que nos dibuja una gran sonrisa en el rostro. Por el lado opuesto, en el plano enigmático, el encuentro extra-grupal entre Wanda y Carol Danvers es testigo de un asombroso giro de los acontecimientos que desemboca en el polémico episodio que centra todas las miradas de este volumen.

El número 200 de los Vengadores, un especial de doble grosor, sorprende al contar con un trabajo argumental a cuatro manos entre Jim Shooter, George Pérez, Bob Layton y David Michelinie, quedando los guiones y dibujos a cargo del equipo oficial formado por Michelinie y Pérez.

Ms. Marvel sufre un embarazo de tan sólo dos días, dando a luz a un niño al que no reconoce como suyo. Un niño, autobautizado como Marcus, que crece a edad adulta en cuestión de horas ante la perplejidad de los Vengadores al completo.

El caso es que los argumentistas construyen una historia según la cuál Marcus, hijo de Immortus y condenado en los límites del limbo, extirpó a Carol de su realidad y la usó como incubadora de sí mismo en nuestro tiempo. Una desagradable historia de violación e incesto que se torna en infamia en un final que normaliza realidades de sumisión machista, maltrato y pasividad, en un tiempo en el que la liberación de la mujer y el rechazo a las actitudes misóginas estaban ya consolidadas. Jim Shooter parece ser el responsable de ese final en que vemos como una sumisa Carol accede a marcharse con su violador ante la indiferencia y normal aceptación de sus compañeros de grupo.

Eran otros tiempos, pero ya no tanto, y la prueba está en que no tardaríamos en encontrarnos con una rectificación al respecto, en un número anual también incluido en este mismo tomo.

Dejando de lado el triste asunto de la violación, el episodio es francamente entretenido. Marcus provoca extraños fenómenos por los que elementos del pasado de la Tierra pegan un salto en el tiempo y siembran el terror en las calles de Nueva York. Un episodio que aprovecha para reunir a todos los Vengadores que han estado participando recientemente en alguno de los conflictos, incluido Thor, que es reclamado en su identidad del Doctor Donald Blake para asistir el parto.

Los últimos números a cargo de David Michelinie como guionista único no denotan demasiado entusiasmo en su escritura, quizás asumiendo que ya no tenía mucho más que contar en este título de los Vengadores.

Michelinie le cede protagonismo a Jarvis en una historia corta de complemento, divertida sin más, insertada en medio de un nuevo arco.

Un arco que trae de regreso a Ultrón en una de las sagas del robot de adamantium menos afortunadas hasta el momento. La idea del control de Iron Man es buena, pero el desarrollo de la historia es pobre. El problema principal radica en que Michelinie se mete en un jardín de razonamientos de unos y otros que creo que están fuera de cualquier lógica.

Finalmente, David Michelinie vuelve a contar con los lápices de Carmine Infantino en un episodio independiente protagonizado por la Bestia y el Hombre Maravilla. Una historia que mezcla barrios marginales de inmigrantes, familias desestructuradas, bandas callejeras y experimentos científicos con humanos, en lo que acaba resultando una aventura «fantasma» ocurrida en otra dimensión. Una historia, en realidad, de denuncia de las condiciones de vida de los inmigrantes, representadas en el rechazo a esas criaturas recluidas en las cloacas. Un guion bienintencionado pero una historia que queda totalmente aislada dentro de la continuidad.

Etapa de transición.

A partir de aquí y hasta finalizar el presente volumen, la colección vive seguramente su periodo de mayor desconcierto a causa del absoluto baile de autores.

David Michelinie todavía sobrevive un par de episodios más, pero ya bajo la batuta de otros autores en el apartado argumental, quedándose él como guionista.

De tal forma, Bob Budiansky y Jim Shooter comparten la autoría en los argumentos, mientras que Don Newton y Alan Kupperberg se reparten el trabajo gráfico, en un arco que trae de regreso a Garra Amarilla a la primera línea de una contienda.

Este personaje de apelativo y personalidad impuesta un tanto racistas, parece recoger todos los tópicos referentes a los «pérfidos» chinos. Un personaje que, si nos fijamos en su trayectoria hasta ese momento en el Universo Marvel, podríamos calificar como el nómada de los supervillanos. Porque resulta curioso como sus intervenciones en el UM hasta el momento se cuentan por largas sagas y cada una de ellas en un título diferente. Concretamente, Garra Amarilla ha venido desempeñando su papel de antagonista en Nick Furia, Capitán América, Iron Man y Nova, títulos a los que se añade ahora el de los Vengadores.

El arco en cuestión cuenta el enésimo intento de conquista mundial del villano. Una aventura en la que se opta por el entretenimiento puro y duro, que inicialmente peca de un problema similar al del arco de Ultrón, el pobre desarrollo de los acontecimientos y los razonamientos bastante inocentones. Entre otras cosas, la fortaleza del supuesto genio del mal parece un queso gruyere por la facilidad con la que los Vengadores se cuelan en ella uno a uno.

Lo mejor es el trabajo de Don Newton en el primer número y la emoción que los escritores logran transmitir en el segundo. El plan de Garra Amarilla de procrear varios hijos para asegurar el reinado de su saga y al mismo tiempo esterilizar al resto de la población mundial mediante un gas, no cabe duda que nos traslada a los tiempos de bendita ingenuidad de los sesenta, y quizás por ello la idea goza de su encanto. No está mal, a fin de cuentas.

La inestabilidad en el apartado escrito no hace más que multiplicarse, pero no así en lo referente al dibujo. Gene Colan regresa como dibujante estable durante un pequeño periodo (con la única excepción de un episodio a cargo de Alan Kupperberg) siendo ésta una de las pocas buenas noticias que nos depara lo que resta de volumen. Aunque no es menos cierto que las tintas de Dan Green no le sientan demasiado bien a Colan.

Bill Mantlo es el siguiente en tomar el testigo en un episodio que no pasa de aceptable. Los Vengadores se enfrentan a Pirón, el hombre térmico, el enésimo tipo en llamas. Precisamente, la Antorcha Humana aparece como invitado.

Sigue un relato de dos números, guionizado a dos manos entre Bob Budiansky y Danny Fingeroth, en el que entramos en la recurrente temática referente a las leyendas sobre antiguas civilizaciones. Los autores nos cuentan como una antigua comunidad avanzada a su tiempo, que logró desarrollar poderes increíbles, fue la responsable de la erupción del Vesubio que sepultó la ciudad de Pompeya. Una muy interesante premisa que se va al garete cuando acaba con los Vengadores metidos en una película de romanos y enfrentados a un ridículo villano montado en el clásico carro romano, tirado por dos caballos mecánicos.

J.M. DeMatteis se ocupa de un solitario número (el dibujado por Alan Kupperberg), que limita el protagonismo a tan sólo cuatro Vengadores: Bestia, Hombre Maravilla, Bruja Escarlata y Visión. El cuarteto se ve envuelto en una aventura consagrada a los viajes en el tiempo, en busca de una gema bajo coacción de un malévolo skrull. Su atractivo prácticamente se limita a la visita de los protagonistas a diferentes épocas del pasado, porque el guion es más bien discreto. Aunque tampoco es que ayude mucho el dibujo de Kupperberg.

Bill Mantlo, de nuevo, coge las riendas para otro solitario episodio que considero que tiene más miga. Los Vengadores investigan alteraciones climáticas de extraña procedencia desplazándose a diferentes partes del mundo. El caso es que, mientras el grupo intenta hacer frente a la amenaza a hostia limpia, una ignorada Yocasta usa el coco y descubre que el origen de todo está en la estación espacial Samarobryn. La computadora de la estación se ha adueñado del control, en un claro guiño al HAL de la película 2001. Una computadora que intenta, sin suerte, seducir a Yocasta, como su supuesta igual como máquina que es. Una evidente puesta en ridículo de los Vengadores, como representantes de la especie humana, en favor de la inteligencia artificial de la marginada Yocasta.

El último número de la colección regular de los Vengadores incluido en este tomo trae de nuevo a Jim Shooter a la batuta, en lo que, en realidad, es el número que da inicio a la segunda etapa guionizada por Shooter.

Lo primero que hace el escritor y editor es resetear a su conveniencia el título marcándose un nuevo «el viejo orden ha de cambiar». Bajo argumentos poco convincentes, el Capitán América se saca de la manga que el grupo debe limitar sus miembros activos a sólo seis. Es curioso como Shooter repite la misma jugada que hizo con Henry Peter Gyrich, usando ahora al Capitán América en su lugar.

El problema es que Shooter insiste en la misma idea, pero esta vez de forma mucho más dispersa.

La sorpresa aparece cuando empiezan a presentarse innumerables superhéroes a la reunión para tratar el tema, convocados por algún tipo de fuerza mental. Entre ellos, tanto antiguos Vengadores como otros que nunca lo han sido. Concretamente, Ojo de Halcón, Hércules, Viuda Negra, Chaqueta Amarilla, Pantera Negra, Dazzler, el Ángel, Hombre de Hielo, Tigra y el Caballero Luna.

Detrás de todo resulta estar Dragón Lunar. Fiel a su conocida mentalidad autoritaria y supremacista, la titán ejerce manipulación mental sobre todos ellos y toma el control de la reunión como le da la gana.

La participación de Dragón Lunar en la trama debe obedecer al gusto de Shooter por los personajes opresivos y maltratadores (Gyrich o Marcus, sin ir más lejos), porque no veo la necesidad de montar semejante circo para llegar a donde se pretendía. Parece como si todo respondiera a la intención de meter en el grupo a un nuevo miembro, a falta de mejores ideas. Me refiero a Tigra, que acaba siendo aceptada como nueva Vengadora, pese al desconocimiento que hay de la chica por parte del resto de miembros.

¿Y qué hay de los otros cinco integrantes? Pues no son otros que los que formaron la alineación que podemos considerar como la más clásica y arquetípica de los Vengadores: Iron Man, Capitán América, Thor, Chaqueta Amarilla (bueno, el ex-Hombre Hormiga) y la Avispa.

Lo único interesante del episodio está en descubrir lo que pasa por la cabeza de unos y otros a la hora de tomar su decisión de abandonar el grupo o seguir en él, pero poco más.

Dejo para el final el anual número 10 de los Vengadores, del que he hecho mención más arriba, pese a que viene insertado entre los últimos números.

Chris Claremont y Michael Golden se ocupan de narrarnos esta ambiciosa aventura aderezada con la presencia de varios invitados. En concreto, disfrutamos de la participación de Spiderwoman y de la Patrulla-X, así como el esperado regreso de Carol Danvers. En el lado antagonista Claremont se trae también de la serie de la Patrulla-X a la Hermandad de Mutantes Diabólicos. A la nueva Hermandad, la formada por Mística (la líder), la Mole, Avalancha, Destino y Piros. Pero lo más importante está en la nueva incorporación del grupo de villanos, una mutante conocida por Pícara, que hace aquí su primera aparición en el Universo Marvel. Una Pícara que juega un papel crucial en el episodio, lo mismo que Spiderwoman y Carol Danvers. Sello Claremont, desde luego.

Porque, ¿qué mejor que Chris Claremont, situado en el polo opuesto de cualquier planteamiento misógino, para intentar arreglar el atentado perpetrado en el polémico número 200?

El resultado es un episodio que deja a los Vengadores al completo retratados ante las explicaciones de Carol. La que fuera Ms. Marvel expresa sin tapujos su relación forzada con un maltratador y echa en cara a sus excompañeros que restaran impasibles.

Claremont barre para casa en el acercamiento final de Carol a la Patrulla-X y su alejamiento de los Vengadores, un colofón que parece poner como símbolo la sensibilidad de ambos grupos.

La historia era más una necesidad que una fuente de la que pudiera salir algo con posibilidades reales. Y es que, en el plano estrictamente argumental, creo que su mejor virtud es también su principal problema, porque toda la trama no puede evitar ser un vehículo para llegar a ese fin, pecando un poco de falta de espontaneidad.

En cualquier caso, es un número recomendable también en buena parte por el trabajo gráfico de Michael Golden. Un dibujante diferente a lo visto hasta entonces en la editorial, que yo creo que tiene algo de avanzado a su tiempo. Un estilo de dibujo diferente, más detallado y de rostros más expresivos, que no impide construir secuencias de alto poder narrativo. Esa batalla de alto voltaje entre los Vengadores y la Hermandad de Mutantes Diabólicos creo que es la mejor muestra.

Para cerrar el tomo se incluyen dos spin-off.

El primero es un episodio único protagonizado por el Hombre Maravilla, editado en el título Marvel Premiere.

El clásico equipo formado por David Michelinie y Bob Layton escribe esta historia dibujada por Ron Wilson en la que Simon Williams se encuentra con su pasado como empresario. La Maggia, y su misteriosa directora, es el enemigo a batir en este modesto y correcto relato que nos deja el enigma sobre la identidad de la directora.

El segundo es un relato muy corto de la Visión, que apareció originalmente en forma de complemento en el Vol. 2 de Tales to Astonish. Una historia sin relevancia sobre el secuestro de un avión y moraleja final.

Conclusión.

Un volumen que viene marcado por el tristemente famoso número 200 de la colección. Un episodio que, polémicas aparte, no está nada mal, lo mismo que el anual número 10, el que intenta arreglar el desaguisado.

Un tomo que, en su conjunto, podemos dividir en dos partes. La primera, principalmente guionizada por David Michelinie, sin ser ninguna maravilla queda por encima de la media y destaca en el apartado gráfico. La segunda es claramente la peor, viéndose perjudicada por los continuos saltos en el puesto de guionista.

Un volumen, desde luego, muy por debajo de su precedente y que podríamos situar a media tabla.

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73 Comments

on “Reseñas: Los Vengadores: Omnigold 9: «Traicionada… ¡Por Amigos!» (1979-1981)
73 Comments on “Reseñas: Los Vengadores: Omnigold 9: «Traicionada… ¡Por Amigos!» (1979-1981)
  1. El anterior estaba mejor, pero este tiene sus cosas (y todavía a George Pérez …y al Robin Rojo, que venía de la serie de Godzilla, King of the Monsters).

  2. También tiene un par de los episodios más vergonzosos de la historia de Los Vengadores: el muy polémico que le da título y que comandaba David Michelinie (aunque por allí estaba también «Big Jim» …con Marcus e Immortus de pie medio) y el Anual comandado por el bombero Claremont (que trataría con más mimo a Carol en los X-Men … que aquí se ponen los puntos sobre las ies y se acaban de dejar las cosas claras de lo que había pasado anteriormente, por si no lo habías pillado a la primera, aunque recuerdo que pese a ser bastante crío cuando lo leí por primera vez yo no necesité que me lo aclarasen, pillé por erfectamente que todo había sido muy sórdido y penoso), con Pícara implicada.

  3. Es que no me cabe en la cabeza que nadie pensara que lo que estaban haciéndole a Carol era una barbaridad. Quiero decir, si al menos hubiera servido para, en el mismo número, reflejar a algunos compañeros indignados o intentando que no se llevaran a Danvers, todavía podría entenderlo.

    Pero la actitud de TODOS y cada uno de los Vengadores, da vergüenza ajena, y fue una de las primeras veces que pensé… joder, no me cuadra absolutamente NADA que ninguno alce la voz. Que menos que nuestro Clint saltara como un resorte.

  4. Yo le tengo mucho cariño a los números que van a partir del 201, pero es una tema de nostalgia personal por como los leí.

    Pero mirándolo a día de hoy me parece increíble como fue posible que una colección como los vengadores se quedara sin equipo fijo y con historias auto conclusivas tantos meses.

    • Pérez intentó aguantar, pero estaba haciendo demasiado trabajo (y Nuevos Titanes y JLA eran juguetes nuevos… aunque su trabajo en JLA fue menor en comparación). Y no fueron capaces de encontrar un sustituto a la altura. Hay que tener en cuenta además que tras las deserciones a DC de los guionistas-editores ya no era tarea tan fácil encontrar equipos fijos de garantía para todas las series. Fue un periodo de cambio (y lo que tocaba todavía, que llegarían más deserciones importantes a lo largo del primer lustro de los ochenta). …Y algunos todavía removían la mierda en las revistas y salones. Byrne andaba diciendo pestes del trabajo de Colan en Los Vengadores (incluso criticaba sus últimos Doctor Extraño, que para mí puntúan todavía MUY alto) a quien lo escuchase. Tampoco Shooter lo dejaba muy tranquilo al pobre Colan (que en cierta forma pagó en modo de pullas su amistad con Gerber y Wolfman, que se habían convertido en figuras incómodas para la compañía), así que el dibujante se fue también a DC a hacer compañía a Wolfman (también trabajaría allí con Gerber y otros, aparte de hacer además cómics independientes con Gerber y McGregor, otro en la lista negra de Shooter, este por no querer firmar los nuevos contratos de obra en los que se renunciaba a cualquier derecho, incluido por trabajos pasados). Hubo mucho problema interno en la compañía en esos meses (y la serie de Los Vengadores ya llevaba antes una temporada larga siendo escrita a varias manos, de hecho fue así toda la temporada Michelinie).

    • De parecido nada, era un claro sosias desde su creación en los cincuenta (incluso cuando lo de Marvel Knights intentaron convertir a Shang-Chi en pariente de Garra Amarilla y olvidarse así de Fu Manchú).

  5. !! Garra Amarilla tiene un «sorprendente» parecido con ## ##### !! Jeje
    Perdón , que ya no se puede decir Fu Manchu …
    Pues nada, por mi parte ya no me referiré a Fu Manchu y eso que Fu Manchu me gustaba … De hecho el nombre de Fu Manchu le pega más al personaje ..
    Pero lo dicho … ya ni mencionaré el nombre de Fu Manchu … ni de pasada aunque algún personaje se parezca o actúe como Fu Manchu …
    Por mi parte, será la última vez que nombre a Fu Manchu …
    !! CHUPATE ESA, KEVIN FEIGE !!!
    FU MANCHU FOREVER …

    • Según Kevin Feige cada vez que mencionas a Fu Manchú se les cierra una sala de cines en China (y ya mejor no intentes decir tres veces seguida Fu Manchú delante de un espejo😈).

  6. Gracias, compañeros. 😉
    Yo también soy de los que no me cuadró nada todo el tema del embarazo, en su momento, pero pasé a otra cosa. El anual ya no llegué a leerlo, creo.

  7. Lo del embarazo a la edad que lo leímos muchos no nos enteramos de que iba el tema, si …
    Lo que resulta chocante es ver cómo defenestraron a Ms Marvel (gracias que Claremont acudió, lo que pudo a su rescate). Y ver ahora como han reciclado al personaje de Ms Marvel para el UCM.
    Lo que son las cosas …
    Y otro tanto diría del trato miserable que le dieron a Hank Pym en su día … Hasta que le «recuperaron» para los Vengadores Costa Oeste …

    • Ahí (con lo de Pym) luego Shooter intentaba echarle la culpa al dibujante (pero, vamos, colaba poco). (Pym no volvería a estar tan en el candelero hasta la escena de sexo oral …pero eso ya es modernete …Y ni eso generó tanto revuelo…y ya fue extraño con lo mojigatos que son en los USA …Supongo que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas).

      • Tampoco ayudó a la imagen del personaje que luego a Millar en la cafre versión Ultimates se le ocurriese repetir la jugada del maltrato de forma todavía más sórdida (luego Loeb intentaría blanquearlo un poco, lo que quedaba todavía más feo), lo que acabó de hundir en la miseria mediáticamente al personaje (pese a intentos de Slott de devolverle su buena imagen), siendo uno de los que estaban en la lista negra en los últimos años.

        • Increíble que un héroe con hasta 3 roles de personaje (Chaqueta Amarilla, Hombre Hormiga y Hombre Gigante) y los 3 cojon#### lo releguen a un tipo que se saca utensilios de su bolsillo y que después los expande … (uy, que poder … comparado con los anteriores …)
          Lo dicho, una pena …

          • Hank Pym tenía un historial de problemas mentales (la personalidad del Chaqueta Amarilla original es directamente una personalidad secundaria que le surge en un episodio de crisis y que al principio ni sabe que él es Hank Pym). Y también sus problemas de ego (pese a ser un genio estaba en un equipo de genios que a menudo le eclipsaban, como Tony Stark y el rey T’Challa …y como héroe no podía competir con la fama de Thor o el Capi …y pese a sus patentes, le faltaba visión comercial, así que vivía principalmente del dinero de su señora). Pero no es lo mismo ser un enfermo mental que un maltratador.

  8. Las palabras de Jim Shooter sobre el «incidente» de Hank con Janet:

    Back in 1981 I was writing the Avengers. Hank Pym aka Yellowjacket was married to Janet Van Dyne aka The Wasp and things had not been going well for him for a long time.Before I embarked on the storyline that led to the end of Hank Pym and Janet van Dyne’s marriage, I reread every single appearance of both characters. His history was largely a litany of failure, always changing guises and switching back and forth from research to hero-ing because he wasn’t succeeding at either. He was never the Avenger who saved the day at the end and usually the first knocked out or captured. His most notable “achievement” in the lab was creating Ultron. Meanwhile, his rich, beautiful wife succeeded in everything she tried. She was also always flitting around his shoulders, flirting, saying things to prop up his ego.
    As I was developing the storyline, I discussed the potential pathology of their relationship with a psychologist who happened to be sitting next to me on a five-hour flight. The story made sense, he thought. I went ahead with it. During the time the story was running, I got a great deal of hate mail. It worried me enough to ask Stan what he thought. He said he got the same kind of mail in the ‘60’s regarding Peter Parker’s various romantic travails. He asked me how Avengers sales were doing. They were in fact, increasing by 10,000 copies per issue. Stan said that people obviously cared passionately about what was happening to Hank and Janet, as if they were real people. That’s the key. And he said, “Don’t worry about the mail.”

    In that story (issue 213, I think), there is a scene in which Hank is supposed to have accidentally struck Jan while throwing his hands up in despair and frustration—making a sort of “get away from me” gesture while not looking at her. Bob Hall, who had been taught by John Buscema to always go for the most extreme action, turned that into a right cross! There was no time to have it redrawn, which, to this day has caused the tragic story of Hank Pym to be known as the “wife-beater” story.

    When that issue came out, Bill Sienkiewicz came to me upset that I hadn’t asked him to draw it! He saw the intent right through Hall’s mistake, and was moved enough by the story to wish he’d had the chance to do it properly.

    By the way, I was too busy to finish the story, so Roger Stern took over two-thirds of the way through. I thought he did a great job. He’s an excellent writer who doesn’t get enough credit.

    • Como dice el texto que has reproducido hubo mas bien una falta de comunicación entre escritor y dibujante, siendo este ultimo que añadió mas drama al golpear físicamente a Janet. Como eso ya te pone el sanbenito de maltratador irredento… pues en eso se ha quedado a pesar de que por lo que me acuerdo ya jamás volvió a tocarla.

      • No os engañéis demasiado, que me cae relativamente bien Shooter (pese a algunas hijoputeces que hizo a McGregor, Colan y otros solo por ego) pero eso olía a excusa a posteriori tras liarla (lo de Ms Marvel ya fue demasiado heavy para buscar excusas racionales que colasen), como lo de Estrella del Norte (ya sabéis, en SU Universo Marvel no había gays). El dibujante como mucho representó la escena un poco más clara y cruda de lo que se pretendía (pero lo que se mostró fue lo que se le pidió, solo que luego se lió, claro …y como con lo de Ms Marvel, con el tiempo, la imagen pública del asunto solo ha ido cada vez a peor, CON RAZÓN).

          • Correcciones que pedían los editores (incluso el Editor Jefe) al equipo de Don Perlin a cada dos por tres (incluso a falta de dos días para mandar el cómic a imprenta). Así que: buen esfuerzo, «Big Jim», pero no cuela (que no coincide con tu personalidad aceptar en un cómic tuyo algo que no te llenaba el ojo).

            • Sea cual fuera su opinión sobre los gays te aseguro que ya no solo en los comics de los 80’s si no en novelas y demás apenas salían gente del colectivo ya que las editoriales los consideraban poco «comerciales» si estas iban destinadas a un gran publico. Hasta en el terror con autores abiertamente homosexuales como Clive Barker o liberales como Stephen King apenas salían o mencionaban en sus novelas. Obviamente al colectivo se consideraba un nicho el cual tenia su propia ficción. A Shooter como a Jeanette Khan les interesaba vender comics a toda costa. Incluso cuando Quesada abolió el Comics Code han tenido que pasar muchos años hasta que salió el Batwoman de Rucka a ver ya una representación potable del tema, y no simples referencias como las amazonas de Pérez o los primeros tiempos de Vertigo que tampoco es que tuvieran mucho protagonismo. Esto no fue culpa de unos pocos jefazos ya que era la gente de esa época en general no le agradaba el tema mucho. En el cine también ya puestos

              • Ya en los setenta había pelis y obras de teatro (bueno , obra de teatro ya antes) con gays como protagonistas o coprotagonistas (vale que la mayoría eran comedias …estas aumentarían en los ochenta, pero algunas hoy las veríamos con ojos poco generosos).

                • Ya…. La Ostra Azul. En muchas, o mas bien todas las grandes producciones apenas se tocaba el tema exceptuando por algún secundario. Y de las que comentas han pasado algunas a convertirse en obras de culto pero ni de lejos fueron muy comerciales. Aun me acuerdo de que en Hollywood incluso en los años 90’s si el actor o actriz eran abiertamente homosexuales no les daban papeles protagonistas. Me acuerdo de Rupert Everett actor británico que en la década que he mencionado parecía que tenia un futuro brillante se lo cargaron… y eso que el apuntaba a comedias principalmente.

                    • O Anthony Perkins (tan especialito él, pero capaz de convencer a cualquiera de que él era lo que quería que creyesen, incluidas sus parejas).

                    • El problema de Everett que por cierto sirvió de modelo para Dylan Dog por su interpretación en la divertida película de Dellamore Dellamorte. La que inspiro al creador del fumetti para inspirarse en el detective de lo sobrenatural. El actor muy amigo de Madonna declaro abiertamente su orientación sexual a modo de romper tabúes, pero lo único que rompió fue su carrera hollywoodiense. Eso no quita que sea muy buen actor

  9. Añado, leyendo los comentarios del blog de Jim Shooter, gracias a uno de los comentarios, he recordado la muerte tan ridícula que tiene Puño de Hierro a cargo de Captain Hero en el número 125 de Power Mand and Iron Fist. EN QUÉ COJONES ESTABAN PENSANDO.

        • Una interpretación de malvado, pero, coño, hasta parecido. Lo de Byrne arreglándolo le sumó incluso un par de nuevas capas de delirio a la trama (gotele incluido, que la Casa de las Ideas ya tenía a esas alturas sus problemas).

        • ¡Jopeee! Pero lo dicho, algunas ya no solo muertes sin tramas de los comics Marvel se han solucionado de manera bastante chorra ¡Ay con esos editores de postín!

            • Mira… me lo pones a huevo a Byrne como «influencer» ¿Qué guionista calvo monto una «guerra secreta» donde los skrulls trajeron de nuevo a la «vida» a unos cuantos personajes que llevaban la tira de muertos. E incluso algunos de ellos acosaron como fantasmas cuando estaban supuestamente ¡muertos, no! ¡secuestrados! a algún personaje conocido

              • Y eso que a Bobbi Morse la habíamos visto incluso en el Infierno, ja.😈 (Bueno, había historias en las que salía el fantasma de Bucky antes de que Bru nos contase lo del Soldado de Invierno … aún así qué bueno es el Capi de Bru). Con la continuidad, siempre se ha jugado según convenía, desde comienzos de la Era Marvel (ya lo hacía Stan, que lo mismo te la remendaba que te la rasgaba). Y aunque, sí, Gru, Roy y Busiek intentaban taparte los agujeros siempre que podían (y se inventaban nuevas historias solo para cubrir esos huecos o para intentar enmendar contradicciones), fuera de ellos lo que se intentaba era tan solo dar una sensación de continuidad, de consistencia (que no es poco con lo que vino luego, ojo, …además, que todos se lo comprábamos aunque pillaremos algún fallo …y viésemos burdos trucos para justificar retornos de aquella manera o fallos de memoria que luego eran expuestos por otros guionistas o por los lectores).

    • En que la serie estaba condenada y como que les importaba ya un cojón de pato todo. Pero SÍ, fue como puta locura el asunto. Luego lo solucionaría Byrne (y algunos aún se lo critican, ojo), a su manera («My way», que canta todas las noches el barbón tras cepillarse los dientes), en su Namor (repitiendo la socorrida jugada Jean Grey: no estaba muerta, no, que estaba tomando caña…que la muerta nunca fue ella, que se echó una siesta mientras la sustituían).

      • Lo que empezó como un «homenaje» al Gran Queso Rojo de la Fawcett/Marvel (algo que ya habían hecho Roy Thomas y Gil Kane con Mar-Vell y Rick Jones muuucho antes) y pasó a un encomiable (pero no a la altura) intento de repetir la jugada de la enfermedad terminal de Mar-Vell (medio por concienciar medio por llamar la atención hacia una serie que ya no vendía un carajo) derivó en puta locura en su cierre.

      • Byrne en cierta manera es el precursor de mandar a la garete a la continuidad sea para arreglar alguna chapuza como para recuperar personajes ya retirados o muertos.

        • Lo de no tomar en serio la muerte porque no conviene viene de mucho antes, King, querido. Bill Finger, Jerry Robinson y Bob Kane ya «resucitaron» (acuérdense de que en las primeras historias de Bats, sus villanos solían morir …no tanto como los de The Black Bat y The Shadow, de los que era deudor, pero «asín», acorde con su herencia pulp) a su «hombre de ríe» de cabello verde y tez blanca como el papel (que el locazo había llamado demasiado la atención como para mantenerlo muerto). Black Adam también moría en su primera aparición. Y así unos cuantos, nenes. Cómo iban a renunciar a personajes tan locos e icónicos como el Joker y Cráneo Rojo?😈

          • Eso ya lo se y a veces se ha resucitado por muy buenas razones o enmendar chapuzas. Pero Byrne te desmantelo el origen de la Visión, rejuveneció a Spitfire o se cargo lo del embarazo de Wanda, trajo de nuevo a Norman Osborne y ect…
            O sea, que pasa totalmente de lo que no le interesa aunque a veces sacuda lo que se conocía con golpes de efecto de un culebrón venezolano. Y si hubiese podido echar mano a la Patrulla X y te lees su «versión» que realizo por libre los personajes no evolucionaban nada. Peor o mejor al menos Claremont consiguió salir de un bucle que de seguir perpetuándolo Byrne no seria el comic que es. Además tanta sobresaturación de héroes que vuelven (cuando tienen una buena muerte o su retiro ha sido dramático) para mi invalida un poco la continuidad. O transformar a secundarios «civiles» en gente con superpoderes, agentes secretos u otras cosas… descarto a Lois Lane y otros que si tienen su lógica en interactuar en las batallas de los personajes principales. Y personajes como Cráneo Rojo o incluso el Joker hasta muertos podían funcionar igual de bien: Ambos realmente son ideologías vivientes; el fascismo o el caos sin sentido. Tan fácil como ponerse una mascara roja o bien pintarse la piel de blanco y teñirse el pelo verde. El Black Adam clásico apenas se parece en nada a la re-imaginación que hicieron en la JSA. Aparte de que creo que al clásico no se recupero desde su primera aparición (años 40’s) hasta que DC adquirió los derechos del Gran Queso Rojo en los 70’s y volvió a lanzar la serie

            • Como Weisinger. O Waid. O Johns. (Y unos cuantos más). Gente a la que no les temblaba la mano a la hora de hacer cambios drásticos, pero que con todo lo que no les interesaba se volvía a lo de siempre en un plisplas (a veces bien, otras de aquella manera).

              • Tampoco en los setenta le ves mucho las entradas a Black Adam. El personaje e.pieza a tener continuidad con Jerry Ordway (y la mayor parte del tiempo es su descendiente ladrón y asesino de mujeres Theo usando su poder …Teth Adam se lo debe todo a Goyer y Johns, dos que también practican lo de ignorar lo que no les gusta y hacer revival de lo que sí …al fin y al cabo, muchos de los considerados grandes adalides de la continuidad practicaban una continuidad bastante selectiva, como Waid y Morrison …Thomas, Gruenwald y Busiek hay pocos…y aunque hicieron grandes cosa, a veces algunos de sus trabajos aburrían porque eran cómics que eran simples ejercicios de continuidad, sin mucho más o porque no lograban dar con la tecla, como el fallido intento de Roy Thomas de relanzar a Billy Batson tras las Crisis, precisamente con Black Adam como oponente).

                • Es que tenían tal devoción por las historias clásicas que ellos al escribir las suyas, respetaban hasta la ultima coma. Y a veces lo que hay que hacer es reinterpretarlas a los tiempos y narrativas actuales, respetando eso si el material original… y no mearte en el. Curiosamente la propia fama de Byrne con su manía de hacer lo que le daba la gana lo predecía. A principios del 2000 le encargaron que relanzara la Doom Patrol (serie que creo que no se vio nada por aquí) y le insistieron que la introdujese a lo «Man of Steel» obviando cualquier referencia clásica o de continuidad. El contesto que no le importaba en absoluto en respetar ambas sin problema, pero le contestaron que ellos precisamente querían que obviara todo. Pues así lo hizo, y a pesar pues de hacer el comic suyo no triunfo del todo.

  10. Steven Grant (guionista con nombre de vigilante) era un escriba (menor y poco recordado pero bastante respetable) que en esos años (aparte de labores editoriales) ejercía principalmente la especialidad de rellenar huecos (un poco como Rocco Siffredi). Uno de esos profesionales muy en segundo plano que habría que reivindicar (o al menos recordar) un poquito más.

  11. Otro a reivindicar (incluso más) es el recientemente fallecido (y más recordado por Doctor Extraño …pero también poco, al menos acá) Dan Green fue uno de los más notables entintadores marvelitas de comienzos de los ochenta (aunque ya ejercía este rol a buen nivel en Marvel desde comienzos de los setenta), siendo especialmente recordado su paso por los X-Men de Claremont.

            • Sirenas, sí. Lo más raro recuperado en estos últimos años del desaparecido George Pérez Izquierdo fue el tomito de Swordquest (miniserie de minicómics Fantasy inacabada con Roy Thomas y Gerry Conway que se regalaba en su momento con los cartuchos de la Atari, vamos igual que la primera miniserie de Atari Force), que acá publicó Planeta hace poco menos de un lustro. Lo último han sido el mencionado tomo de Sirenas y la reedición del mecenazgo de los Nuevos Titanes (ahora mismo en curso la edición convencional para librerías).

    • En aquellos años del cambio de los setenta a los noventa hubo unos cuantos dibujantes que por lentitud o principalmente por tener un estilo personal que no acababa de gustarles a los editores (ya le había pasado antes incluso a algún dibujante notable como Philip Craig Russell) tuvieron que ganarse las papas ejerciendo de entintadores (labor imprescindible en el sistema de producción tipo cadena de montaje de la mayoría de editoriales de comic-books establecido ya en la Golden Age), y algunos así se quedaron casi en exclusiva (como Steve Leialoha, Joe Rubinstein o Terry Austin). Fue el caso de gente como Bob Layton, Bob Wiacek o Bob McLeod (aunque este tuvo su momento como dibujante de Los Nuevos Mutantes), también de Mike Mignola (al que el todoterreno de Al Milgrom, en su mejor labor, la de editor, tuvo que convencer de que también en el mainstream había hueco para un dibujante con su estilo, que no era necesario que renunciase a ser dibujante).

  12. Don Newton, un dibujante que se prodigó poco en Marvel (como Dick Giordano, Trevor Von Eeden y otros más identificados con DC) hizo un buen trabajo (como casi siempre hacia). Hubiese estado bien verlo más por la serie.

  13. La serie Godzilla King of the Monsters (Doug Moench y principalmente Herb Trimpe) sí fue reeditada por Marvel (hace ya casi dos décadas, además esa renovación de licencia fue por tiempo muy limitado, así que vuelve a estar jodida la cosa para que volvamos a ver ese material … aunque Marvel ha producido recientemente cómics licenciados rarunos como los de Ultraman, así que no es imposible) en un Essential (una línea de tomos en rústica, principalmente en B/N en la que intentaban recuperar de forma económica cosas clásicas).

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